MUSEO. México-Estados Unidos-Canadá. Un film de Alonso Ruizpalacios
Con el antecedente de haber obtenido el premio a la mejor ópera prima en Berlín por Güeros (2014), el director Alonso Ruispalacios retorna con Museo considerando un robo histórico que aconteció en México en 1985.
La acción se desarrolla en el año mencionado en Ciudad Satelital, ubicada a pocos kilómetros de la capital mexicana. Allí viven Juan (Gael García Bernal) y Benjamín (Leonardo Ortizgris), dos amigos estudiantes universitarios de medicina veterinaria aunque aún no graduados y sin una clara dirección o idea fija sobre el futuro. Lo que sí queda claro es que Juan tiene una obsesión por las reliquias mayas que se encuentran bien protegidas en el Museo Nacional de Antropología de México; observando esas preciadas piezas él decide perpetrar con la ayuda de su amigo un golpe maestro con el propósito de sustraer algunas de las mismas del importante centro cultural.
La oportunidad se presenta en las horas nocturnas que median entre la Nochebuena y Navidad. Para ello Juan abandona la cena familiar tomando prestado el coche de su padre (Alfredo Castro) y se reúne con Benjamín para ejecutar la audaz maniobra.
Así, con un plan preciso, una ejecución impecable y un perfecto escape, estos dos jóvenes logran su propósito apropiándose de un centenar de invaluables joyas del arte azteca. La muy buena dirección de Ruizpalacios y el guión que le pertenece escrito con Manuel Alcalá generan un clima de excelente suspenso.
https://www.youtube.com/watch?v=rIB-6YRp4nI
Con el valioso botín en su poder y sabiendo que todo el país se muestra indignado al enterarse del espectacular robo, donde las autoridades ofrecen una valiosa recompensa a quienes suministren la pista de los ladrones, ambos jóvenes son conscientes de que deben desprenderse cuanto antes de las obras sustraídas. Valiéndose de un contacto suministrado por un guía turístico (Bernardo Velasco) que se desempeña en un sitio arqueológico de Chiapas, Juan y Benjamín se desplazan a Acapulco donde logran contactar a un coleccionista británico (Simon Russell Beale); asumiendo falsas identidades tratan de venderle las piezas mayas pero fracasan en el intento. El último segmento del relato disminuye en eficacia pero eso no alcanza a desmerecerlo, sobre todo porque conduce a un desenlace sorprendentemente satisfactorio.
Aunque a nivel interpretativo las actuaciones tanto del popular García Bernal como la de Ortizgris son inobjetables, resultan enigmáticas las personalidades decididamente diferentes de los personajes que componen. En primer lugar no es muy comprensible la extremada docilidad de Benjamín al dejarse manipular por su amigo a quien lo sigue como un perro faldero tolerando su actitud autoritaria. Tampoco es clara la actitud de Juan; perteneciendo a una familia de muy buena posición económica donde no le falta el dinero que pueda necesitar, es extraño que se haya embarcado en una operación tan peligrosa en la medida que dada la naturaleza del material robado se requiere ser extremadamente ingenuo para suponer que pueda ser objeto de transacción monetaria. La única respuesta a esas dudas es que la naturaleza humana es lo suficientemente compleja donde no siempre existe una explicación o motivación racional de su comportamiento.
En líneas generales, además de la remarcable puesta escénica y logradas interpretaciones, deben igualmente destacarse sus buenos efectos visuales y apreciado montaje, configurando de este modo una lograda comedia de suspenso no exenta de humor negro. Como nota adicional cabe señalar que esta película fue distinguida con el premio al mejor guión en el Festival de Berlín de 2018. Jorge Gutman