Franz Bec­ken­bauer

Cró­ni­ca de José Luis Ridoutt

Franz Bec­ken­bauer falle­ció a los 78 años

El Kai­ser”, como tam­bién se le cono­cía, fue un legen­da­rio juga­dor y entre­na­dor ale­mán, que lle­gó a con­quis­tar el mun­do con su talen­to en el cam­po, que siem­pre será recor­da­do por su valen­tía y des­tre­za, espe­cial­men­te duran­te el Mun­dial de Méxi­co 70, en el que jugó con el hom­bro dislocado.

Ade­más de lucir su talen­to con la Selec­ción de Ale­ma­nia, Bec­ken­bauer tam­bién bri­lló en el Bayern Munich y el New York Cos­mos, con lo que dejó una hue­lla inde­le­ble en el fútbol.

Se crió en la región de la Bava­ria de la post­gue­rra. La Segun­da Gue­rra Mun­dial recién ter­mi­na­da cuan­do nació, el 11 de setiem­bre de 1945. Tuvo que vivir la pri­me­ra eta­pa de la recons­truc­ción y la dura auto­crí­ti­ca que comen­zó a apa­re­cer en bue­na par­te de su país. Con el tiem­po, Bec­ken­bauer expli­có cuá­les fue­ron los ingre­dien­tes de su excep­cio­nal carre­ra: “Para ser exi­to­so como juga­dor, entre­na­dor y diri­gen­te hay que tener mucha dis­ci­pli­na, bas­tan­te suer­te, y nacer en el país y en el momen­to justo”.

Franz Bec­ken­bauer se con­sa­gró cam­peón del mun­do como juga­dor en el Mun­dial de 1974

Tuvo otra nota­ble influen­cia des­de lo depor­ti­vo: ver como niño, a sus nue­ve años, cómo Ale­ma­nia se con­sa­gra­ba cam­peo­na del mun­do por pri­me­ra vez, en Sui­za, remon­tan­do el míti­co par­ti­do a los hún­ga­ros 3 – 2 con Fritz Wal­ter como capi­tán, y se pro­pu­so imi­tar aque­lla haza­ña y lo con­si­guió jus­to vein­te años después.

Duran­te su pri­me­ra tem­po­ra­da con el Bayern Munich, Bec­ken­bauer mos­tró un talen­to excep­cio­nal al ano­tar 17 goles y ayu­dar al equi­po a ascen­der a la Bun­des­li­ga. Sin embar­go, fue en el Mun­dial de Ingla­te­rra 1966 cuan­do asom­bró al mun­do, mar­can­do cua­tro goles y obtu­vo el sub­cam­peo­na­to. De todos modos, su des­ilu­sión por aque­lla final (en la que le tocó mar­car a Bobby Charl­ton) tan irre­gu­lar ante los loca­les le dejó un gran ren­cor y nun­ca le per­do­nó al árbi­tro sui­zo Gott­fried Dienst el haber cobra­do aquel gol fan­tas­ma de Geoff Hurst, autor de dos más (el par­ti­do ter­mi­nó 4 – 2). De todos modos, con los años dijo que “Ingla­te­rra nos ganó esa final por­que Charl­ton era un poco mejor que yo”.

Fue en ese Mun­dial de Ingla­te­rra en el que sor­pren­dió jugan­do en una nue­va posi­ción, como líbe­ro, al pun­to de con­si­de­rár­se­lo como el inven­tor de esa posi­ción. Aun­que era un des­ta­ca­do y ele­gan­te volan­te cen­tral apa­re­cía aho­ra colo­ca­do por detrás de la línea defen­si­va de su qui­po, barrien­do con los ata­ques rivales.

El papel de líbe­ro apa­re­cía como una pla­ta­for­ma per­fec­ta de lan­za­mien­to hacia el ata­que por­que jamás nadie pen­sa­ba en mar­car­lo y como juga­ba atrás de los defen­so­res, tenía tiem­po para pen­sar bien cuán­do pro­yec­tar­se y hacer­lo en abso­lu­ta sor­pre­sa con cal­cu­la­dos sla­loms. Esto lo había vis­to en el late­ral ita­liano Gia­cin­to Fac­chet­ti, que se pro­yec­ta­ba de la mis­ma for­ma por su banda.

Tenía capa­ci­dad de man­do, cor­te en las dos ban­das, y gran poder de anti­ci­pa­ción. Con sali­da exqui­si­ta con la pelo­ta, sabía reven­tar­la a la tri­bu­na si hacía fal­ta. Cruyff, uno de sus gran­des adver­sa­rios, dijo sobre él “para mí, el fút­bol es mucho más que defen­der. Y Bec­ken­bauer era un juga­dor ofen­si­vo que hacía de defensor”.

Bec­ken­bauer lide­ró a Ale­ma­nia a ganar un tor­neo excep­cio­nal. En aque­lla épo­ca no había tan­to fana­tis­mo ni tan­ta preo­cu­pa­ción por la segu­ri­dad. Podía­mos hacer lo que que­ría­mos. Sim­ple­men­te había un poli­cía arma­do como úni­ca vigi­lan­cia, algo impen­sa­ble en la actua­li­dad. Enton­ces, todo era más rela­ja­do y el tor­neo estu­vo lleno de colo­ri­do. El país era una gran fies­ta de fút­bol”, recor­dó con nos­tal­gia pero influ­yó mucho en su mane­ra de ver el fút­bol por­que cua­tro años des­pués, en el Mun­dial como local, se que­jó de las con­cen­tra­cio­nes rigu­ro­sas. Todo había cambiado.

En 1972 comen­zó la era dora­da del fút­bol ale­mán, ganan­do la Euro­co­pa 72, en don­de tuvo una bri­llan­te actua­ción, espe­cial­men­te en la semi­fi­nal ante Bél­gi­ca (2 – 1) y en el con­tun­den­te 3 – 0 de la final ante la URSS, que­dan­do en el equi­po ideal del tor­neo. Tam­bién entre 1972 y 1974 ganó las tres Bun­des­li­gas, y entre el 74 y 76, las tres Copas de Euro­pa (ante el Atlé­ti­co Madrid, el Leeds, y el Saint Etien­ne), en una déca­da de gran due­lo con el fút­bol holan­dés, tan­to en la final del Mun­dial 1974, una tran­si­ción casi per­fec­ta, como que entre 1971 y 1973, el Ajax había sido tri­cam­peón de Euro­pa con Cruyff, Nees­keens, Kai­zer y compañía.

Franz Bec­ken­bauer siem­pre será recor­da­do por su esti­lo de jue­go domi­nan­te y estra­té­gi­co, rede­fi­nien­do el papel del defen­sor en el fút­bol moderno. Su capa­ci­dad para orga­ni­zar la defen­sa y el ata­que des­de la posi­ción de líbe­ro, jun­to con su visión tác­ti­ca y habi­li­da­des téc­ni­cas, lo hizo indis­pen­sa­ble en cual­quier equi­po en el que jugaba.

Juga­dor ele­gan­te, siem­pre pare­cía que anda­ba en pun­tas de pie, y mayor sím­bo­lo del Bayern, un equi­po que dio cracks como Sepp Maier, Gerd Müller, Karl Rum­me­nig­ge, Lothar Matthaus, Michel Ballack u Oli­ver Kahn, muchos afi­cio­na­dos piden que el esta­dio actual del Bayern, el Allianz Are­na, lle­ve su nombre

Ade­más, Bec­ken­bauer fue el pri­mer defen­sa en la his­to­ria del fút­bol en ganar el Balón de Oro, lo que demues­tra su impac­to en el jue­go. Este logro rom­pió las barre­ras tra­di­cio­na­les y demos­tró que no sólo los delan­te­ros pue­den ser reco­no­ci­dos como los mejo­res del mun­do. Su esti­lo de jue­go cam­bió la for­ma en que se inter­pre­ta­ba y juga­ba la posi­ción de defen­sor, dejan­do una hue­lla imbo­rra­ble en el fútbol.

El Rito Sexual

HOW TO HAVE SEX. Gran Bre­ta­ña-Gre­cia, 2023. Un film escri­to y diri­gi­do por Molly Man­ning Wal­ker. 91 minutos

Tenien­do como ante­ce­den­te de ser una meri­to­ria fotó­gra­fa y por haber rea­li­za­do algu­nos cor­tos, Molly Man­ning Wal­ker debu­ta como guio­nis­ta y cineas­ta en How To have Sex cen­tran­do su aten­ción en tres chi­cas ado­les­cen­tes en un momen­to espe­cial de sus vidas.

Mia Mcken­na Bruce

Tara (Mia Mcken­na Bru­ce), Em (Enva Lewis) y Skye (Lara Pea­ke), de 16 años de edad, son gran­des ami­gas ingle­sas que para cele­brar la cul­mi­na­ción de sus estu­dios de ense­ñan­za media efec­túan un via­je turís­ti­co a Malia, ubi­ca­da en la isla grie­ga de Cre­ta, a fin de dis­fru­tar las mejo­res vaca­cio­nes de su existencia.

Como si fue­ra por pri­me­ra vez que se encuen­tran en ple­na liber­tad, eufó­ri­ca­men­te alo­ca­das y gri­tan­do a más no poder en la habi­ta­ción del hotel que las alber­gan, pla­nean sobre la mejor mane­ra de pasar­la bien. El móvil fun­da­men­tal es tra­tar de for­ni­car lo más que se pue­da y en tal sen­ti­do Skye le comen­ta a Tara, la menor del gru­po y aún vir­gen en mate­ria sexual, que ése es el lugar ideal don­de ella ten­drá la opor­tu­ni­dad de ser desvirgada.

La oca­sión de alter­nar con el sec­tor mas­cu­lino se pre­sen­ta en la pie­za adya­cen­te del hotel don­de se alo­jan los jóve­nes turis­tas igual­men­te bri­tá­ni­cos Bad­ger (Shaun Tho­mas) y Paddy (Samuel Bot­tom­ley) acom­pa­ña­dos de Pai­ge (Lau­ra Ambler) y que igual­men­te per­si­guen pro­pó­si­tos similares.

Duran­te dicha esta­día y adop­tan­do un des­me­di­do com­por­ta­mien­to las chi­cas pasan el tiem­po comien­do papas fri­tas, bebien­do a gra­nel, asis­tien­do a los luga­res de bai­le noc­tur­nos y pres­tán­do­se a los jue­gos de seduc­ción a fin de tener sexo. A todo ello, las con­ver­sa­cio­nes entre ellas son mayor­men­te bana­les, sal­vo algún comen­ta­rio sobre lo que habrán de hacer en caso de pro­se­guir estu­dios universitarios.

El pun­to de infle­xión del rela­to acon­te­ce cuan­do en una esca­pa­da noc­tur­na se pro­du­ce el encuen­tro sexual de Tara con Paddy; a pesar de que no ha sido una rela­ción for­za­da sino con­sen­sual, a pos­te­rio­ri la joven mani­fies­ta una sen­sa­ción de angus­tia al com­pro­bar que el goce momen­tá­neo del sexo care­ce de sus­ten­to emo­cio­nal al estar des­pro­vis­to de un víncu­lo afectivo.

A tra­vés de la his­to­ria pro­pues­ta, sin juz­gar a sus per­so­na­jes la novel rea­li­za­do­ra refle­ja un cua­dro no muy ama­ble de la juven­tud con su fal­ta de madu­rez. Así, pare­cie­ra que las ado­les­cen­tes son víc­ti­mas de un medio social que las pre­sio­na a tener que cum­plir con el rito sexual en el trán­si­to hacia la eta­pa adul­ta de la vida. En todo caso que­da abier­ta la dis­cu­sión acer­ca de si lo expues­to en esta come­dia juve­nil sea el sexo lo que real­men­te pre­do­mi­na en la cul­tu­ra actual del mun­do occidental.

Dicho lo que pre­ce­de, el film está correc­ta­men­te rea­li­za­da y agra­cia­do con un con­vin­cen­te elen­co en el que cla­ra­men­te se des­ta­ca Mac­ken­na-Bru­ce, pero dis­ta de ser remar­ca­ble; no obs­tan­te, el jura­do de la sec­ción Una Cier­ta Mira­da del Fes­ti­val de Can­nes 2023 demos­tró un mayor entu­sias­mo al haber­lo dis­tin­gui­do con el pri­mer pre­mio. Jor­ge Gutman

La Vio­len­cia Policial

AVANT QUE LES FLAM­MES NE S’É­TEIG­NENT. Fran­cia, 2023. Un film escri­to y diri­gi­do por Meh­di Fikri. 96 minutos

En su pri­me­ra incur­sión en el lar­go­me­tra­je, el direc­tor y guio­nis­ta Meh­di Fikri abor­da en Avant que les flam­mes ne s’éteignent un poten­te thri­ller en el que se ins­pi­ró en la expe­rien­cia vivi­da en su anti­guo tra­ba­jo de perio­dis­ta en asun­tos poli­cía­cos don­de tuvo opor­tu­ni­dad de cons­ta­tar epi­so­dios de mani­fies­ta vio­len­cia poli­cial acae­ci­dos en sec­to­res des­fa­vo­re­ci­dos de Francia.

Camé­lia Jordana

La acción trans­cu­rre en la épo­ca actual y está ambien­ta­da en los subur­bios de Estras­bur­go, en un barrio popu­lar habi­ta­do por una comu­ni­dad ára­be de des­cen­den­cia nor­te­afri­ca­na, como los per­so­na­jes de esta his­to­ria. En su comien­zo, Mali­ka (Camé­lia Jor­da­na), per­te­ne­cien­te a una fami­lia de inmi­gran­tes, reci­be tele­fó­ni­ca­men­te la noti­cia de que su dis­tan­cia­do her­mano Karim (Abdel­ma­lik Yah­yaoui) de 25 años de edad ha sido dete­ni­do por la poli­cía por uso de dro­gas. A las pocas horas median­te otro lla­ma­do se ente­ra que Karim está hos­pi­ta­li­za­do; cuan­do apre­su­ra­da­men­te con­cu­rre al hos­pi­tal se encuen­tra con la tris­te noti­cia que él murió debi­do a un ata­que de epi­lep­sia. De inme­dia­to que­da la sos­pe­cha que algo raro acon­te­ció y que la cau­sa del dece­so ofre­ci­da en la con­fe­ren­cia de pren­sa por el jefe poli­cial dis­ta de ser ver­da­de­ra; por lo tan­to des­pués de un inter­cam­bio con su núcleo fami­liar quie­nes desean ente­rrar a la víc­ti­ma lo antes posi­ble ella les con­ven­ce de pos­po­ner el sepe­lio has­ta escla­re­cer lo suce­di­do. Cuan­do en la mor­gue se le per­mi­te a Mali­ka tomar una foto del des­nu­do tor­so de su her­mano, com­prue­ba que exhi­be gra­ves heri­das infli­gi­das por quie­nes lo han arrestado.

A par­tir de allí la joven deci­de empren­der una enco­na­da lucha a fin de que se impon­ga la ver­dad de lo real­men­te acon­te­ci­do. Para ello reco­lec­ta fon­dos para sufra­gar el tra­ba­jo de Har­chi (Maki­ta Sam­ba), un efi­cien­te abo­ga­do pri­va­do a fin de pre­sio­nar al inmo­ral pro­cu­ra­dor del dis­tri­to (Fra­nçois Rai­son) y a las corrup­tas ins­ti­tu­cio­nes deseo­sas de encu­brir el pro­vo­ca­do cri­men. En esas cir­cuns­tan­cias, Mali­ka igual­men­te se sen­ti­rá apo­ya­da por Slim (Samir Gues­ni) un empren­de­dor acti­vis­ta de la comu­ni­dad, su her­mano Driss (Sofian Zer­ma­ni) y her­ma­na Nour (Sonia Fai­di), como asi­mis­mo por las mani­fes­ta­cio­nes de pro­tes­ta rea­li­za­das por el vecin­da­rio denun­cian­do la muer­te de Karim yr la sis­te­má­ti­ca dis­cri­mi­na­ción racial sufri­da por la colec­ti­vi­dad ára­be de la zona.

A medi­da que avan­za el rela­to se gene­ra una apre­cia­ble ten­sión en la medi­da que al dolor expe­ri­men­ta­do por Mali­ka y su fami­lia por la pér­di­da del ser que­ri­do se agre­gan los nume­ro­sos obs­tácu­los inter­pues­tos por par­te de un pre­va­le­cien­te sis­te­ma de jus­ti­cia pre­jui­cio­so de las mino­rías étni­cas; es así que en un momen­to dado, algu­nos fami­lia­res se pre­gun­tan si vale la pena pro­se­guir la bata­lla judi­cial emprendida.

El caso de fic­ción aquí enfo­ca­do no es atri­bu­to exclu­si­vo de Fran­cia dado que lamen­ta­ble­men­te la exclu­sión de comu­ni­da­des de inmi­gran­tes humil­des del mar­co social es tam­bién una reali­dad en otras regio­nes del mun­do; pero obser­van­do lo que este dra­ma ilus­tra que­da la pre­gun­ta de si los idea­les de la clá­si­ca con­sig­na de “Liber­tad, Igual­dad y Fra­ter­ni­dad” pro­cla­ma­da por la Revo­lu­ción Fran­ce­sa, resul­tan apli­ca­bles en la actualidad.

El film se ve favo­re­ci­do por un mag­ní­fi­co repar­to en el que Jor­da­na des­te­lla en su mag­ní­fi­ca carac­te­ri­za­ción de Mali­ka, una heroí­na que con brío y pasión está dis­pues­ta a no clau­di­car y per­se­ve­rar para que se admi­ta que su her­mano ha sido vil­men­te ase­si­na­do por la poli­cía. Ade­más de los artis­tas men­cio­na­dos en esta cró­ni­ca, asi­mis­mo se dis­tin­guen Sofian Kham­mes, Loui­se Col­dely, Ham­mou Graïa, Shams Fikri y Kaou­tar Harchi.

Glo­bal­men­te con­si­de­ra­do, en su pro­mi­so­rio debut Meh­di Fikri ha logra­do un absor­ben­te dra­ma social cuya flui­da narra­ción per­mi­te con­cen­trar la aten­ción a lo lar­go de su desa­rro­llo. Jor­ge Gutman

Un Icó­ni­co Artis­ta Pop

JEFF KOONS

Para muchos de los segui­do­res de Jeff Koons, él es con­si­de­ra­do un here­de­ro de Andy Warhol y Sal­va­dor Dalí. Es así que el direc­tor Pap­pi Cor­si­ca­to cele­bra al icó­ni­co escul­tor, pin­tor y fotó­gra­fo en el docu­men­tal ita­liano Jeff Koons. A Pri­va­te Por­trait rea­li­za­do en 2023.

Habien­do teni­do la opor­tu­ni­dad de haber esta­do con Koons, el docu­men­ta­lis­ta obtie­ne un film que cons­ti­tu­ye un asom­bro­so via­je a tra­vés de la men­te de este talen­to­so a la vez que con­tro­ver­ti­do artis­ta esta­dou­ni­den­se de 68 años de edad. Él es muy cono­ci­do por sus lla­ma­ti­vas y jugue­to­nas escul­tu­ras, sien­do amplia­men­te con­si­de­ra­do como el más influ­yen­te, popu­lar y dispu­tado crea­dor de los últi­mos 30 años.

El direc­tor cons­tru­ye su docu­men­tal valién­do­se de impor­tan­te mate­rial de archi­vo y de entre­vis­tas rea­li­za­das a due­ños de gale­rías, bió­grá­fos, cura­do­res, crí­ti­cos de arte así como aris­tas de la talla de Jef­frey Deitch, Mas­si­mi­liano Gio­ni, Ste­lla McCart­ney, Andy Moses, Nor­man Rosenthal y Lin­da Yablonsky, entre otros.

Una esce­na del documental

El film sigue los pasos del artis­ta en sus cin­co expo­si­cio­nes duran­te su tour euro­peo de 2021 y en la retros­pec­ti­va “Shi­ne” rea­li­za­da en el Pala­cio Stroz­zi de Flo­ren­cia. Entre sus cele­bra­dos tra­ba­jos el film exhi­be Play Doh, Puppy, Balloon dog, Bana­lity, Michael Jack­son and Bub­bles, Tulips, Lobs­ter, Pink Panther, Bra­ce­let, Crac­ked Egg, New Hoo­ver Con­ver­ti­ble; a su vez pue­de apre­ciar­se su vas­to estu­dio de la ciu­dad de New York don­de reúne a dece­nas de pin­to­res, escul­to­res y dise­ña­do­res grá­fi­cos. Asi­mis­mo resul­ta intere­san­te apre­ciar los ocul­tos meca­nis­mos que yacen tras su per­so­na y que es lo que le moti­va y a la vez con­for­ma su incom­pa­ra­ble visión artística.

El direc­tor igual­men­te enfo­ca aspec­tos de la vida per­so­nal de Koons rodea­do de sus hijos como resul­ta­do de su víncu­lo con­yu­gal con Jus­ti­ne Whee­ler don­de la rela­ción fami­liar man­te­ni­da apa­ren­ta ser sere­na sin que haya nin­gún aspec­to que la pue­da perturbar.

Este docu­men­tal de 90 minu­tos será exhi­bi­do en selec­tas salas de Cine­plex el 8 y el 11 de febre­ro de 2024.

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Con­tem­pla­ti­vo Dra­ma Místico

INSI­DE THE YELLOW COCOON SHELL. Viet­nam-Sin­ga­pur-Fran­cia-Espa­ña, 2023. Un film escri­to y diri­gi­do porThien An Pham. 179 minutos.

Pre­mia­da en el fes­ti­val de Can­nes 2023 con la Cáma­ra de Oro, atri­bui­da a la mejor ópe­ra pri­ma pre­sen­ta­da en cual­quie­ra de las sec­cio­nes del fes­ti­val, Insi­de the Yellow Cocoon Shell del novel direc­tor viet­na­mi­ta Thien An Phm cons­ti­tu­ye un jus­to reco­no­ci­mien­to por su nota­ble calidad.

Le Phong Vu

El rea­li­za­dor que es a su vez el guio­nis­ta y edi­tor del film pre­sen­ta a Thien (Le Phong Vu), un agnós­ti­co edi­tor de video que tra­ba­ja en Sai­gón sin que su vida resul­te dema­sia­do exci­tan­te. Una situa­ción ines­pe­ra­da alte­ra su ruti­na cuan­do se impo­ne de la muer­te de su cuña­da Hanh pro­du­ci­da por un acci­den­te de moto­ci­cle­ta en el cual Dao (Ngu­yen Thinh), su hijo de cin­co años, logró sal­var­se. En la medi­da que Tam, su her­mano mayor y padre del niño, ha des­apa­re­ci­do des­de lar­go tiem­po sin saber el moti­vo, Thien se encar­ga de cui­dar al peque­ño, efec­tuar el tras­la­do del cadá­ver de la occi­sa a la aldea don­de vivió y a su vez tra­tar de loca­li­zar a Tam.

En el pere­gri­na­je que rea­li­zan el tío y su peque­ño sobrino des­de la ciu­dad hacia la zona rural de Viet­nam va pro­du­cién­do­se una meta­mor­fo­sis en Thien en la medi­da que su ambi­güe­dad con res­pec­to a la fe cede lugar a un pro­fun­do vuel­co espi­ri­tual; en tal sen­ti­do la con­ver­sa­ción que man­tie­ne con el niño refle­xio­nan­do sobre la vida y la muer­te adquie­re rele­van­cia. Duran­te el tra­yec­to Thien se vin­cu­la con un vete­rano de gue­rra de Viet­nam que se ocu­pa de los suda­rios fune­ra­rios, revi­vien­do con él el pasa­do del país, asi­mis­mo encuen­tra a Thao (Ngu­yen Thi Truc Quynh), una anti­gua novia que aho­ra es mon­ja y ense­ña en una escue­la católica.

Más allá de su tra­ma, lo des­ta­ca­ble es la mane­ra impe­ca­ble en que la pues­ta escé­ni­ca de Pham con el apo­yo de la exce­len­te foto­gra­fía de Dinh Duy Hung per­mi­te que a tra­vés de exten­sos pla­nos secuen­cia se obten­gan valio­sas imá­ge­nes que van sur­gien­do a lo lar­go del via­je y que están al ser­vi­cio de lo que se está narran­do; a su vez resul­ta fas­ci­nan­te el con­tac­to con la natu­ra­le­za refle­ja­da en la flo­ra y la fau­na que rodean a los via­je­ros, el gor­jeo de los pája­ros, el soni­do de las cas­ca­das y en gene­ral la sere­ni­dad que ofre­ce el panorama.

En esen­cia el joven direc­tor ofre­ce una ambi­cio­sa e inusual expe­rien­cia cine­ma­to­grá­fi­ca que no obs­tan­te su len­to rit­mo col­ma las expec­ta­ti­vas del ciné­fi­lo exi­gen­te con­tem­plan­do este con­tem­pla­ti­vo dra­ma mís­ti­co. Jor­ge Gutman