La Mafia Sici­lia­na de Montreal

MAFIA INC.  Cana­dá, 2020. Un film de Daniel Grou

Aun­que las acti­vi­da­des del cri­men orga­ni­za­do en Mon­treal son bien cono­ci­das por el públi­co a tra­vés de los medios de difu­sión, has­ta aho­ra el cine cana­dien­se no lo había con­si­de­ra­do. Es por ello que resul­ta bien­ve­ni­do apre­ciar un film que sobre ese tema abor­da el efi­cien­te direc­tor que­be­quen­se Daniel Grou (cono­ci­do como “Podz”).

En lugar de haber rea­li­za­do un docu­men­tal, el rea­li­za­dor opta por la fic­ción en la medi­da que le per­mi­te explo­rar más a fon­do los per­so­na­jes que par­ti­ci­pan en el uni­ver­so mafio­so de Que­bec. Para ello se valió del libro de los perio­dis­tas André Noël y André Cédi­lot que ha sido efi­cien­te­men­te adap­ta­do por el guio­nis­ta Syl­vain Guy.

Marc-André Gron­din

La tra­ma trans­cu­rre en Mon­treal en 1994 aun­que bien podría haber sido en la épo­ca actual; a tra­vés de la mis­ma se sigue los pasos del joven Vin­cent (Marc-André Gron­din), quien es el hijo de Hen­ri Gama­che (Gil­bert Sicot­te), un humil­de sas­tre. Des­de su ado­les­cen­cia él ha sido gran ami­go de Gia­co (Donny Fal­set­ti), cuyo padre Frank Pater­nò (Ser­gio Cas­te­llit­to) es el gran padrino de la mafia sici­lia­na de Mon­treal. Como con­se­cuen­cia de dicha amis­tad, ade­más de que Hen­ri ha sido duran­te lar­gos años el sas­tre de los Pater­nò, el pode­ro­so “hom­bre de honor” con­si­de­ra a Vin­cent como su hijo adop­ti­vo; con­ven­ci­do de su leal­tad lo adoc­tri­na para que se con­vier­ta en un ins­tru­men­to esen­cial al ser­vi­cio de su organización.

Den­tro del mar­co de las acti­vi­da­des clan­des­ti­nas rea­li­za­das por Frank, uno de sus obje­ti­vos es obte­ner el finan­cia­mien­to nece­sa­rio para la cons­truc­ción de un puen­te que en Ita­lia una la isla de Sici­lia con Cala­bria; de poder con­cre­tar esa ope­ra­ción, la mis­ma podrá repor­tar sumas millo­na­rias con los ingre­sos per­ci­bi­dos median­te el pea­je paga­do por los usua­rios. Con tal pro­pó­si­to y para impre­sio­nar a su jefe Vin­cent efec­túa una arries­ga­da tran­sac­ción en Vene­zue­la que ten­drá deplo­ra­bles con­se­cuen­cias; así se abri­rá una pro­fun­da grie­ta en la acti­vi­dad cri­mi­nal de Pater­nò con vio­len­tas sacu­di­das que reper­cu­ti­rán en la fami­lia Gamache.
La situa­ción se agra­va aún más tenien­do en cuen­ta que Sofie (Mylè­ne Mac­kay), la her­ma­na de Vin­cent e hija de Hen­ri, es la novia de Patri­zio (Michael Ric­ci), el hijo menor de Frank.

Ins­pi­ra­do en gran par­te en el ascen­so y caí­da del mafio­so Vito Riz­zu­to, este film, sin alcan­zar la la gran­de­za de obras simi­la­res rea­li­za­das por Cop­po­la (The Good­father I, II, III), De Pal­ma (Scar­fa­ce), Scor­ce­se (Good­fe­llas, Casino, The Irish­man) y Belloc­chio (Il Tra­di­to­re), es sufi­cien­te­men­te res­pe­ta­ble en la ilus­tra­ción que ofre­ce de la mafia sici­lia­na de Mon­treal y el modus en que ope­ra esta delic­ti­va organización.

Entre los valo­res del film se des­ta­ca la irre­pro­cha­ble rea­li­za­ción de Podz brin­dan­do una flui­da narra­ción con un elen­co de sóli­do nivel. Cas­te­llit­to ofre­ce la per­fec­ta ima­gen del padrino que aun­que exte­rior­men­te afa­ble mane­ja con des­tre­za los hilos del clan; Gron­din fas­ci­na como el impul­si­vo, deci­di­do y arries­ga­do cri­mi­nal cuya extre­ma­da auda­cia deter­mi­na­rá su caí­da en des­gra­cia; por su par­te, en un papel menor Sicot­te demues­tra hon­da sen­si­bi­li­dad como el decen­te modis­to que no pue­de acep­tar el delic­ti­vo camino empren­di­do por su hijo.

Si bien Podz podría haber ami­no­ra­do la vio­len­cia expues­ta en el rela­to, ese aspec­to no logra ate­nuar la cali­dad de este dra­ma que con­du­ce a una suer­te de tra­ge­dia grie­ga con un des­en­la­ce cíni­ca­men­te rea­lis­ta. Como agre­ga­do final cabe men­cio­nar que los diá­lo­gos del film en ita­liano, fran­cés e inglés con­tri­bu­yen a ofre­cer un viso de logra­da auten­ti­ci­dad a esta his­to­ria. Jor­ge Gutman