Mafio­sos en Chicago

THE OUT­FIT. Esta­dos Uni­dos, 2022. Un film de Graham Moo­re. 106 minutos

Con el ante­ce­den­te de haber obte­ni­do un Oscar por el guión de The Imi­ta­tion Game (2014), Graham Moo­re se ubi­ca por pri­me­ra vez detrás de la cáma­ra en The Out­fit. De ele­gan­te esti­lo el film que bien podría ase­me­jar­se a la adap­ta­ción de una pie­za tea­tral se dis­tin­gue fun­da­men­tal­men­te por su buen elen­co enca­be­za­do por Mark Rylance.

Mark Rylan­ce

El direc­tor abor­da un dra­ma cri­mi­nal cuyo comien­zo aus­pi­cio­so no lle­ga a con­cre­tar­se satis­fac­to­ria­men­te en su reso­lu­ción. La acción trans­cu­rre en un frío día de invierno de 1956 en la ciu­dad de Chica­go. Es allí que Leo­nard (Rylan­ce), un expa­tria­do bri­tá­ni­co que dejó su país des­pués de una tra­ge­dia per­so­nal, entra a su nego­cio de sas­tre­ría don­de se desem­pe­ña como tal. Comen­zan­do su dia­ria tarea va narran­do los gajes del ofi­cio y a decir ver­dad cons­ti­tu­ye una bue­na lec­ción para todos aque­llos intere­sa­dos en ini­ciar la pro­fe­sión de la alta cos­tu­ra. Su clien­te­la está cons­ti­tui­da por clien­tes de buen nivel eco­nó­mi­co, entre ellos Roy Boy­le (Simon Rus­sell Bea­le) quien es el líder de la orga­ni­za­ción mafio­sa The Out­fit. En su tra­ba­jo Leo­nard cuen­ta con la asis­ten­cia de su joven secre­ta­ria Mable (Zoey Deu­tch) quien está sen­ti­men­tal­men­te vin­cu­la­da con Richie (Dylan O’Brien) el hijo de Roy.

Gra­dual­men­te el espec­ta­dor se impo­ne que el local cons­ti­tu­ye asi­mis­mo el antro en el que la ban­da de Roy hace uso del mis­mo como medio de con­tac­to para el des­en­vol­vi­mien­to de sus ope­ra­cio­nes. El con­flic­to dra­má­ti­co se ori­gi­na cuan­do en el local irrum­pen Richie con Fran­cis (Johnny Flynn), el nue­vo aso­cia­do de Roy, don­de en un vio­len­to des­en­cuen­tro Richie es ase­si­na­do por aquél, a la vis­ta del impa­si­ble sas­tre que per­ma­ne­ce mudo para no arries­gar su vida. La situa­ción se agra­va cuan­do poco tiem­po des­pués Roy irrum­pe en la sas­tre­ría en pro­cu­ra de su hijo.

Es una pena que de aquí en más la pro­mi­so­ria tra­ma se enma­ra­ña a tra­vés de giros ines­pe­ra­dos que resul­tan incon­gruen­tes; si bien el pro­pó­si­to de los guio­nis­tas es el de inten­si­fi­car la intri­ga del rela­to, lo impor­tan­te es que su reso­lu­ción adquie­ra cohe­ren­cia, aspec­to que en este caso no se con­cre­ta; así, con el cam­bio de tono el guión intro­du­ce men­ti­ras y secre­tos ocul­tos que dis­tan de resul­tar con­vin­cen­tes. De todos modos, en su mayor par­te el film con­cen­tra la aten­ción, en gran par­te debi­do a la mag­ní­fi­ca pres­ta­ción de Rylan­ce como el fle­má­ti­co y taci­turno inglés capaz de man­te­ner la mode­ra­ción y con­trol de la situa­ción a medi­da que los acon­te­ci­mien­tos se van pre­ci­pi­tan­do peli­gro­sa­men­te. El res­to del elen­co se desem­pe­ña com­pe­ten­te­men­te, sobre todo Bea­le quien en un papel de apo­yo ple­na­men­te per­sua­de ani­man­do al patriar­ca del cri­men organizado.

No obs­tan­te que la acción se desa­rro­lla exclu­si­va­men­te en las tres habi­ta­cio­nes del nego­cio, su limi­ta­do espa­cio no gene­ra claus­tro­fo­bia algu­na, gra­cias a la bue­na foto­gra­fía de Dick Pop y al ágil mon­ta­je de William Goldenberg.

En resu­men, que­da como resul­ta­do una acep­ta­ble mues­tra de cine negro que no obs­tan­te las obser­va­cio­nes efec­tua­das a su guión des­ta­ca a Moo­re como un pro­mi­so­rio rea­li­za­dor. Jor­ge Gutman

El Fes­ti­val del Arte

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

FIFA (1)

El 15 de mar­zo comen­za­rá una nue­va edi­ción del Fes­ti­val Inter­na­tio­nal du film sur l’art (FIFA) que se habrá de pro­lon­gar has­ta el 27 de mar­zo inclu­si­ve. Ade­más de pre­sen­tar los fil­mes en sala en Mon­treal y en Que­bec, el fes­ti­val podrá apre­ciar­se en Cana­dá median­te su difu­sión en línea.A lo lar­go de sus cua­tro déca­das de exis­ten­cia FIFA ha pro­mo­vi­do la difu­sión del arte en sus dife­ren­tes mani­fes­ta­cio­nes median­te docu­men­ta­les cui­da­do­sa­men­te selec­cio­na­dos. Con la direc­ción artís­ti­ca de Phi­lip­pe U. del Dra­go, la diver­si­fi­ca­da pro­gra­ma­ción de este año segui­rá con­tri­bu­yen­do al enri­que­ci­mien­to cul­tu­ral de Cana­dá así como tam­bién per­mi­ti­rá des­ta­car el tra­ba­jo de los artis­tas en el cam­po del cine, video y de las artes visuales.

En esta cua­dra­gé­si­ma edi­ción el fes­ti­val exhi­bi­rá 209 títu­los pro­ve­nien­tes de 46 paí­ses con 50 pelí­cu­las pre­sen­ta­das en pri­mi­cia mun­dial. El film de aper­tu­ra es el docu­men­tal Je me sou­lè­ve del direc­tor cana­dien­se Hugo Latulippe.

Para infor­ma­ción acer­ca de la pro­gra­ma­ción com­ple­ta, difu­sión hora­ria y las dife­ren­tes acti­vi­da­des cone­xas con la mues­tra el sitio web a con­sul­tar es Lefifa.com

A con­ti­nua­ción se rese­ñan cua­tro docu­men­ta­les que Tri­bu­na Cul­tu­ral ha teni­do oca­sión de juzgar.

Daniel Day­Le­wis – L’ héri­tier (Fran­cia)

El excep­cio­nal actor bri­tá­ni­co natu­ra­li­za­do irlan­dés Daniel Day-Lewis es el foco de aten­ción de este rele­van­te docu­men­tal ilus­tran­do has­ta qué pun­to la obse­sión per­fec­cio­nis­ta del actor lle­gó a afec­tar su salud. Median­te imá­ge­nes iné­di­tas, los rea­li­za­do­res Jean­ne Burel y Nico­las Mau­pied con la sobria narra­ción de Elsa Lepoi­vre pasan revis­ta al bri­llan­te talen­to inter­pre­ta­ti­vo de Day-Lewisr que muchos crí­ti­cos sos­tie­nen que es el mejor actor del mundo.

A par­tir de My Beau­ti­ful Laun­dret­te (1985) ani­man­do a un joven homo­se­xual a car­go de una lavan­de­ría y pro­si­guien­do con A Room with a View (1986), carac­te­ri­zan­do a un juve­nil aris­tó­cra­ta de la socie­dad bri­tá­ni­ca, logra entu­sias­mar a la crí­ti­ca y al públi­co. Pocos años des­pués se con­sa­gra mun­dialm­len­te con My Left Foot (1989) don­de obtie­ne su pri­mer Oscar dan­do vida al pin­tor Christy Brown afec­ta­do de pará­li­sis cere­bral. A ello segui­ría un segun­do Oscar por su labor en The­re Will Be Blood (2007) y por ter­ce­ra vez con­quis­ta el valio­so tro­feo por su actua­ción en Phan­tom Thread, (2017) que será su tra­ba­jo pós­tu­mo para el cine.

El docu­men­tal se valo­ri­za con la pre­sen­ta­ción de extrac­tos de su fil­mo­gra­fía como así tam­bién con entre­vis­tas de tele­vi­sión rea­li­za­das, en don­de ade­más de su labor pro­fe­sio­nal se reve­lan aspec­tos de carác­ter per­so­nal. Eso se mani­fies­ta en la com­ple­ja rela­ción man­te­ni­da con su padre, el lau­rea­do poe­ta Cecil Day-Lewis, que aun­que afec­ti­va asi­mis­mo resul­tó dis­tan­te dejan­do una gran influen­cia en su per­so­na­li­dad; pre­ci­sa­men­te él lo vuel­ca en la inter­pre­ta­ción que rea­li­za en In The Name of the Father (1993) en el que se rela­ta el espe­cial víncu­lo de un hijo con su padre acu­sa­do de un acto cri­mi­nal que no come­tió. Aun­que con menor énfa­sis, el docu­men­tal hace refe­ren­cia a su debut como actor tea­tral ade­más de haber sido miem­bro de la Royal Sha­kes­pea­re Company.

Habien­do tra­ba­ja­do con remar­ca­bles direc­to­res de la cine­ma­to­gra­fía uni­ver­sal como Mar­tin Scor­se­se, Ste­ven Spiel­berg, Tom She­ri­dan, Paul Tho­mas Ander­son entre otros, lo más tras­cen­den­te que des­ta­ca el docu­men­tal es su sin­gu­lar méto­do de tra­ba­jo dejan­do de lado su per­so­na­li­dad para trans­for­mar­se de mane­ra inten­si­va en cada per­so­na­je asu­mi­do, con la con­se­cuen­cia de dejar­lo emo­cio­nal­men­te tor­tu­ra­do; por ese moti­vo a los 60 años de edad adop­ta la deci­sión de poner pun­to final a su anto­ló­gi­ca carre­ra de actor.

Cuan­do El Olmo Cho­ca con la Pam­pa (Argen­ti­na)

La obra del gran mura­lis­ta escul­tor y pin­tor argen­tino Ricar­do Cina­lli naci­do en 1948 es exa­mi­na­da en el muy buen docu­men­tal de Sol Mira­glia y Hugo Manso.

Des­de peque­ño los padres de Ricar­do des­cu­brie­ron su incli­na­ción artís­ti­ca y es así que lo envia­ron a estu­diar a una Aca­de­mia de Pin­tu­ra en Rosa­rio. Des­pués de haber con­clui­do sus estu­dios uni­ver­si­ta­rios, en 1972 resol­vió dejar Argen­ti­na para mudar­se a Lon­dres a fin de cana­li­zar ple­na­men­te su voca­ción artís­ti­ca. Allí estu­dió en la Harrow School of Art y en el Horn­sey Colle­ge of Art don­de al poco tiem­po, radi­ca­do en el East End de la capi­tal ingle­sa, es con­si­de­ra­do como una de las per­so­na­li­da­des más impor­tan­tes de las artes plás­ti­cas de Gran Bre­ta­ña. Ade­más del pode­ro­so impac­to pro­du­ci­do con sus gigan­tes­cos mura­les, atra­jo la aten­ción con sus tra­ba­jos en tis­sue papers con­sis­ten­tes en dibu­jos de des­nu­dos mas­cu­li­nos efec­tua­dos en papel de seda.
Median­te viñe­tas que van refle­jan­do sus acti­vi­da­des coti­dia­nas, los docu­men­ta­lis­tas resal­tan la pena del artis­ta vien­do cómo muchos de sus fres­cos han comen­za­do a dete­rio­rar­se con el trans­cur­so del tiem­po en los sitios que han sido alber­ga­dos. A tra­vés de impor­tan­te mate­rial de archi­vo Mira­glia y Man­so con­tras­tan la labor del pin­tor efec­tua­da hace cua­tro déca­das y la reali­dad actual en don­de la des­apa­ri­ción de sus obras pic­tó­ri­cas le pro­du­ce un sen­ti­mien­to de pro­fun­da tristeza.

Ya sep­tua­ge­na­rio el pin­tor efec­túa un regre­so al pue­blo natal de la pro­vin­cia de San­ta Fe para reen­con­trar­se con sus raí­ces, don­de acu­den los recuer­dos de su infan­cia y ado­les­cen­cia. El docu­men­tal cons­ti­tu­ye un ínti­mo retra­to de un artis­ta que a pesar de la sole­dad del pre­sen­te que lo abru­ma, no se da por ven­ci­do tra­tan­do de reco­brar el espí­ri­tu juve­nil per­di­do en Lon­dres a fin de recu­pe­rar las obras diez­ma­das. En suma, esta pelí­cu­la per­mi­te refle­xio­nar acer­ca del paso ineluc­ta­ble de los años y la mane­ra en que un artis­ta cons­cien­te de ello avi­zo­ra su futuro.

Veni­ce Elsewhe­re (Ita­lia).

El docu­men­ta­lis­ta vene­ciano Elia Roma­ne­lli deci­de home­na­jear a su ciu­dad natal de mane­ra sin­gu­lar; en vez de refe­rir­se a la “rei­na del Adriá­ti­co”, tal como es cono­ci­da la román­ti­ca Vene­cia, su obje­ti­vo es ubi­car algu­nos luga­res del con­ti­nen­te euro­peo que lle­van el mis­mo nom­bre y habi­ta­dos por gen­te que nun­ca ha visi­ta­do la her­mo­sa ciu­dad de los canales.

Con­se­cuen­te­men­te, la cáma­ra del rea­li­za­dor enfo­ca un salón de belle­za ubi­ca­do en Zagreb, una aldea roma­na en don­de la can­ti­dad de ove­jas supera al núme­ro de habi­tan­tes, un vecin­da­rio ubi­ca­do en la peri­fe­ria de Ber­lín, un cen­tro comer­cial en Estam­bul, al pro­pio tiem­po que se asis­te a una pin­to­res­ca boda ubi­ca­da en un lugar no espe­ci­fi­ca­do de Euro­pa. Ilus­tran­do la mane­ra en que la real Vene­cia impac­ta en la ima­gi­na­ción de los pobla­do­res de otros rin­co­nes del vie­jo con­ti­nen­te que han adop­ta­do su nom­bre, Roma­ne­lli ofre­ce un curio­so film inte­gra­do por varia­das anéc­do­tas que se dejan ver aun­que sin tras­cen­der demasiado.

Jac­ques Audiard – Le ciné­ma à coeur (Fran­cia)

Pie­rre-Hen­ri Gibert es un reco­no­ci­do autor de docu­men­ta­les de arte que en mate­ria de cine lo ha demos­tra­do en los últi­mos años con Le scan­da­le Clou­zot (2017) sobre el rea­li­za­dor Hen­ri-Geor­ges Clou­zot, Luis Buñuel, la trans­gres­sion des rêves (2018) que fue pre­sen­ta­do en FIFADanie­lle Darrieux: Il est poli d’ê­tre gai (2019), Vol­ker Schlön­dorff, tam­bour bat­tant (2020) y final­men­te Jac­ques Audiard-Le ciné­ma à couer, el film que rea­li­za­do en 2021 ha sido selec­cio­na­do por el fes­ti­val para la pre­sen­te edi­ción. En el mis­mo el rea­li­za­dor abor­da la tra­yec­to­ria del cineas­ta fran­cés enfa­ti­zan­do el dis­tin­ti­vo esti­lo emplea­do en su valio­sa fil­mo­gra­fía inte­gra­da por 9 títulos.

Hijo del cono­ci­do cineas­ta y dia­lo­guis­ta Michel Audiard, a par­tir de la déca­da del 80 Jac­ques se vin­cu­la con el cine escri­bien­do guio­nes. Pero su gran vuel­co se pro­du­ce cuan­do en 1994 a los 42 años de edad rea­li­za su debut como direc­tor con Regar­dez les hom­mes tom­ber, una pelí­cu­la inter­pre­ta­da por Jean-Louis Trin­tig­nant y Mat­tieu Kas­so­vitz por la que obtu­vo el César a la mejor ópe­ra pri­ma y el Pre­mio Geor­ges Sadoul. Cier­ta­men­te el roda­je ejer­ció una con­si­de­ra­ble pre­sión sobre sus hom­bros, pero eso no lo disua­dió en seguir afe­rra­do al cine con su segun­do tra­ba­jo Un héros très dis­cret (1996) por el que fue pre­mia­do en Can­nes como mejor guio­nis­ta; en todo caso es con Sur mes lèvres (2001) que adquie­re reco­no­ci­mien­to inter­na­cio­nal como remar­ca­ble cineas­ta innovador.

Gibert ha logra­do entre­vis­tar a varias per­so­na­li­da­des que tuvie­ron y man­tie­nen vin­cu­la­ción con Audiard; es así que entre los par­ti­ci­pan­tes se encuen­tran Patrick Fos­sey ‑su gran ami­go de infan­cia- el pro­duc­tor Mar­co Cher­qui, el guio­nis­ta Alain Le Hen­ri, el com­po­si­tor Ale­xan­dre Des­plat y varios acto­res que actua­ron en sus pelí­cu­las tales como Niel Ares­trup, Emma­nue­lle Devos y Tahar Rahim, entre otros. Cada uno de los mis­mos apor­ta mati­ces de Audiard no muy cono­ci­dos que con­tri­bu­yen a real­zar el documental.

Ade­más de varios César reci­bi­dos en su fruc­tí­fe­ra carre­ra, el Fes­ti­val de Can­nes pre­mió a Un prophè­te (2009) con el Gran Pre­mio del Jura­do y a Dhee­pan (2015) con la codi­cia­da Pal­ma de Oro.

En esen­cia, esta pelí­cu­la cons­ti­tu­ye una bue­na explo­ra­ción de Audiard, un cineas­ta que inten­ta reno­var­se a sí mis­mo en cada pro­yec­to fíl­mi­co que enca­ra logran­do supe­rar los obs­tácu­los que pue­den inter­po­ner­se en su camino.

Maca­bra Comedia

BAR­BA­QUE. Fran­cia, 2021. Un film escri­to y diri­gi­do por Fabri­ce Éboué. 87 minutos

En su quin­ta pelí­cu­la como rea­li­za­dor, guio­nis­ta y actor el cómi­co fran­cés Fabri­ce Éboué abor­da con negro humor un tema tabú que podrá satis­fa­cer o no según sea la pre­dis­po­si­ción de cada espec­ta­dor en la materia.

Mari­na Foïs y Vin­cent Eboué

El guión coes­cri­to con Vin­cent Solig­nac pre­sen­ta a Vin­cent (Eboué) quien con su espo­sa Sophie (Mari­na Foïs) mane­jan una car­ni­ce­ría que se encuen­tra en serias difi­cul­ta­des finan­cie­ras; para peor deben enfren­tar las pro­tes­tas de un gru­po de vege­ta­ria­nos que se opo­nen al sacri­fi­cio de ani­ma­les y como revan­cha les des­tro­zan par­te del negocio.

El fac­tor que ori­gi­na el con­flic­to dra­má­ti­co de la his­to­ria se pro­du­ce cuan­do mane­jan­do su coche, el matri­mo­nio atro­pe­lla en una ruta a uno de los vega­nos. Sin infor­mar a la poli­cía para evi­tar un posi­ble arres­to, resuel­ven lle­var el cadá­ver a su domi­ci­lio y des­pe­da­zar­lo para así faci­li­tar su pos­te­rior entie­rro; sin embar­go cuan­do en ple­na tarea un peque­ño peda­zo de car­ne cae al sue­lo y es inme­dia­ta­men­te sabo­rea­do con pla­cer por el perro hoga­re­ño, el matri­mo­nio cam­bia de idea. Con­vir­tien­do la car­ne huma­na en un jamón, la mis­ma es ven­di­da a sus clien­tes car­ní­vo­ros hacién­do­les saber que se tra­ta de un puer­co impor­ta­do de Irán; de ahí en más se pro­du­cen lar­gas colas de los com­pla­ci­dos clien­tes para entrar a la car­ni­ce­ría y poder adqui­rir el delli­cio­so manjar.

Vien­do el gran éxi­to obte­ni­do por ese gol­pe de suer­te ines­pe­ra­do, la ins­ti­ga­do­ra Sophie y el eje­cu­tor Vin­cent resuel­ven salir a cazar inde­fen­sas víc­ti­mas con un filo­so cuchi­llo y un fusil car­ga­do, para matar­los, cer­ce­nar sus miem­bros tal como si pro­vi­nie­se del gana­do vacuno para final­men­te ser ven­di­do a sus entu­sias­tas clientes.

Es posi­ble que esta mues­tra de cine maca­bro y per­ver­so pue­da delei­tar a una audien­cia que pro­cu­ra diver­tir­se dejan­do de lado el con­te­ni­do antro­po­fá­gi­co de la corro­si­va his­to­ria. Con todo, el cani­ba­lis­mo pre­sen­cia­do con miem­bros cer­ce­na­dos de cuer­pos huma­nos y sal­pi­ca­du­ras de san­gre a doquier no deja de pro­du­cir una sen­sa­ción de pro­fun­da inco­mo­di­dad. El humor negro ha sido con­si­de­ra­do por el cine con gran éxi­to en Far­go de los her­ma­nos Coen, Deli­ca­tes­sen de Jean Pie­rre Jeu­net y Marc Caro, Man­di­bu­les de Quen­tin Dupieux e inclu­so un epi­so­dio de Rela­tos Sal­va­jes de Damián Szi­fron, para men­cio­nar algu­nos títu­los; la dife­ren­cia estri­ba que en Bar­ba­que el humor se des­con­tro­la y a medi­da que los ase­si­na­tos en serie se van repi­tien­do el efec­to joco­so se diluye.

Den­tro del mar­co de un rela­to que no siem­pre man­tie­ne la nece­sa­ria flui­dez, las actua­cio­nes de de Eboué y Foïs son muy bue­nas a pesar de que no resul­ta posi­ble empa­ti­zar con sus per­so­na­jes. Jor­ge Gutman

El Caba­lle­ro de la Noche

THE BAT­MAN. Esta­dos Uni­dos, 2021. Un film de Matt Reeves. 176 minutos

Varias han sido las ver­sio­nes des­ti­na­das a ilus­trar al céle­bre hom­bre mur­cié­la­go de los comics; sin duda la tri­lo­gía ofre­ci­da por Chris­topher Nolan ha sido remar­ca­ble expo­nien­do los sen­ti­mien­tos de Bru­ce Way­ne, alias Bat­man, actuan­do como un hace­dor de jus­ti­cia. En esta nue­va lec­tu­ra que rea­li­za Matt Reeves asis­ti­mos a un rela­to lúgu­bre, extre­ma­da­men­te som­brío pero que sin lle­gar al nivel de lo ofre­ci­do por Nolan, satis­fa­ce como un retra­to psi­co­ló­gi­co del emble­má­ti­co caba­lle­ro de la noche.

Robert Pat­tin­son

El con­te­ni­do espi­ri­tual de la músi­ca del Ave María que la ban­da sono­ra trans­mi­te en su comien­zo con­tras­ta con el ambien­te des­hu­ma­ni­za­do de la ciu­dad de Gotham que está cele­bran­do la noche de bru­jas; con sus ros­tros ocul­tos muchos truha­nes apro­ve­cha­rán la oca­sión para ata­car a inde­fen­sos ciu­da­da­nos. Ahí apa­re­ce nues­tro héroe (Robert Pat­tin­son) quien a tra­vés de la voz en off nos hace saber que en los dos últi­mos años se ha con­ver­ti­do en un ven­ga­dor noc­turno patru­llan­do la ciu­dad pla­ga­da de mal­sa­nas ratas huma­nas; su pri­me­ra manio­bra es cas­ti­gar a un gru­po de faci­ne­ro­sos mal­tra­tan­do e inten­tan­do robar a un pasa­je­ro étni­co a la sali­da del metro.

Su ver­da­de­ro desa­fío se pro­du­ce con el ase­si­na­to de un can­di­da­to a alcal­de cuyo vic­ti­ma­rio es un sinies­tro psi­có­pa­ta que se hace lla­mar The Ridd­ler (Paul Dano) y cuya inten­ción es la de ir eli­mi­nan­do a per­so­na­jes eli­tis­tas de la ciu­dad. Con­se­cuen­te­men­te, Bat­man ini­cia una minu­cio­sa labor detec­ti­ves­ca para loca­li­zar al cri­mi­nal y para ello cuen­ta con el incon­di­cio­nal apo­yo de su leal valet Alfred (Andy Ser­kis) y del comi­sio­na­do poli­cial (Jef­frey Wright).

La inves­ti­ga­ción efec­tua­da hace que Way­ne se entre­cru­ce con Seli­na Kyle (Zoe Kra­vitz) una bai­la­ri­na que tra­ba­ja en un club noc­turno regen­tea­do por el mafio­so padrino Car­mi­ne Fal­co­ne (John Tur­tu­rro) y su secuaz apo­da­do El Pin­güino (Colin Farrell). Aun­que rece­lo­sos en un prin­ci­pio y jugan­do un poco al gato y ratón, en últi­ma ins­tan­cia Bat­man y la joven logra­rán con­fiar­se mutua­men­te tra­tan­do de sal­va­guar­dar el orden y arre­me­ter con­tra los delin­cuen­tes y cri­mi­na­les de Gotham.

Dan­do vida al hom­bre mur­cié­la­go, Pat­tin­son rea­li­za una muy bue­na com­po­si­ción de la per­so­na­li­dad taci­tur­na y ator­men­ta­da de quien no ha podi­do ate­nuar su pena des­de que a tem­pra­na edad fue tes­ti­go del ase­si­na­to de sus padres, ade­más del des­en­can­to que le pro­du­ce con­tem­plar un medio social deca­den­te. Igual­men­te es enco­mia­ble la carac­te­ri­za­ción de Kra­vitz como la Gatú­be­la aco­sa­da por los recuer­dos de un pasa­do poco grato.

A las esce­nas de intros­pec­ción psi­co­ló­gi­ca, Reeves inter­ca­la una mode­ra­da cuo­ta de acción en la que no están ausen­tes las carre­ras de autos y motos como así tam­bién la lucha empren­di­da entre el jus­ti­cie­ro enmas­ca­ra­do y el ase­sino serial. El guión del rea­li­za­dor y Peter Craig ado­le­ce de cier­tos hilos suel­tos ade­más de con­du­cir a una reso­lu­ción no muy con­vin­cen­te; en todo caso eso no mella en des­es­ti­mar los valo­res de este oscu­ro y den­so dra­ma detec­ti­ves­co real­za­do por sus logros téc­ni­cos a tra­vés de una fas­ci­nan­te foto­gra­fía, impe­ca­bles dise­ños de pro­duc­ción y una per­cu­tan­te músi­ca aso­cia­da al cli­ma prevaleciente.

En esen­cia, esta som­bría fan­ta­sía des­nu­dan­do una ciu­dad pla­ga­da de cri­men y corrup­ción polí­ti­ca don­de la ley bri­lla por su ausen­cia, es un buen espe­jo de lo que real­men­te acon­te­ce en cier­tas regio­nes del mun­do con gober­nan­tes des­pro­vis­tos del míni­mo sen­ti­mien­to huma­ni­ta­rio. Jor­ge Gutman

Per­mi­so para Bailar

PER­MIS­SION TO DANCE

En otro de los impor­tan­tes even­tos de Cine­plex en pocos días más se podrá apre­ciar el espec­tácu­lo BTS Per­mis­sion To Dan­ce On Sta­ge ‑SEOUL: Live Vie­wing.

La sigla BTS res­pon­de al con­jun­to musi­cal crea­do en Corea del Sur en 2010 por 7 ado­les­cen­tes, debu­tan­do en 2013 en los regis­tros rea­li­za­dos por el sello dis­co­grá­fi­co por Bi9g Hit Entertainment.

El juve­nil gru­po inte­gra­do por Jin, Suga, J‑Hope, RM, Jimin, V y Jung­kook a tra­vés de los años evo­lu­cio­nó su esti­lo musi­cal abor­dan­do hoy día una varia­da gama de géne­ros y se dis­tin­gue por la letra de sus can­cio­nes apor­tan­do comen­ta­rios de carác­ter social.

Ade­más de ser la ban­da más popu­lar del país asiá­ti­co, su músi­ca tie­ne un impac­to mun­dial con­si­de­ra­ble, don­de cuen­ta con una innu­me­ra­ble can­ti­dad de segui­do­res en las redes socia­les quie­nes se hacen lla­mar ARMY (Ado­ra­ble Repre­sen­ta­ti­ve MC for Youth). El nivel de cali­dad de los álbu­mes de BTS le ha vali­do nume­ro­sas dis­tin­cio­nes inter­na­cio­na­les. Simi­lar éxi­to ha obte­ni­do en su gira esta­dou­ni­den­se don­de los 4 shows rea­li­za­dos en 2021 en la ciu­dad de Los Ánge­les, con­vo­ca­ron una audien­cia de 813.000 personas.

La actua­ción de BTS y ARMY con sus más des­ta­ca­das can­cio­nes y dan­zas será trans­mi­ti­da en 60 regio­nes del mun­do, exhi­bién­do­se en Cana­dá en las salas de Cine­plex el 12 de mar­zo de 2022 (4:30pm EST / 1:30pm PST 8:30pm EST / 5:30pm PST).