Hipó­cri­ta Fic­ción Americana

AME­RI­CAN FIC­TION. Esta­dos Uni­dos, 2023. Un film escri­to y diri­gi­do por Cord Jef­fer­son. 117 minutos

Con el favo­ra­ble ante­ce­den­te de haber logra­do éxi­tos tele­vi­si­vos Cord Jef­fer­son se ubi­ca por pri­me­ra vez detrás de la cáma­ra para diri­gir Ame­ri­can Fic­tion. Median­te una sáti­ra social com­bi­na­da con un melo­dra­ma fami­liar, el film gra­ta­men­te sor­pren­de por su mor­daz agudeza.

El novel cineas­ta adap­tó la nove­la Era­su­re del escri­tor esta­dou­ni­den­se Per­ci­val Eve­rett publi­ca­da en 2001 en la que su autor cri­ti­ca la mane­ra en que la indus­tria edi­to­rial de su país ofre­ce una ima­gen de la raza negra que la habi­ta, que al no ajus­tar­se a la estric­ta reali­dad gene­ra una hipó­cri­ta fic­ción americana.

Jef­frey Wright

En base a lo que pre­ce­de el guión de Jef­fer­son pre­sen­ta a The­lo­nious Elli­son (Jef­frey Wright) apo­da­do “Monk”,un res­pe­ta­do inte­lec­tual afro­ame­ri­cano, que ade­más es escri­tor y pro­fe­sor de lite­ra­tu­ra ingle­sa en una uni­ver­si­dad de Los Ánge­les. Su pro­pó­si­to es que de modo alguno su con­di­ción racial lo dis­tin­ga en los tra­ba­jos que efec­túa. Es así que su recien­te nove­la, den­sa­men­te filo­só­fi­ca, no resul­ta exi­to­sa en las libre­rías y según su agen­te Arthur (John Ortiz) eso se debe, según los comen­ta­rios crí­ti­cos, a que su con­te­ni­do no es lo sufi­cien­te­men­te “negro” para atraer a los lectores.

Dado que en esos momen­tos se rea­li­za un Fes­ti­val del Libro en Bos­ton al que Monk es invi­ta­do, su via­je le per­mi­te visi­tar a su núcleo fami­liar del cual se ha man­te­ni­do dis­tan­cia­do. Así es reci­bi­do por su esti­ma­da her­ma­na médi­ca Lisa, (Tra­cee Ellis Ross) que jun­to a la entra­ña­ble emplea­da domés­ti­ca Lorrai­ne (Myra Lucre­tia Tay­lor) cui­dan de su madre Agnes (Les­lie Uggams), afec­ta­da de Alzhei­mer .Con un padre falle­ci­do que no fue con­si­de­ra­do con los suyos, el res­tan­te miem­bro de la fami­lia es su her­mano Cliff (Ster­ling K. Brown), un hom­bre gay que estan­do casa­do lle­va una doble vida por lo cual Monk lo resien­te. Mien­tras tan­to, en el trans­cur­so del fes­ti­val gran­de es su sor­pre­sa cuan­do se impo­ne del extra­or­di­na­rio éxi­to obte­ni­do por la escri­to­ra negra Sin­ta­ra Gol­den (Issa Rae) con su nove­la “We’s lives in Da Ghet­to”.pla­ga­da de este­reo­ti­pos sobre la mujer afroamericana.

En tan­to un dra­ma acon­te­ci­do en su fami­lia obli­ga a que Monk per­ma­nez­ca en Mas­sa­chu­setts como así tam­bién le per­mi­te afian­zar la rela­ción sen­ti­men­tal que emer­ge con Cora­li­ne (Eri­ka Ale­xan­der), una veci­na de la fami­lia. A fin de poder sufra­gar los cos­tos que insu­me la enfer­me­dad de su madre en la medi­da que la ubi­ca en una resi­den­cia espe­cia­li­za­da para su mejor aten­ción, el escri­tor deci­de comen­zar una nue­va nove­la en la que habrá de recu­rrir a todos los cli­sés de la comu­ni­dad negra de su país; para ello comu­ni­ca a su agen­te que para ocul­tar su iden­ti­dad uti­li­za­rá el seu­dó­ni­mo Stagg R. Leigh; así sur­ge la nove­la “My Pafo­logy”.que habien­do sido some­ti­da a una edi­to­rial, su publi­ca­ción logra un des­co­mu­nal suce­so; pron­ta­men­te un pro­duc­tor de Holly­wood (Adam Brody) lo invi­ta a que escri­ba un guión para su tras­la­do cinematográfico.

Aun­que el con­flic­to fami­liar no siem­pre se inser­ta por com­ple­to con la crí­ti­ca social, el film logra que el públi­co empa­ti­ce con el pro­ble­ma de con­cien­cia que atra­vie­sa el van­guar­dis­ta escri­tor al tener que sacri­fi­car sus idea­les. Para un ser humano reco­no­ci­do y acla­ma­do como Stagg R. Leigh pero no con­si­de­ra­do como The­lo­nious Ell­son, resul­ta frus­tran­te tener que ceder a la pre­sión de los edi­to­res de des­cri­bir a la raza negra sumi­da en la escla­vi­tud, la pobre­za, la fal­ta de cul­tu­ra, la adic­ción a las dro­gas o bien envuel­ta en la vio­len­cia gangs­te­ril, dejan­do de lado el aspec­to humano, la gene­ro­si­dad y la soli­da­ri­dad como vir­tu­des que tra­sun­tan igual­men­te en la pobla­ción blanca.

Ante­po­nien­do la come­dia al dra­ma, tan­to la satis­fac­to­ria direc­ción de Jef­fer­son como el apor­te de un sóli­do elen­co enca­be­za­do por Wright, per­mi­ten que se dis­fru­te de un gra­to entre­te­ni­mien­to de carác­ter social que con­du­ce a un des­en­la­ce suma­men­te inge­nio­so que no con­vie­ne deve­lar. Jor­ge Gutman

El Mila­gro de los Andes

LA SOCIE­DAD DE LA NIE­VE. Espa­ña-Uru­guay-Chi­le, 2023. Un film de Juan Anto­nio Bayo­na. 143 minu­tos. Dis­po­ni­ble en Netflix.

Dado a cono­cer como clau­su­ra del Fes­ti­val de Vene­cia de 2023, esta pelí­cu­la de J.A. Bayo­na es a todas luces excep­cio­nal. Su tema es la tra­ge­dia aérea acon­te­ci­da el 13 de octu­bre de 1972 cuan­do el vue­lo 571 de la fuer­za aérea de Uru­guay que par­tió de Mon­te­vi­deo con des­tino a San­tia­go de Chi­le lle­van­do con­si­go 45 pasa­je­ros y tres tri­pu­lan­tes se estre­lló en ple­na Cor­di­lle­ra de los Andes a 4000 metros de altu­ra. Si bien el des­gra­cia­do acon­te­ci­mien­to ya fue tra­ta­do por el cine en la pelí­cu­la mexi­ca­na de René Car­do­na Super­vi­vien­tes de los Andes (1976) y en el film Ali­ve (1993) de Frank Marshall, como tam­bién en varios docu­men­ta­les, lo cier­to es que Bayo­na obtie­ne con La Socie­dad de la Nie­ve, un dra­ma sus­tan­cial­men­te supe­rior que a pesar de ser de fic­ción adquie­re la rele­van­cia de un docu­men­tal dada la remar­ca­ble auten­ti­ci­dad y nivel de máxi­mo rea­lis­mo con que fue realizado.

Una esce­na del film

Para rese­ñar la catás­tro­fe y sus con­se­cuen­cias el direc­tor se ha basa­do en el libro homó­ni­mo de Pablo Vier­ci, publi­ca­do en 2009, don­de a su vez el autor se valió de las entre­vis­tas rea­li­za­das a los sobre­vi­vien­tes de la tra­ge­dia aérea como asi­mis­mo a sus fami­lia­res. Así la adap­ta­ción efec­tua­da por el cineas­ta con la cola­bo­ra­ción de Ber­nat Vila­pla­na, Jai­me Mar­ques y Nico­lás Casa­rie­go, sigue fiel­men­te al libro aun­que con cier­ta licen­cia acep­ta­ble en don­de Numa Tur­cat­ti (Enzo Vogrin­cic), uno de los inte­gran­tes del gru­po que no alcan­za a sobre­vi­vir ofi­cia de narrador.

El rela­to comien­za cuan­do un gru­po de jóve­nes depor­tis­tas del equi­po de rugby ama­teur del Old Chris­tians Club de Mon­te­vi­deo se apres­tan a par­tir a San­tia­go por un fin de sema­na para una serie de par­ti­dos que esta­ban pro­gra­ma­dos en dicha ciu­dad, don­de tam­bién via­jan algu­nos fami­lia­res y ami­gos. El buen esta­do de áni­mo y la des­preo­cu­pa­ción de los pasa­je­ros al comen­zar el vue­lo poco des­pués cede paso a la angus­tia cuan­do todo hace pre­su­mir que se ave­ci­na el desas­tre, lo que lamen­ta­ble­men­te acae­ce debi­do a un error del coman­dan­te de la nave. En la arre­ba­ta­do­ra y espe­luz­nan­te esce­na del acci­den­te fil­ma­da extra­or­di­na­ria­men­te por Bayo­na, falle­cen de inme­dia­to 12 pasa­je­ros, aun­que pos­te­rior­men­te sucum­bi­rán 17 adi­cio­na­les viajeros.

Con el correr de los días se obser­va cómo los sobre­vi­vien­tes están expues­tos al rigor del inten­so frío en medio de la nie­ve, usan­do como pre­ca­rio refu­gio los res­tos del fuse­la­je del avión. A todo ello resul­ta enco­mia­ble com­pro­bar la cama­ra­de­ría y la ayu­da mutua de los que se han sal­va­do fren­te a los seve­ros obs­tácu­los que se van produciendo.

Des­pués de haber trans­cu­rri­do poco más de una sema­na sin que haya seña­les de auxi­lio, el infor­tu­nio se acre­cien­ta en el gru­po vivien­te cuan­do a tra­vés de una radio a tran­sis­to­res se ente­ra que la misión de res­ca­te sus­pen­de la infruc­tuo­sa bús­que­da y que recién será reanu­da­da en los meses del pró­xi­mo verano. La situa­ción tien­de a agra­var­se cuan­do la comi­da se aca­ba y comien­za a sur­gir la idea por par­te de algu­nos de los miem­bros sobre­vi­vien­tes de uti­li­zar los cuer­pos de los falle­ci­dos ami­gos que­ri­dos como sus­ten­to alimenticio.

Con suma deli­ca­de­za el direc­tor abor­da el tema del cani­ba­lis­mo sin que exis­ta nin­gún ele­men­to efec­tis­ta que pro­duz­ca dis­gus­to, rese­ñan­do en cam­bio cómo aqué­llos que son cons­cien­tes de que les res­ta ape­nas minu­tos de vida sugie­ren a los res­tan­tes cama­ra­das que se apro­pien de sus cuer­pos para poder sobre­vi­vir. En tal sen­ti­do, Numa poco antes de morir deja escri­to en un papel “no hay amor más que­ri­do que el que da la vida por sus ami­gos”. Bayo­na asi­mis­mo brin­da otro momen­to de hon­da emo­ción y pro­fun­da espi­ri­tua­li­dad cuan­do el rug­bier Artu­ro Noguei­ra (Fer­nan­do Con­tin­gia­ni) de pro­fun­da fe cris­tia­na mani­fies­ta que cada uno de sus cama­ra­das repre­sen­ta con su huma­ni­dad al Dios de la montaña.

La odi­sea con­clu­ye cuan­do dos de los rug­bies, Nan­do Parra­do (Agus­tín Par­de­lla) y Rober­to Cane­sa (Matías Recalt), se aven­tu­ran a dejar a sus com­pa­ñe­ros para esca­lar la mon­ta­ña con direc­ción a Chi­le en pro­cu­ra de ayu­da; al lle­gar a un valle logran avi­zo­rar a un baqueano quien comu­ni­ca a las auto­ri­da­des ofi­cia­les de que hay per­so­nas que han logra­do sal­var­se del desas­tre aéreo. En con­se­cuen­cia el 22 de diciem­bre, des­pués de 72 días aza­ro­sos, la lle­ga­da de heli­cóp­te­ros de la fuer­za aérea de Chi­le per­mi­te el res­ca­te de los 16 sobrevivientes.

No obs­tan­te que lo que se ha dado en lla­mar “El Mila­gro de los Andes” ha logra­do reper­cu­sión inter­na­cio­nal y por lo tan­to bien cono­ci­do, Bayo­na ha logra­do una exce­len­te obra coral e inti­mis­ta capaz de gene­rar ten­sión y hon­da emo­ción man­te­nien­do la intri­ga has­ta su afor­tu­na­do des­en­la­ce. Para ello se ha vali­do de un equi­po de jóve­nes acto­res uru­gua­yos y argen­ti­nos que han ofre­ci­do máxi­ma auten­ti­ci­dad a sus res­pec­ti­vos per­so­na­jes; a los nom­bres ya men­cio­na­dos, cabe agre­gar entre otros a Este­ban Bigliar­di, Andy Pruss, Rafael Feder­man, San­tia­go Vaca Nar­va­ja, Feli­pe Gon­zá­lez Ota­ño, Este­ban Kuku­ricz­ka, Simón Hem­pe, Rafael Feder­man, y Tomás Wolf. El roda­je rea­li­za­do en la Sie­rra Neva­da de Espa­ña, cons­ti­tu­ye una mag­na proeza téc­ni­ca y que agra­cia­da por la estu­pen­da foto­gra­fía de Pedro Luque Brioz­zo logra sus­ci­tar admiración.

A tra­vés de la resi­lien­cia demos­tra­da por quie­nes deci­die­ron no clau­di­car y seguir afe­rra­dos a la espe­ran­za de sobre­vi­vir, esta exce­len­te pelí­cu­la de Bayo­na cons­ti­tu­ye un her­mo­so y emo­ti­vo can­to a la vida. Jor­ge Gutman

El Rele­van­te Cine de 2023

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

Como ya es usual a tra­vés de los años, en este caso efec­túo un recuen­to de los mejo­res fil­mes juz­ga­dos en 2023. Esta vez la selec­ción resul­tó difí­cil debi­do a la inusual cali­dad de pro­duc­cio­nes pro­ve­nien­tes de dife­ren­tes luga­res del mun­do. De todos modos, tra­tan­do de adop­tar un cri­te­rio lo más obje­ti­vo posi­ble, he aquí alfa­bé­ti­ca­men­te men­cio­na­das, 12 meri­to­rias pelí­cu­las exhi­bi­das en Cana­dá, sin con­si­de­rar aque­llas que pre­sen­ta­das en fes­ti­va­les cana­dien­ses aún no han sido estre­na­das. 

Ana­to­mie d’une chute 

Con el inme­jo­ra­ble ante­ce­den­te de haber logra­do la Pal­ma de Oro en el Fes­ti­val de Can­nes, este film de la rea­li­za­do­ra Jus­ti­ne Triet reúne todos los ele­men­tos nece­sa­rios para gra­ti­fi­car a la audien­cia en el aná­li­sis de un dra­ma mari­tal que se mani­fies­ta como con­se­cuen­cia de una fatal caída.

Con el impe­ca­ble guión de la rea­li­za­do­ra com­par­ti­do con Arthur Hara­ri, este cau­ti­van­te thri­ller intri­ga a lo lar­go de su desa­rro­llo con­cen­tran­do su inte­rés has­ta la esce­na final. 

As Bes­tas (Espa­ña)

Basa­do en un hecho real acae­ci­do en Madrid en 2010, el rea­li­za­dor Rodri­go Soro­go­yen ofre­ce un dra­ma psi­co­ló­gi­co refle­jan­do la xeno­fo­bia impe­ran­te en regio­nes ais­la­das del mun­do moderno.

Esta ambi­cio­sa pelí­cu­la logra man­te­ner a la audien­cia en per­ma­nen­te vilo don­de a la exce­len­te narra­ti­va del cineas­ta, se agre­ga un sóli­do guión en la des­crip­ción de sus per­so­na­jes y un mag­ní­fi­co elenco.

Clo­se (Bél­gi­ca-Fran­cia-Paí­ses Bajos)

En su segun­do film Lukas Dhont abor­da el tema de la amis­tad ado­les­cen­te narran­do con suma deli­ca­de­za un elo­cuen­te melo­dra­ma capaz de sen­si­bi­li­zar al más indi­fe­ren­te espectador.

Con un inusi­ta­do poder de obser­va­ción el cineas­ta t ha pene­tra­do remar­ca­ble­men­te en la médu­la de sus per­so­na­jes, al pro­pio tiem­po que rea­li­za una mani­fies­ta crí­ti­ca de los pre­jui­cios homo­fó­bi­cos pre­va­le­cien­tes en el medio en que trans­cu­rre esta historia.

Fallen Lea­ves (Fin­lan­dia)

Con su esti­lo incon­fun­di­ble des­ti­lan­do sole­dad, melan­co­lía y ter­nu­ra, el direc­tor fin­lan­dés Aki Kau­ris­ma­ki ofre­ce esta her­mo­sa fábu­la de tin­te román­ti­co que mere­ci­da­men­te obtu­vo el Pre­mio del Jura­do en Cannes.

De mane­ra con­ci­sa y aus­te­ra, el rea­li­za­dor sumer­ge a su audien­cia en una atra­pan­te his­to­ria cen­tra­da en una mujer y un hom­bre, dos soli­ta­rios y taci­tur­nos per­so­na­jes des­co­no­ci­dos uno del otro, que a tra­vés de suce­si­vos casua­les encuen­tros vis­lum­bran la posi­bi­li­dad de reavi­var sus vidas a tra­vés del amor a fin de tran­si­tar por un sen­de­ro más pro­mi­so­rio. No obs­tan­te su nota­ble sen­ci­llez, esta lumi­no­sa pelí­cu­la irra­dia entra­ña­ble ter­nu­ra y humanidad.

Killers of the Flo­wer Moon (Esta­dos Unidos)

Quien­quie­ra con­tem­plar un film monu­men­tal, épi­co, polí­ti­co y a la vez extra­or­di­na­rio lo halla­rá aquí. En esta oca­sión el legen­da­rio rea­li­za­dor Mar­tin Scor­se­se abor­da con gran vita­li­dad un des­gra­cia­do even­to que tuvo lugar en la tri­bu indí­ge­na Osa­ge en el esta­do de Oklaho­ma en los años 20 del siglo pasado.

Es real­men­te admi­ra­ble la mane­ra pro­fun­da en que Scor­se­se va ela­bo­ran­do la his­to­ria que narra, des­de su géne­sis has­ta con­cluir con un sobre­sa­lien­te des­en­la­ce. Fren­te a su magis­tral fil­mo­gra­fía resul­ta difí­cil de afir­mar con cer­te­za si aca­so esta pelí­cu­la es la mejor de su carre­ra; lo que en cam­bio no cabe duda es que la his­to­ria que él rela­ta des­nu­dan­do el racis­mo, la bana­li­dad del mal, la impu­ni­dad, la codi­cia, así como el sen­ti­mien­to de cul­pa y reden­ción, adquie­re tras­cen­den­tal reso­nan­cia. He aquí, una excep­cio­nal obra maes­tra de cine.

La Memo­ria Infi­ni­ta (Chi­le)

Des­pués de que El Agen­te Topo (2020) fue­se nomi­na­do para el Oscar y haber reci­bi­do nume­ro­sos pre­mios, la docu­men­ta­lis­ta Mai­te Alber­di retor­na con nota­ble vigor en este entra­ña­ble docu­men­tal, reafir­man­do su con­di­ción de remar­ca­ble cineas­ta. Aquí con­si­de­ra el tris­te tema del Alzhei­mer y aun­que abor­da­do por el cine en varias opor­tu­ni­da­des, el film se dis­tin­gue por ilus­trar con inmen­sa ter­nu­ra la vida de un muy cono­ci­do matri­mo­nio de Chi­le cuan­do uno de sus inte­gran­tes está afec­ta­do por este tras­torno cere­bral que len­ta­men­te des­tru­ye la memo­ria. Sin cau­sar intru­sión y con suma deli­ca­de­za Alber­di per­mi­te que los pro­ta­go­nis­tas del docu­men­tal sean sus efec­ti­vos narradores.

La exce­len­te y flui­da direc­ción de Alber­di per­mi­te que la audien­cia con­tem­ple un subli­me film enmar­ca­do en una con­mo­ve­do­ra his­to­ria de amor.

Le pro­cès Gold­man (Fran­cia)

Ambien­ta­do casi ente­ra­men­te den­tro de una sala de audien­cia judi­cial, este film es uno los mejo­res que ha rea­li­za­do Cédric Kahn. Su tema está cen­tra­do en Pie­rre Gold­man, quien alcan­zó con­si­de­ra­ble aten­ción públi­ca en Fran­cia cuan­do en abril de 1970 fue incul­pa­do por cua­tro agre­sio­nes a mano arma­da y por el ase­si­na­to de dos far­ma­céu­ti­cas en una far­ma­cia de París, por el que fue con­de­na­do a pri­sión per­pe­tua. Ale­gan­do su ino­cen­cia en el caso del homi­ci­dio, Gold­man con­si­gue que su caso se reabra en 1976 median­te un nue­vo juicio.

La impe­ca­ble rea­li­za­ción y el irre­pro­cha­ble guión nutri­do de exce­len­tes diá­lo­gos per­mi­te que este fic­cio­nal rela­to alcan­ce máxi­ma auten­ti­ci­dad adqui­rien­do el carác­ter de un ver­da­de­ro docu­men­tal. En esen­cia, Khan ha logra­do un admi­ra­ble dra­ma judi­cial don­de en su desa­rro­llo se refle­jan algu­nos ras­gos de la socie­dad fran­ce­sa de esa épo­ca, inclu­yen­do el acen­tua­do racis­mo policial.

Los Delin­cuen­tes (Argen­ti­na-Luxem­bur­go-Bra­sil-Chi­le).

Una pelí­cu­la difí­cil de cata­lo­gar aun­que deci­di­da­men­te valio­sa es lo que aquí se apre­cia. El film escri­to y diri­gi­do por Rodri­go Moreno pre­sen­ta a dos emplea­dos de un ban­co cén­tri­co de Bue­nos Aires quie­nes se apro­pian de una impor­tan­te for­tu­na de la ins­ti­tu­ción con el pro­pó­si­to de poder vivir el res­to de la vida que les que­da para su reti­ro sin mayor preo­cu­pa­ción. Esa pri­me­ra mitad del rela­to deri­va en una segun­da par­te con dife­ren­tes mati­ces pero muy bien cohe­sio­na­da con lo que se vio previamente.

Con una dura­ción de tres horas, este film que deman­dó cua­tro años en ser imple­men­ta­da está imbui­da de un diná­mi­co rit­mo y tie­ne la vir­tud de sor­pren­der por su indis­cu­ti­ble inge­nio­si­dad. Lo que esen­cial­men­te emer­ge de esta ori­gi­nal e impre­de­ci­ble his­to­ria es el sen­ti­do de liber­tad como ele­men­to esen­cial para que la vida ten­ga sen­ti­do, pero que­da la pre­gun­ta de has­ta dón­de el dine­ro con­tri­bu­ye o no para lograr ese obje­ti­vo. En últi­ma ins­tan­cia, esta pro­duc­ción es una mues­tra del nivel de cali­dad del cine argen­tino y de la crea­ti­vi­dad narra­ti­va de su talen­to­so realizador.

Maes­tro (Esta­dos Unidos)

Si bien el actor Brad­ley Cooper demos­tró su sol­ven­cia de rea­li­za­dor en A Star is Born (2018), aquí lo rati­fi­ca ple­na­men­te abor­dan­do la carre­ra pro­fe­sio­nal del gran com­po­si­tor, direc­tor musi­cal pia­nis­ta y autor de músi­ca de fil­mes Leo­nard Berns­tein, así como su rela­ción con su ama­da Feli­cia Mon­tea­le­gre con quien com­par­tió 27 años de vida conyugal.

La des­tre­za de Cooper como rea­li­za­dor se mani­fies­ta no solo en lo que con­cier­ne al desem­pe­ño del mag­ní­fi­co elen­co en don­de él asu­me el rol pro­ta­gó­ni­co, sino que ade­más se des­ta­ca por haber brin­da­do máxi­ma flui­dez a esta esplen­do­ro­so sin­fo­nía cine­ma­to­grá­fi­ca. A ello cabe dis­tin­guir la nota­ble foto­gra­fía, el inme­jo­ra­ble dise­ño de pro­duc­ción y muy en espe­cial la valio­sa coope­ra­ción del equi­po de maqui­lla­je ilus­tran­do cómo la fiso­no­mía de los pro­ta­go­nis­tas evi­den­cia el natu­ral cam­bio duran­te las varias déca­das en que trans­cu­rre el relato.

Oppenhei­mer (Esta­dos Uni­dos-Gran Bretaña)

El ver­sá­til e inte­lec­tual rea­li­za­dor Chris­topher Nolan abor­da en su duo­dé­ci­mo film la figu­ra del renom­bra­do físi­co esta­dou­ni­den­se Julius Robert Oppenhei­mer (1904 – 1967) a tra­vés de cua­tro déca­das de su vida en la que lide­ró el Pro­yec­to Manhat­tan que con­du­jo a la pro­duc­ción de la pri­me­ra arma atómica.

A tra­vés de un exce­len­te docu­men­to Nolan rin­de tri­bu­to al lega­do de un trá­gi­co héroe a la vez que su rela­to deja un cla­ro men­sa­je de reso­nan­cia actual dada la dra­má­ti­ca situa­ción que se vive en el mun­do, don­de la ame­na­za de un ata­que nuclear no debe ser desestimada.

Past Lives (Esta­dos Uni­dos-Corea del Sur)

¿Pue­de con­ce­bir­se un film román­ti­co, sin que las par­tes invo­lu­cra­das lle­guen a inti­mar, ni besar­se e inclu­so sin tomar­se de la mano? Eso es posi­ble a tra­vés del bello y melan­có­li­co film escri­to y diri­gi­do por Celi­ne Song. Cier­ta­men­te, la rea­li­za­do­ra de ori­gen coreano que resi­de en Esta­dos Uni­dos cono­ce a fon­do la idio­sin­cra­sia y cos­tum­bres de su país natal y eso ha influi­do para que Past Lives resul­te total­men­te con­vin­cen­te tan­to en su con­cep­ción como en los sen­ti­mien­tos que se ani­dan en los per­so­na­jes pro­ta­gó­ni­cos del relato.

Sin entrar a deli­near la his­to­ria ima­gi­na­da por la rea­li­za­do­ra que trans­cu­rre entre Seúl y New York, valién­do­se de un redu­ci­do y sobre­sa­lien­te elen­co ella ha logra­do un dra­ma sen­ti­men­tal de remar­ca­ble cali­dad capaz de gene­rar la com­ple­ta empa­tía del espec­ta­dor con sus personajes.

Tes­ta­ment (Cana­dá)

Con extra­or­di­na­ria luci­dez el vete­rano rea­li­za­dor Denys Arcand efec­túa un mag­ní­fi­co retra­to de la socie­dad actual. Eso se refle­ja en la visión del pro­ta­go­nis­ta de esta his­to­ria, un olvi­da­do escri­tor sep­tua­ge­na­rio que en el cre­púscu­lo de su vida rea­li­za deno­da­dos esfuer­zos para poder invo­lu­crar­se en esta revo­lu­cio­na­ria era digi­tal don­de la inti­mi­dad indi­vi­dual que­da rele­ga­da a un segun­do plano por la pro­li­fe­ra­ción de las redes sociales.

Aun­que sin supo­ner si aca­so éste será su últi­mo film, alu­dien­do a su títu­lo, Arcand nos brin­da un remar­ca­ble tes­ta­men­to a tra­vés de esta exce­len­te come­dia dramática.

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Ver­sión Musi­cal de una pre­mia­da novela

THE COLOR PUR­PLE. Esta­dos Uni­dos, 2023. Un film de Blitz Baza­wu­le. 141 minutos

La cele­bra­da nove­la de 1982 The Color Pur­ple de Ali­ce Wal­ker por la que obtu­vo el Pre­mio Pullitzer, fue adap­ta­da a la pan­ta­lla en 1985 por Ste­ven Spiel­berg, habien­do mere­ci­do una cáli­da recep­ción y nomi­na­da a 11 Oscars. Pos­te­rior­men­te su con­te­ni­do fue con­ver­ti­do en una come­dia musi­cal en Broad­way y es aho­ra que el rea­li­za­dor Blitz Baza­wu­le ofre­ce una nue­va adap­ta­ción cine­ma­to­grá­fi­ca basa­da en ese musi­cal. Aun­que el con­te­ni­do de la nove­la ori­gi­nal está aquí pre­sen­te, esta nue­va ver­sión, que tie­ne entre sus pro­duc­to­res a Spiel­berg y a Oprah Win­frey, no alcan­za a tras­cen­der como debie­ra debi­do a su insa­tis­fac­to­ria ejecución.

Fan­ta­sia Barrino

El film que comien­za a prin­ci­pios del siglo pasa­do y se extien­da has­ta los ini­cios de la déca­da del 50 trans­cu­rre en el mar­co de la comu­ni­dad negra de Geor­gia, pre­sen­tan­do a Celie Harris (Fan­ta­sia Barrino) quien en su ado­les­cen­cia (Phy­li­cia Pearl Mpa­si) ha sido moles­ta­da sexual­men­te por su padre, que­dan­do pre­ña­da y dan­do naci­mien­to a dos cria­tu­ras quie­nes que­dan sepa­ra­das de ella; su úni­co sin­ce­ro amor lo encuen­tra en su ado­ra­da her­ma­na Net­tie (Halle Bai­ley) que pos­te­rior­men­te es envia­da a Áfri­ca. Ya adul­ta Celie es for­za­da a casar­se con Mis­ter John­son (Col­man Domin­go), un malé­vo­lo gran­je­ro sure­ño que la hace infe­liz al abu­sar de ella y que la tra­ta como a una míse­ra sir­vien­ta. Su exis­ten­cia cobra alien­to cuan­do cono­ce a Sofía (Danie­lle Brooks) ‑que está casa­da con el hijo de John­son (Corey Haw­kins) y a la aman­te de su mari­do Shug Avery (Tara­ji P. Hen­son), dos soli­da­rias muje­res de tem­ple que le per­mi­ti­rán avi­zo­rar una vida más inde­pen­dien­te dota­da de deter­mi­na­ción y coraje.

El gran pro­ble­ma del film radi­ca en la inser­ción de los nume­ro­sos musi­ca­les que en momen­tos de hon­da tris­te­za Baza­wu­le los ate­núa con ani­ma­das can­cio­nes y dan­zas, eli­mi­nan­do de ese modo el impac­to emo­cio­nal de la nove­la ori­gi­nal. A dife­ren­cia de lo que por ejem­plo Jero­me Rob­bins y Robert Wise logra­ron con West Side Story (1961) o bien en la nue­va ver­sión de Spiel­berg (2021) don­de la músi­ca se intrin­ca exce­len­te­men­te con el desa­rro­llo de su tra­ma, en este caso las secuen­cias musi­ca­les pare­ce­rían emer­ger de otra historia.

El guión de Mar­cus Gard­ley per­mi­te que los aspec­tos rela­ti­vos a la dura vida de los afro­ame­ri­ca­nos sure­ños así como la vio­la­ción, el abu­so y negli­gen­cia con­yu­gal se hagan sen­tir ofre­cien­do cier­to nivel de ten­sión, pero la direc­ción de Baza­wu­de impi­de que el film posea alma; eso se acen­túa con un final que aun­que feliz apa­re­ce des­co­nec­ta­do con el res­to del relato.

A su favor cabe elo­giar el elen­co cuyos talen­to­sos artis­tas trans­mi­ten de la mejor mane­ra posi­ble lo que el guión les deman­da, las agra­da­bles can­cio­nes de Bren­da Rus­sell, Allee Willis y Stephen Bray y la bue­na coreo­gra­fía de Fati­ma Robin­son. Pero en todo caso, estos posi­ti­vos aspec­tos no alcan­zan a com­pen­sar la media­nía de su imple­men­ta­ción como dra­ma musi­cal. Jor­ge Gutman

Una Deci­si­va Carre­ra de Ferrari

FERRA­RI. Esta­dos Uni­dos, 2023. Un film de Michael Mann. 130 minutos

Des­pués de haber rea­li­za­do Blackhat (2015), el renom­bra­do cineas­ta Michael Mann retor­na con Ferra­ri, un film refe­ri­do a la famo­sa manu­fac­tu­ra de auto­mó­vi­les depor­ti­vos Ferrari.

Basa­do en el libro de Brock Yates Enzo Ferra­ri: The Man and the Machi­ne, el guión de Troy Ken­nedy gira en torno del empre­sa­rio e inge­nie­ro ita­liano Enzo Ferra­ri (Adam Dri­ver). en un momen­to espe­cial de su vida.

Adam Dri­ver

El espec­ta­dor es trans­por­ta­do a la ciu­dad ita­lia­na de Mode­na, en 1957 don­de el céle­bre pilo­to del auto­mo­vi­lis­mo quien diez años atrás fun­da­ra con su espo­sa Lau­ra Gare­llo (Pené­lo­pe Cruz) la fábri­ca que lle­va su ape­lli­do, atra­vie­sa serias difi­cul­ta­des eco­nó­mi­cas y enfren­ta la com­pe­ten­cia de su rival Mase­ra­ti; en con­se­cuen­cia se encuen­tra en el dile­ma de ven­der su empre­sa o bien con­ve­nir aso­ciar­se con otros inver­sio­nis­tas con el ries­go de per­der el con­trol de la compañía.

Simul­tá­nea­men­te el guión resal­ta aspec­tos de la vida per­so­nal del pro­ta­go­nis­ta en los que él y su mujer sufren la gran pena de haber per­di­do en 1956 a su hijo Dino de 24 años quien per­ma­nen­te­men­te estu­vo afec­ta­do de dis­tro­fia mus­cu­lar, hecho que en par­te influ­ye en la res­que­bra­ja­da rela­ción mari­tal. Si bien Lau­ra per­mi­te que su don­jua­nes­co mari­do pue­da tener algu­na aven­tu­ra amo­ro­sa casual, lo úni­co que exi­ge es que en sus esca­pa­das noc­tur­nas no lle­gue tar­de para el desa­yuno; en cam­bio ella igno­ra que por espa­cio de lar­go tiem­po Enzo ha esta­do lle­van­do una doble vida con Lina Lar­di (Shai­le­ne Wood­ley) de la cual tie­nen al vás­ta­go Pie­ro Lar­di (Giu­sep­pe Fes­ti­ne­se) y en don­de su aman­te quie­re que él lo reco­noz­ca legal­men­te .y le ofrez­ca su apelike.

Natu­ral­men­te, más allá de sus pro­ble­mas de empre­sa­rio y per­so­na­les, lo que más impor­ta para Ferra­ri es su pasión por el auto­mo­vi­lis­mo, sus autos y la par­ti­ci­pa­ción de los mis­mos en las carre­ras, espe­cial­men­te en la vigé­si­ma cuar­ta edi­ción de la Mille Miglia de mayo de 1957, en un reco­rri­do de 1635 kiló­me­tros a tra­vés de Ita­lia. En tal sen­ti­do es intere­san­te obser­var cómo pre­vio a dicho even­to Ferra­ri alec­cio­na a sus pilo­tos ins­tán­do­les a que asu­man el ries­go per­mi­ti­do a fin de salir triun­fan­tes en la com­pe­ti­ción y de ese modo poder sal­var a su empre­sa de la quie­bra; para ello ha ele­gi­do a cin­co cali­fi­ca­dos corre­do­res de los cua­les se des­ta­can el ita­liano Pie­ro Taruf­fi (Patrick Dem­psey), el bri­tá­ni­co Peter Collins (Jack O’Connell) y el espa­ñol Alfon­so De Por­ta­go (Gabriel Leone).

En una de las esce­nas de mayor ten­sión gene­ra­das con imá­ge­nes crea­das por compu­tador (CGI) se asis­te al bru­tal acci­den­te que sufre De Por­ta­go debi­do a que su Ferra­ri per­dió el con­trol por­que uno de los neu­má­ti­cos se reven­tó cho­can­do con­tra una pie­dra; eso oca­sio­nó su muer­te, la de su copi­lo­to Edmund Nel­son (Erik Hau­gen) y la de nue­ve espec­ta­do­res que públi­ca­men­te obser­va­ban la carrera.

Ferra­ri no alcan­za la dimen­sión de un film memo­ra­ble. Eso se debe a que el guión care­ce de un foco pre­ci­so; así el melo­dra­ma fami­liar, la posi­ble quie­bra de la empre­sa y las carre­ras que tie­nen lugar en las pis­tas no encuen­tran la cohe­sión nece­sa­ria para que lle­gue a sus­ci­tar la emo­ción aguar­da­da. A todo ello, un pro­ble­ma mayor se pro­du­ce en el idio­ma emplea­do don­de los acto­res dia­lo­gan en un inglés ita­lia­ni­za­do que obvia­men­te afec­ta su auten­ti­ci­dad. Con un des­en­la­ce que deja des­con­cer­ta­do, lo que real­men­te acon­te­ce a con­ti­nua­ción se lee en los cré­di­tos fina­les don­de se sabe que tras la muer­te de Enzo Ferra­ri en 1988, su reco­no­ci­do hijo Pie­ro Ferra­ri ha sido el here­de­ro del emporio.

Den­tro de estas limi­ta­cio­nes, cabe reco­no­cer la bue­na actua­ción de Dri­ver pero quien real­men­te se impo­ne es Pené­lo­pe Cruz; ella ade­más de trans­mi­tir la frus­tra­ción de una espo­sa enga­ña­da expre­sa el dolor de una madre res­que­bra­ja­da por la pér­di­da de su úni­co hijo y en don­de fren­te a su tum­ba la expre­sión de su ros­tro teñi­do de lágri­mas con­mue­ve profundamente.

En resu­men, no obs­tan­te las obje­cio­nes apun­ta­das Ferra­ri se deja ver como un acep­ta­ble entre­te­ni­mien­to que espe­cial­men­te será dis­fru­ta­do por el públi­co afi­cio­na­do a este arries­ga­do y exci­tan­te depor­te. Jor­ge Gutman