Por Amor al Vino

UNCOR­KED. Esta­dos Uni­dos, 2020. Un film escri­to y diri­gi­do por Pren­ti­ce Penny
(Dis­po­ni­ble en Netflix)

Un con­flic­to de inte­rés fami­liar y el amor por el vino son los temas que el rea­li­za­dor Pren­ti­ce Penny plan­tea en Uncor­ked.

Mamou­dou Athie y Court­ney B. Vance

Eli­jah (Mamou­dou Athie) de poco más de 20 años per­te­ne­ce a una fami­lia afro­ame­ri­ca­na vivien­do en Memphis, cuyo padre Louis (Court­ney B. Van­ce) es due­ño de un res­tau­ran­te espe­cia­li­za­do en car­ne a la parri­lla. Emplea­do a tiem­po par­cial en una vine­ría, esa ocu­pa­ción le ha des­per­ta­do una pasión por los vinos de mane­ra que habien­do encon­tra­do su ver­da­de­ra voca­ción lo que aspi­ra es con­ver­tir­se en un exper­to catador.

Por su par­te Louis, ya entra­do en edad, se sien­te orgu­llo­so de haber here­da­do el res­tau­ran­te de su padre y de haber­lo con­so­li­da­do tra­ba­jan­do dura­men­te; por lo tan­to desea que el nego­cio con­ti­núe en el seno de la fami­lia y para ello trans­mi­te a su hijo todos los aspec­tos inhe­ren­tes al buen fun­cio­na­mien­to del mis­mo. Cuan­do Eli­jah le comu­ni­ca su deci­sión de con­ver­tir­se en som­me­lier y des­li­gar­se del res­tau­ran­te don­de tra­ba­ja algu­nas horas dia­rias, Louis sien­te una pro­fun­da des­ilu­sión al pro­pio tiem­po que obje­ta la carre­ra que eli­gió. Sin que esa diver­gen­cia de intere­ses alcan­ce un cariz dra­má­ti­co, Eli­jah es apo­ya­do por su entra­ña­ble madre Syl­via (Niecy Nash) como así tam­bién con la com­pren­sión de su novia Tan­ya (Sasha Com­pè­re). A par­tir de allí el rela­to se cen­tra en las lec­cio­nes que reci­be en la escue­la de som­me­lier don­de se ha ins­crip­to, su par­ti­ci­pa­ción con algu­nos de sus com­pa­ñe­ros en estu­dios de cur­so y las vici­si­tu­des atra­ve­sa­das duran­te el via­je de per­fec­cio­na­mien­to que rea­li­za a París.

A tra­vés de lo ilus­tra­do Penny, quien tam­bién es res­pon­sa­ble del guión, per­mi­te que el espec­ta­dor se impon­ga de algu­nos aspec­tos vin­cu­la­dos con la viti­vi­ni­cul­tu­ra como así tam­bién lo que se requie­re para ser un buen cata­dor; en tal sen­ti­do, se apre­cia la impor­tan­cia que adquie­re el color del vino, su aci­dez, tex­tu­ra, las dife­ren­tes regio­nes de la ven­di­mia y los años de cose­cha así como otros deta­lles con­cer­nien­tes a la enología.

Lo impor­tan­te de este film radi­ca en el buen equi­li­brio que Penny ha sabi­do man­te­ner armo­ni­zan­do las dife­ren­cias fami­lia­res con la voca­ción mani­fes­ta­da por uno de sus miem­bros. Si bien la sim­pa­tía del espec­ta­dor se vuel­ca hacia Eli­jah quien siguien­do su voca­ción bus­ca su inde­pen­den­cia pro­fe­sio­nal, no menos cier­to es que resul­ta fácil empa­ti­zar con Louis desean­do que cuan­do él ya no esté no des­apa­rez­ca su res­tau­ran­te al que con­si­de­ra como un inte­gran­te más de su familia.

En esen­cia, he aquí una pelí­cu­la sen­ci­lla, hones­ta y muy bien arti­cu­la­da don­de el rea­li­za­dor demues­tra un sin­ce­ro afec­to por sus huma­nos per­so­na­jes don­de nadie es san­to o villano; ade­más, lo que enri­que­ce al film es la natu­ra­li­dad con que Athie y Van­ce carac­te­ri­zan a los pro­ta­go­nis­tas de esta his­to­ria que a pesar de sus con­tra­pues­tos intere­ses man­tie­nen una muy bue­na com­pli­ci­dad. Jor­ge Gutman

Ate­rra­do­ra Fábula

EL HOYO. Espa­ña, 2019. Un film de Gal­der Gaz­te­lu-Urru­tia (Dis­po­ni­ble en Netflix)

Aun­que lo que se des­cri­be en la ópe­ra pri­ma del direc­tor bil­baíno Gal­der Gaz­te­lu-Urru­tia pue­de ase­me­jar­se a una repre­sen­ta­ción ima­gi­na­ria de una socie­dad del cer­cano futu­ro, lo cier­to es que la difu­sión de El Hoyo a tra­vés de Net­flix no podría resul­tar más opor­tu­na en momen­tos en que la pobla­ción mun­dial se encuen­tra ame­na­za­da por una letal pandemia.

Ivan Mas­sa­gué

La acción trans­cu­rre en un lla­ma­do Cen­tro Ver­ti­cal de Auto­ges­tión. Allí se halla Goreng (Iván Mas­sa­gué) quien al des­per­tar se encuen­tra en una redu­ci­da habi­ta­ción pro­vis­ta de un lava­bo y dos camas; de inme­dia­to se sabe que el espa­cio que ocu­pa es una suer­te de cár­cel ubi­ca­da en el des­cen­den­te nivel 33 del esta­ble­ci­mien­to, don­de en cada uno de ellos no hay más que dos per­so­nas. Goreng com­par­te su cel­da con Tri­ma­ga­si (Zorion Egui­leor), un vie­jo sabio de muy pocas pul­gas que ha per­ma­ne­ci­do lar­go tiem­po en ese cen­tro y que le expli­ca las carac­te­rís­ti­cas del lugar. En esa cel­da se haya un hoyo y a tra­vés del mis­mo des­de el pri­mer nivel has­ta el últi­mo piso sub­te­rrá­neo del edi­fi­cio, una vez por día apa­re­ce una pla­ta­for­ma ple­na de comi­da pre­pa­ra­da por un exper­to chef y de bebi­das que serán ple­na­men­te apro­ve­cha­das por el par de per­so­nas que se encuen­tra en el nivel más ele­va­do; des­pués de pocos minu­tos, esa pla­ta­for­ma va des­li­zán­do­se para dete­ner­se en los nive­les des­cen­dien­tes don­de esa ali­men­ta­ción se ve redu­ci­da has­ta des­apa­re­cer casi por com­ple­to cuan­do se lle­ga al final de las cel­das infe­rio­res. Goreng pron­ta­men­te adquie­re con­cien­cia de lo que acon­te­ce en ese mun­do surrea­lis­ta don­de perió­di­ca­men­te y de mane­ra alea­to­ria tan­to él como los res­tan­tes reclu­sos van cam­bian­do de acom­pa­ñan­te al ser muda­dos de piso ya sea a un nivel supe­rior o inferior.

En esen­cia lo que Gaz­te­lu-Urru­tia ilus­tra a tra­vés del guión de David Deso­la y Pedro Rive­ro es una his­to­ria de super­vi­ven­cia don­de lle­ga­do a un extre­mo los inter­nos que se encuen­tran ham­brien­tos no duda­rán en lle­gar a matar recu­rrien­do a una bru­tal antro­po­fa­gia. Al así hacer­lo, el rea­li­za­dor trans­mi­te una visión extre­ma­da­men­te nihi­lis­ta del ser humano refle­jan­do sus ins­tin­tos más bajos capaz de ser igua­la­do con un ani­mal salvaje.

El rela­to no cesa de ofre­cer efec­ti­vas sor­pre­sas que ali­men­tan la ten­sión de esta dis­to­pia con­vir­tién­do­lo en un entre­te­ni­mien­to atrac­ti­vo a pesar de que su per­ver­si­dad y expues­ta vio­len­cia pue­dan resul­tar difí­ci­les de dige­rir para cier­to sec­tor de públi­co. Ade­más de des­ta­car la irre­pro­cha­ble actua­ción pro­ta­gó­ni­ca de Mas­sa­gué y la trans­for­ma­ción que va adop­tan­do su per­so­na­je a lo lar­go del rela­to, es nece­sa­rio dis­tin­guir el papel cla­ve que cum­ple el direc­tor de foto­gra­fía Jon Diez como así tam­bién la con­tri­bu­ción rea­li­za­da por Aze­gi­ñe Uri­goi­tia en el dise­ño de pro­duc­ción para resal­tar la frial­dad y des­hu­ma­ni­za­ción del esce­na­rio en el que el rela­to se desarrolla.

Rea­li­za­do con pre­ci­sión den­tro del géne­ro de films de horror, el novel rea­li­za­dor demues­tra poseer una sor­pren­den­te madu­rez en esta pro­vo­ca­ti­va fábu­la figu­ra­da que fas­ci­na, des­con­cier­ta y ate­rra a la vez que hip­no­ti­za al espec­ta­dor. Jor­ge Gutman

Anó­ni­mos Soldados

RAFAEL GÓMEZEL ANDA­LUZ QUE LIBE­RÓ PARÍS. Espa­ña, 2019. Un film escri­to y diri­gi­do por Pedro Calleja

Este docu­men­tal pre­pa­ra­do para la tele­vi­sión rin­de tri­bu­to a Rafael Gómez, un ciu­da­dano espa­ñol que tuvo acti­va par­ti­ci­pa­ción en la libe­ra­ción de París jun­to con otros com­pa­trio­tas duran­te la Segun­da Guerra.

Rafael Gómez

Pedro Calle­ja con la par­ti­ci­pa­ción de Gómez e inclu­yen­do entre otros entre­vis­ta­dos a su hijo Jean-Paul, auto­res de libros vin­cu­la­dos al his­tó­ri­co suce­so como Evelyn Mes­qui­da y Die­go Gas­par así como el his­to­ria­dor Robert S. Coale y Javier Muñoz quien es el direc­tor del Ins­ti­tu­to Cer­van­tes de Madrid, rese­ñan la heroi­ca vida del pro­ta­go­nis­ta, su actua­ción en la resis­ten­cia repu­bli­ca­na duran­te la Gue­rra Civil Espa­ño­la y su vin­cu­la­ción pos­te­rior en Fran­cia con las tro­pas coman­da­das por el gene­ral Leclerc; allí, bajo las órde­nes del capi­tán Ray­mond Dron­ne inte­gra la Nove­na Com­pa­ñía de la Segun­da Divi­sión blin­da­da. Esa uni­dad con­gre­gó alre­de­dor de 150 repu­bli­ca­nos espa­ño­les que habían teni­do pre­via expe­rien­cia mili­tar y fue la pri­me­ra en lle­gar a París en la noche del 24 de agos­to de 1944 logran­do su libe­ra­ción des­pués de haber sido ocu­pa­da duran­te 4 años por las fuer­zas nazis.

Lamen­ta­ble­men­te, la his­to­ria ofi­cial dejó en el olvi­do a estos valien­tes sol­da­dos que ofren­da­ron su vida dado que al fina­li­zar la gue­rra sólo que­da­ron 10 de ellos y has­ta el 30 de mar­zo últi­mo Rafael Gómez de 99 años de edad había sido el últi­mo super­vi­vien­te; des­afor­tu­na­da­men­te, su falle­ci­mien­to se pro­du­jo en una clí­ni­ca de Lin­golsheim, cer­ca de la ciu­dad de Estras­bur­go don­de resi­día, a cau­sa de la trá­gi­ca pan­de­mia que azo­ta al mundo.

Es pro­ba­ble que la tra­yec­to­ria de este con­tin­gen­te de com­ba­tien­tes espa­ño­les por la liber­tad no sea muy cono­ci­da; es por eso que este docu­men­tal satis­fa­rá a quie­nes estén intere­sa­dos en cono­cer con más deta­lle a estos bra­vos espa­ño­les que libe­ra­ron París.

El docu­men­tal pue­de ver­se gra­tui­ta­men­te
Jor­ge Gutman

Las Cua­tro Opciones

NEVER RARELY SOME­TI­MES ALWAYS. Esta­dos Uni­dos, 2020. Un film escri­to y diri­gi­do por Eli­za Hitt­man (Dis­po­ni­ble en deman­da en video ‑VOD- median­te Pri­me Video, Apple TV y Goo­gle Play).

La direc­to­ra y guio­nis­ta Eli­za Hitt­man mere­ci­da­men­te ha cose­cha­do este año el Pre­mio Espe­cial del Jura­do al mejor film dra­má­ti­co en el Fes­ti­val de Sun­dan­ce y sema­nas des­pués el Gran Pre­mio del Jura­do en Ber­lín. Cier­ta­men­te, este nota­ble dra­ma de una ado­les­cen­te en un momen­to apre­mian­te de su vida es tra­ta­do con gran deli­ca­de­za y sen­si­bi­li­dad por par­te de la rea­li­za­do­ra logran­do un con­si­de­ra­ble impac­to emo­cio­nal en el áni­mo del espectador.

Sid­ney Fla­ni­gan y Talia Ryder

Con algu­nas remi­nis­cen­cias del exce­len­te film 4 sema­nas, 3 meses, 2 días (2007) de Chris­tian Mun­giu cuya acción trans­cu­rre en Ruma­nia en una épo­ca en que el abor­to era ile­gal, el film de Hitt­man tie­ne lugar en la actua­li­dad y en un medio cul­tu­ral dife­ren­te. El rela­to pre­sen­ta a Autumn (Sid­ney Fla­ni­gan) una joven de 17 años sol­te­ra vivien­do en una peque­ña ciu­dad de Pen­sil­va­nia con sus padres (Ryan Eggold y Sha­ron Van Etten). De natu­ra­le­za tími­da e intro­ver­ti­da su adus­to ros­tro deno­ta una preo­cu­pa­ción al cons­ta­tar que se encuen­tra grá­vi­da en su déci­ma sema­na por lo que quie­re inte­rrum­pir la ges­ta­ción; si bien don­de resi­de el abor­to es legal, en el caso de una menor de edad dicha prác­ti­ca úni­ca­men­te pue­de rea­li­zar­se con el con­sen­ti­mien­to de los padres. No atre­vién­do­se reve­lar su situa­ción a los suyos, Autumn encuen­tra una impor­tan­te alia­da en su pri­ma e ínti­ma ami­ga Sky­lar (Talia Ryder) que tra­ba­ja con ella como caje­ra en un peque­ño mer­ca­do local. Al ente­rar­se a tra­vés del inter­net de que en Brooklyn hay una clí­ni­ca que pue­de prac­ti­car­le el desea­do abor­to sin auto­ri­za­ción pater­nal, con par­te del dine­ro sus­traí­do del lugar don­de tra­ba­ja, Autumn ‑sin dejar saber a sus padres- par­te con Sky­lar a Nue­va York.

El arri­bo a la inmen­sa esta­ción ter­mi­nal de auto­bu­ses de la Gran Man­za­na cons­ti­tu­ye para las jóve­nes un gran con­tras­te con el tran­qui­lo lugar del cual pro­vie­nen y es así que deben valer­se por sí mis­mas, sin mucho dine­ro con­si­go, para tras­la­dar­se a Brooklyn. Al lle­gar a la clí­ni­ca don­de es ama­ble­men­te reci­bi­da Autumn se topa con el incon­ve­nien­te de que su gra­vi­dez es en reali­dad de 18 sema­nas por lo que en ese esta­do de desa­rro­llo del feto el abor­to no pue­de ser efec­tua­do. No obs­tan­te la con­se­je­ra que la atien­de le pro­po­ne diri­gir­se a una clí­ni­ca de Manhat­tan capaz de obviar el problema.

Median­te un enfo­que rea­lis­ta don­de las imá­ge­nes lle­gan a ser más elo­cuen­tes que las pala­bras Hitt­man sigue de cer­ca a las dos jóve­nes cap­tan­do mag­ní­fi­ca­men­te sus esta­dos aní­mi­cos: así mien­tras que Autumn expe­ri­men­ta la real agi­ta­ción emo­cio­nal fren­te al pro­ce­di­mien­to al que será some­ti­da, su pri­ma ‑más acti­va y abier­ta- tra­ta de brin­dar­le su total apo­yo en esta difí­cil cir­cuns­tan­cia. Con todo, el momen­to don­de el film alcan­za su máxi­mo cli­max es cuan­do pre­vio al ini­cio del abor­to ‑que debe rea­li­zar­se en dos jor­na­das con­se­cu­ti­vas- siguien­do un pro­to­co­lo esta­ble­ci­do la joven debe con­tes­tar a las pre­gun­tas que le for­mu­la una cáli­da visi­ta­do­ra social median­te res­pues­tas de opción múl­ti­ple en las que ella debe­rá ele­gir entre Nun­ca, Rara­men­te, Algu­nas Veces o Siem­pre (que res­pon­de al títu­lo del film); en esos dos anto­ló­gi­cos minu­tos la fotó­gra­fa Hélè­ne Lou­vart enfo­ca en pri­mer plano el ros­tro com­pun­gi­do de Autumn don­de dejan­do de lado su apa­ren­te inex­pre­si­vi­dad allí refle­ja sus sen­ti­mien­tos expo­nien­do la humi­lla­ción sufri­da en su some­ti­mien­to a la volun­tad del hom­bre con quien man­tu­vo relaciones.

La direc­to­ra per­mi­te que este lumi­no­so e ínti­mo film se pres­te a más de una lec­tu­ra. Si lo que tras­cien­de en pri­me­ra ins­tan­cia es la his­to­ria de un emba­ra­zo no desea­do y el dere­cho que asis­te a una mujer en dis­po­ner de su cuer­po, más impor­tan­te aún es la vio­len­cia mas­cu­li­na que se des­pren­de del rela­to aun­que no esté grá­fi­ca­men­te expuesta.

A la estu­pen­da direc­ción de Hitt­man se agre­gan las sobre­sa­lien­tes actua­cio­nes de la debu­tan­te Fla­ni­gan — toda una reve­la­ción vivien­do el cal­va­rio de Autumn- y de Ryder quien como Sky­lar le brin­da su incon­di­cio­nal sopor­te. En un papel menor par­ti­ci­pa Theo­do­re Pelle­rin ani­man­do a un joven que las chi­cas cono­cen duran­te el via­je en auto­bús hacia Nue­va York; aun­que su per­so­na­je no esté muy desa­rro­lla­do el mis­mo con­tri­bu­ye a sal­var­las del apu­ro finan­cie­ro en que se encuentran.

Trans­cu­rri­do el pri­mer tri­mes­tre del año, has­ta la fecha este emo­ti­vo film es uno de los más valio­sos y difí­ci­les de olvi­dar. Jor­ge Gutman

Huyen­do de la Comunidad

UNORTHO­DOX. Ale­ma­nia, 2020. Un film de Maria Schrad. (Dis­po­ni­ble en Netflix)

Aun­que estruc­tu­ra­do como mini­se­rie inte­gra­da por 4 epi­so­dios, este espi­ri­tual dra­ma basa­do en el libro de memo­rias de Debo­rah Feld­man publi­ca­do en 2012, ha sido adap­ta­do por Anna Win­ger y Ale­xa Karo­lins­ki bajo la direc­ción de Maria Schra­de quien ha sabi­do cap­tar un mun­do para muchos desconocidos.

Shi­ra Haas

Si bien la vida lle­va­da a cabo por gen­te judía de extre­ma reli­gio­si­dad ha sido tra­ta­da por el cine en diver­sas opor­tu­ni­da­des, lo que dis­tin­gue a este film es el nivel de meticu­losi­dad en que está des­crip­to. Su per­so­na­je cen­tral es Esther Sha­pi­ro (Shi­ra Haas), de sobre­nom­bre Esty, una joven de 19 años vivien­do en Williams­burg, un barrio de Brooklyn, en el mar­co de una comu­ni­dad jasí­di­ca ultra reli­gio­sa, don­de en las pri­me­ras esce­nas del pri­mer capí­tu­lo se la ve esca­pan­do de su mari­do para abor­dar un avión que la con­du­ce a Berlín.

Recu­rrien­do a con­ti­nua­dos flash­backs entre el pre­sen­te y el pasa­do, el rela­to va ilus­tran­do el medio en el que Esty ha sido cria­da don­de la estric­ta dis­cri­mi­na­ción del géne­ro sexual moti­va a que la mujer esté asig­na­da a cum­plir un rol secun­da­rio com­pa­ra­ti­va­men­te al de su con­tra­par­te mas­cu­li­na. Caren­te de una madre (Alex Reid) que aban­do­nó el hogar cuan­do ella era peque­ña y de un padre alcohó­li­co (Gera Sand­ler), Esty ha cre­ci­do en un ambien­te fami­liar opre­si­vo don­de su úni­co solaz ha sido la músi­ca a tra­vés de las cla­ses de piano reci­bi­da por una afa­ble pro­fe­so­ra. A tra­vés de un casa­mien­to arre­gla­do se une a Yakov (Amit Rahav), un mucha­cho sin mucha per­so­na­li­dad y domi­na­do por su madre. A medi­da que trans­cu­rren los meses, su vida con­yu­gal resul­ta frus­tran­te, en par­te debi­do a la desas­tro­sa expe­rien­cia sexual como así tam­bién por la con­ti­nua­da intro­mi­sión de su sue­gra quien se impo­ne de los más ínti­mos aspec­tos de su matri­mo­nio a tra­vés de lo que le pue­de son­sa­car a su hijo.

Con un deseo irre­pri­mi­ble de hallar la liber­tad como per­so­na Esty, que en el momen­to de par­tir se halla emba­ra­za­da sin que su mari­do lo sepa, lle­ga a Ber­lín des­cu­brien­do allí un mun­do nue­vo. Su vin­cu­la­ción con el músi­co Robert (Aaron Alta­ras) y sus cole­gas le brin­dan un hori­zon­te insos­pe­cha­do que le alen­ta­rá a vis­lum­brar un futu­ro más pro­mi­so­rio aspi­ran­do con­se­guir que la admi­tan en el Con­ser­va­to­rio de Músi­ca de Ber­lín dada su incli­na­ción por la músi­ca. En tal sen­ti­do es intere­san­te cons­ta­tar cómo el film no deja de hacer refe­ren­cia al lugar don­de Hitler con­ci­bió la Solu­ción Final sellan­do el des­tino de 6 millo­nes de judíos exter­mi­na­dos por el nazismo.

Con el pro­pó­si­to de crear un sus­pen­so a la his­to­ria rela­ta­da, el guión intro­du­ce una sub­tra­ma en la que Yanky y su pri­mo Moshe (Jeff Wil­busch) ‑un judío orto­do­xo más secu­lar, que se había apar­ta­do de la comu­ni­dad- via­jan a la capi­tal ale­ma­na en pro­cu­ra de ubi­car a Esty con el pro­pó­si­to de hacer­la regre­sar a Esta­dos Uni­dos. Simul­tá­nea­men­te la joven reen­cuen­tra a su dis­tan­cia­da madre don­de se impo­ne de los moti­vos por los que esta mujer se vio for­za­da a dejar a su hija para vivir en Alemania.

Ade­más de la pre­ci­sa des­crip­ción de algu­nos de los ritua­les que carac­te­ri­zan el modus viven­di de la comu­ni­dad de Williams­burg, el rela­to va más allá de expo­ner su com­por­ta­mien­to cul­tu­ral; lo que prin­ci­pal­men­te enfa­ti­za es el derro­te­ro de una ino­cen­te mucha­cha que tra­ta de lograr una iden­ti­dad pro­pia que le ha sido nega­da al haber­se encon­tra­do pri­sio­ne­ra en un medio estric­ta­men­te regi­do por cri­te­rios reli­gio­sos que inte­rior­men­te rechazaba.

He aquí un film ínti­mo, fas­ci­nan­te y pro­fun­da­men­te humano que se ve real­za­do por la excep­cio­nal inter­pre­ta­ción de la actriz israe­lí Shi­ra Hass quien logra expre­sar median­te sus pala­bras, elo­cuen­tes silen­cios y ges­tos físi­cos la varia­da gama de emo­cio­nes que atra­vie­sa su per­so­na­je. Jor­ge Gutman