La épi­ca crea­ción de Verdi

AIDA 

La ópe­ra Aida que fue trans­mi­ti­da en direc­to des­de el Met el 6 de Octu­bre de 2018, vol­ve­rá a ser difun­di­da en el ciclo de crea­cio­nes líri­cas que Cine­plex rea­li­za duran­te la tem­po­ra­da esti­val. Esta espec­ta­cu­lar obra que cuen­ta con un gran des­plie­gue escé­ni­co fue estre­na­da mun­dial­men­te en El Cai­ro el 24 de diciem­bre de 1871, en tan­to que la pri­me­ra repre­sen­ta­ción en Ita­lia se efec­tuó pocos meses des­pués en el Tea­tro Regio di Par­ma de Milán don­de fue reci­bi­da con gran­des ova­cio­nes por par­te del públi­co asistente.

A.Netrebko y A. Anto­nen­ko (Foto: Marty Sohl /MET)

El com­po­si­tor con­tó con el libre­to ita­liano de Anto­nio Ghis­lan­zo­ni para pre­sen­tar una dra­má­ti­ca his­to­ria román­ti­ca que trans­cu­rre en la Edad Anti­gua. Aída es una prin­ce­sa de Etio­pía que des­pués de haber sido cap­tu­ra­da por los egip­cios es tras­la­da­da a Egip­to en con­di­ción de escla­va. Allí, el coman­dan­te mili­tar Rada­mès se ena­mo­ra de ella y eso le ori­gi­na un con­flic­to de leal­ta­des entre su amor por Aida y la leal­tad al rey de Egip­to. El pro­ble­ma se com­pli­ca aún más cuan­do Amne­ris, la hija del rey, se ena­mo­ra del mili­tar y sus sen­ti­mien­tos no son correspondidos.

A. Netreb­ko y A. Rach­ve­lish­vi­li (Foto: Marty Sohl / MET)

Aida es con­si­de­ra­da como una de las ópe­ras más popu­la­res de Ver­di tenien­do en cuen­ta que ha sido repre­sen­ta­da en los más impor­tan­tes esce­na­rios líri­cos del mun­do en nume­ro­sas opor­tu­ni­da­des. En esta opor­tu­ni­dad el Met la ha revi­vi­do a tra­vés de la la pro­duc­ción ori­gi­na­da en 1998 de Son­ja Fri­sell.

A. Rach­ve­lish­vi­li y D. Belos­sels­kiy (Foto: Marty Sohl / MET)

En su elen­co el rol pro­ta­gó­ni­co está a car­go de la pro­di­gio­sa diva rusa Anna Netreb­ko Con­si­de­ra­da como una de las más impor­tan­tes sopra­nos del mun­do ella repre­sen­ta por pri­me­ra vez dicho rol con un resul­ta­do nada menos que des­lum­bran­te; así en arias tales como “O patria mía” y “Ritor­na vin­ci­tor” refle­ja sus inigua­la­bles dotes voca­les sin dejar de lado su excep­cio­nal actua­ción. A su lado, igual­men­te se luce la remar­ca­ble mez­zo soprano de Geor­gia Ani­ta Rach­ve­lish­vi­li trans­mi­tien­do inten­si­dad emo­cio­nal en su inter­pre­ta­ción de Amne­ris don­de cau­ti­va ento­nan­do el aria “Ah! Vie­ni, vie­ni, amor mio” así como en “Sì! Io preghe­rò che Rada­mès mi doni tut­to il suo cor,”. En otros roles se desem­pe­ñan el tenor Alek­sandrs Anto­nen­ko ani­man­do al héroe mili­tar Rada­mès, el barí­tono Quinn Kel­sey como el padre de Aida y rey de Etio­pía. En pape­les de apo­yo se dis­tin­guen los bajos Dmitry Belos­sels­kiy (Ram­fis, el gran sacer­do­te) y Ryan Spee­do Green (rey de Egip­to), Gabrie­lla Reyes (la suma sacer­do­ti­sa) hacien­do su debut en el Met como así tam­bién el tenor Arseny Yako­vlev (el men­sa­je­ro) incur­sio­na por pri­me­ra vez en el esce­na­rio de la pres­ti­gio­sa ins­ti­tu­ción lírica.

El maes­tro ita­liano Nico­la Lui­sot­ti diri­ge la Orques­ta cap­tan­do la majes­tuo­sa músi­ca de Ver­di, en tan­to que el Coro del Met,. que adquie­re gran impor­tan­cia en esta ópe­ra, se des­ta­ca en la famo­sí­si­ma Mar­cha Triun­fal del segun­do acto.

La ópe­ra es can­ta­da en ver­sión ita­lia­na con sub­tí­tu­los en inglés y en cier­tos cines con n sub­tí­tu­los en fran­cés. En Cana­dá la difu­sión de Aida se efec­tua­rá en las salas del cir­cui­to Cine­plex el 24 de Julio y el 4 de Agos­to de 2019. Para infor­ma­ción adi­cio­nal pre­sio­ne aquí 

En Defen­sa Propia

THE ART OF SELF-DEFEN­SE. Esta­dos Uni­dos, 2018. Un film escri­to y diri­gi­do por Riley Stearns

En esta atrac­ti­va come­dia negra pre­sen­ta­da en el Fes­ti­val Fan­ta­sía que se desa­rro­lla en Mon­treal, el direc­tor Riley Stearns rea­li­za una agu­da crí­ti­ca a la tra­di­cio­nal mas­cu­li­ni­dad machista.

Jes­se Eisenberg

La his­to­ria basa­da en el guión del rea­li­za­dor se cen­tra en Casey Davies (Jes­se Eisen­berg), un indi­vi­duo de 35 años extre­ma­da­men­te tími­do, teme­ro­so e inse­gu­ro, quien se desem­pe­ña como con­ta­ble en una ofi­ci­na. Su vida social es inexis­ten­te con la sola excep­ción de tener en su depar­ta­men­to a un perro sal­chi­cha al que mucho quie­re y que le sir­ve de compañía.

El dis­pa­ra­dor del rela­to se pro­du­ce cuan­do una noche al regre­sar a su casa es asal­ta­do y bru­tal­men­te ata­ca­do por un gru­po de moto­ci­clis­tas que lo dejan heri­do. Como con­se­cuen­cia del des­agra­da­ble inci­den­te, su pri­me­ra inten­ción es adqui­rir un revól­ver para poder defen­der­se de otros poten­cia­les agre­so­res pero su acti­tud cam­bia cuan­do repa­ra en un local don­de se ense­ña kara­te. Impre­sio­na­do por la per­so­na­li­dad de Sen­sei (Ales­san­dro Nivo­la), el ins­truc­tor del cur­so, Casey deci­de ins­cri­bir­se en el mismo.

En su pri­me­ra cla­se, inte­gra­da por alum­nos varo­nes ade­más de Anna (Imo­gen Poots), la úni­ca joven mujer, él va des­cu­brien­do un nue­vo mun­do que lo apa­sio­na. Sin­tién­do­se esti­mu­la­do por la bue­na comu­ni­ca­ción que man­tie­ne con Sen­sei, gra­dual­men­te va amol­dan­do su con­duc­ta siguien­do dis­ci­pli­na­da­men­te sus ins­truc­cio­nes. Así, en mate­ria musi­cal hará que su oído se acos­tum­bre a la del géne­ro heavy metal carac­te­ri­za­do por su rit­mo fre­né­ti­co y dis­tor­sio­na­dos soni­dos; del mis­mo modo al hablar ten­drá que rea­li­zar el esfuer­zo de que su des­di­bu­ja­da voz adquie­ra un tono más gra­ve y agre­si­vo para ase­me­jar­se al de los rusos y germanos.

La des­crip­ción de ese uni­ver­so tan espe­cial y des­co­no­ci­do para quie­nes no prac­ti­can esta téc­ni­ca de auto­de­fen­sa está muy bien logra­da, así como su ágil narra­ción per­mi­te con­cen­trar el inte­rés del públi­co. Aun­que la últi­ma par­te del rela­to, deci­di­da­men­te inquie­tan­te y som­bría, pue­da resul­tar dis­cu­ti­ble, que­da cla­ro el pro­pó­si­to de Stearns de demos­trar el peli­gro que pue­de entra­ñar la hiper­mas­cu­li­ni­dad al gene­rar inusi­ta­dos nive­les de violencia.

Las sóli­das actua­cio­nes que el direc­tor obtie­ne de sus pro­ta­go­nis­tas cons­ti­tu­yen un fac­tor que enri­que­ce a este film. Eisen­berg des­cue­lla carac­te­ri­zan­do a un per­so­na­je que de inti­mi­da­da víc­ti­ma se trans­for­ma en frío vic­ti­ma­rio; por su par­te Nivo­la carac­te­ri­za con con­vic­ción a un men­tor que ocul­tan­do su psi­co­pa­tía ins­ti­ga el empo­de­ra­mien­to mas­cu­lino al pun­to tal de des­con­si­de­rar a Anna, a pesar de ser la más efi­cien­te del gru­po, en la medi­da que da por sen­ta­do de que el kara­te ata­ñe exclu­si­va­men­te a los hom­bres. Final­men­te Poots en un papel secun­da­rio igual­men­te se luce con su per­so­na­je cons­ti­tu­yen­do un con­tra­pe­so al de Casey y Sen­sei. Jor­ge Gutman

El Rey León

THE LION KING. Esta­dos Uni­dos, 2019. Un film de Jon Favreau

Al ter­mi­nar la pro­yec­ción de The Lion King que­da la duda sobre si era nece­sa­rio reha­cer el mag­ní­fi­co film ani­ma­do de 1994. Si bien la pro­duc­ción actual no es dese­cha­ble, la mis­ma care­ce de nue­vos inci­den­tes que sor­pren­dan al espec­ta­dor con la excep­ción de haber inclui­do dos nue­vos per­so­na­jes que fue­ron incor­po­ra­dos en el musi­cal de Braod­way estre­na­do en 1997.

Una esce­na de THE LION KING

Aquí nue­va­men­te se apre­cia en toda su majes­tuo­si­dad la sava­na afri­ca­na con la colo­ri­da fau­na que la habi­ta. En la mis­ma se encuen­tra el leo­nino rey Mufa­sa (James Earl Jones) quien tie­ne a su lado a su hiji­to Sim­ba (JD McCrary) a quien le trans­mi­te sabios con­se­jos tenien­do en cuen­ta que algún día habrá de here­dar­lo y que rei­na­rá en el amplio terri­to­rio que le per­te­ne­ce. Pero Scar (Chi­we­tel Ejio­vor), el resen­ti­do her­mano de Mufa­sa, urde con sus secua­ces una manio­bra que pro­du­ce la muer­te del monar­ca. Cuan­do Sim­ba com­prue­ba que su padre murió, su tío le mani­pu­la hacién­do­le creer que él ha sido res­pon­sa­ble de su des­apa­ri­ción y le reco­mien­da que aban­do­ne el lugar. De este modo el infa­me Scar usur­pa el trono, man­tie­ne a la rei­na madre Sara­bi (Alfre Woo­dard) bajo su yugo, en tan­to que Sim­ba huye deses­pe­ra­da­men­te hacia el exi­lio. Cuan­do el adul­to Sim­ba (Donald Glo­ver) se impo­ne de lo que real­men­te suce­dió cuan­do era infan­te, tra­ta­rá de ven­gar la muer­te de su padre y recu­pe­rar la coro­na. Para quie­nes no hayan vis­to el film ante­rior, que­da­rá abier­ta la curio­si­dad por saber si nues­tro héroe logra­rá su propósito.

Este rela­to leja­na­men­te ase­me­ja­do al Ham­let de Sha­kes­pea­re se encuen­tra visual­men­te real­za­do por una ani­ma­ción hiper­rea­lis­ta logra­da por las moder­nas téc­ni­cas de compu­tari­za­ción; ade­más cuen­ta a su favor con la estu­pen­da foto­gra­fía de Caleb Des­cha­nel, los efec­tos visua­les. super­vi­sa­dos por Robert Lega­to y el logra­do dise­ño de pro­duc­ción de James Chin­lund que con­fie­re a este espec­tácu­lo una inne­ga­ble belle­za visual. Otro aspec­to posi­ti­vo de esta ver­sión radi­ca en las impe­ca­bles voces pres­ta­das por Ejio­for, Jones, Glo­ver, Beyon­cé ‑como la ami­ga de infan­cia y la ama­da de Simba‑, Flo­ren­ce Kasum­ba en la hie­na Shen­zi; espe­cial aten­ción mere­cen el sim­pá­ti­co dúo inte­gra­do por Seth Rogen como el jaba­lí Pum­baa y Billy Eich­ner, como el suri­ca­to Timón ofre­cien­do los momen­tos joco­sos del rela­to. Los núme­ros musi­ca­les, entre otros el cono­ci­do himno Haku­na Mata­ta (ento­na­do por Rogen y Eich­ner) y Can you feel the love tonight (can­ta­do por Beyon­cé, Glo­ver, Rogen y Eich­ner) son agra­da­bles aun­que no nece­sa­ria­men­te remarcables.

Expo­nien­do una vez más el enfren­ta­mien­to entre las fuer­zas del bien y del mal, el guión de Jeff Nathan­son repro­du­ce casi lite­ral­men­te al del film ori­gi­nal aun­que en este caso sin lograr una com­ple­ta huma­ni­za­ción de los per­so­na­jes. La pues­ta escé­ni­ca de Jon Favreau es correc­ta con cier­tas secuen­cias de con­si­de­ra­ble sun­tuo­si­dad pero con excep­ción de su belle­za visual care­ce de un esti­lo distintivo.

Dejan­do de lado la com­pa­ra­ción con la exce­len­te pelí­cu­la de 1994, por sí mis­mo éste es un buen film que satis­fa­rá a los aman­tes del géne­ro. Jor­ge Gutman

Revi­vien­do a Buñuel

BUÑUEL EN EL LABE­RIN­TO DE LAS TOR­TU­GAS. Espa­ña-Holan­da-Ale­ma­nia, 2018. Un film de Sal­va­dor Simó

Basa­do en la nove­la grá­fi­ca de Fer­nín Solis publi­ca­da en 2011, el novel direc­tor espa­ñol Sal­va­dor Simó recrea la géne­sis del docu­men­tal Las Hur­des, Tie­rra sin Pan que Luis Buñuel reali­zó en Espa­ña en 1933. A tra­vés de un tra­ba­jo de ani­ma­ción sen­ci­llo pero muy efec­ti­vo, Buñuel en el Labe­rin­to de las Tor­tu­gas es un film que fas­ci­na­rá a los ciné­fi­los admi­ra­do­res del gran cineasta.

BUÑUEL EN EL LABE­RIN­TO DE LAS TORTUGAS

Habien­do leí­do un tra­ba­jo escri­to en 1927 por Mau­ri­ce Legen­dre, Buñuel se sin­tió impul­sa­do en fil­mar un docu­men­tal en Las Hur­des, ubi­ca­da en la región de Extre­ma­du­ra de Espa­ña y con­si­de­ra­da en ese enton­ces la zona más depri­men­te y mise­ra­ble del país. Sin embar­go, des­pués del estreno de L’­ge d’Or (1930), su segun­do pro­vo­ca­ti­vo film surrea­lis­ta que sus­ci­tó un gran escán­da­lo en Fran­cia por par­te de las auto­ri­da­des reli­gio­sas, él no pudo lograr el finan­cia­mien­to nece­sa­rio para con­cre­tar su anhe­la­do pro­yec­to; feliz­men­te, el pin­tor y escul­tor anar­quis­ta Ramón Acín ‑que fue su gran ami­go- deci­dió sumi­nis­trar­le el dine­ro que había gana­do en un bille­te de lote­ría para que con­cre­ta­ra su propósito.

En con­se­cuen­cia, con el equi­po inte­gra­do por Buñuel (voz de Jor­ge Usón), Acín (voz de Fer­nan­do Ramos), el fotó­gra­fo Eli Lotar (voz de Cyril Corral) y el actor Pie­rre Unik (voz de Luis Enri­que de Tomás) comien­za el roda­je del film; median­te el mis­mo el direc­tor se pro­pu­so tes­ti­mo­niar las con­di­cio­nes des­hu­ma­ni­za­das de vida de los hur­da­nos ‑muchos de ellos sin siquie­ra tener la posi­bi­li­dad de lograr una roda­ja de pan‑, a fin de lograr un docu­men­to social que pudie­ra con­cien­ti­zar a la vez que impac­tar en la opi­nión pública.

El efi­caz guión de Simón y Eli­gio Mon­te­ro no solo per­mi­te que el públi­co par­ti­ci­pe de dife­ren­tes viñe­tas acae­ci­das duran­te el pro­ce­so de fil­ma­ción, sino tam­bién ilus­tra los demo­nios inter­nos del cineas­ta mani­fes­ta­dos en sus recuer­dos de infan­cia con su padre repro­ban­do sus actos y la mane­ra en que con­for­mó su per­so­na­li­dad. Ade­más de ilus­trar la gran amis­tad con Acín, el film refle­ja las esce­nas con­tem­pla­das por Buñuel en un esta­ble­ci­mien­to esco­lar pobla­do de niños huér­fa­nos, la mise­ria de los habi­tan­tes de la región uni­da a las enfer­me­da­des que allí pro­li­fe­ran y en gene­ral el pro­fun­do sen­ti­mien­to de pena que afli­ge al rea­li­za­dor fil­man­do esa tris­te reali­dad; sin duda Les Hur­des ha sido el tra­ba­jo pre­cur­sor de lo que sería años des­pués Los Olvi­da­dos (1950), una de sus obras maes­tras rea­li­za­das en México.

A pesar de su con­te­ni­do social no todo lo que se apre­cia en dicho docu­men­tal ha sido com­ple­ta­men­te real; así el des­ca­be­za­mien­to de un gallo y el fusi­la­mien­to de una cabra han sido efec­tua­dos para satis­fa­cer las exi­gen­cias de Buñuel. En últi­ma ins­tan­cia, el lamen­ta­ble mal­tra­to ani­mal no alte­ra el valor de Las Hur­des que con el tiem­po ha sido alta­men­te elo­gia­do por crí­ti­cos y renom­bra­dos direc­to­res de cine.

En el film de Simó cabe apre­ciar la inter­ca­la­ción de extrac­tos del cor­to­me­tra­je ori­gi­nal que se entre­mez­clan en la ani­ma­ción rea­li­za­da, sobre todo por­que al hacer­lo el direc­tor incor­po­ra mate­rial iné­di­to que Buñuel des­car­tó en el momen­to de efec­tuar su edición.

Ade­más de su nota­ble flui­dez, este bello docu­men­tal enri­que­ci­do con la exce­len­te músi­ca de Artu­ro Car­de­lús, cons­ti­tu­ye un mere­ci­do tri­bu­to a quien ha sido uno de los gran­des genios del cine como así tam­bién a Acín quien murió fusi­la­do por el fran­quis­mo en agos­to de 1936, pocas sema­nas des­pués del ini­cio de la gue­rra civil y un año antes de que Las Hur­des se estre­na­ra en París. Jor­ge Gutman

Empe­der­ni­do Mentiroso

MEN­TEUR / COM­PUL­SI­VE LIAR. Cana­dá, 2019. Un film de Émi­le Gaudreault.

En su noveno film el rea­li­za­dor Émi­le Gau­dreault tran­si­ta en la come­dia, su géne­ro pre­di­lec­to. Aun­que abor­da un tópi­co ya explo­ta­do en otras opor­tu­ni­da­des, el rela­to apor­ta una idea intere­san­te que lamen­ta­ble­men­te no es apro­ve­cha­da por su ende­ble implementación.

Louis-José Hou­de y Antoi­ne Bertrand

El popu­lar cómi­co Louis-José Hou­de carac­te­ri­za a Simon, un eje­cu­ti­vo res­pon­sa­ble de rela­cio­nes públi­cas de una gran cor­po­ra­ción inter­na­cio­nal de aero­náu­ti­ca, en don­de tam­bién tra­ba­ja su her­mano geme­lo Phil (Antoi­ne Ber­trand) que a la vez pre­si­de el sin­di­ca­to de la fir­ma. Suce­de que Simon, es un com­pul­si­vo men­ti­ro­so en la medi­da que todo lo que rela­ta y comen­ta se opo­ne por com­ple­to a la reali­dad de los hechos; así, su cons­tan­te impos­tu­ra se tra­du­ce en un esti­lo de vida que inevi­ta­ble­men­te es tole­ra­do por su fami­lia y por quie­nes le rodean en su trabajo.

Al pro­me­diar el metra­je el guión del rea­li­za­dor, Erik K. Bou­lian­ne y Sébas­tien Ravary adop­ta un giro ines­pe­ra­do cuan­do aden­trán­do­se en el terreno de lo fan­tás­ti­co recu­rre al arti­fi­cio de con­ver­tir las men­ti­ras de su pro­ta­go­nis­ta en ines­pe­ra­das ver­da­des. Si bien el recur­so de incor­po­rar uni­ver­sos para­le­los al plan­teo del rela­to es en prin­ci­pio ori­gi­nal, lo cier­to es que su desa­rro­llo se vuel­ve com­ple­ta­men­te des­ar­ti­cu­la­do y caó­ti­co afec­tan­do nega­ti­va­men­te a la his­to­ria ori­gi­nal­men­te planteada.

A pesar de con­tar con un impor­tan­te elen­co, la incon­sis­ten­cia del guión se mani­fies­ta en la mane­ra en que los acto­res deben com­po­ner a sus per­so­na­jes don­de varios de los mis­mos pare­cen emer­ger de un espec­tácu­lo cir­cen­se. Así, la alo­ca­da alcohó­li­ca patro­na de Simon (Gené­viè­ve Sch­midt) y su inaguan­ta­ble madre (Véro­ni­que Le Fla­guais), ofre­cen situa­cio­nes ridí­cu­la­men­te joco­sas que dis­tan de cris­ta­li­zar en autén­ti­co humor. Algo seme­jan­te acon­te­ce con las répli­cas de Simon que en cier­tas oca­sio­nes para­fra­sea a Tols­toi don­de el rela­to tra­ta de ofre­cer un matiz son­rien­te­men­te inte­lec­tual; asi­mis­mo, las esca­ra­mu­zas entre Simon y su des­afor­tu­na­do her­mano geme­lo no logran el impac­to reide­ro perseguido.

En pro­cu­ra de des­ta­car los aspec­tos posi­ti­vos de esta fan­ta­sía, cabe men­cio­nar el caris­ma y sim­pa­tía que des­ti­la Hou­de, la muy bue­na actua­ción de Cathe­ri­ne Cha­bot que en el rol de una remar­ca­ble tra­duc­to­ra del idio­ma ruso ofre­ce los esca­sos momen­tos de genui­na gra­cia y final­men­te la vete­ra­nía de la exce­len­te Deni­se Filia­trault que a pesar de su bre­ve apa­ri­ción como con­duc­to­ra de un taxi Uber es uno de los pocos per­so­na­jes que adquie­re un viso real. En suma, al pro­me­ter mucho más de lo que ofre­ce, Men­teur ter­mi­na sien­do una falli­da come­dia. Jor­ge Gutman