THE HIGHWAYMEN. Estados Unidos, 2019. Un film de John Lee Hancock. Distribuido por Netflix
Hace poco más de medio siglo el público tuvo oportunidad de apreciar Bonny and Clyde del realizador Arthur Penn que por su eficiente realización, impecable guión de David Newman y Robert Benton, unido a las remarcables actuaciones de Warren Beatty y Faye Dunaway convirtieron a ese film en un clásico de gran popularidad.
Mientras que Penn trató de romantizar a los delincuentes amantes Bonnie Parker y Clyde Barrow, en The Highwaymen el director John Lee Hancock decidió centrar su atención en quienes han sido responsables de traerlos a la justicia; consecuentemente, en este film se desmistifica la leyenda existente en torno de esta pareja que no tuvo contemplación en asesinar a cuanto policía se le interponía en su camino.
La acción comienza en Texas en 1934 donde la consternada gobernadora Ma Ferguson (Kathy Bates) enfrentando con impotencia la carrera criminal de estos forajidos, de manera reluctante acepta el consejo del sheriff local (John Carroll Lynch) para que los policías retirados Frank Hamer (Kevin Costner) y Maney Gault (Woody Harrelson) puedan complementar la labor oficial que realiza el FBI.
La mayor parte del relato basado en el guión de John Fusco descansa en las peripecias vividas por Hamer y Gault a bordo del automóvil a medida que van atravesando varias rutas y estados del país tratando de conseguir pistas que los conduzcan a estos marginados de la ley. A lo largo del camino, los dos van dialogando y a través de esas conversaciones se va conociendo más a fondo a cada uno de ellos que aunque difieran en personalidad, los une el impulso común del cumplimiento de la tarea que les ha sido asignada. Ciertamente en el trayecto se toparán con algunos obstáculos como por ejemplo los recelos no manifestados abiertamente por los miembros del FBI y la dificultad de obtener información por parte de quienes sabiendo algo de los asesinos no se atreven a suministrarla. Una de las escenas más elocuentes del relato tiene lugar cuando los sabuesos están a punto de atrapar a la pareja pero se encuentran impedidos de hacerlo porque hay una multitud de admiradores que los rodea y por lo tanto no existe la posibilidad de tomar acción alguna para no peligrar la vida de gente inocente.
Después de muchas vicisitudes se arriba al momento culminante en la emboscada fatal tendida a Bonnie y Clyde cuando en mayo de 1934 son abatidos en una ruta secundaria de Bienville, en el estado de Luisiana.
Sin ser remarcable como el de 1967, Hancock logra un film sólido que concentra la atención permanente del espectador; eso en parte es debido a la singular complicidad existente entre Costner y Harrelson, quienes brindan una muy satisfactoria prestación como los ex detectives que no han perdido las gajes del oficio y por la eficaz tensión creada sobre todo en sus tramos finales. En los factores técnicos cabe resaltar la buena reproducción de la época en que transcurre el relato. Jorge Gutman