Abu­so Infantil

ALL THAT I AM. Norue­ga-Dina­mar­ca, 2020. Un film de Tone Grottjord-Gleene

Tra­ta­do en varias opor­tu­ni­da­des por el cine, la direc­to­ra Tone Grott­jord-Glee­ne vuel­ve a con­si­de­rar el espi­no­so tema de la pedofi­lia en este dra­má­ti­co y con­mo­ve­dor docu­men­tal que trans­cu­rre en Noruega.

Emi­lie Andrea

Hace algu­nos años la rea­li­za­do­ra se impu­so de una serie de casos judi­cia­les acer­ca del abu­so de meno­res que tuvie­ron lugar en el país. Uno de los hechos que más la sor­pren­dió es que la reac­ción de las víc­ti­mas se hizo notar más de una déca­da y media des­pués de lo acon­te­ci­do. Es así que eso la ha ins­pi­ra­do para ubi­car a alguien sobre­vi­vien­te de esta dolo­ro­sa expe­rien­cia y des­pués de con­ver­sa­cio­nes man­te­ni­das con dife­ren­tes agen­cias que tra­tan estos casos, una de las mis­mas le per­mi­tió entrar en con­tac­to con Emi­lie Andrea Fran­klin Dahl, una joven ado­les­cen­te de 18 años que ha sido ator­men­ta­da en su infancia.

Des­pués de haber sido sexual­men­te veja­da por su padras­tro des­de los 6 has­ta los 12 años de edad ella retor­na a su hogar con la espe­ran­za de empren­der un nue­vo capí­tu­lo de su vida con su madre y her­ma­nas­tras dejan­do atrás su tris­te infan­cia y ado­les­cen­cia. En el tra­to que la docu­men­ta­lis­ta man­tie­ne con Emi­lie, no pro­cu­ra inda­gar en su pasa­do sino en el pre­sen­te aun­que de algu­na mane­ra es difí­cil dejar­lo de lado. Con suma deli­ca­de­za y fina sen­si­bi­li­dad feme­ni­na, la direc­to­ra deja que su entre­vis­ta­da se expre­se libre­men­te, trans­mi­tien­do su trau­ma refle­ja­do en depre­sión, las­ti­mo­sas pesa­di­llas, ata­ques de páni­co y cru­cia­les temo­res de que su padras­tro que se encuen­tra en pri­sión pero pró­xi­mo a gozar de liber­tad pue­da emer­ger nue­va­men­te per­si­guién­do­la. El lado posi­ti­vo de esta his­to­ria se mani­fies­ta en la incli­na­ción de Emi­lie hacia la escri­tu­ra lo que uni­do a obte­ner una edu­ca­ción for­mal y apo­ya­da por las sesio­nes de tera­pia le per­mi­ti­rán rein­te­grar­se a la socie­dad en su tran­si­ción hacia la vida adulta.

En todo momen­to esta vul­ne­ra­ble ado­les­cen­te obtie­ne la empa­tía del espec­ta­dor al admi­rar su valen­tía para abrir­se y ven­ti­lar el opro­bio del cual ha sido obje­to en su niñez. A todo eso, se obser­va cómo su madre y sus her­ma­nas­tras tra­tan de que ella les per­do­ne por no haber sido cons­cien­tes de ver y reac­cio­nar en su momen­to lo que duran­te tan­to tiem­po Emi­lie ha padecido.

En esen­cia, All That I Am es un muy emo­ti­vo docu­men­tal que mere­ce su visión duran­te su pre­sen­ta­ción en la pre­sen­te edi­ción vir­tual de Hot Docs (hotdocs.ca).

Jor­ge Gutman

Cos­ta-Gavras y la Cri­sis Griega

ADULTS IN THE ROOM. Gre­cia, 2019. Un film escri­to y diri­gi­do por Cos­ta-Gavras (Dis­po­ni­ble en la pla­ta­for­ma cinemaduparc.com)

Siem­pre com­pro­me­ti­do con un cine socio­po­lí­ti­co, el vete­rano rea­li­za­dor Cos­ta-Gavras retor­na a Gre­cia para repro­du­cir dra­má­ti­ca­men­te la cri­sis de 2015 que afec­tó al país como inte­gran­te de la Unión Euro­pea. Con Adults in the Room el rea­li­za­dor per­mi­te al espec­ta­dor acce­der a los entre­te­lo­nes de ese club comu­ni­ta­rio y obser­var lo que acon­te­ce duran­te las reunio­nes cele­bra­das por quie­nes se encar­gan de diri­gir y deci­dir los des­ti­nos de los paí­ses que for­man par­te del mismo.

Chris­tos Loulis

Como es bien sabi­do Gre­cia, uno de los paí­ses eco­nó­mi­ca­men­te menos sóli­dos de la Unión, en ese enton­ces había lle­ga­do a un esta­do crí­ti­co al no poder seguir acep­tan­do las res­tric­cio­nes eco­nó­mi­cas impues­tas a su pue­blo. Es así que con el nue­vo gobierno de izquier­da enca­be­za­do por el Pri­mer Minis­tro Ale­xis Tsi­pras (Ale­xan­dros Bour­dou­mis) se aguar­da­ba que vien­tos socia­les más favo­ra­bles sopla­rían en el esta­do heleno. Es así que Yanis Varou­fa­kis (Chris­tos Lou­lis)., el minis­tro de finan­zas desig­na­do, tuvo a su car­go la deli­ca­da y difí­cil misión de enca­rar la cri­sis grie­ga y recha­zar las pre­sio­nes de aus­te­ri­dad exi­gi­das por los buró­cra­tas de la Comunidad.

Basa­do en las memo­rias ver­ti­das por Varou­fa­kis en su libro auto­bio­grá­fi­co Adults in the Room: My Battle With Euro­pe’s Deep Esta­blish­ment de 2017, el rea­li­za­dor prác­ti­ca­men­te repro­du­ce su con­te­ni­do ilus­tran­do el enfren­ta­mien­to de su autor con los minis­tros de eco­no­mía de las nacio­nes de Euro­pa, miem­bros del Ban­co Cen­tral Euro­peo y fun­cio­na­rios del Fon­do Mone­ta­rio Inter­na­cio­nal para lograr la modi­fi­ca­ción de los tér­mi­nos de pago de la inmen­sa deu­da de su país sin tener que con­ti­nuar com­pri­mien­do los bol­si­llos de sus con­ciu­da­da­nos. Todo ello tie­ne lugar en las innu­me­ra­bles reunio­nes rea­li­za­das por el minis­tro con los jerar­cas de turno de la Unión Euro­pea a fin de evi­tar un colap­so mone­ta­rio que no solo per­ju­di­ca­ría a Gre­cia sino que even­tual­men­te podría afec­tar a otros miem­bros de la aso­cia­ción de menor enver­ga­du­ra eco­nó­mi­ca. Como en toda nego­cia­ción, se pro­du­ce el “tira y aflo­je” de los par­ti­ci­pan­tes invo­lu­cra­dos don­de Varou­fa­kis debe enfren­tar al “esta­blish­ment” que desea seguir apli­can­do recor­tes socia­les. La gran frus­tra­ción del minis­tro se pro­du­ce cuan­do a la pos­tre Tsi­pras ter­mi­na acep­tan­do las con­di­cio­nes impues­tas por la Comi­sión Euro­pea, el Ban­co Cen­tral y el Fon­do Mone­ta­rio, lo que con­du­jo a la renun­cia de Varou­fa­kis des­pués de 5 meses y medio al fren­te del ministerio.

En esen­cia, Cos­ta-Gavras ilus­tra cómo la mayo­ría de los par­ti­ci­pan­tes en la sala de sesio­nes, igno­ran­do todo ras­go de sen­si­bi­li­dad huma­na, se preo­cu­pa más de los fríos núme­ros arro­ja­dos por los esta­dos finan­cie­ros que de la mise­ria sufri­da por el pue­blo; en otras pala­bras que­da evi­den­cia­do el capi­ta­lis­mo ram­pan­te que impe­ra en el accio­nar de los buró­cra­tas de la Comunidad.

La obser­va­ción que mere­ce este docu­men­to es que su exhaus­ti­vo diá­lo­go uni­do a la repe­ti­ción de los con­ti­nua­dos deba­tes afec­tan en par­te su rit­mo; en todo caso aun­que se tra­te de una obra menor del rea­li­za­dor de Z y Esta­do de Sitio, su hones­to tra­ba­jo siem­pre intere­sa y eso es lo que real­men­te cuen­ta para el ciné­fi­lo. Jor­ge Gutman

En Pro­cu­ra de la Redención

THE WAY BACK. Esta­dos Uni­dos, 2020. Un film de Gavin O’Connor

El rea­li­za­dor Gavin O’Con­nor narra en The Way Back una his­to­ria per­so­nal de reden­ción, supera­ción y espe­ran­za vin­cu­la­do con el depor­te. Sin ser excep­cio­nal, esta pelí­cu­la reúne los ele­men­tos nece­sa­rios para que la audien­cia pue­da empa­ti­zar ple­na­men­te con el per­so­na­je principal.

Ben Affleck

Así como en muchos casos un film está nutri­do de la expe­rien­cia vivi­da por su rea­li­za­dor, en este caso podría afir­mar­se que Ben Affleck como pro­ta­go­nis­ta aquí vuel­ca los ava­ta­res atra­ve­sa­dos en su vida per­so­nal. El actor ani­ma a Jack Cun­ningham, un empe­der­ni­do alcohó­li­co que tra­ba­ja como obre­ro de la cons­truc­ción en San Pedro, una comu­ni­dad de la ciu­dad de Los Ánge­les. Si bien mien­tras esta­ba cur­san­do sus estu­dios secun­da­rios se des­ta­có como bri­llan­te juga­dor de bás­quet, hoy día repre­sen­ta al típi­co hom­bre per­de­dor y frus­tra­do por no haber logra­do lo que se pro­po­nía. Eso se debe en gran par­te a una tris­te expe­rien­cia vivi­da en el pasa­do que tra­jo como con­se­cuen­cia la rup­tu­ra de su matri­mo­nio al haber­lo deja­do su espo­sa (Jani­na Gavan­kar) y su fuer­te depen­den­cia del alcohol.

Ines­pe­ra­da­men­te su suer­te cam­bia al reci­bir un lla­ma­do de la escue­la don­de estu­dia­ba soli­ci­tán­do­le que adies­tre a sus jóve­nes bas­quet­bo­lis­tas dado que el direc­tor téc­ni­co que esta­ba a car­go sufrió un ata­que car­día­co. Con cier­tas dudas al prin­ci­pio, final­men­te Jack acep­ta el car­go y es ahí que su asis­ten­te (Al Madri­gal) le hace ver que el equi­po esco­lar dis­ta de estar en for­ma para poder com­pe­tir. Fren­te a ese desa­fío Jack se sien­te esti­mu­la­do en pre­pa­rar a los mucha­chos tenien­do en cuen­ta que exis­te en ellos un talen­to poten­cial pero lo que les fal­ta es la dis­ci­pli­na nece­sa­ria que requie­re este depor­te y una estra­te­gia cla­ra y pre­ci­sa para triun­far en los torneos.

En su tarea como novel entre­na­dor logra que los jóve­nes a tra­vés del esfuer­zo que rea­li­zan se sien­tan incen­ti­va­dos y aumen­ten su auto­es­ti­ma al ir adqui­rien­do la con­fian­za nece­sa­ria para com­pe­tir; a todo ello, el afec­to que reci­be del gru­po moti­va a que Jack encuen­tre un nue­vo sen­ti­do a su exis­ten­cia y vuel­va a recu­pe­rar la ente­re­za per­di­da. En todo caso es cues­tión de com­pro­bar si real­men­te Jack en esta segun­da opor­tu­ni­dad que le brin­da la vida pue­de libe­rar­se por com­ple­to de sus demo­nios inte­rio­res y lograr su redención.

Aun­que el guión de Brad Ingelsby y de O’Con­nor tran­si­ta por un terreno que resul­ta fami­liar, el mis­mo evi­ta los cli­sés del géne­ro per­mi­tien­do en cam­bio que la his­to­ria narra­da sin ape­lar a sen­ti­men­ta­lis­mos for­za­dos lle­gue a cun­dir; eso es debi­do en gran par­te a Affleck quien aden­trán­do­se viva­men­te en la piel de su per­so­na­je trans­mi­te con com­ple­ta con­vic­ción los momen­tos de deses­pe­ra­ción así como lo que alber­ga la men­te de un alcohólico.

Este film que aca­ba­ba de estre­nar­se en mar­zo, pocos días antes del cie­rre de las salas de cine, es fac­ti­ble de apre­ciar­lo en VOD a tra­vés de dife­ren­tes pla­ta­for­mas de strea­ming así como median­te el video lan­za­do al mer­ca­do recien­te­men­te por War­ner Bros Home Enter­tain­ment en los for­ma­tos Blu-Ray y DVDJor­ge Gutman

TJFF en Línea

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

Debi­do a la dra­má­ti­ca pan­de­mia el Toron­to Jewish Film Fes­ti­val (TJFF) resol­vió rea­li­zar su 28ª edi­ción en dos par­tes: la pri­me­ra de las mis­mas se difun­di­rá en línea des­de el 30 de mayo has­ta el 7 de junio; la segun­da mitad será ofre­ci­da en las salas de cine entre el 22 de octu­bre y el 1 de noviem­bre próximo

En esta pri­me­ra pre­sen­ta­ción se ofre­ce­rán 39 pelí­cu­las, inclu­yen­do fic­ción, docu­men­ta­les y cor­to­me­tra­jes, que abar­can una varie­dad de géne­ros ten­dien­tes a satis­fa­cer las expec­ta­ti­vas de la vas­ta audien­cia que des­de 1993 ha dis­fru­ta­do de esta muestra.

He aquí una bre­ve eva­lua­ción de algu­nos de los fil­mes que este crí­ti­co ha teni­do opor­tu­ni­dad de ver.

El TJFF se inau­gu­ra con The End of Love/A Coeur bat­tant (Fran­cia-Israel), segun­do film de la direc­to­ra Keren Bar Rafael, igual­men­te auto­ra del guión escri­to con Éli­se Ben­rou­bi. Su tra­ma gira en torno de la joven pare­ja israe­lí inte­gra­da por Yuval (Arieh Worthal­ter) y su espo­sa Julie (Judith Chem­la) vivien­do en París y recien­tes padres de un bebé. Como su visa de inmi­gran­te expi­ra Yuval debe retor­nar a Israel por un par de sema­nas a fin de reno­var­la. Dada esa situa­ción, Julie ade­más de tra­ba­jar debe ocu­par­se de la cria­tu­ra y la comu­ni­ca­ción con su mari­do se man­tie­ne recu­rrien­do a los medios ofre­ci­dos por la moder­na tec­no­lo­gía. Si en prin­ci­pio todo mar­cha sobre rie­les, en la medi­da que el trá­mi­te del visa­do se pro­lon­ga mucho más de lo aguar­da­do por razo­nes buro­crá­ti­cas, el amor de la pare­ja es pues­to a prue­ba; eso se debe a que Yuval, dis­fru­tan­do en Tel Aviv de la com­pa­ñía de sus fami­lia­res y ami­gos, se sien­te incli­na­do a que­rer per­ma­ne­cer en Israel en tan­to que Julie se nie­ga a vol­ver dado que en Fran­cia tie­ne un empleo esta­ble y ade­más no desea estar expues­ta a los con­flic­tos polí­ti­cos de su tie­rra natal. A pesar de que la mayor par­te de la acción trans­cu­rre en un espa­cio con­fi­na­do, la direc­to­ra ha insu­fla­do al rela­to un diná­mi­co rit­mo don­de con­vin­cen­te­men­te mues­tra cómo un sóli­do amor pue­de lle­gar a fragilizarse.

Dos pelí­cu­las de un mis­mo rea­li­za­dor arro­jan dis­pa­res resul­ta­dos. En Strip­ped (Israel-Ale­ma­nia) el rea­li­za­dor y guio­nis­ta Yaron Sha­ni yux­ta­po­ne dos his­to­rias: en una de ellas mues­tra cómo Ali­ce (Lativ Sivan), una exi­to­sa escri­to­ra de apro­xi­ma­da­men­te 30 años, se encuen­tra ator­men­ta­da por una vio­la­ción que ella cree haber sufri­do mien­tras esta­ba dur­mien­do en su hogar; en la otra se halla Ziv (Bar Gott­fried), un ado­les­cen­te de 17 años obse­sio­na­do por la músi­ca que con­fron­ta su mas­cu­li­ni­dad en vís­pe­ras de ser reclu­ta­do por el ejér­ci­to; aun­que ambos rela­tos lle­gan a fusio­nar­se, el film fla­quea por­que el per­so­na­je de Ali­ce con su des­con­trol en sus ata­ques de páni­cos dis­ta de ser creí­ble y ade­más por­que su des­en­la­ce resul­ta poco menos que incon­gruen­te. Las muy bue­nas actua­cio­nes de Sivan y Gott­fried no lle­gan a ate­nuar las falen­cias del guión.

Total­men­te dife­ren­te es el caso de Chai­ned (Israel-Ale­ma­nia) don­de Sha­ni ana­li­za mag­ní­fi­ca­men­te el fenó­meno del machis­mo. El guión del rea­li­za­dor enfo­ca a Rashi (Eran Naim), un poli­cía bien inten­cio­na­do dis­pues­to a man­te­ner el orden a toda cos­ta al estar expues­to de mane­ra per­ma­nen­te con la vio­len­cia del mun­do que lo rodea.
Cuan­do en un par­que públi­co com­prue­ba que seis ado­les­cen­tes sen­ta­dos en el cés­ped están fuman­do marihua­na, él los tras­la­da al recin­to poli­cial y allí de mane­ra auto­ri­ta­ria les obli­ga a des­nu­dar­se por com­ple­to para com­pro­bar si en sus cuer­pos ocul­tan dro­gas; ese inci­den­te moti­va a que sus supe­rio­res lo sus­pen­dan de su tra­ba­jo dado que el padre de uno de los jóve­nes, un impor­tan­te fun­cio­na­rio polí­ti­co, lo denun­ció por abu­so sexual.
A la humi­lla­ción sufri­da se agre­ga los con­tra­tiem­pos de su vida fami­liar. Casa­do en segun­das nup­cias con Avi­gail (Stav Alma­gor) quien es madre de Yas­mi­ne (Stav Patay) de 13 años de edad, Rashi sufre una gran des­ilu­sión de no poder ser padre cuan­do se com­prue­ba que el feto de su mujer emba­ra­za­da está muer­to; a ello se agre­ga la difí­cil rela­ción man­te­ni­da con su rebel­de hijas­tra que ter­mi­na odián­do­lo debi­do a que con su acti­tud des­me­su­ra­da de sobre­pro­tec­ción ella se sien­te dis­mi­nui­da y mal­tra­ta­da fren­te a sus amis­ta­des. La cre­cien­te ten­sión crea­da entre Rashi y Yas­mi­ne gene­ran­do un cli­ma hoga­re­ño asfi­xian­te moti­va a que Avi­gail se sepa­re de su espo­so. Fren­te a esta situa­ción el poli­cía adop­ta una deci­sión que lo con­du­ce a un camino sin retorno. El film remar­ca­ble­men­te narra­do asom­bra por su genuino rea­lis­mo y por el nivel de inter­pre­ta­ción logra­do en su mayo­ría por acto­res no pro­fe­sio­na­les; en tal sen­ti­do se des­ta­ca la extra­or­di­na­ria carac­te­ri­za­ción de Naim, un ex poli­cía en la vida real trans­mi­tien­do la fuer­za bru­tal que emer­ge de su personaje.

En Van Goghs el direc­tor ruso Ser­gey Liv­nev enfo­ca la pro­ble­má­ti­ca rela­ción esta­ble­ci­da entre un padre y su hijo a tra­vés de un dra­ma que no alcan­za a impac­tar como debie­ra. Mark (Alek­sey Serebrya­kov) es un artis­ta tor­tu­ra­do de 52 años radi­ca­do en Israel que está a pun­to de sui­ci­dar­se en la medi­da que tan­to a nivel per­so­nal como pro­fe­sio­nal no logró rea­li­zar­se. Un hecho ines­pe­ra­do modi­fi­ca su situa­ción y lo impul­sa a retor­nar a su hogar nati­vo de Leto­nia don­de se reen­cuen­tra con Vic­tor (Daniel Olbrychs­ki), un renom­bra­do direc­tor musi­cal de Riga que expe­ri­men­ta los pri­me­ros esta­dios de demen­cia senil. Gra­dual­men­te se sabrá las razo­nes por las cua­les Mark deci­dió mudar­se a Israel así como tam­bién su resen­ti­mien­to a su padre que nun­ca se preo­cu­pó de pro­di­gar­le cari­ño. Como resul­ta pre­vi­si­ble este via­je per­mi­te que padre e hijo se redes­cu­bran y sal­den las dife­ren­cias exis­ten­tes. Sin que el film apor­te algo dis­tin­ti­vo sobre un tema ya tra­ta­do por el cine en nume­ro­sas opor­tu­ni­da­des con mejor suer­te, la fuer­za del mis­mo radi­ca en las actua­cio­nes de Serebrya­kov y del vete­rano actor pola­co Olbrychs­ki a pesar de la ende­ble des­crip­ción de sus personajes.

Un emo­ti­vo dra­ma sobre los cole­ta­zos de la Segun­da Gue­rra se apre­cia en el dra­ma Tho­se Who Remai­ned (Hun­gría) del direc­tor Bar­na­bas Toth. Basa­do en la nove­la de Zsuz­sa F. Var­kon­yi publi­ca­da en 2004, el film que trans­cu­rre en Hun­gría en 1948 intro­du­ce a Ala­dar (Karoly Haj­duk), un médi­co judío de 42 años que logró sobre­vi­vir en el cam­po de con­cen­tra­ción aun­que per­dió a su mujer e hijos. La ruti­na de este hom­bre se alte­ra cuan­do en oca­sión de un examen gine­co­ló­gi­co prac­ti­ca­do cono­ce a Kla­ra (Abi­gel Szo­ke), una ado­les­cen­te de 16 años que vive con su tía abue­la (Mari Nagy) y sien­te gran frus­tra­ción al no poder reen­con­trar a sus padres des­apa­re­ci­dos en la gue­rra; pron­ta­men­te ella se sien­te atraí­da por el intro­ver­ti­do médi­co y deci­de mudar­se a su casa. La sole­dad de Ala­dar y la nece­si­dad de afec­to de la tris­te Kla­ra moti­va a que se esta­blez­ca una espe­cie de víncu­lo paterno-filial; en esa con­vi­ven­cia que per­mi­te que ambos pue­dan ali­viar en par­te las heri­das no cica­tri­za­das del pasa­do, el entu­sias­ma­do cari­ño de la joven hacia Ala­dar moti­va a que sabia­men­te él sepa guar­dar la nece­sa­ria dis­tan­cia para no tras­pa­sar los lími­tes del sen­ti­mien­to amis­to­so. El obs­tácu­lo a esa coexis­ten­cia pro­vie­ne del régi­men comu­nis­ta vigen­te en Hun­gría don­de la rela­ción man­te­ni­da entre los dos es mal inter­pre­ta­da por par­te de ter­ce­ros lle­gan­do al pun­to en que el médi­co es sos­pe­cha­do de corrom­per a una menor. Con suma deli­ca­de­za el direc­tor que escri­bió el guión con Kla­ra Muhi ofre­ce un film de emo­cio­nes repri­mi­das des­cri­bien­do satis­fac­to­ria­men­te a dos almas geme­las que bus­can apo­yar­se mutua­men­te en el con­tex­to de un asfi­xian­te esce­na­rio político.

No muchos han lle­ga­do a saber que Wins­ton Chur­chill con ante­la­ción a su actua­ción polí­ti­ca fue un efi­cien­te guio­nis­ta. Eso lo deve­la John Fleet en su docu­men­tal Chur­chill and the Movie Mogul (Gran Bre­ta­ña) en don­de refle­ja el alcan­ce del poder mani­pu­la­ti­vo ejer­ci­do por la cine­ma­to­gra­fía. Es en 1934 cuan­do Ale­xan­der Kor­da, el judío hún­ga­ro que emi­gró a Gran Bre­ta­ña con­vir­tién­do­se en el más impor­tan­te pro­duc­tor de cine, con­tra­ta a Chur­chill en cali­dad de guio­nis­ta y ase­sor his­tó­ri­co. Ése fue el ini­cio de una cola­bo­ra­ción artís­ti­ca que lle­ga­ría a tras­cen­der más allá de lo que en prin­ci­pio se podría espe­rar. Tenien­do en cuen­ta que en esos tur­bu­len­tos años pre­vios a la Segun­da Gue­rra, el infa­me geno­ci­da de Hitler se valió de la direc­to­ra ger­ma­na Leni Rie­fens­tahl para trans­mi­tir su men­sa­je median­te un cine de pro­pa­gan­da, Chur­chill con­si­de­ró igual­men­te el poten­cial que pue­de brin­dar el sép­ti­mo arte como ins­tru­men­to de gue­rra; ese aspec­to que­dó demos­tra­do en los guio­nes que pre­pa­ró para Kor­da en varios de sus films, como por ejem­plo lo han sido Fire Over England (1937) y Lady Hamil­ton (1941). Esta atrac­ti­va docu­men­ta­da his­to­ria de la gran amis­tad per­so­nal y pro­fe­sio­nal del renom­bra­do esta­dis­ta con el pode­ro­so mag­na­te per­mi­te al pro­pio tiem­po que el ciné­fi­lo eche un vis­ta­zo a extrac­tos de algu­nos de las remar­ca­bles pro­duc­cio­nes de Korda.

Eve Ash es la auto­ra del fas­ci­nan­te docu­men­tal Man On The Bus en don­de tam­bién asu­me el rol de pro­ta­go­nis­ta. Ella per­te­ne­ce a una fami­lia judía de Mel­bour­ne, cuyos padres Feliks y Martha ya falle­ci­dos han sido sobre­vi­vien­tes de los cam­pos de con­cen­tra­ción don­de per­die­ron a sus fami­lia­res más direc­tos inclu­yen­do a sus res­pec­ti­vos cón­yu­ges. Des­pués del casa­mien­to, en 1949 emi­gra­ron a Aus­tra­lia don­de nacie­ron Helen, la hija mayor, y pos­te­rior­men­te Eve.
La rea­li­za­do­ra mani­fies­ta haber sido inte­gran­te de una bella fami­lia con padres que se ama­ron entra­ña­ble­men­te, trans­mi­tien­do ese mis­mo afec­to a sus hijas que vivie­ron con­for­ta­ble­men­te en un hogar que podría ser cali­fi­ca­do de “mode­lo”. A pesar de todo, hubo algo cier­ta­men­te inex­pli­ca­ble por lo cual emo­cio­nal­men­te Eve se sin­tió un poco apar­ta­da de los suyos.
El motor que impul­sa la acción del rela­to se pro­du­ce cuan­do tiem­po des­pués de la muer­te de sus pro­ge­ni­to­res, revi­san­do pelí­cu­las case­ras Eve obser­va algo que le des­pier­ta sos­pe­chas; las dudas se inten­si­fi­can cuan­do en enero de 2008 reci­be un e‑mail de una per­so­na des­co­no­ci­da; eso la impul­sa a ini­ciar una bús­que­da vin­cu­la­da con su iden­ti­dad como así de algo más tras­cen­den­te que resul­ta impro­ce­den­te revelar.
Muchas veces se han asis­ti­do a rela­tos de fic­ción don­de emer­gen secre­tos de fami­lia; sin embar­go nada es com­pa­ra­ble con lo expues­to en este sor­pren­den­te docu­men­tal; lo cier­to es que la inves­ti­ga­ción de la rea­li­za­do­ra se ase­me­ja a un com­pli­ca­do rom­pe­ca­be­zas don­de ella debe reor­de­nar las dis­tin­tas pie­zas que lo inte­gran a fin de poder completarlo.
Dado que Ash es igual­men­te psi­có­lo­ga mucho de sus cono­ci­mien­tos en la mate­ria han sido vol­ca­dos en este docu­men­tal remar­ca­ble­men­te arti­cu­la­do e impe­ca­ble­men­te edi­ta­do que man­te­nien­do la intri­ga has­ta el final asi­mis­mo logra emocionar.

Otro docu­men­tal que sus­ci­ta inte­rés es Com­ra­de Dov (Israel) del direc­tor Barak Hey­mann quien ha con­ta­do con la cola­bo­ra­ción de Uri Levi para retra­tar al izquier­dis­ta polí­ti­co israe­lí Dov Khe­nin. De mane­ra afec­tuo­sa Hey­mann sigue los pasos de Khe­nin duran­te un perío­do de 13 años des­de que fue elec­to miem­bro del par­la­men­to israe­lí repre­sen­tan­do al par­ti­do mino­ri­ta­rio Hadash has­ta su reti­ro en abril de 2019. Duran­te ese lap­so el docu­men­tal ilus­tra la elo­cuen­cia de este acti­vis­ta en la Knes­set defen­dien­do los dere­chos socia­les de los pales­ti­nos israe­líes. La bata­lla del ex legis­la­dor ha sido dura en la medi­da que resul­ta difí­cil con­ci­liar los intere­ses de los ára­bes israe­líes que bre­gan por la nece­si­dad de la exis­ten­cia de dos Esta­dos simul­tá­neos y la posi­ción com­ple­ta­men­te opues­ta de los legis­la­do­res que sus­ten­tan la ideo­lo­gía del par­ti­do gober­nan­te sobre la ane­xión de los terri­to­rios ocu­pa­dos. En esen­cia, este film mues­tra los gran­des esfuer­zos de un polí­ti­co tra­tan­do de resal­tar los valo­res demo­crá­ti­cos de Israel y que a pesar de los obs­tácu­los exis­ten­tes tra­ta de no renun­ciar a sus ideales.

Israel, Land of the Series es el docu­men­tal que clau­su­ra esta pri­me­ra par­te de TJFF que según se anti­ci­pa ver­sa sobre la gran popu­la­ri­dad de las series de tele­vi­sión rea­li­za­das en Israel.
Una Infor­ma­ción de la lis­ta com­ple­ta de fil­mes que serán difun­di­dos para las audien­cias de Toron­to se pue­de obte­ner pre­sio­nan­do aquí 

Una Obra Maestra

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

A STREET­CAR NAMED DESIRE

Con­si­de­ra­da por muchos crí­ti­cos lite­ra­rios como una de las gran­des obras de la lite­ra­tu­ra ame­ri­ca­na, Un Tran­vía Lla­ma­do Deseo del genial dra­ma­tur­go Ten­nes­see Williams escri­ta en 1947 y gana­do­ra del Pre­mio Pullitzer en 1948 ha sido repre­sen­ta­da inter­na­cio­nal­men­te en múl­ti­ples oca­sio­nes ade­más de haber sido tras­la­da­da a la pan­ta­lla e inclu­so a la ópe­ra. Por su excep­cio­nal rique­za no sor­pren­de que haya sido repues­ta una vez más en Lon­dres en 2014 bajo la direc­ción de Bene­dict Andrews. Habien­do sido fil­ma­da en vivo por Nick Wick­man en una de sus repre­sen­ta­cio­nes en el tea­tro Young Vic, la pie­za es difun­di­da por Natio­nal Thea­tre en el con­tex­to del ciclo Natio­nal Thea­tre at Home.

Gillian Ander­son. (Foto: Johan Persson)

El autor expo­ne la coli­sión cul­tu­ral exis­ten­te entre Blan­che Dubois pro­ve­nien­te de una fami­lia de muy bue­na posi­ción eco­nó­mi­ca de Mis­sis­sip­pi con la de su her­ma­na Ste­lla vivien­do modes­ta­men­te en New Orleans. Des­pués de algún tiem­po de no haber­se vis­to, Blan­che lle­ga al hogar de su her­ma­na que vive en el barrio fran­cés de dicha ciu­dad. A la ale­gría del reen­cuen­tro de inme­dia­to se apre­cia la dis­cre­pan­cia social de la visi­tan­te con res­pec­to a la de Ste­lla quien indi­rec­ta­men­te la cri­ti­ca por vivir en una exigua resi­den­cia de dos ambien­tes y haber­se casa­do con Stan­ley Kowals­ki, un pro­le­ta­rio pola­co. Esas dife­ren­cias se inten­si­fi­can cuan­do lle­ga su cuña­do y un aire de supe­rio­ri­dad sur­ge en ella des­de­ñan­do su pre­sen­cia; más aún, Blan­che no pue­de con­ce­bir cómo Ste­lla pudo unir su vida a un hom­bre por exce­len­cia bru­to y grotesco.

Si bien a tra­vés del tiem­po hubo dife­ren­tes enfo­ques en el tra­ta­mien­to del tex­to del autor, el cri­te­rio de Andrews pue­de ser dis­cu­ti­ble en su pro­pó­si­to de cohe­sio­nar la épo­ca en que la pie­za fue escri­ta con el toque moderno; eso se apre­cia aún más a tra­vés de la esce­no­gra­fía de Mag­da Willi quien de mane­ra mini­ma­lis­ta uti­li­za un esce­na­rio cir­cu­lar pre­sen­tan­do el hogar de los Kowals­ki como un depar­ta­men­to moderno con mue­bles tipo Ikea que de algún modo se ase­me­ja al de una clí­ni­ca hos­pi­ta­la­ria. No obs­tan­te estas obser­va­cio­nes, la soli­dez de esta pro­duc­ción resi­de en el exce­len­te nivel interpretativo.

Sin duda algu­na, Gillian Ander­son brin­da una carac­te­ri­za­ción inol­vi­da­ble de Blan­che. Des­de las pri­me­ras esce­nas en que su per­so­na­je apa­ren­ta sen­tir­se segu­ra de sí mis­ma fren­te a su her­ma­na y cuña­do, va exte­rio­ri­zan­do cier­ta ines­ta­bi­li­dad psi­co­ló­gi­ca que ella atri­bu­ye al can­san­cio y el estrés pro­du­ci­do tra­ba­jan­do como maes­tra en Mis­sis­sip­pi. Esa mani­fies­ta fra­gi­li­dad tra­ta de disi­mu­lar­la con su pro­pen­sión al alcohol aun­que el ambien­te en que trans­cu­rre su visi­ta no hará más que dete­rio­rar su esta­do men­tal has­ta lle­gar al nivel de la inci­pien­te locu­ra. La gra­dual trans­for­ma­ción que Ander­son logra de su Blan­che es nada menos que extra­or­di­na­ria a tal pun­to que uno se olvi­da que está actuan­do para en cam­bio creer que esta mujer es un per­so­na­je real que se ali­men­ta de men­ti­ras y fan­ta­sías para ocul­tar sus falen­cias. Si Ander­son es bri­llan­te en su actua­ción no lo es menos Ben Fos­ter como Kovals­ki quien due­ño de una per­so­na­li­dad machis­ta y beli­co­sa no pue­de tole­rar que su cuña­da inter­fie­ra en su vida matri­mo­nial; el gra­do de inten­si­dad que vier­te en el tra­to vio­len­to con su espo­sa y en las hirien­tes con­fron­ta­cio­nes man­te­ni­das con Blan­che adquie­ren inusi­ta­da mag­ni­tud emo­cio­nal, sobre todo en una de las últi­mas esce­nas en que ter­mi­na degra­dan­do a su des­es­ta­bi­li­za­da cuña­da. En pape­les meno­res pero igual­men­te impor­tan­tes se des­ta­ca Vane­sa Kirby quien como Ste­lla se encuen­tra en la deli­ca­da situa­ción de com­por­tar­se como bue­na her­ma­na al pro­pio tiem­po que ser leal a su mari­do; por su par­te Corey John­son ani­ma al soli­ta­rio y bona­chón Mitch, ami­go de Stan­ley, quien atraí­do por Blan­che está dis­pues­to a casar­se con ella pero al cono­cer su ocul­to pasa­do desis­te de hacerlo.

Coro­nan­do la gran­de­za de esta pie­za, el direc­tor logra una poé­ti­ca esce­na final en la cual Blan­che cal­ma­da­men­te cami­na toma­da del bra­zo por el médi­co que la está con­du­cien­do al hospicio.

Los aman­tes del buen tea­tro tie­nen la opor­tu­ni­dad de ver esta obra gra­tui­ta­men­te des­de la como­di­dad del hogar has­ta el jue­ves 28 de mayo (14h) pre­sio­nan­do aquí

.