Bello Rela­to Humanista

HORS NOR­MES. Fran­cia, 2019. Un film escri­to y diri­gi­do por Éric Tole­dano y Oli­vier Naka­che. 114 minutos.

Los rea­li­za­do­res Éric Tole­dano y Oli­vier Naka­che que han con­gra­cia­do al públi­co inter­na­cio­nal con Intou­cha­bles (2011) retor­nan con una come­dia dra­má­ti­ca de hon­do con­te­ni­do huma­nis­ta cen­tra­da en la gen­te afec­ta­da de autismo.

Para con­cre­tar esta pelí­cu­la, más ase­me­ja­da a un docu­men­tal que a un rela­to de fic­ción, ambos cineas­tas efec­tua­ron una apro­pia­da inves­ti­ga­ción toman­do como refe­ren­cia la aso­cia­ción fran­ce­sa “Le Silen­ce des Jus­tes” crea­da por Stépha­ne Benha­mou cuyo pro­pó­si­to es el de aco­ger e inser­tar en la socie­dad a niños y jóve­nes autis­tas. Ese perío­do de obser­va­ción duran­te un lap­so de dos años per­mi­tió a los direc­to­res plas­mar en un guión pre­ci­so y escla­re­ce­dor el mun­do espe­cial de quie­nes sufren esta pato­lo­gía. Para ello han con­ta­do con dos acto­res exce­len­tes en los roles pro­ta­gó­ni­cos ade­más de la valio­sí­si­ma par­ti­ci­pa­ción de un autis­ta real.

Vin­cent Cas­sel y Reda Kateb

En una de sus mejo­res actua­cio­nes para el cine Vin­cent Cas­sel carac­te­ri­za a Bruno, un judío que vuel­ca su ener­gía e inigua­la­ble entu­sias­mo en una orga­ni­za­ción sin fines de lucro que cons­ti­tu­yó a fin de alber­gar a meno­res y ado­les­cen­tes autis­tas y cimen­tar la nece­sa­ria empa­tía para que ellos sien­tan que son obje­to de afec­to por par­te de sus tuto­res. Al pro­pio tiem­po el caris­má­ti­co Reda Kateb ani­ma al musul­mán Malik que tam­bién ha crea­do un cen­tro que sin per­se­guir el lucro tie­ne como obje­ti­vo capa­ci­tar a jóve­nes pro­ve­nien­tes de sec­to­res des­fa­vo­re­ci­dos para que pue­dan cui­dar a los que sufren de un autis­mo seve­ro. A lo lar­go del rela­to se ve cómo ambas ins­ti­tu­cio­nes lle­gan a entre­la­zar­se pro­fe­sio­nal­men­te gra­cias a la exce­len­te rela­ción exis­ten­te entre ambos diri­gen­tes no obs­tan­te sus dife­ren­tes religiones.

Joseph (Ben­ja­min Lesieur, ver­da­de­ro autis­ta) es uno de los vio­len­tos jóve­nes que Bruno tie­ne a su car­go. En tal queha­cer se apre­cia el esfuer­zo que rea­li­za para tran­qui­li­zar­lo y ganar su con­fian­za, aun­que a veces tie­ne que lidiar con su ansie­dad de tirar la señal de alar­ma de los metros cau­san­do el con­si­guien­te revue­lo de los pasa­je­ros. Asi­mis­mo este edu­ca­dor se preo­cu­pa en con­se­guir­le un empleo al haber per­sua­di­do al due­ño de una lavan­de­ría para que lo tome a prue­ba como apren­diz. Gra­dual­men­te el mucha­cho va adqui­rien­do mayor auto­no­mía para gran satis­fac­ción de su madre (Hélè­ne Vin­cent) quien mucho agra­de­ce a Bruno la devo­ta dedi­ca­ción brin­da­da a su hijo.

Malik por su par­te no está exen­to de algu­nos sus­tos como cuan­do Dylan (Bryan Mia­loun­da­ma), uno de los cui­da­do­res que ha for­ma­do, des­cui­da momen­tá­nea­men­te al pato­ló­gi­co Valen­tin (Mar­co Loca­te­lli, cuyo her­mano es real­men­te autis­ta) quien huye des­pa­vo­ri­do por el mie­do y se pier­de en medio de un inten­so trá­fi­co calle­je­ro. En todo caso, tan­to Bruno como Malik ten­drán momen­tos de satis­fac­ción com­pro­ban­do los avan­ces logra­dos por sus pacientes.

Para­le­lo al tema cen­tral es impor­tan­te des­ta­car cómo estos cen­tros se vin­cu­lan con las auto­ri­da­des públi­cas. Eso está ejem­pli­fi­ca­do en las entre­vis­tas rea­li­za­das por dos fun­cio­na­rios (Fré­dé­ric Pie­rrot y Sulia­ne Brahim) de la Ins­pec­ción Gene­ral de Asun­tos Socia­les de Fran­cia, quie­nes cues­tio­nan la fal­ta de regu­la­ción de estas aso­cia­cio­nes no licen­cia­das ade­más de seña­lar que el per­so­nal que cui­da de los autis­tas no posee títu­lo ofi­cial para rea­li­zar­lo. Con todo, el ente públi­co ter­mi­na reco­no­cien­do la labor excep­cio­nal rea­li­za­da por Bruno y Malik para mejo­rar la con­di­ción de vida de los autis­tas a su car­go tenien­do en cuen­ta que muchos de ellos, sobre todo los más vehe­men­tes e indis­ci­pli­na­dos, son rea­cios a ser admi­ti­dos por los orga­nis­mos autorizados.

Cul­mi­nan­do con un her­mo­so final poé­ti­co a la vez que opti­mis­ta, don­de se obser­va a Joseph bai­lan­do plá­ci­da­men­te con algu­nos de sus com­pa­ñe­ros, el film abre el cora­zón de quien lo contempla.

A tra­vés de una rea­li­za­ción sen­ci­lla pero efec­ti­va, este con­mo­ve­dor docu­men­to es alta­men­te ins­pi­ra­dor en la medi­da que a la mane­ra de un cuen­to de hadas demues­tra la mane­ra en que abne­ga­dos indi­vi­duos al ser­vi­cio de una noble cau­sa pue­den cam­biar la vida de quie­nes afec­ta­dos por esta enfer­me­dad mere­cen ser obje­to de tole­ran­cia, res­pe­to y ser inclui­dos en el medio social en que viven. Por su posi­ti­vo y alec­cio­na­dor men­sa­je uni­do a las estu­pen­das actua­cio­nes de Cas­sel y Kateb Hors Nor­mes  mere­ce su visión sin con­di­cio­na­mien­to alguno. Jor­ge Gutman

Una Ban­da Criminal

RIDERS OF JUS­TI­CE. Dina­mar­ca, 2020. Un film escri­to y diri­gi­do por Anders Tho­mas Jen­sen. 115 minutos.

Una gra­ta sor­pre­sa es la que ofre­ce Anders Tho­mas Jen­sen en Riders of Jus­ti­ce al com­bi­nar con suma efi­ca­cia diver­sos géne­ros en los que se apre­cia humor negro, thri­ller, dra­ma, come­dia absur­da a la mane­ra de los bue­nos rela­tos de los her­ma­nos Coen, así como tam­bién diná­mi­ca acción. El direc­tor danés, muy cono­ci­do en su tie­rra por la inge­nio­si­dad de sus guio­nes, aquí se cen­tra en las casua­li­da­des y coin­ci­den­cias que acon­te­cen cuan­do una ines­pe­ra­da situa­ción con­lle­va a la siguien­te y suce­si­va­men­te a otras más, tal como lo que aquí acontece.

Mads Mik­kel­sen y Andrea Heic­ke Gadeberg

La his­to­ria comien­za con la bici­cle­ta que le es roba­da a la ado­les­cen­te Mathil­de (Andrea Heic­ke Gade­berg) con la cual solía diri­gir­se a la escue­la; por ese moti­vo su madre Emma (Anne Bir­git­te Lind) se dis­po­ne a lle­var­la en su coche, pero como el vehícu­lo no con­si­gue arran­car resuel­ven tomar el metro. En el mis­mo tam­bién via­ja Otto (Niko­laj Lie Klass), un mate­má­ti­co obse­sio­na­do por las cifras esta­dís­ti­cas y pro­ba­bi­li­da­des, quien vien­do para­da a Emma ama­ble­men­te le ofre­ce su asien­to. El des­tino pro­du­ce una mala juga­da cuan­do al poco tiem­po el via­je se inte­rrum­pe por una fatal explo­sión que cau­sa la muer­te de varios pasa­je­ros inclu­yen­do a Emma. El pesar de Mathil­de que sobre­vi­ve al acci­den­te es muy gran­de como tam­bién lo es el de su padre Mar­kus (Mads Mik­kel­sen), un mili­tar que se encon­tra­ba en Esto­nia cum­plien­do una misión y regre­só apre­su­ra­da­men­te a Dina­mar­ca fren­te a la tre­men­da desgracia.

En tan­to, Otto está con­ven­ci­do que el acci­den­te no fue casual por­que entre las víc­ti­mas del metro se encon­tra­ban un ex inte­gran­te de la ban­da de delin­cuen­tes Riders of Jus­ti­ce y su abo­ga­do quie­nes debían tes­ti­mo­niar ante la jus­ti­cia sobre las acti­vi­da­des cri­mi­na­les de esos gangs­ters. Con­se­cuen­te­men­te Otto pro­vis­to de cier­tas infor­ma­cio­nes que pudo detec­tar, invi­ta a Len­nart (Lars Bryg­mann) y Emmentha­ler (Nico­las Bro), sus dos pin­to­res­cos ami­gos hac­kers, para que jun­ta­men­te pue­dan pro­bar que exis­tió un aten­ta­do. Asi­mis­mo el mate­má­ti­co apa­re­ce en la puer­ta del hogar de Mar­kus, expli­cán­do­le cómo cir­cuns­tan­cial­men­te cono­ció a Emma y su hija dán­do­le a enten­der su pro­pó­si­to de des­en­mas­ca­rar a los cul­pa­bles de la explo­sión; al ente­rar­se de ello, el des­con­so­la­do viu­do se une al gru­po con el pro­pó­si­to de ani­qui­lar a los ase­si­nos de su mujer. Ade­más del cuar­te­to men­cio­na­do en esta aza­ro­sa aven­tu­ra tam­bién están indi­rec­ta­men­te invo­lu­cra­dos el sen­si­ble joven­ci­to Sirius (Albert Rud­beck Lindhart) con quien sale Mathil­de y Bodash­ka (Gus­tav Lindh), un pros­ti­tu­to gay ucraniano.

Sin entrar en deta­lles adi­cio­na­les cabe seña­lar que lo que pro­si­gue es una cali­bra­da come­dia surrea­lis­ta con ins­tan­cias deci­di­da­men­te gra­cio­sas y otras vio­len­tas de con­vin­cen­te ten­sión cuan­do Mar­kus y sus com­pa­ñe­ros con los mafio­sos inte­gran­tes de la ban­da criminal.

La ame­na for­ma en que Jen­sen narra su alo­ca­da his­to­ria, cier­ta­men­te impre­de­ci­ble, per­mi­te que el espec­ta­dor la sabo­ree con gran pla­cer; en gran par­te eso se debe a su cali­fi­ca­do elen­co trans­mi­tien­do la varia­da gama de emo­cio­nes reque­ri­da por el estu­pen­do guión del realizador.

En suma, para ate­nuar en par­te el dra­ma de la rei­nan­te pan­de­mia, resul­ta desea­ble que el cine con­ti­núe brin­dan­do muy bue­nas come­dias esca­pis­tas como la que se aca­ba de comen­tar. Jor­ge Gutman

Dis­tan­cia Físi­ca y Emocional

HYGIĖ­NE SOCIA­LE. Cana­dá, 2021. Un film escri­to y diri­gi­do por Denis Côté. 75 minutos

Radi­cal, ecléc­ti­co, irre­ve­ren­te, pro­vo­ca­ti­vo, son algu­nos de los cali­fi­ca­ti­vos que carac­te­ri­zan al cine de Denis Côté tal como lo ha demos­tra­do a tra­vés de su fil­mo­gra­fía inte­gra­da por 13 lar­go­me­tra­jes y 4 cor­tos. En Hygiè­ne Socia­le nue­va­men­te asom­bra al espec­ta­dor ofre­cien­do una tea­tral sin­fo­nía pas­to­ral, cier­ta­men­te pre­cio­sis­ta en su aspec­to for­mal, lo que le ha vali­do obte­ner el pre­mio a la mejor rea­li­za­ción en la sec­ción Encoun­ters del Fes­ti­val de Berlín.

Maxim Gau­det­te y Kath­leen Fortin

Rea­li­za­do en pleno perío­do pan­dé­mi­co, su tema no está refe­ri­do a esta mal­di­ta pla­ga, aun­que sus per­so­na­jes estan­do pre­sen­tes de a dos a la vez, guar­dan una dis­tan­cia social entre 5 y 6 metros a la mane­ra de cier­tas obras de auto­res clá­si­cos del tea­tro fran­cés como Raci­ne y Corneille.

La his­to­ria rela­ta­da está con­for­ma­da por varias viñe­tas con lar­gos pla­nos fijos fil­ma­dos a con­si­de­ra­ble dis­tan­cia y que trans­cu­rren a la luz del día en pleno cam­po abier­to. Su pro­ta­go­nis­ta es Anto­nin (Maxim Gau­det­te), un inma­du­ro adul­to taram­ba­na, que sin domi­ci­lio fijo per­noc­ta en el coche de un ami­go y para sub­sis­tir se vale de peque­ños robos efec­tua­dos a gen­te des­pre­ve­ni­da. Eso no impi­de que se con­si­de­re un cineas­ta, aun­que nin­gun pro­yec­to haya podi­do concretar.

En la serie de con­ver­sa­cio­nes dua­les entre este bri­bón y cin­co muje­res, casi todas ata­via­das con ves­tua­rio de épo­ca, la pri­me­ra es la que man­tie­ne con su her­ma­na Sol­veig (Laris­sa Corri­veau) quien le recri­mi­na su con­duc­ta irres­pon­sa­ble, hacién­do­le ver que ya es hora para que sien­te cabe­za y modi­fi­que su esti­lo de vida; sin embar­go, sus repro­ches no lle­gan a impor­tar­le dado que él jus­ti­fi­ca su modo de actuar. Pos­te­rior­men­te Anto­nin se enfren­ta, siem­pre a dis­tan­cia, con su sepa­ra­da mujer Églan­ti­ne (Évely­ne Rom­pré) quien le incri­mi­na por no cum­plir con su com­pro­mi­so con­yu­gal, aun­que no es eso lo que él desea. A con­ti­nua­ción se lo ve dia­lo­gan­do con Cas­sio­pee (Éve Duran­ceau), de quien está ena­mo­ra­do pero la joven pre­fie­re a otro cor­te­jan­te. Una pos­te­rior esce­na se pro­du­ce entre él y Rose (Kath­leen For­tin), una recau­da­do­ra fis­cal que le acu­sa de no pagar sus impues­tos; final­men­te este anti­hé­roe con­fron­ta a la andró­gi­na Auro­re (Éléo­no­re Loi­se­lle) que le recla­ma la devo­lu­ción de su compu­tado­ra y la cam­pe­ra de su ami­go que le robó de su auto des­pués de haber­le roto el para­bri­sas y uno de los vidrios.

Cier­ta­men­te, el con­te­ni­do argu­men­tal risue­ña­men­te surrea­lis­ta es solo una excu­sa de la que Côté se vale para su sin­gu­lar expe­ri­men­to cine­ma­to­grá­fi­co deci­di­da­men­te anti­con­ven­cio­nal. De todos modos, quien qui­sie­ra extraer algu­nas con­clu­sio­nes podría infe­rir que el rea­li­za­dor pone a prue­ba la mas­cu­li­ni­dad fren­te al empo­de­ra­mien­to del sexo feme­nino refle­ja­do en los últi­mos años; asi­mis­mo, la higie­ne social a la que alu­de su títu­lo podría impli­car la dis­tan­cia a nivel emo­cio­nal que se pro­du­ce en la era digi­tal entre per­so­nas de igual o dife­ren­te sexo en la que final­men­te pre­va­le­ce la sole­dad huma­na. Dejan­do a un lado estas elu­cu­bra­cio­nes, lo con­cre­to es que el film some­te a la audien­cia a un desa­fío inte­lec­tual que rin­de sus fru­tos siem­pre y cuan­do se invo­lu­cre en los códi­gos emplea­dos por el inte­li­gen­te rea­li­za­dor. Jor­ge Gutman

Pér­di­da Auditiva

SOUND OF METAL. Esta­dos Uni­dos, 2019. Un film de Darius Mar­der. 120 minutos.

Esta nota­ble ópe­ra pri­ma del rea­li­za­dor Darius Mar­der enfo­ca el tema de la dis­ca­pa­ci­ta­ción audi­ti­va de un apa­sio­na­do músi­co del heavy metal. El guión del rea­li­za­dor escri­to con su her­mano Abraham pre­sen­ta a Ruben (Riz Ahmed), un bate­ris­ta que jun­to con su novia Lou (Oli­via Cooke) como can­tan­te inte­gran una peque­ña ban­da de art metal actuan­do a tra­vés de Esta­dos Uni­dos en un reco­rri­do efec­tua­do en una casa rodan­te. Para él su acti­vi­dad musi­cal cons­ti­tu­ye la razón de su exis­ten­cia: así el atro­na­dor soni­do musi­cal es lo que le per­mi­te alcan­zar un inigua­la­ble éxta­sis, suplan­tan­do de esta mane­ra su adic­ción a la heroí­na de la cual ha logra­do man­te­ner­se sobrio duran­te los últi­mos 4 años.

Riz Ahmed

La vida nóma­de de esta pare­ja se alte­ra con­si­de­ra­ble­men­te cuan­do un día antes de un con­cier­to pro­gra­ma­do Ruben se per­ca­ta haber per­di­do una par­te con­si­de­ra­ble de su sen­ti­do de audi­ción. Al prin­ci­pio, en un esta­do con­fu­so pre­ten­de igno­rar lo que le está ocu­rrien­do; su nega­ción se trans­for­ma en cóle­ra cuan­do su novia lo disua­de de con­ti­nuar con la gira. Su pesi­mis­mo se inten­si­fi­ca cuan­do un médi­co espe­cia­li­za­do le comu­ni­ca que su insu­fi­cien­cia audi­ti­va segui­rá pro­gre­san­do y lo úni­co que pue­de hacer es some­ter­se a una ope­ra­ción aun­que de nin­gún modo habrá de recu­pe­rar por com­ple­to su audi­ción. Temien­do que Ruben pue­da recaer en la dro­ga a cau­sa de la deses­pe­ra­ción que lo envuel­ve, Lou le sugie­re que resi­da tem­po­ral­men­te en un cen­tro que agru­pa a gen­te sor­da bajo la direc­ción de Joe (Paul Raci); este vete­rano de gue­rra de Viet­nam adop­ta la filo­so­fía de que la sor­de­ra no es real­men­te una dis­ca­pa­ci­ta­ción y es nece­sa­rio saber con­vi­vir con ella. Aun­que el músi­co no está de acuer­do con dicha ideo­lo­gía, duran­te un perío­do con­vi­ve con ese gru­po don­de apren­de el len­gua­je de los sor­dos ade­más de tener con­tac­to con niños dis­mi­nui­dos auditivamente.

El direc­tor ha logra­do un vigo­ro­so dra­ma de máxi­ma auten­ti­ci­dad sumer­gien­do al espec­ta­dor en la pro­ble­má­ti­ca psi­co­ló­gi­ca de su pro­ta­go­nis­ta. En tal sen­ti­do el dise­ño de soni­do jue­ga un rol pre­pon­de­ran­te en el rela­to, en la medi­da que trans­mi­te fiel­men­te lo que el decep­cio­na­do ins­tru­men­tis­ta per­ci­be en sus oídos. Así cuan­do des­pués de una ope­ra­ción a la que se some­te en don­de se le efec­túa un implan­te coclear, el dis­tor­sio­na­do soni­do que expe­ri­men­ta a tra­vés de sus oídos dis­ta de ser el que el oía antes de su pér­di­da auditiva.

Sin recu­rrir a nin­gún tipo de cli­sés, el direc­tor entre­ga un film elo­cuen­te­men­te sen­si­ble a la vez que rudo y en algu­nos momen­tos vio­len­to ilus­tran­do el impac­to emo­cio­nal sufri­do por su vul­ne­ra­ble pro­ta­go­nis­ta; en tal sen­ti­do la magis­tral inter­pre­ta­ción de Ahmed cun­de hon­da­men­te al haber sabi­do trans­mi­tir la fra­gi­li­dad de un indi­vi­duo que debe ajus­tar­se psi­co­ló­gi­ca­men­te a una reali­dad dife­ren­te por más dura e incó­mo­da que le pue­da resultar.

En su debut como rea­li­za­dor Mar­der ofre­ce un cine artís­ti­co de nota­ble cali­dad a tra­vés de una fas­ci­nan­te temá­ti­ca agra­cia­da por su exce­len­te inter­pre­ta­ción y por su rique­za sen­so­rial y visual. Jor­ge Gutman

El Depor­te en el Cine

Des­de el 21 has­ta el 27 de mayo, Cine­plex pre­sen­ta­rá en la gran pan­ta­lla de una de las salas del com­ple­jo Quar­tier Latin de Mon­treal una selec­ción de seis recor­da­das pelí­cu­las ame­ri­ca­nas que se vin­cu­lan con la acti­vi­dad depor­ti­va del hoc­key sobre hie­lo, béis­bol, fút­bol ame­ri­cano y golf.

A con­ti­nua­ción se lis­ta los fil­mes programados.

FRI­DAY NIGHT LIGHTS (21 de mayo). Direc­tor: Peter Berg. Elen­co: Billy Bob Thorn­ton, Jay Her­nan­dez, Derez Luke.

Esta pelí­cu­la basa­da en el libro de H.G. Bis­sin­ger recuen­ta la his­to­ria del equi­po de fút­bol ame­ri­cano The Per­mian High School de Odes­sa, Texas, en momen­tos en que la ciu­dad se ve afec­ta­da por una fuer­te cri­sis económica.

FOR LOVE OF THE GAME (22 de mayo). Direc­tor: Sam Rai­mi. Elen­co: Kevin Kost­ner, Kelly Pres­ton, J.C. Reilly, Jena Malone.

Este emo­ti­vo dra­ma se cen­tra en Billy Cha­pel (Kevin Kost­ner), un talen­to­so pícher de béis­bol que a los 40 años se ve en la difí­cil situa­ción al tener que deci­dir de dejar el depor­te o acep­tar su tras­pa­so a otro equi­po dife­ren­te del que ha mili­ta­do en toda su carre­ra. Ade­más es for­za­do a vol­ver a exa­mi­nar las prio­ri­da­des en su vida cuan­do es con­fron­ta­do con ines­pe­ra­dos acontecimientos.

42. (22 y 27 de mayo). Direc­tor Brian Hel­ge­land. Elen­co: Chad­wick Bose­man, Harri­son Ford, Nico­le Beha­rie, Chris­topher Melo­ni, Andre Holland, Lucas Black, Hamish Lin­kla­ter, Ryan Merriman.

Jack (“Jac­kie”) Robin­son (1919 –1972) fue un beis­bo­lis­ta de Esta­dos Uni­dos que ha mar­ca­do una épo­ca en la his­to­ria depor­ti­va de los Esta­dos Uni­dos al haber­se con­ver­ti­do en el pri­mer juga­dor afro­ame­ri­cano en par­ti­ci­par en un equi­po de pri­mer nivel de este depor­te. Los acon­te­ci­mien­tos que rodea­ron ese even­to más otros adi­cio­na­les sobre el movi­mien­to de los dere­chos civi­les de los negros vin­cu­la­dos con el depor­te son abor­da­dos por el direc­tor Brian Hel­ge­land de mane­ra cla­ra, direc­ta, sobria y ele­gan­te. El públi­co tie­ne la opor­tu­ni­dad de ver la muy bue­na carac­te­ri­za­ción logra­da en el rol pro­ta­gó­ni­co por el malo­gra­do actor Chad­wick Boseman.

THE BLIND SIDE (23 de mayo). Direc­tor: John Lee Han­cock. Elen­co: San­dra Bullock, Tim McGraw, Quin­ton Aaron, Lily Collins, Jae Head, Ray McKin­non, Kathy Bates.

Basa­do en el libro de Michael Lewis “The Blind Side: Evo­lu­tion of a Game”, el film abor­da la vida del juga­dor afro­ame­ri­cano Michael Ohner (Quin­ton Aaron). En su comien­zo se obser­va a este cor­pu­len­to y gigan­tes­co ado­les­cen­te de 18 años de edad vivien­do en la indigencia.

Sin fami­lia ni un medio social de refe­ren­cia, sal­vo los oca­sio­na­les veci­nos de su edad que habi­tan en uno de los sec­to­res más pobres de Memphis, su ren­di­mien­to esco­lar es muy bajo y ape­nas alcan­za a expre­sar­se cuan­do se ve obli­ga­do a hablar; aun­que se sien­te atraí­do por el fút­bol ame­ri­cano con aspi­ra­cio­nes de ser juga­dor, nada indi­ca que pue­da lograr su pro­pó­si­to. Cuan­do una noche Anne Tuohy (San­dra Bullock), una mujer blan­ca sure­ña de exce­len­te posi­ción social y eco­nó­mi­ca, lo encuen­tra des­orien­ta­do en la calle y sin tener don­de ir, ella le ofre­ce su hogar para pasar la noche. Lo que pare­ce­ría un ges­to de ama­bi­li­dad de Anne hacia un pobre mucha­cho, al poco tiem­po se con­vier­te en una rela­ción mucho más impor­tan­te cuan­do la fami­lia Tuohy lo incor­po­ra como un inte­gran­te más de la mis­ma. Ese cálli­do víncu­lon habrá de cam­biar por com­ple­to su existencia.

GOON (23 y 26 de mayo). Direc­tor: Michael Dow­se. Elen­co: Liev Schrei­ber, Seann William Scott and Jay Baruchel

Esta muy agra­da­ble come­dia ame­ri­ca­na copro­du­ci­da con Cana­dá gira en torno de Doug Glatt (Seann William Scott), un sim­ple guar­dia de segu­ri­dad en un bar de Mas­sa­chu­setts, quien se sien­te mar­gi­na­li­za­do en el seno de su ilus­tre fami­lia médi­ca que lo ha adop­ta­do. Espe­cia­les cir­cuns­tan­cias habrán de con­ver­tir­lo en el eje­cu­tor de un equi­po de la liga menor de hoc­key sobre hielo.

HAPPY GIL­MO­RE (25 de mayo). Direc­tor: Den­nis Dugan. Elen­co: Adam Sand­ler, Chris­topher McDo­nald, Julie Bowen.

El come­dian­te ame­ri­cano Adam Sand­ler carac­te­ri­za a Happy Gil­mo­re, un fra­ca­sa­do juga­dor de hoc­key sobre hie­lo que des­cu­bri­rá sus habi­li­da­des de gol­fis­ta; eso le per­mi­ti­rá par­ti­ci­par y triun­far en impor­tan­tes tor­neos de golf y con el dine­ro obte­ni­do podrá sal­var la casa de su abue­la quien está ame­na­za­da de ser desalojada.

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