EN CORPS. Francia-Bélgica, 2022. Un film de Cédric Klapisch. 117 minutos
A través de una sencilla y cautivante historia, el renombrado director Cédric Klapisch, responsable de buenas películas como L’Auberge Espagnole (2002) y Les Poupées Russes (2005), entre otras, con En Corps aborda el mundo del ballet, demostrando la gran dureza a la que deben someterse quienes encuentran en la danza su vocación artística.

Marion Barbeau
El relato del realizador compartido con Santiago Amigorena presenta a Élise (Marion Barbeau), una devota bailarina francesa de 26 años quien a punto de salir al escenario como principal intérprete del ballet La Bayadère de Marius Petipa se encuentra perturbada al haber comprobado que su novio la engaña. La situación se complica cuando en medio de la representación enfrentando al público asistente, ella cae al suelo y debido a la desafortunada ruptura de su tobillo, provoca la interrupción de la función.
Para la corta vida profesional de quien actúa en ballet, el diagnóstico que recibe Élise es devastador en la medida que su médico le manifiesta que es muy probable que tendrá que suspender sus actuaciones como prima ballerina y que posiblemente nunca volverá a actuar. Cuando su fisioterapeuta Yann (François Civil) viaja temporariamente a India, la joven acepta la proposición de su amiga Sabrina (Souhella Yacoub), una antigua bailarina que también había atravesado por una situación similar, de dirigirse junto con su novio Loïc (Pio Marmai) a Bretaña, a fin de a instalarse temporariamente en la gran propiedad de Josiane (Muriel Robin); esta sexagenaria mujer de noble espíritu ofrece su residencia para que jóvenes artistas bailarines puedan entrenarse. Es allí donde Élise conoce al eminente coreógrafo israelí Hofesh Shechter (interpretándose a sí mismo) quien convencido del talento de la joven la incentiva a ensayar con su compañía de danza moderna y contemporánea; ese estímulo recibido permitirá que la joven pueda vislumbrar su futuro con evidente optimismo.
El relato fundamentalmente descansa en la recuperación física y emocional que atraviesa Éloise en donde a través del ballet contemporáneo inicia un nuevo camino que le permitirá demostrar su talento artístico, En aspectos secundarios de la trama, el film ilustra la reconexión de Élise con su padre (Denis Podalydès) quien sin mala voluntad se mantuvo apartado de ella debido a la pena sentida por la muerte de su querida mujer.
Con una eficiente narración Klapisch ha logrado una humana y conmovedora comedia dramática resaltando la pasión por el arte como asimismo ilustrando cómo puede armoniosamente combinarse el ballet clásico con el contemporáneo.
En el marco de un homogéneo elenco se distingue la excelente interpretación de Barbeau quien con total convicción transmite la determinación y resiliencia de su personaje para vencer los obstáculos interpuestos a su carrera; además como bailarina deslumbra al espectador, hecho que no resulta sorprendente puesto que en la vida real es la consagrada primera bailarina del célebre Ballet de la Ópera de Paris. La buena música de Thomas Bangalter y de Hofesh Shechter y la apreciable fotografía de Alexis Kavyrchine son otros de los factores que contribuyen a resaltar la calidad de este buen film. Jorge Gutman