Mues­tra Para­le­la de Can­nes 2022

Cró­ni­ca de José Ridoutt Polar

LA QUIN­CE­NA DE LOS REALIZADORES 

Dedi­ca­da por la socie­dad de rea­li­za­do­res fran­ce­ses (SRF) al direc­tor lituano Man­tas Kve­da­ra­vi­cius, ase­si­na­do en Ucra­nia, a su cole­ga Oleh Sen­tsov que actual­men­te lucha en pri­me­ra línea y a todos los artis­tas obli­ga­dos a hacer la gue­rra en lugar de pelí­cu­las, esta 54° edi­ción de la Quin­ce­na de Rea­li­za­do­res ha pre­sen­ta­do una muy atrac­ti­va pro­gra­ma­ción de 24 lar­go­me­tra­jes domi­na­da por una arma­da de 17 cineas­tas euro­peos. Una fuer­te pre­sen­cia mar­ca­da en par­ti­cu­lar por una olea­da de nue­ve títu­los fran­ce­ses. Vere­mos Scar­let, la pri­me­ra pelí­cu­la en fran­cés del direc­tor ita­liano Pie­tro Mar­ce­llo, que abri­rá la edi­ción de este año. El res­to de repre­sen­tan­tes euro­peos tam­po­co care­cen de ali­vio, ya que los cineas­tas bri­tá­ni­cos Mark Jen­kin y Alex Gar­land darán sus pri­me­ros pasos en la Croi­set­te, pre­ce­di­dos por la exce­len­te repu­tación de sus ante­rio­res pelí­cu­las, mien­tras que el por­tu­gués João Pedro Rodri­gues pre­sen­ta­rá su nue­va opus como un habi­tual aquí. Esta ola de cineas­tas del Vie­jo Con­ti­nen­te tam­bién inclu­ye al sui­zo Lio­nel Baier y, en la sec­ción de pri­me­ros lar­go­me­tra­jes, a la espa­ño­la Ele­na López Rie­ra y al ucra­niano Dmy­tro Sukholytkyy-Sob­chuk. Amé­ri­ca del Nor­te hace una bue­na reapa­ri­ción con dos pelí­cu­las esta­dou­ni­den­ses (de Owen Kli­ne y el dúo Anna Rose Hol­mer — Sae­la Davis) y una cana­dien­se (el debut como direc­to­ra de Char­lot­te Le Bon).

La mues­tra se com­ple­ta con cin­co ópe­ras pri­mas: dos sud­ame­ri­ca­nas (de la chi­le­na Manue­la Mar­te­lli y el colom­biano Fabian Her­nan­dez), dos tune­ci­nas (diri­gi­das por Eri­ge Sehi­ri y Yous­sef Cheb­bi) y una del cineas­ta liba­nés Ali Che­rri roda­da en Sudán . El pro­gra­ma cuen­ta con 11 direc­to­ras y des­per­ta­rá una gran curio­si­dad, pues­to cla­ra­men­te bajo el signo de los des­cu­bri­mien­tos y poten­cia­do por unos valo­res esta­ble­ci­dos que crea­rán atracción.

Los pri­me­ros lar­go­me­tra­jes de una direc­to­ra chi­le­na, una espa­ño­la y un colom­biano, tam­bién serán pre­sen­ta­das en la Quincena.

1976 es una pelí­cu­la de Manue­la Mar­te­lli, actriz chi­le­na que ya había pre­sen­ta­do cor­to­me­tra­jes en fes­ti­va­les inter­na­cio­na­les. Está ambien­ta­da duran­te la dic­ta­du­ra de Augus­to Pino­chet, y narra las peri­pe­cias de una mujer de 49 años que se sien­te atra­pa­da en su vida familiar.

Un varón es la ópe­ra pri­ma del colom­biano Fabián Her­nán­dez, que vive entre Colom­bia y Fran­cia. Narra el paso a la edad adul­ta de Car­los, un joven de 16 años, en un ambien­te pobre y hostil.

El agua’, pri­mer lar­go­me­tra­je de Ele­na López Rie­ra esta ambien­ta­da en un peque­ño pue­blo del sur­es­te de Espa­ña. Una tor­men­ta ame­na­za con vol­ver a des­bor­dar el río que lo atra­vie­sa. Una vie­ja creen­cia popu­lar afir­ma que algu­nas muje­res están pre­des­ti­na­das a des­apa­re­cer con cada nue­va inun­da­ción por­que tie­nen “el agua aden­tro”. Ana (Luna Pamies) vive con su madre (Bár­ba­ra Len­nie) y con su abue­la (Nie­ve de Medi­na) en una casa a la que el res­to del pue­blo mira con sus­pi­ca­cia. En medio de la atmós­fe­ra eléc­tri­ca que pre­ce­de a la llu­via, Ana cono­ce a José (Alber­to Olmo) a la vez que lucha por aven­tar a los fantasmas.

La Quin­ce­na de los Rea­li­za­do­res es un cer­ta­men para­le­lo al fes­ti­val de Can­nes. Su edi­ción 54 se cele­bra­rá del 18 al 27 de mayo.

De las 23 pelí­cu­las selec­cio­na­das has­ta aho­ra, once han sido diri­gi­das por muje­res, reve­ló la organización.

El obje­ti­vo de la selec­ción es “mos­trar la belle­za y la rique­za del cine con­tem­po­rá­neo mun­dial”, expli­có el dele­ga­do gene­ral, Pao­lo Moretti.

La Quin­ce­na entre­ga cada año la Carro­za de Oro, en esta oca­sión para la esta­dou­ni­den­se Kelly Reichardt, que pre­sen­ta una pelí­cu­la en com­pe­ti­ción por la Pal­ma de Oro de Can­nes, Sho­wing Up.

En otras nove­da­des la pres­ti­gio­sa actriz espa­ño­la Rossy de Pal­ma será la pre­si­den­ta del jura­do “Camé­ra d’or”. Este pre­mio se otor­ga a una pri­me­ra pelí­cu­la entre todos los pri­me­ros lar­go­me­tra­jes de la Sec­ción Ofi­cial y en las sec­cio­nes para­le­las. Los orga­ni­za­do­res del cer­ta­men fíl­mi­co más impor­tan­te del mun­do, die­ron a cono­cer esta deci­sión a tra­vés de un comu­ni­ca­do don­de anun­cia­ron que el pre­mio se entre­ga­rá el 28 de mayo en la gala de clau­su­ra del festival.

La auda­cia y la espon­ta­nei­dad son los moto­res cla­ve de las pri­me­ras pelí­cu­las que com­pi­ten por la Cáma­ra de Oro. Enton­ces, ¿quién podría apo­yar mejor el debut de esos direc­to­res que Rossy de Pal­ma , una actriz cono­ci­da por su ori­gi­na­li­dad y gar­bo?”. La crea­ción de una pelí­cu­la, expli­có Rossy De Pal­ma, es la his­to­ria de una obse­sión, un acto de volun­tad des­pro­por­cio­na­da que desa­fía la lógi­ca, impul­sa­da por la nece­si­dad vital de expre­sar una visión. Para ello se requie­re una per­se­ve­ran­cia inque­bran­ta­ble para atra­ve­sar desier­tos sem­bra­dos de espe­jis­mos, atre­ver­se a expo­ner­se ante quie­nes miran, trans­mi­tir el deseo de sobre­co­ger, trans­for­mar, tras­cen­der. Pero en el caso de una pri­me­ra pelí­cu­la, es aún más heroi­co, más des­alen­ta­dor. Por­que, como en todo lo que se hace por pri­me­ra vez, hay un ingre­dien­te impre­vis­to, un ele­men­to de magia. ¡Y cele­bra­mos el naci­mien­to de un cineas­ta! Mi his­to­ria de amor con el cine y con el Fes­ti­val de Can­nes es una his­to­ria de pura ale­gría que lle­ga has­ta ser Pre­si­den­te del Jura­do de la Cáma­ra de Oro. Des­de el fon­do de mi cora­zón, espe­ro ser digno de este gran honor. De acuer­do con la tra­di­ción, el jura­do está com­pues­to por repre­sen­tan­tes fran­ce­ses de la indus­tria (medios de comu­ni­ca­ción, indus­tria, aso­cia­cio­nes de cineas­tas) y dos artis­tas invi­ta­dos. Jun­to con Rossy de Pal­ma inte­gra­rán este jura­do Natas­za Chroscicki,CEO de ARRI Fran­ce; el cine­ma­tó­gra­fo Jean-Clau­de Larrieu; la escri­to­ra y cineas­ta Éléo­no­re Weber, el perio­dis­ta Oli­vier Pelis­son, el direc­tor, guio­nis­ta y actor Lucien Jean-Bap­tis­te y el actor Samuel Le Bihan.

Can­tan­do y bai­lan­do bajo la lluvia

SIN­GININ THE RAIN

Cele­bran­do los 70 años de su estreno, Cine­plex exhi­bi­rá en la pan­ta­lla gran­de de sus cines, Sin­gin’ in the Rain den­tro de su serie de Clas­sic Films. .

Con­si­de­ra­da por un buen núme­ro de his­to­ria­do­res del cine como la come­dia musi­cal más impor­tan­te que se haya fil­ma­do has­ta la fecha, el Ame­ri­can Film Ins­ti­tu­te la ubi­ca como la quin­ta pro­duc­ción ame­ri­ca­na más gran­de que se haya pro­du­ci­do. Más allá que se esté o no de acuer­do con esta afir­ma­ción, lo cier­to es que Can­tan­do Bajo la Llu­via no obs­tan­te el tiem­po trans­cu­rri­do es real­men­te una joya cine­ma­to­grá­fi­ca que no ha per­di­do en abso­lu­to su efi­ca­cia; eso es debi­do a la exce­len­te com­bi­na­ción de una ani­ma­da his­to­ria, bellas can­cio­nes y una exce­len­te coreo­gra­fía Todo ello con­tri­bu­yó para que el film que­de gra­ba­do en la memo­ria del espectador.

Gene Kelly

Gene Kelly

Diri­gi­da por Stan­ley Donen y Gene Kelly en 1952, los guio­nis­tas Adolph Green y Betty Com­den se ins­pi­ra­ron para esta pelí­cu­la en las difi­cul­ta­des que muchos artis­tas del cine mudo tuvie­ron que supe­rar duran­te la épo­ca de tran­si­ción hacia el cine sono­ro. El elen­co está enca­be­za­do por Gene Kelly, quien en ese enton­ces se encon­tra­ba en el pinácu­lo de su carre­ra, rodea­do de Deb­bie Rey­nolds cuyo desem­pe­ño la con­vir­tió en estre­lla de Holly­wood, Donald O’Con­nor, Cyd Cha­ris­se, Milliard Mit­chell, Jean Hagen, Dou­glas Fow­ley y Rita Moreno. De los varios núme­ros musi­ca­les com­pues­tos por Nacio Herb Brown y Arthur Freed, sin duda el más recor­da­do es pre­ci­sa­men­te el que da el títu­lo al film don­de Gene Kelly en el per­so­na­je que carac­te­ri­za no pue­de ocul­tar su feli­ci­dad mien­tras can­ta y bai­la bajo la lluvia.

Donald O'Connor, Debbie Reynolds y Gene Kelly

Donald O’Con­nor, Deb­bie Rey­nolds y Gene Kelly

Cine­plex pro­yec­ta­rá este estu­pen­do clá­si­co a par­tir del 29 de abril de 2022.

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Dos Gran­des Embaucadores

NOR­BOURG. Cana­dá, 2022. Un film de Maxi­me Giroux. 119 minutos

El mayor escán­da­lo finan­cie­ro acon­te­ci­do en la pro­vin­cia de Que­bec y uno de los más sig­ni­fi­ca­ti­vos de Cana­dá es recrea­do magn­fi­ca­men­te por el rea­li­za­dor Maxi­me Giroux y el guio­nis­ta Simon Lavoie en Nor­bourg.

Giroux que impre­sio­nó gra­ta­men­te con sus pre­vias entre­gas en Jo pour Jonathan (2010) Felix et Mei­ra (2014) y La gran­de noir­ceur (2018) ha efec­tua­do una labor minu­cio­sa de inves­ti­ga­ción para expo­ner lo más fide­dig­na­men­te posi­ble las accio­nes de un gran embau­ca­dor y su secuaz, al apro­piar­se de los fon­dos de miles de inversores.

Fra­nçois Arnaud y Vin­cent-Gui­llau­me Otis

En prin­ci­pio es nece­sa­rio acla­rar que Nor­bourg ha sido una com­pa­ñía de fon­dos fidu­cia­rios fun­da­da en 1998 por Vin­cent Lacroix (Fra­nçois Arnaud). El rela­to comien­za en 2001 don­de las pri­me­ras imá­ge­nes mues­tran a un ase­sor finan­cie­ro con­ven­cien­do a un hom­bre de edad madu­ra (Guy Thau­vet­te) para que deje de lado su pro­pó­si­to de inver­tir sus ahorrros en bie­nes inmue­bles para en cam­bio des­ti­nar­los a Nor­bourg; esa esce­na exce­len­te­men­te logra­da es repre­sen­ta­ti­va de miles de per­so­nas que no dudan­do de la bue­na fe de sus con­se­je­ros, sin expe­rien­cia algu­na en mate­ria finan­cie­ra caen en la trampa.

De allí en más la his­to­ria se cen­tra en las acti­vi­da­des desa­rro­lla­das por el ambi­cio­so Lacroix quien asis­ti­do por su per­so­nal vuel­ca sus esfuer­zos para que su com­pa­ñía se agran­de. El momen­to cru­cial se pro­du­ce cuan­do reci­be la visi­ta de Éric Asse­lin (Vin­cent-Gui­llau­me Otis), el veri­fi­ca­dor de la Comi­sión de Valo­res Mobi­lia­rios de Que­bec; es allí que se pro­du­ce una sig­ni­fi­ca­ti­va com­pli­ci­dad entre ambos, cuan­do el fun­cio­na­rio está dis­pues­to a pasar por alto cier­tas manio­bras non sanc­tas de la com­pa­ñía, median­te una con­si­de­ra­ble com­pen­sa­ción mone­ta­ria. Es así que en 2002 Asse­lin renun­cia a su pues­to ofi­cial para acep­tar el car­go de vice­pre­si­den­te de finan­zas de Nor­bourg ten­ta­do por la alta remu­ne­ra­ción que habrá de per­ci­bir.. De este modo que­da con­fi­gu­ra­do que Lacroix se ocu­pa de la expan­sión de Nor­bourg pero es Asse­lin el ver­da­de­ro cere­bro estra­té­gi­co de la com­pa­ñía; así, dada su gran expe­rien­cia adqui­ri­da en el pues­to que había deten­ta­do, logra imple­men­tar un meca­nis­mo con­ta­ble rela­ti­vo a la ges­tión de los acti­vos a fin de que el des­vío de fon­dos de los inver­sio­nis­tas de Nor­bourg para la adqui­si­ción de nue­vas com­pa­ñías que­den encu­bier­to para futu­ras inves­ti­ga­cio­nes de las auto­ri­da­des finan­cie­ras de la provincia.

La situa­ción comien­za a com­pli­car­se con la visi­ta a Nor­bourg de una anti­gua cole­ga (Chris­ti­ne Beau­lieu) de Éric quien como ins­pec­to­ra de la Comi­sión de Valo­res comien­za a sos­pe­char que hay algo que no cua­dra en los repor­tes de la empre­sa. En todo caso, las manio­bras frau­du­len­tas lle­gan a esta­llar el 25 de agos­to de 2005 des­pués de que las auto­ri­da­des finan­cie­ras se impo­nen feha­cien­te­men­te de la fal­sa y enga­ño­sa infor­ma­ción sumi­nis­tra­da por la com­pa­ñía al apro­piar­se de los fon­dos mutuos de sus inver­so­res que fue­ron uti­li­za­dos por Lacroix para fines personales.

Aun­que para quie­nes no estén invo­lu­cra­dos en el mun­do de las finan­zas resul­te com­pli­ca­do seguir el meca­nis­mo emplea­do por Nor­bourg en sus ope­ra­cio­nes finan­cie­ras, eso no des­me­re­ce la serie­dad de este intri­gan­te dra­ma que con­si­gue con­cen­trar per­ma­nen­te­men­te la aten­ción en par­te debi­do a la exce­len­te pues­ta escé­ni­ca de Giroux y al sóli­do libre­to de Lavoie.

Giroux ha teni­do el muy buen olfa­to de con­fiar a dos mag­ní­fi­cos acto­res los roles pro­ta­gó­ni­cos. La actua­ción de Arnaud como pre­si­den­te de la com­pa­ñía es inob­je­ta­ble al haber sabi­do impri­mir viva­men­te la ima­gen del Lacroix caris­má­ti­co, mani­pu­la­dor y ambi­cio­so que como buen esta­fa­dor de guan­te blan­co sabe muy bien cómo con­quis­tar a sus clien­tes. Simi­la­res elo­gios ame­ri­ta Otis quien fas­ci­na dan­do vida al bra­zo dere­cho del pre­si­den­te de Nor­bourg y que a pesar de la leal­tad apa­ren­te­men­te indi­so­lu­ble hacia él, al com­pro­bar que la estan­te­ría se está derrum­ban­do no tie­ne empa­cho en denun­ciar las sucias manio­bras de la empre­sa a cam­bio de lograr inmu­ni­dad judi­cial. Ade­más de la bue­na entre­ga de Beau­lieu, igual­men­te se des­ta­can Ale­xan­dre Goyet­te, Alex God­bout y Guy Thau­vet­te en roles secundarios.

En los cré­di­tos fina­les se lee que habien­do embau­ca­do los aho­rros de 9200 vul­ne­ra­bles inver­so­res al haber­se apro­pia­do de 130 millo­nes de dóla­res, Lacroix es con­de­na­do a 18 años de pril­sión, aun­que a los tres años que­da en liber­tad con­di­cio­nal; por su par­te, Asse­lin que­da liber­ta­do de cul­pa y car­go aun­que en 2013.es incul­pa­do a tres años de cár­cel por haber orques­ta­do en 2007 una quie­bra frau­du­len­ta de apro­xi­ma­da­men­te un millón de dólares.

La refle­xión final de esta tris­te his­to­ria amo­ral es que resul­ta lamen­ta­ble que el sis­te­ma judi­cial impe­ran­te sen­ten­cie leve­men­te al vic­ti­ma­rio com­pa­ra­do con el enor­me daño expe­ri­men­ta­do por la víc­ti­ma. Asi­mis­mo nada ase­gu­ra que a pesar de que hoy día las tran­sac­cio­nes finan­cie­ras se rea­li­zan vir­tual­men­te, ban­di­dos de la talla de Lacroix y Asse­lin pue­dan uti­li­zar nue­vas arti­ma­ñas frau­du­len­tas; por eso es muy impor­tan­te por par­te de los inver­sio­nis­tas el uti­li­zar la máxi­ma pre­cau­ción para saber feha­cien­te­men­te con qué ins­ti­tu­cio­nes están tra­tan­do. Jor­ge Gutman

Pin­tan­do Su Pro­pia Historia

CHAR­LOT­TE. Cana­dá-Fran­cia-Bél­gi­ca, 2021. Un film de Éric Warin y Tahir Rana. 92 minutos

La bre­ve vida de la pin­to­ra judía Char­lot­te Salo­mon es obje­to de un remar­ca­ble tra­ta­mien­to en Char­lot­te, un atrac­ti­vo film de ani­ma­ción que pro­por­cio­na un delei­te visual. El pro­yec­to del film se debe a la pro­duc­to­ra Julia Rosen­berg al haber des­cu­bier­to la his­to­ria de esta chi­ca naci­da en Ber­lín en 1917 y ase­si­na­da en Ausch­witz en 1943.

Una esce­na de CHARLOTTE

El guión de Erik Ruther­ford y David Bez­moz­gis intro­du­ce a Char­lot­te (Marion Coti­llard) quien habien­do per­di­do a tem­pra­na edad a su madre fue cria­da por su padre médi­co Albert Salo­mon (Gui­llau­me Lebon) y su madras­tra Pau­la Salo­mon-Lind­berg (Julie Dumas), una can­tan­te de ópe­ra. Cuan­do Hitler asu­me el poder en 1933, la joven y sus fami­lia­res comien­zan a expe­ri­men­tar la fuer­te dis­cri­mi­na­ción racial ejer­ci­da por el régi­men nazi.

Entre los hitos más impor­tan­tes de su vida, el rela­to des­ta­ca el encuen­tro con Otti­lie Moo­re (Anné Dor­val), una mujer ame­ri­ca­na de gran cora­zón cuan­do en un via­je a Ita­lia reco­rrien­do el Vati­cano ella obser­va a Char­lot­te dibu­jan­do el techo de la Capi­lla Six­ti­na, la obra cum­bre pin­ta­da por el inmor­tal Miguel Ángel; de allí en más nace entre ambas un fuer­te lazo de amis­tad, sien­do la joven artis­ta invi­ta­da por Otti­lie a su resi­den­cia L’Er­mi­ta­ge de la Cos­ta Azul. El otro acon­te­ci­mien­to tras­cen­den­te para Char­lot­te es cuan­do se encan­di­la amo­ro­sa­men­te con Alfred Wolf­sohnn (Romain Duris), su pro­fe­sor de can­to, en un roman­ce que aun­que no cul­mi­nó satis­fac­to­ria­men­te influ­yó en su des­per­tar sexual y desa­rro­llo artístico.

Los acon­te­ci­mien­tos se pre­ci­pi­tan cuan­do el nazis­mo se inten­si­fi­ca en 1938 y ella se ve for­za­da a dejar Ber­lín para radi­car­se en el sur de Fran­cia. Asi­mis­mo al haber­se impues­to de dra­má­ti­cos hechos igno­ra­dos de su infan­cia como el sui­ci­dio de su madre bio­ló­gi­ca, esa reve­la­ción la des­es­ta­bi­li­za emo­cio­nal­men­te; sin embar­go, eso la impul­sa a rea­li­zar entre 1940 y 1942 un millar de viñe­tas visua­les en peque­ños tro­zos de papel, repro­du­cien­do los hechos más tras­cen­den­tes de su exis­ten­cia que con­for­man su obra maes­tra inti­tu­la­da “¿Vida? ¿o Teatro?”.

Su vida sen­ti­men­tal cobra un vuel­co posi­ti­vo cuan­do se ena­mo­ra de Ale­xan­der Nagler (Damien Bois­seau), un hom­bre de gran noble­za tra­ba­jan­do como jar­di­ne­ro de Otti­lie, con quien con­trae enla­ce. Lamen­ta­ble­men­te la dicha será de cor­to alcan­ce cuan­do los nazis irrum­pen en el hogar de la pare­ja cas­ti­gan­do vio­len­ta­men­te a Ale­xan­der quien hecho pri­sio­ne­ro en Ausch­witz allí sucum­be años des­pués; por su par­te, Char­lot­te corre seme­jan­te suer­te al ser depor­ta­da a ese cam­po de exter­mi­nio para ser eje­cu­ta­da estan­do grá­vi­da de 5 meses.

Si bien la narra­ción podría haber­se rea­li­za­do con acto­res en vivo, el esti­lo 2D de ani­ma­ción emplea­do bajo la super­vi­sión de Pie­ter Van­luf­fe­len se adap­ta armo­nio­sa­men­te al con­te­ni­do del rela­to, explo­ran­do el flui­do pro­ce­so crea­ti­vo de Charlotte.

Años des­pués de la gue­rra, la obra maes­tra de Char­lot­te es lega­da a Oti­lie Moo­re y ella a su vez la remi­te a los padres de la dibu­jan­te en Fran­cia, quie­nes logra­ron sal­var sus vidas. “¿Vida? ¿o Tea­tro?” es con­si­de­ra­da por muchos crí­ti­cos de arte como la pre­cur­so­ra de la nove­la grá­fi­ca y en la actua­li­dad está con­ser­va­da en el Museo de His­to­ria Judía de Ámsterdam.

En esen­cia, este impe­ca­ble dra­ma de Warin y Rana per­mi­te con­tem­plar la aza­ro­sa vida de una gran artis­ta no muy difun­di­da inter­na­cio­nal­men­te y que gra­cias al mis­mo es obje­to de un legí­ti­mo reco­no­ci­mien­to. Jor­ge Gutman

Una Bíga­ma Mujer

MADE­LEI­NE COLLINS. Fran­cia-Bél­gi­ca-Sui­za, 2021. Un film de Antoi­ne Barraud. 106 minutos

La his­to­ria de una dama que adop­ta una doble iden­ti­dad es lo que con­si­de­ra el rea­li­za­dor Antoi­ne Barraud en un dra­ma psi­co­ló­gi­co que no alcan­za a satis­fa­cer como debiera.

Vir­gi­nie Efira

La pre­mi­sa ini­cial es intri­gan­te con­tem­plan­do a Judith (Vir­gi­nie Efi­ra), una mujer de apro­xi­ma­da­men­te 40 años tra­ba­jan­do como tra­duc­to­ra en Gine­bra y vivien­do con su com­pa­ñe­ro Abdel Soriano (Quim Gutié­rrez) y la peque­ña hija Ninon (Loï­se Ben­gue­rel). Inme­dia­ta­men­te des­pués se tras­la­da a París para com­par­tir el hogar con su mari­do Mel­vil Fau­vet (Bruno Salo­mo­ne), un repu­tado direc­tor musi­cal, y los dos hijos del matrimonio.

Tenien­do en cuen­ta el pró­lo­go del rela­to, esa doble viven­cia podría jus­ti­fi­car­se par­cial­men­te a pesar de no ser ple­na­men­te con­vin­cen­te. Si bien hay cier­tos aspec­tos del film que remi­ten a algu­nas obras de Clau­de Cha­brol y Alfred Hitch­cock, los secre­tos y las men­ti­ras de las que la pro­ta­go­nis­ta se vale para man­te­ner su biga­mia podrían cua­jar si se tra­ta­ra de una come­dia o sáti­ra, pero eso no ha sido la inten­ción con­te­ni­da en el guión del rea­li­za­dor escri­to con Hélé­na Klotz. En con­se­cuen­cia este dra­ma rea­lis­ta tra­tan­do de des­cri­bir la cri­sis exis­ten­cial de su pro­ta­go­nis­ta y su esta­do de con­fu­sión men­tal ter­mi­na frus­tran­do al espectador.

Para una audien­cia com­pla­cien­te, Made­lei­ne Collins es una pelí­cu­la que se deja ver pero que resul­ta difí­cil con­mi­se­rar­se de su pro­ta­go­nis­ta, a pesar de la inten­sa actua­ción de Efi­ra quien se encuen­tra limi­ta­da por el ende­ble guión. Jor­ge Gutman