Un Fes­ti­val dedi­ca­do al Arte

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

FIFA 2021

Una vez más los ciné­fi­los ten­drán opor­tu­ni­dad de dis­fru­tar con Le Fes­ti­val Inter­na­tio­nal du Film sur l’Art (FIFA) que en su tri­gé­si­ma nove­na edi­ción ten­drá lugar des­de el 16 has­ta el 28 de mar­zo y por segun­do año con­se­cu­ti­vo será difun­di­do en línea.

Des­pués de casi cua­tro déca­das esta excep­cio­nal mues­tra crea­da por René Rozon, como su títu­lo lo indi­ca, está con­sa­gra­da a difun­dir el arte en sus diver­sas mani­fes­ta­cio­nes median­te valio­sos docu­men­ta­les. Con su diver­si­fi­ca­da pro­gra­ma­ción ha con­tri­bui­do a enri­que­cer la cul­tu­ra cana­dien­se así como a pro­mo­ver el tra­ba­jo de los artis­tas en el cam­po del cine, video y de las artes visuales.

Este año el fes­ti­val exhi­bi­rá 249 títu­los en com­pe­ti­ción y en la selec­ción ofi­cial pro­ve­nien­tes de 41 paí­ses que podrán ser vis­tos a tra­vés de todo el Cana­dá en la pla­ta­for­ma digi­tal arts.film a par­tir del 29 de marzo. 

Al igual que en ante­rio­res edi­cio­nes FIFA per­mi­ti­rá que los fes­ti­va­le­ros ten­gan acce­so a nume­ro­sos artis­tas de todos los hori­zon­tes como así tam­bién a sus obras. Así por ejem­plo, los aman­tes del cine ten­drán oca­sión de apre­ciar fil­mes sobre Char­les Cha­plin, Fede­ri­co Felli­ni y Héc­tor Baben­co, entre otros; el arte pic­tó­ri­co podrá apre­ciar­se en Modi­glia­ni y sus secre­tos, como tam­bién en Cha­gall, entre dos mun­dos; los orí­ge­nes de la ópe­ra están expues­tos en un docu­men­tal sobre Clau­dio Mon­te­ver­di; entre los docu­men­ta­les dedi­ca­dos al tea­tro se encuen­tra la pro­duc­ción Queen Lear; la músi­ca clá­si­ca es cen­tro de aten­ción en las Varia­cio­nes Gold­berg con la inter­pre­ta­ción del famo­so pia­nis­ta Lang Lang como así tam­bién en Beetho­ven Reloa­ded; los balle­tó­ma­nos podrán juz­gar a la gran estre­lla de la dan­za Nata­lia Osi­po­va en For­ce of Natu­re Nata­lia así como al coreó­gra­fo bri­tá­ni­co Lind­say Kemp en Lind­say Dan­ces;  los aman­tes de la ópe­ra ten­drán opor­tu­ni­dad de acu­dir a sus orí­ge­nes a tra­vés del com­po­si­tor Clau­dio Mon­te­ver­di; la arqui­tec­tu­ra está pre­sen­te en Frank Lloyd Wright – The Phoe­nix From the Ashes así como en los tra­ba­jos de arqui­tec­tos japo­ne­ses mos­tra­dos en Tok­yo Ride; en mate­ria de escul­tu­ra se podrá apre­ciar la obra de los escul­to­res Marie-Annick Via­tour y Gaé­tan Berthiau­me en el cor­to­me­tra­je Créer à qua­tre mains; para fina­li­zar esta rápi­da enu­me­ra­ción cabe men­cio­nar la labor de la fotó­gra­fa Luce­ro Mora­les y su trau­má­ti­ca expe­rien­cia en Irak refle­ja­da en Sol­diers’ Sto­ries from Iraq and Afghanistan.

Igual­men­te la pro­gra­ma­ción inclu­ye una impor­tan­te selec­ción de pelí­cu­las des­ta­can­do a los artis­tas cana­dien­ses, inclu­yen­do entre otros a Peggy Baker, Edgar Bori, Luc Bour­don, Raphaë­lle de Groot, Eve Ego­yan, Michel Gar­neau, Cathe­ri­ne Major, Rafael Lozano-Hem­mer y Patrick Watson

Este año la mues­tra con­ta­rá con la valio­sa cola­bo­ra­ción del Museum of Modern Art (MOMA) . a tra­vés de la par­ti­ci­pa­ción de Sophia Cavou­la­cos ‑una de sus cura­do­ras- y Brit­tany Shaw ‑asis­ten­te del depar­ta­men­to de cine- quie­nes han dia­gra­ma­do tres pro­gra­mas temá­ti­cos pro­ve­nien­tes de fil­mes per­te­ne­cien­tes a la colec­ción de dicha ins­ti­tu­ción cul­tu­ral y que rara­men­te hav sido vis­tos en Cana­dá; entre las mis­mas se encuen­tran las obras de Cindy Sher­man, Joseph Szkod­zins­ki, Frank and Joan Gard­ner, Howard Gut­ten­plan, Vic­tor Gins­burg, Maria Lass­nig, Mary Beams, Rose Low­der, Lyn­ne Sachs, Nancy Holt, Robert Smith­son, Joseph Cor­nell, Henry Hills, Debo­rah Strat­man, Bea­triz San­tia­go Muñoz y Kari­mah Ashadu.

El fes­ti­val asi­mis­mo inclu­ye con­fe­ren­cias gra­tui­tas en Face­book y You­Tu­be; una de las mis­mas se refe­ri­rá a la gra­tui­dad de la cul­tu­ra en línea en la que habrán de par­ti­ci­par el Museo de Bellas Artes de Mon­treal, la Ópe­ra de Que­bec, la Orques­ta Sin­fó­ni­ca de Mon­treal y el Tea­tro du Nou­veau Monde.

Para infor­ma­ción adi­cio­nal sobre el even­to pre­sio­ne aquí.

Rena­ci­mien­to Espiritual

LAND. Esta­dos Uni­dos, 2020. Un film de Robin Wright. 89 minutos

La des­ta­ca­da actriz Robin Wright debu­ta como direc­to­ra en un film rea­li­za­do con suma deli­ca­de­za, don­de ella asi­mis­mo asu­me el rol protagónico.

Robin Wright

Eddie (Wright), es una mujer de media­na edad cuyo ros­tro tra­sun­ta con­si­de­ra­ble angus­tia; habien­do deci­di­do apar­tar­se del mun­da­nal rui­do, ha opta­do por com­prar una par­ce­la de tie­rra ubi­ca­da en las Mon­ta­ñas Roco­sas del nores­te del esta­do de Wyo­ming, tenien­do como vivien­da una pre­ca­ria cabi­na. En ese ais­la­do lugar sin veci­nos que la rodeen y enfren­tan­do una vas­ta zona bos­co­sa, ella ha deci­di­do man­te­ner­se reclui­da e inclu­so des­pren­dién­do­se de su celular.

La pri­me­ra media hora del metra­je se limi­ta a seguir los pasos de Eddie en don­de la gran pena que la envuel­ve al con­tem­plar foto­gra­fías del pasa­do, hace pre­su­mir que ha per­di­do a su mari­do e hiji­to; median­te flash­backs sola­men­te se sabe que tie­ne una her­ma­na (Kim Dic­kens) quien con bue­na volun­tad inten­ta ayu­dar­la. En ese soli­ta­rio pano­ra­ma, ella no está exen­ta de cier­tos ries­gos cuan­do un ham­brien­to oso aso­ma a su puer­ta; en todo caso, a tra­vés de su con­duc­ta por el sufri­mien­to que la ago­bia no se sabe a cien­cia cier­ta si desea seguir vivien­do o si aca­so la idea del sui­ci­dio ron­da en su mente.

Fren­te a este pano­ra­ma des­es­pe­ran­za­dor, estan­do en su hogar des­fa­lle­cien­te ella es res­ca­ta­da de una posi­ble muer­te por Miguel (Demian Bichir), un caza­dor local que cir­cuns­tan­cial­men­te cir­cu­la la zona. Con su pre­sen­cia, este visi­tan­te de edad simi­lar a la de Eddie, logra reani­mar­la brin­dán­do­le el apo­yo nece­sa­rio para que vuel­va a esbo­zar una son­ri­sa. De allí en más, el afa­ble indi­vi­duo en las fre­cuen­tes visi­tas que rea­li­za le ense­ña a cazar y pes­car para nutrir­se de ali­men­tos, pasea jun­to con ella por el bos­que y lle­ga­do un momen­to de ínti­ma con­ver­sa­ción él le trans­mi­te sus pro­pias penas de haber que­da­do sin fami­lia por un dra­má­ti­co gol­pe ases­ta­do por el des­tino; es así que la recon­for­ta­da Eddie pare­ce haber halla­do en Miguel su alma geme­la. Al ir cimen­tán­do­se una genui­na y cáli­da amis­tad pla­tó­ni­ca, ella encuen­tra el solaz nece­sa­rio para el rena­ci­mien­to físi­co y espi­ri­tual de su persona.

El guión de Jes­se Chatham y Erin Dig­nam es escue­to en don­de está ausen­te el desa­rro­llo de una his­to­ria con­ven­cio­nal; en cam­bio, la novel direc­to­ra efec­túa una muy bue­na des­crip­ción de carac­te­res ilus­tran­do a tra­vés de los mis­mos la vital nece­si­dad huma­na de poder comu­ni­car­se y poder tener a alguien en quien con­fiar. El espec­ta­dor con­tem­pla un con­vin­cen­te film mini­ma­lis­ta en el que las con­tun­den­tes expre­sio­nes de sus dos per­so­na­jes com­pen­san su esca­so diá­lo­go. A la exce­len­te inter­pre­ta­ción de la direc­to­ra se agre­ga la de Bichir quien nue­va­men­te con­fir­ma sus dotes de gran actor brin­dan­do la gran dosis de huma­ni­dad que ema­na de su personaje.

Un agre­ga­do final mere­ce la exce­len­te foto­gra­fía de Bobby Bukows­ki que cap­tan­do la varia­da belle­za que adquie­re el pai­sa­je en las dife­ren­tes esta­cio­nes del año, cons­ti­tu­ye un inme­jo­ra­ble esce­na­rio fun­cio­nal al dra­má­ti­co relato.

Con esta his­to­ria en la que se aúna el due­lo, dolor, la super­vi­ven­cia y el for­ta­le­ci­mien­to del espí­ri­tu humano, la direc­to­ra ofre­ce una bue­na car­ta de pre­sen­ta­ción para enca­rar futu­ros pro­yec­tos. Jor­ge Gutman

Bue­nos Docu­men­ta­les en RIDM

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

Ade­más del exce­len­te docu­men­tal City Hall comen­ta­do días atrás, he aquí otros títu­los inclui­dos en la pro­gra­ma­ción de Ren­con­tres Inter­na­tio­na­les du docu­men­tai­re de Mon­tréal (RIDMque mere­cen ser considerados.

Peti­te Fille (Fran­cia-Dina­mar­ca), 2020.

Un tema deli­ca­do como la dis­fo­ria de géne­ro es ana­li­za­do con minu­cio­so deta­lle por Sebas­tien Lifshitz en este con­mo­ve­dor documental.

La dis­cor­dan­cia exis­ten­te entre la iden­ti­dad de géne­ro y el sexo físi­co al momen­to de nacer es lo que acon­te­ce con Sasha de 8 años de edad vivien­do con sus padres y her­ma­nos en una peque­ña ciu­dad pro­vin­cial del nor­des­te de Fran­cia. Habien­do naci­do con el cuer­po de un ser mas­cu­lino, a los 3 años mani­fies­ta a su madre Kari­ne Novak que cuan­do crez­ca él será una chi­ca; si bien al prin­ci­pio sus padres lo atri­bu­ye­ron como una gra­cia del peque­ño al año siguien­te Kari­ne evi­den­cia que no se tra­ta de un mero capri­cho sino de algo real en la medi­da que Sacha se iden­ti­fi­ca por com­ple­to como mujercita.

Esta mujer no pue­de ocul­tar la angus­tia que la afli­ge al recor­dar que duran­te su emba­ra­zo fer­vien­te­men­te aspi­ra­ba a tener una niña y que a lo mejor eso pudo haber influi­do en la iden­ti­fi­ca­ción sexual de su hijo. Pero lo que más preo­cu­pa a estos padres es la situa­ción que Sasha atra­vie­sa en la escue­la al ser mar­gi­na­do por sus com­pa­ñe­ros de cla­se. La ten­sión se inten­si­fi­ca aún más cuan­do la ins­ti­tu­ción esco­lar acu­sa a Kari­ne de pre­sio­nar a Sacha para ser una niña.

Des­pués de una visi­ta al doc­tor local que no es enten­di­do en la mate­ria, con todo el ímpe­tu y deter­mi­na­ción de una madre cora­je, Kari­ne jun­to con Sacha via­jan a París; allí se diri­gen a un cen­tro hos­pi­ta­la­rio don­de reci­ben la aten­ción de una abne­ga­da doc­to­ra espe­cia­li­za­da en psi­co­pa­to­lo­gía infan­til y ado­les­cen­te. Con­la gran ayu­da reci­bi­da de dicha facul­ta­ti­va, Kari­ne obtie­ne una car­ta ofi­cial del hos­pi­tal don­de se cer­ti­fi­ca el sexo feme­nino de Sacha para que la escue­la la regis­tre como tal.

Ade­más del inte­rés didác­ti­co que ofre­ce este film, mere­ce des­ta­car la saga­ci­dad del rea­li­za­dor en retra­tar a esta uni­da fami­lia y sobre todo el pro­fun­do amor y com­pren­sión de los padres hacia su que­ri­da hiji­ta. La muy bue­na narra­ción de Lifshitz se com­ple­men­ta con la mag­ní­fi­ca labor del direc­tor de foto­gra­fía Paul Ghilhau­me cap­tan­do en pri­me­ros pla­nos el sen­ti­mien­to tra­sun­ta­do por la niña y su pro­ge­ni­to­ra atra­ve­san­do esta difi­cul­to­sa odisea.

Pleno de emo­ción y ter­nu­ra este impe­ca­ble docu­men­tal adquie­re espe­cial reso­nan­cia al abo­gar por la tole­ran­cia y la no dis­cri­mi­na­ción, alber­gan­do la espe­ran­za de que casos simi­la­res sean tra­ta­dos con la defe­ren­cia, con­si­de­ra­ción y huma­ni­dad debida.

Priè­re pour une mitai­ne per­due (Cana­dá)

Este docu­men­tal del direc­tor cana­dien­se Jean Fra­nçois Lesa­ge se cen­tra en los obje­tos que un ser humano posee y los recuer­dos que los mis­mos generan.

La acción se desa­rro­lla en Mon­treal don­de se ve a dife­ren­tes per­so­nas acu­dien­do a la ven­ta­ni­lla de obje­tos per­di­dos de una esta­ción de metro a fin de inda­gar sobre cier­tas per­te­nen­cias que extra­via­ron tran­si­tan­do fue­ra de sus hoga­res, como pasa­por­tes, lla­ves, car­pe­tas, etc. En algu­nos casos la recu­pe­ra­ción de lo extra­via­do pro­du­ce ali­vio en sus pro­pie­ta­rios, mien­tras que otros no tie­nen la mis­ma suer­te al no haber sido loca­li­za­da la pérdida.

Como com­ple­men­to del tema cen­tral el rela­to se nutre de una serie de viñe­tas don­de se ve a algu­nas de estas per­so­nas en la inti­mi­dad de sus hoga­res comen­tan­do lo que sig­ni­fi­ca para ellas haber reco­bra­do lo per­di­do; así, una mujer se refie­re al valor sen­ti­men­tal de su gorro por ella teji­do, en tan­to que otra reve­la la impor­tan­cia que tie­ne la foto de un ser muy que­ri­do guar­da­da en el inte­rior de su tar­je­ta de transporte.

A todo ello el direc­tor expan­de su narra­ción hacien­do refe­ren­cia a otro tipo de pér­di­das, como la de un hom­bre de media­na edad que mucho sien­te la muer­te de su pare­ja a cau­sa del SIDA, así como otro indi­vi­duo lamen­ta haber sido aban­do­na­do por su mujer debi­do a su des­leal conducta.

Como esce­na­rio de fon­do, la foto­gra­fía de Marian­ne Plos­ka ofre­ce la visión de una ciu­dad cubier­ta de nie­ve en pleno perío­do inver­nal, lo que otor­ga un aire nos­tál­gi­co aso­cia­do a la natu­ra­le­za del relato.

Bien fil­ma­do y carac­te­ri­za­do por su sen­ci­llez, Lesa­ge ofre­ce en este film una visión huma­na y a la vez ori­gi­nal sobre cómo valo­rar lo que uno posee o deja de tener.

The Ame­ri­can Sec­tor (Esta­dos Unidos)

Duran­te 28 años el muro de Ber­lín con­tro­la­do por la Unión Sovié­ti­ca sepa­ró el este del oes­te de la actual capi­tal de Ale­ma­nia; su demo­ra­do des­man­te­la­mien­to en 1989 sig­ni­fi­có para los habi­tan­tes de Ber­lín Orien­tal haber logra­do la ansia­da liber­tad que les había sido nega­da para acce­der al sec­tor occi­den­tal de la divi­di­da ciu­dad como así tam­bién a los res­tan­tes paí­ses de Euro­pa. Ins­pi­ra­do por ese impor­tan­te acon­te­ci­mien­to los docu­men­ta­lis­tas Court­ney Stephens y Pacho Vélez siguie­ron duran­te tres años las hue­llas de 60 inmen­sos seg­men­tos de esa pared que han sido des­ple­ga­dos en Esta­dos Unidos.

Cier­tos peda­zos en esta­do natu­ral y otros ador­na­dos con pin­tu­ras de artis­tas se encuen­tran ubi­ca­dos en sitios tan disí­mi­les como museos, biblio­te­cas pre­si­den­cia­les, cam­pus uni­ver­si­ta­rios, esta­cio­nes de metros, una cade­na de hote­les en Dallas, así como en la sede de gran­des corporaciones.

Aun­que en algu­nos casos Stephens y Vélez han cap­ta­do sola­men­te las imá­ge­nes, en otros ofre­cen la pala­bra a mora­do­res cer­ca­nos, tran­seún­tes, turis­tas y artis­tas para que expre­sen sus opi­nio­nes al res­pec­to: en ese sen­ti­do el docu­men­tal adquie­re rele­van­cia al refle­jar de qué mane­ra estos inter­lo­cu­to­res vin­cu­lan los frag­men­tos del muro con expe­rien­cias his­tó­ri­cas vivi­das, como en el caso de un hom­bre que com­pa­ra la infa­me pared con la polí­ti­ca sus­ten­ta­da por el gobierno de Trump en lo con­cer­nien­te a la sepa­ra­ción de fami­lias de inmi­gran­tes. Como excep­ción a la regla, dos estu­dian­tes de la Uni­ver­si­dad de Vir­gi­nia obje­tan el cri­te­rio moral de la ins­ta­la­ción de esa pie­za argu­men­tan­do que en su lugar debe­ría exis­tir otro sím­bo­lo que expre­sa­se la dis­cri­mi­na­ción racial que per­ma­nen­te­men­te carac­te­ri­zó al país.

Con un buen mon­ta­je de Stephens y Dou­nia Sichov, este atrac­ti­vo docu­men­tal en sus esca­sos 70 minu­tos per­mi­te vis­lum­brar la reso­nan­cia per­sis­ten­te del des­apa­re­ci­do muro en la his­to­ria polí­ti­ca de la nación americana.

Pie­dra Sola (Argen­ti­na-Méxi­co-Qatar-Gran Bretaña)

Des­pués de haber rea­li­za­do varios cor­to­me­tra­jes, el direc­tor Ale­jan­dro Telé­ma­co Tarraf ofre­ce un docu­men­tal antro­po­ló­gi­co don­de esta­ble­ce la rela­ción del hom­bre con la natu­ra­le­za a tra­vés de un sub­yu­gan­te via­je de enso­ña­ción en una Argen­ti­na no muy conocida.

La acción se desa­rro­lla en la Puna del nor­te argen­tino, pró­xi­ma a la fron­te­ra boli­via­na, don­de a 4000 metros de altu­ra resi­de una peque­ña pobla­ción rural. Valién­do­se de acto­res no pro­fe­sio­na­les, el argu­men­to recrea la vida de una fami­lia humil­de lide­ra­da por su patriar­ca Fidel (Ricar­do Fidel Tola­ba). Él es uno de los pas­to­res que habi­ta en la zona quien se ocu­pa de ven­der en el mer­ca­do car­nes y pie­les pro­ve­nien­tes de su gana­do de lla­mas. Pare­ce ser que un puma al que no se le pue­de ver hace pre­sa de los ani­ma­les, a pesar de que no se lle­ga a saber si ese ani­qui­la­dor real­men­te exis­te; esa es la excu­sa para que el guión del rea­li­za­dor y Lucas Dis­té­fano ilus­tre las cos­tum­bres de una comu­ni­dad aten­dien­do al ritual de cier­tas cere­mo­nias en las que se obe­de­ce los man­da­tos de la pacha­ma­ma (madre-tie­rra); en este caso con­sis­te en ofren­dar un par de lla­mas al felino depre­da­dor para saciar su vora­ci­dad. Una nota adi­cio­nal tie­ne lugar casi al final del metra­je don­de se obser­va a un gru­po de extra­ños por­tan­do una pesa­da pla­ta­for­ma de made­ra con la efi­gie de un jine­te y Fidel ayu­dan­do a ubi­car dicha car­ga al tope de una mon­ta­ña en don­de será quemada.

Tenien­do en cuen­ta que esta explo­ra­ción mís­ti­ca no ofre­ce res­pues­tas a lo que su tra­ma plan­tea, que­da cla­ro que el rea­li­za­dor no se preo­cu­pa por ofre­cer una narra­ti­va con­ven­cio­nal sino que su pro­pó­si­to es ofre­cer un esplen­dor visual del medio natu­ral logran­do un fas­ci­nan­te resul­ta­do. Con una exce­len­te foto­gra­fía de Alber­to Balazs refle­jan­do los dife­ren­tes aspec­tos que adop­ta la natu­ra­le­za, des­de una noc­tur­na tor­men­ta eléc­tri­ca has­ta un cla­ro ama­ne­cer nubla­do, com­ple­men­ta­do con los efec­tos sono­ros de Leo­nar­do Cau­te­ruc­cio, el rea­li­za­dor ‑quien tam­bién tuvo a su car­go la edi­ción- obtie­ne un váli­do docu­men­to etno­grá­fi­co resal­tan­do el sóli­do lazo exis­ten­te entre la cul­tu­ra y el medio ambiente.

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Un Ejem­plar Ayuntamiento

CITY HALL. Esta­dos Uni­dos, 2020. Un film de Fre­de­rick Wise­man. 274 minu­tos. Vis­to en en línea en el Fes­ti­val de Cine Docu­men­tal que se está rea­li­zan­do en Mon­treal has­ta el 2 de diciem­bre.(ridm.ca)

Con sus 90 pri­ma­ve­ras, el extra­or­di­na­rio docu­men­ta­lis­ta Fre­de­rick Wise­man ofre­ce en su últi­mo tra­ba­jo un mag­ní­fi­co retra­to de la pobla­ción de Bos­ton, su que­ri­da ciu­dad natal.

Aun­que el docu­men­tal fue rea­li­za­do entre los últi­mos meses de 2018 y 2019, lo que aquí se apre­cia no pue­de resul­tar más opor­tuno. Eso vie­ne al caso al con­si­de­rar la inusi­ta­da pola­ri­za­ción exis­ten­te en Esta­dos Uni­dos don­de pare­cie­ra que la demo­cra­cia ha que­da­do des­na­tu­ra­li­za­da; sin embar­go, un flu­jo de aire fres­co se aso­ma cuan­do Wise­man demues­tra cómo la con­vi­ven­cia en Bos­ton, más allá de las dife­ren­cias que pue­den exis­tir entre su gen­te, fun­cio­na muy bien a tra­vés de la férrea deter­mi­na­ción de que la volun­tad de la mayo­ría predomine.

Den­tro del rigu­ro­so esti­lo que lo carac­te­ri­za, el cineas­ta se abs­tie­ne de efec­tuar entre­vis­tas para lo que desea expo­ner; en cam­bio y con­tan­do con la valio­sa ayu­da de su cama­ró­gra­fo John Davey adop­ta un tono obser­va­cio­nal, tal como lo ha veni­do hacien­do en la mayo­ría de su filmografía.

El alcal­de Mar­tin J. Walsh

Como el títu­lo lo ade­lan­ta, el foco pri­ma­rio de aten­ción es el ayun­ta­mien­to de la ciu­dad, aun­que en las cua­tro horas y media de metra­je se apre­cia mucho más que eso. Des­de 2014 el pro­gre­sis­ta demó­cra­ta Mar­tin J. Walsh de 53 años de edad lide­ra la alcal­día de la ciu­dad; así, duran­te los pri­me­ros 25 minu­tos se asis­te a los dife­ren­tes pro­ble­mas que él a dia­rio debe enca­rar inter­ac­tuan­do con su equi­po cola­bo­ra­dor don­de su gran vir­tud es saber trans­mi­tir las ideas y su sapien­cia en escu­char. Ade­más de actuar en su des­pa­cho, Walsh entra en con­tac­to con sus con­ciu­da­da­nos esta­ble­cien­do con ellos una gran empa­tía a tra­vés de sus alo­cu­cio­nes, pres­tan­do aten­ción a las inquie­tu­des plan­tea­das y tra­tan­do de bus­car medi­das para solu­cio­nar­las de la mejor mane­ra posi­ble. Al con­si­de­rar el tema de las per­ni­cio­sas adic­cio­nes, el alcal­de remar­ca la impor­tan­cia de la comu­ni­ca­ción huma­na como medio de ate­nuar­las, trans­mi­tien­do su pro­pia expe­rien­cia de alcohó­li­co recuperado.

En otros aspec­tos del docu­men­tal es impor­tan­te des­ta­car la mane­ra en que Wise­man va refle­jan­do el pul­so de la ciu­dad a tra­vés de dife­ren­tes secuen­cias en las que se asis­te a deba­tes, asam­bleas y reunio­nes de dife­ren­te natu­ra­le­za. Entre las mis­mas, se apre­cia a vete­ra­nos de gue­rra rela­tan­do sus expe­rien­cias, un encuen­tro de agen­tes poli­cia­les, un ins­pec­tor muni­ci­pal visi­tan­do un edi­fi­cio en ple­na cons­truc­ción, con­duc­to­res tra­tan­do de cla­ri­fi­car y evi­tar el pago de mul­tas en la ofi­ci­na de recla­mos por inde­bi­do esta­cio­na­mien­to, una boda entre muje­res, un comi­té esco­lar dis­cu­tien­do sobre la con­ve­nien­cia de ampliar una escue­la de ense­ñan­za media para incre­men­tar el núme­ro de alum­nos dis­ca­pa­ci­ta­dos, el des­fi­le cita­dino fes­te­jan­do la vic­to­ria del céle­bre equi­po de béis­bol Bos­ton Red Sox, o bien una comi­da de Thanks­gi­ving para los nece­si­ta­dos. Uno de los momen­tos de mayor impac­to tie­ne lugar duran­te una reu­nión en la que los resi­den­tes de un humil­de dis­tri­to de la ciu­dad se opo­nen con fir­me­za a los due­ños de una fran­qui­cia de can­na­bis dis­pues­tos a soli­ci­tar un per­mi­so para ope­rar en ese medio.

El pro­pó­si­to de Wise­man no es el de ofre­cer una visión rosa­da de la capi­tal de Mas­sa­chu­setts; den­tro de un cam­bio demo­grá­fi­co regis­tra­do en las últi­mas déca­das don­de la pobla­ción lati­na y de otras mino­rías étni­cas adquie­re mayor pre­pon­de­ran­cia, per­sis­ten algu­nos de los males que afec­tan igual­men­te al res­to del país en mate­ria de ten­sión racial, des­igual­dad en la dis­tri­bu­ción del ingre­so así como la dife­ren­cia de gene­ro exis­ten­te en la remu­ne­ra­ción sala­rial. Por todo ello, la ges­tión del popu­la­rí­si­mo alcal­de es la de pre­di­car y tomar acción para mejo­rar esos pro­ble­mas a fin de que su ciu­dad lle­gue a ser un mode­lo de inte­gra­ción racial, igual­dad en mate­ria socio-eco­nó­mi­ca y equi­pa­ra­ción sexual.

Esen­cial­men­te, Wise­man demues­tra cómo se con­so­li­da una legí­ti­ma demo­cra­cia toman­do como ejem­plo la actua­ción de Walsh; al hacer­lo, el emi­nen­te docu­men­ta­lis­ta ofre­ce al públi­co una cla­se magis­tral de edu­ca­ción cívi­ca. Jor­ge Gutman

Cine­ma­nia (III)

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

He aquí el comen­ta­rio de otros títu­los adi­cio­na­les de la selección

Deux (Fran­cia-Luxem­bur­go-Bél­gi­ca)

En su pri­mer tra­ba­jo de fic­ción el joven direc­tor ita­liano Filip­po Meneghet­ti ofre­ce un melo­dra­ma cau­ti­van­te sobre el amor ocul­to de dos muje­res que duran­te déca­das se han ama­do y a pesar de haber que­ri­do per­ma­ne­cer uni­das por diver­sos moti­vos no pudie­ron concretarlo.

Mar­ti­ne Che­va­llier y Bar­ba­ra Suko­wa en DEUX

En la hora actual Made­lei­ne (Mar­ti­ne Che­va­lier) es una mujer viu­da con dos hijos adul­tos quie­nes igno­ran la lar­ga rela­ción man­te­ni­da por ella con Nina (Bar­ba­ra Suko­wa) que habi­ta en París en un depar­ta­men­to fren­te al suyo. Las dos muje­res madu­ras están rea­li­zan­do pla­nes para mudar­se a Roma y vivir ple­na­men­te el res­to de sus vidas pero un ines­pe­ra­do acci­den­te car­dio­vas­cu­lar de Made­lei­ne la deja par­cial­men­te inmó­vil y sin habla. Es allí que sur­gi­rán las difi­cul­ta­des por par­te de Nina quien que­rien­do cui­dar de su ama­da se encuen­tra obs­ta­cu­li­za­da por la pre­sen­cia de la hija (Léa Druc­ker) quien natu­ral­men­te asis­te a su pro­ge­ni­to­ra y sola­men­te con­si­de­ra a esta mujer como una bue­na vecina.

Median­te el exce­len­te guión de Meneghet­ti escri­to con Maly­so­ne Bovo­rasmy, el rea­li­za­dor narra con pro­fun­da ter­nu­ra el lazo que une a estas dos ancia­nas dis­pues­tas a supe­rar los pre­jui­cios socia­les como así tam­bién las limi­ta­cio­nes físi­cas para que el amor per­du­re en el cre­púscu­lo de sus vidas.

Esta deli­ca­da así como audaz his­to­ria de secre­tos y men­ti­ras se plas­ma en un bello poe­ma román­ti­co real­za­do por las mara­vi­llo­sas carac­te­ri­za­cio­nes brin­da­das por la vete­ra­na actriz ale­ma­na Suko­wa y la estu­pen­da intér­pre­te del tea­tro fran­cés que es Che­va­lier. Cier­ta­men­te, este es uno de los mejo­res fil­mes pro­gra­ma­dos por el festival.

Poli­ce (Fran­cia)

La ruti­na poli­cial de tres agen­tes del orden tra­ba­jan­do en una comi­sa­ría de París es lo que se apre­cia en este tra­ba­jo de la direc­to­ra Anne Fon­tai­ne, sin que agre­gue algo dife­ren­te a lo ya tra­ta­do por el cine en otras opor­tu­ni­da­des. Estruc­tu­ra­da de mane­ra curio­sa, en su pri­me­ra par­te las esce­nas van repi­tién­do­se según los pun­tos de vis­ta de cada poli­cía. Así se sabe que Vir­gi­nie (Vir­gi­nie Efi­ra) es madre de un bebé y que a pesar de estar casa­da guar­da muy bue­na rela­ción con su cole­ga Aris­ti­de (Omar Sy) no sola­men­te pro­fe­sio­nal sino tam­bién de carác­ter ínti­mo; estan­do de él emba­ra­za­da, se la ve ges­tio­nan­do el trá­mi­te para abor­tar. Por su par­te Aris­ti­de es el pro­to­ti­po del indi­vi­duo machis­ta aun­que es sen­si­ble con su aman­te. El últi­mo del equi­po es Erik (Gré­gory Gade­bois), un hom­bre de media­na edad un tan­to ira­cun­do y con cier­ta incli­na­ción a la bebi­da, quien no disi­mu­la su frus­tra­ción por pro­ble­mas conyugales.

Omar Sy y Vir­gi­nie Efi­ra en POLICE

Adap­ta­do de la nove­la homó­ni­ma de Hugo Boris, el guión de la direc­to­ra y Clai­re Barré intro­du­ce tar­día­men­te el fac­tor que moto­ri­za la esen­cia del film. Así, los tres agen­tes tie­nen como misión de trans­por­tar has­ta el aero­puer­to a Tohi­rov (Pay­man Maa­di), un refu­gia­do que será repor­ta­do a Tayi­kis­tán, su país de ori­gen, don­de ha sido tor­tu­ra­do antes de lle­gar a Fran­cia y en don­de nada bueno le espe­ra a su regre­so. He aquí el con­flic­to moral que sur­ge en el trío sobre si cum­plir con la misión enco­men­da­da o tra­tar de libe­rar­lo para evi­tar su repa­tria­ción. Aun­que esta dis­yun­ti­va ofre­ce sufi­cien­te cam­po para el sus­pen­so y la emo­ción, su irrea­lis­ta reso­lu­ción afec­ta la cre­di­bi­li­dad del relato.

La direc­to­ra ofre­ce un dra­ma que encuen­tra su mayor alien­to en el muy buen desem­pe­ño de Efi­ra, Sy y Gade­bois y en los satis­fac­to­rios dise­ños de producción.

La face cachée du bakla­va (Cana­dá)

Esta come­dia tie­ne como pro­pó­si­to des­cri­bir el com­por­ta­mien­to de la comu­ni­dad liba­ne­sa a tra­vés de la des­crip­ción de una fami­lia de cla­se media, sus parien­tes y ami­gos que viven en Mon­treal. No obs­tan­te que su direc­to­ra y guio­nis­ta Mar­yan­ne Zéhil naci­da en Bei­rut sien­ta afec­to por sus com­pa­trio­tas, el retra­to que efec­túa de los mis­mos deja que desear.

Clau­dia Ferri y Jean Nico­las Verreault en LA FACE CACHÉE DU BAKLAVA

El prin­ci­pal per­so­na­je es Hou­way­da (Clau­dia Ferri) una mujer liba­ne­sa casa­da con Pie­rre (Jean Nico­las Verreault), oriun­do de Que­bec. Ambos lle­van una armo­nio­sa vida con­yu­gal y están a cin­co días de dis­tan­cia para via­jar a París con la inten­ción de resi­dir un año. Los pla­nes se ven alte­ra­dos con la apa­ri­ción de Joé­lle (Raia Jai­dar), la excén­tri­ca y alo­ca­da her­ma­na de Hou­way­da, quien des­ca­ra­da­men­te se entro­me­te en su vida. A todo ello, Hou­way­da está pre­pa­ran­do un desa­yuno-almuer­zo (brunch) para los suyos a rea­li­zar­se un día antes de la pro­gra­ma­da partida.

Lo que podía haber sido una agra­da­ble come­dia mul­ti­cul­tu­ral rese­ñan­do las cos­tum­bres y valo­res de liba­ne­ses cana­dien­ses y los con­tras­tes entre ambas cul­tu­ras, la direc­to­ra recu­rre al empleo de tra­zos grue­sos en una narra­ción sin mayor suti­le­za que la des­me­re­ce. Lo que agra­va el pano­ra­ma es la mane­ra cari­ca­tu­res­ca en que pre­sen­ta a sus per­so­na­jes con el pro­pó­si­to de gene­rar hila­ri­dad. Con situa­cio­nes for­za­das nutri­das de diá­lo­gos insul­sos, el resul­ta­do es un film muy medio­cre que poco favor le hace a la noble colec­ti­vi­dad liba­ne­sa de Montreal.

Le mira­cle de saint incon­nu (Marrue­cos-Fran­cia-Qatar)

Median­te un len­gua­je sen­ci­llo y sin mayor pre­ten­sión, el joven direc­tor marro­quí Alaa Eddi­ne Aljem pro­po­ne una his­to­ria en la que se entre­mez­cla la reli­gión, la espi­ri­tua­li­dad y la codi­cia personal.

You­nes Bouab y Salah Ben­sa­lah en LE MIRA­CLE DU SAINT INCONNU

En un desér­ti­co lugar pleno de are­nas y dunas en el sur de Marrue­cos, el ladrón Ami­ne (You­nes Bouab) antes de ser cap­tu­ra­do por la poli­cía, tre­pa una coli­na para ente­rrar una cuan­tio­sa suma de dine­ro. Cuan­do años más tar­de sale de la pri­sión encuen­tra que en ese escon­di­te se ha cons­trui­do un mau­so­leo que es con­cu­rri­do por los habi­tan­tes de la aldea. El pro­ble­ma con­sis­te en cómo recu­pe­rar el botín sepul­ta­do; para ello Ami­ne recu­rre a la ayu­da de Ahmed (Salah Ben­sa­lah) recién sali­do de la prisión.

Ade­más del tema cen­tral, el satis­fac­to­rio guión del cineas­ta echa una mira­da a algu­nos de los pin­to­res­cos aldea­nos inclu­yen­do el guar­dián noc­turno del san­tua­rio (Abdelgha­ni Kitab) acom­pa­ña­do de su fiel perro, el bar­be­ro que tam­bién es den­tis­ta (Ahmed Yar­ziz), el recién lle­ga­do médi­co (Anas El Baz) y su enfer­me­ro (Has­san Ben Bdida).

Hacien­do gala de un efec­ti­vo humor seco, Aljem con­si­de­ra un tópi­co serio que adop­tan­do un tono liviano va refle­jan­do cómo la cie­ga fe jue­ga un rol impor­tan­te en una socie­dad tra­di­cio­nal has­ta lle­gar a la vene­ra­ción de un san­to des­co­no­ci­do. Bien arti­cu­la­da e impe­ca­ble­men­te narra­da, el direc­tor ha logra­do una encan­ta­do­ra fábula.