5 Her­ma­nos de Sangre

DA 5 BLOODS. Esta­dos Uni­dos, 2020. Un film de Spi­ke Lee. Dis­po­ni­ble en Netflix

No hay duda que el nota­ble rea­li­za­dor Spi­ke Lee es quien con más fer­vor y apa­sio­na­mien­to ha con­si­de­ra­do en su fil­mo­gra­fía la temá­ti­ca del racis­mo; por lo tan­to, pro­si­guien­do con su com­pro­mi­so social y polí­ti­co, una vez más lo vuel­ve a tra­tar en Da 5 Bloods. Este remar­ca­ble dra­ma cons­ti­tu­ye un toque de aler­ta a uno de los gran­des males que afec­ta a la socie­dad, sobre todo tenien­do en cuen­ta el recien­te mons­truo­so epi­so­dio don­de un infa­me poli­cía blan­co con el peso de su pie asfi­xia sin pie­dad algu­na a un inde­fen­so ciu­da­dano negro.

Como pró­lo­go del film, median­te un efi­cien­te mon­ta­je Lee intro­du­ce una suer­te de noti­cia­rio don­de se pasa revis­ta a varios de los epi­so­dios de los años 60 y 70 que tuvie­ron lugar en su país, inclu­yen­do entre otros una céle­bre alo­cu­ción de Muham­mad Ali don­de no acep­ta ser reclu­ta­do para com­ba­tir en Viet­nam, el movi­mien­to civil de Black Pan­ters, el des­cen­so del hom­bre a la luna, la actua­ción de la mili­tan­te de los dere­chos civi­les Ange­la Davis y obvia­men­te la gue­rra de Vietnam.

Del­roy Lin­do y Jonathan Majors

El guión del rea­li­za­dor escri­to con Kein Will­mott, Danny Bil­son y Paul DeMeo está estruc­tu­ra­do en el pre­sen­te ‑uti­li­zan­do el for­ma­to de pan­ta­lla pano­rá­mi­ca- y el pasa­do ‑emplean­do uno casi cua­dra­do y más angos­to-. En su comien­zo se asis­te en el aero­puer­to de Hȏ Chi Minh (Sai­gón) al reen­cuen­tro de cua­tro vete­ra­nos de gue­rra afro­ame­ri­ca­nos, des­pués de varias déca­das de haber actua­do en los fren­tes de bata­lla como sol­da­dos de una uni­dad de infan­te­ría luchan­do con­tra el Viet­cong en las sel­vas de Viet­nam. Es así que Paul (Del­roy Lin­do), Otis (Clar­ke Peters), Eddie (Norm Lewis) y Mel­vin (Isiah Whitlock Jr.) no pue­den ocul­tar su inmen­sa ale­gría de ver­se nue­va­men­te reu­ni­dos como ver­da­de­ros her­ma­nos de sangre.

El pro­pó­si­to que los con­vo­ca es el de ubi­car el cadá­ver de Nor­man (Chad­wick Bose­man) ‑apo­da­do Stor­min’ Norm‑, el mesiá­ni­co líder espi­ri­tual del gru­po muer­to en el com­ba­te, para repa­triar­lo a Esta­dos Uni­dos. Pero al mis­mo tiem­po la inten­ción de estos sexa­ge­na­rios es tra­tar de reco­brar un cofre con­te­nien­do barras de oro que duran­te la gue­rra habían des­cu­bier­to entre los resi­duos de un avión estre­lla­do y que deci­die­ron sepul­tar­lo cer­ca del lugar don­de fue ente­rra­do Norm. En ese queha­cer el gru­po es acom­pa­ña­do por David (Jonathan Majors), el joven hijo de Paul, que man­tie­ne una difi­cul­to­sa rela­ción con su padre pero que en cam­bio logra empa­ti­zar con Otis quien le alec­cio­na sobre los epi­so­dios vivi­dos duran­te el con­flic­to bélico.

Isiah Whitlock Jr., Norm Lewis, Clar­ke Peters, Del­roy Lin­do and Jonathan Majors

En un prin­ci­pio nada pare­ce ensom­bre­cer el pro­pó­si­to de estos via­je­ros don­de pasean­do con el guía local Vinh (Johnny Trí Nguyễn) que­dan asom­bra­dos de ver a la ex Sai­gón como una ciu­dad moder­na y ani­ma­da don­de no fal­tan los McDo­nald y otros luga­res típi­cos de comi­da lige­ra que pro­li­fe­ran en el mun­do occidental.

En el emo­ti­vo reen­cuen­tro de Otis con Tien (Lê Y Lan), una pros­ti­tu­ta duran­te la gue­rra y que en ese enton­ces había sido su aman­te, ella le pro­por­cio­na el con­tac­to de un oscu­ro hom­bre de nego­cios fran­cés (Jean Reno) quien ofre­ce­rá ayu­da al con­tin­gen­te para ubi­car el lugar don­de se encuen­tra ocul­to el tesoro.

La pelí­cu­la adquie­re las carac­te­rís­ti­cas de un rela­to de acción a par­tir del momen­to en que los ex sol­da­dos comien­zan a avan­zar en la jun­gla para lograr los dos obje­ti­vos pro­pues­tos. Tras ubi­car los res­tos de Nor­man, don­de en silen­cio los cua­tro ami­gos le rin­den un emo­ti­vo home­na­je, la siguien­te tarea es loca­li­zar el teso­ro escon­di­do. Al apa­re­cer los pri­me­ros lin­go­tes de oro el espí­ri­tu de con­fra­ter­ni­dad has­ta ese enton­ces exis­ten­te se va fra­gi­li­zan­do al sur­gir opi­nio­nes dis­pa­res sobre la mane­ra en que debe redis­tri­buir­se la millo­na­ria for­tu­na halla­da. Los pro­ble­mas del gru­po se com­pli­can con la exis­ten­cia de cam­pos aún mina­dos que deben atra­ve­sar como así tam­bién por el des­agra­da­ble encuen­tro con legio­na­rios mer­ce­na­rios viet­na­mi­tas arma­dos que tam­bién pre­ten­den pose­sio­nar­se del oro; de este modo el esce­na­rio está pre­pa­ra­do para que el infierno del pasa­do resur­ja brutalmente.

El film es ambi­cio­so y qui­zás dema­sia­do para su pro­pio bien; eso vie­ne al caso por­que Lee intro­du­ce varios tópi­cos que podrían ser ana­li­za­dos sepa­ra­da­men­te. A pesar de tra­tar­se de un rela­to coral, el per­so­na­je de Paul es el que mayor rele­van­cia adquie­re don­de se refle­ja cómo las heri­das emo­cio­na­les de la gue­rra aún no han logra­do cica­tri­zar; su casi irra­cio­nal vene­ra­ción al des­apa­re­ci­do Norm y sus fre­cuen­tes pesa­di­llas lle­gan a des­es­ta­bi­li­zar­lo men­tal­men­te; ade­más, sus fuer­tes arre­ba­tos de vio­len­cia se tra­du­cen en un mar­ca­do des­pre­cio hacia su hijo por razo­nes que des­pués se lle­gan a expli­car; curio­sa­men­te, este indi­vi­duo tan sufri­do es un admi­ra­dor de Trump por­tan­do con­si­go la clá­si­ca boi­na roja con la ins­crip­ción de “hacer una Amé­ri­ca gran­de”. De los otros per­so­na­jes el más des­ta­ca­ble y humano es el de Otis; una con­mo­ve­do­ra esce­na acon­te­ce cuan­do él cono­ce y abra­za a Michon (Sandy Hương Phạm), la joven hija de Tien. Una pelí­cu­la dife­ren­te mere­ce­ría la bús­que­da y encuen­tro del teso­ro don­de se mues­tra cómo la codi­cia pue­de lle­gar a ensom­bre­cer una amis­tad. Final­men­te otro capí­tu­lo vin­cu­la­do que podría ser ana­li­za­do inde­pen­dien­te­men­te es el de Hedy (Méla­nie Thierry), una joven fran­ce­sa que dejan­do de lado a su fami­lia que se enri­que­ció duran­te el perío­do de colo­ni­za­ción de Fran­cia en Indo­chi­na, deci­de vol­car sus esfuer­zos en una orga­ni­za­ción sin fines de lucro dedi­ca­da a des­ac­ti­var los terre­nos minados.

Lo más impor­tan­te del impre­sio­nan­te rela­to es su tras­fon­do polí­ti­co don­de el direc­tor demues­tra a tra­vés de flash­backs el sufri­mien­to de los afro­ame­ri­ca­nos a tra­vés de todos los tiem­pos; en lo con­cer­nien­te a Viet­nam, median­te de una emi­sión radial se lle­ga a saber que si bien los negros repre­sen­ta­ban en ese enton­ces el 11 % de la pobla­ción ame­ri­ca­na, sin embar­go el 32% de sus sol­da­dos fue­ron con­vo­ca­dos para luchar en una de las gue­rras más racis­tas de la historia.

De impe­ca­ble rea­li­za­ción y exce­len­te inter­pre­ta­ción de con­jun­to, Lee ofre­ce un docu­men­to impac­tan­te cuyo men­sa­je que­da sin­te­ti­za­do en la esce­na final. En la mis­ma, a tra­vés de un mate­rial de archi­vo se asis­te al dis­cur­so pro­nun­cia­do por Mar­tin Luther King el 4 de abril de 1967 don­de seña­la: “Amé­ri­ca nun­ca será libre has­ta que los des­cen­dien­tes de escla­vos pue­dan libe­rar­se com­ple­ta­men­te de las cade­nas que aún lle­van” Exac­ta­men­te un año des­pués de esa fecha, el gran pas­tor esta­dou­ni­den­se y ardien­te crí­ti­co de la gue­rra de Viet­nam fue ase­si­na­do en Memphis, Ten­nes­see. Sus pala­bras siguen tenien­do ple­na vigen­cia. Jor­ge Gutman

Dos Dolo­ri­das Madres

14 JOURS, 12 NUITS. Cana­da, 2019. Un film de Jean-Phi­lip­pe Duval. Dis­po­ni­ble en VOD en las pla­ta­for­mas de Illi­co, Bell, Coge­co, Telus, Cine­plex et iTu­nes, entre otras

En una rara incur­sión del cine cana­dien­se en Viet­nam, el rea­li­za­dor Jean-Phi­lip­pe Duval ilus­tra un con­mo­ve­dor dra­ma mater­nal real­za­do por dos estu­pen­das actrices.

Anne Dor­val

La pri­me­ra esce­na enfo­ca a Thuy Ngu­yen (Lean­na Chea), una ado­les­cen­te sol­te­ra de Viet­nam, que dan­do a luz a una bebi­ta de inme­dia­to le es sus­traí­da por su abue­la (Ngoc Thoa) quien resuel­ve entre­gar­la a un orfa­na­to de Hanoi. Inme­dia­ta­men­te se sabe que la ocea­nó­gra­fa Isa­be­lle Bro­deur (Anne Dor­val) y su mari­do (Fra­nçois Papi­neau) que habi­tan en Que­bec en 1991 han adop­ta­do a esa infan­te dán­do­le el nom­bre de Cla­ra e igno­ran­do quien es su madre biológica. .

Cuan­do en 2008 Cla­ra (Lau­ren­ce Barret­te) mue­re trá­gi­ca­men­te en un acci­den­te de auto­mó­vil, Isa­be­lle lle­van­do con­si­go las ceni­zas de su hija empren­de un via­je a Hanoi para tra­tar de apla­car su gran dolor e iden­ti­fi­car a la madre bio­ló­gi­ca. Cuan­do final­men­te con­tac­ta a Thuy, quien se desem­pe­ña como guía turís­ti­ca para turis­tas de habla fran­ce­sa, se esta­ble­ce entre ambas un impro­ba­ble víncu­lo entre estas dos per­so­nas per­te­ne­cien­tes a mun­dos dife­ren­tes que guar­dan en común la enor­me pena de haber per­di­do a Clara.

A tra­vés del rela­to muy bien expues­to de Duval basa­do en el guión de Marie Vien se asis­te a un via­je turís­ti­co de la zona nor­te de Viet­nam don­de Isa­be­lle se impo­ne a tra­vés de Thuy de sus carac­te­rís­ti­cas cul­tu­ra­les; simul­tá­nea­men­te exis­te un tra­yec­to emo­cio­nal en que la viet­na­mi­ta va con­fián­do­se cada vez más a Isa­be­lle trans­mi­tién­do­le alguno de los cole­ta­zos de la gue­rra de Viet­nam don­de ella per­dió a sus padres y cómo su abue­la le ha des­pro­vis­to de quien habría sido su hija por el hecho de ser una madre sol­te­ra. A todo ello, Isa­bel se encuen­tra cada vez más arrin­co­na­da al no saber cómo expre­sar­le a Thuy qué ella ha sido la madre adop­ti­va de su hija.

Ape­lan­do a una narra­ción con­te­ni­da y sutil el rea­li­za­dor ha logra­do un film pleno de com­pa­sión y ter­nu­ra expo­nien­do la des­ven­tu­ra de sus prin­ci­pa­les per­so­na­jes median­te las remar­ca­bles inter­pre­ta­cio­nes de Dor­val y Chea. La vete­ra­na intér­pre­te de Que­bec trans­mi­te con sus silen­cios la emo­ción que embar­ga a su per­so­na­je en la bre­ve con­vi­ven­cia con Thuy; por su par­te Chea refle­ja con nota­ble expre­si­vi­dad el sufri­mien­to de una mujer a la que le ha sido dene­ga­do el dere­cho natu­ral de poder cum­plir su misión maternal.

La mag­ní­fi­ca foto­gra­fía de Yves Belan­ger con­tras­tan­do la exu­be­ran­cia del tro­pi­cal país asiá­ti­co con la de los pai­sa­jes de Que­bec refuer­za los valo­res de este humano dra­ma. Jor­ge Gutman

Un Correc­to Policial

LA CORA­ZO­NA­DA. Argen­ti­na, 2020. Un film de Ale­jan­dro Mon­tiel. Dis­po­ni­ble en Netflix

Basa­do en la nove­la La Vir­gen en tus ojos de Flo­ren­cia Etche­ves publi­ca­da en 2012, el rea­li­za­dor Ale­jan­dro Mon­tiel la ha adap­ta­do a la pan­ta­lla con la cola­bo­ra­ción de la auto­ra y Mili Roque Pitt, logran­do un dra­ma poli­cial que sin ser revo­lu­cio­na­rio per­mi­te con­ten­tar a los aman­tes del género.

Joa­quín Furriel y Lui­sa­na Lopilato

La tra­ma de La Cora­zo­na­da enfo­ca a dos detec­ti­ves poli­cías. Uno de ellos es Fran­cis­co Jua­nes (Joa­quín Furriel), un hom­bre intro­ver­ti­do que des­de hace varios años ha demos­tra­do su efi­cien­cia en el cum­pli­mien­to de su tarea al ser­vi­cio del orden; si inte­rior­men­te hay algo que lo ape­na es haber per­di­do a su mujer que ha sido ase­si­na­da. Repor­tan­do al comi­sa­rio Roger (Rafael Ferro), Fran­cis­co tie­ne en Manue­la Pela­ri (Lui­sa­na Lopi­la­to) una res­pon­sa­ble cola­bo­ra­do­ra con quien man­tie­ne una bue­na sintonía.

El con­flic­to dra­má­ti­co del rela­to acon­te­ce con dos crí­me­nes no vin­cu­la­dos que requie­ren ser inves­ti­ga­dos. Uno de ellos es el de Glo­ria­na (Del­fi­na Cha­ves) una joven de 19 años que apa­re­ció acu­chi­lla­da en su cama en don­de Miner­va (Mai­te Lana­ta), su mejor ami­ga y con quien com­par­tía la vivien­da, apa­re­ce como la prin­ci­pal sos­pe­cho­sa. El otro ase­si­na­to es el de un joven que ha sido atro­pe­lla­do inten­cio­nal­men­te por el con­duc­tor de un auto­mó­vil y en don­de Roger pre­su­me que Fran­cis­co podría ser el cul­pa­ble pues­to que la víc­ti­ma resul­tó ser pre­ci­sa­men­te el homi­ci­da que dio muer­te a su espo­sa; esa es la razón por la que el comi­sa­rio soli­ci­ta a Pela­ri para que de mane­ra encu­bier­ta espíe a su colega.

El rela­to narra­ti­va­men­te va evo­lu­cio­nan­do a tra­vés de varias sub­tra­mas en don­de el espec­ta­dor tra­ta de pre­de­cir quie­nes son los auto­res de ambos homi­ci­dios. En el caso de Glo­ria­na, si bien Miner­va bajo pre­sión con­fie­sa haber sido la ase­si­na, todo hace pre­su­mir que no lo es por­que exis­ten otros per­so­na­jes que podrían ser los res­pon­sa­bles; al pro­pio tiem­po aun­que cier­tos indi­cios podrían supo­ner que Fran­cis­co fue el que con­du­jo el vehícu­lo que mató a la otra víc­ti­ma, hay moti­vos que pare­ce­rían des­car­tar­lo como cul­pa­ble. En todo caso los ines­pe­ra­dos giros que adop­ta este thri­ller obran a mane­ra de un cru­ci­gra­ma que debe ser completado.

Esta pri­me­ra pro­duc­ción de Net­flix en Argen­ti­na reúne ele­men­tos intri­gan­tes que gene­ran un satis­fac­to­rio sus­pen­so sin recu­rrir a situa­cio­nes des­ca­be­lla­das. En tal sen­ti­do Mon­tiel mane­ja acer­ta­da­men­te el desa­rro­llo de la tra­ma con­du­cién­do­la a un per­sua­si­vo des­en­la­ce. En el rubro acto­ral Furriel y Lopi­la­to trans­mi­ten la con­vic­ción nece­sa­ria para empa­ti­zar con los pro­ta­go­nis­tas de esta his­to­ria, como así tam­bién se dis­tin­gue Lana­ta com­po­nien­do con sol­tu­ra a su ambi­guo per­so­na­je. Jor­ge Gutman

Sin Nacio­na­li­dad

STA­TE­LESS / APÁ­TRI­DA. Cana­dá-Esta­dos Uni­dos, 2020. Un film escri­to y diri­gi­do por Michè­le Stephenson

En este pene­tran­te docu­men­tal que aca­ba de ser dis­tin­gui­do con el Pre­mio Espe­cial del Jura­do en Hot Docs 2020 la rea­li­za­do­ra de raza negra Michè­le Stephen­son que es oriun­da de Hai­tí per­mi­te que el públi­co conoz­ca algo no muy difun­di­do que acon­te­ce en la Repú­bli­ca Dominicana.

En el ini­cio de Sta­te­less se infor­ma que Hai­tí y la Repú­bli­ca Domi­ni­ca­na que com­par­ten la isla Espa­ño­la han esta­do suje­tos a ten­sio­nes racia­les des­de la épo­ca colo­nial. Así, en 1937 como medio de con­tro­lar la fron­te­ra domi­ni­ca­na y “emblan­que­cer” a Domi­ni­ca­na, el dic­ta­dor Rafael Tru­ji­llo orde­nó una masa­cre geno­ci­da de miles de hai­tia­nos vivien­do en dicho país, medi­da que inclu­yó a los domi­ni­ca­nos de piel oscura.

Empeo­ran­do la situa­ción, en 2013 la cor­te cons­ti­tu­cio­nal domi­ni­ca­na dis­pu­so la revo­ca­ción de la ciu­da­da­nía a los domi­ni­ca­nos des­cen­dien­tes de hai­tia­nos retro­ac­ti­va­men­te a 1929, con­vir­tién­do­los de este modo en apátridas.

Rosa Iris Diendomi-Álvarez

En fun­ción de lo que ante­ce­de Stephen­son abor­da esta com­ple­ja situa­ción enfo­can­do prin­ci­pal­men­te a tres per­so­nas vivien­do en la Repú­bli­ca Domi­ni­ca­na. Una de ellas es Rosa Iris Dien­do­mi-Álva­rez, que como abo­ga­da y acti­vis­ta defen­so­ra de los dere­chos huma­nos lucha deno­da­da­men­te para rever­tir esta avie­sa deci­sión polí­ti­ca que injus­ta­men­te afec­ta a los domi­ni­ca­nos de ascen­den­cia haitiana.

En este queha­cer, Rosa Iris tra­ta de ayu­dar a su pri­mo Juan Teó­fi­lo Murat quien es una de las per­so­nas que han sido per­ju­di­ca­das por la deci­sión de 2013; en tal sen­ti­do, al ser con­si­de­ra­do extran­je­ro en su tie­rra él pre­sen­ta su cer­ti­fi­ca­do de naci­mien­to domi­ni­cano a la auto­ri­dad com­pe­ten­te a fin de otor­gar­le su ciu­da­da­nía, pero lamen­ta­ble­men­te se enfren­ta a esco­llos buro­crá­ti­cos don­de siem­pre fal­ta algún dato adi­cio­nal para solu­cio­nar su sta­tu quo.

El ter­cer per­so­na­je de esta his­to­ria es Gladys Feliz, una per­so­na que per­te­ne­ce al par­ti­do nacio­na­lis­ta y sos­tie­ne que el gobierno debe­ría cons­truir un muro fron­te­ri­zo a fin de evi­tar que los migran­tes hai­tia­nos lle­guen y se ins­ta­len en el país. Lo curio­so del caso es que esta mujer admi­te que tan­to sus hijos como su ex mari­do son negros y al pro­pio tiem­po reco­no­ce la con­tri­bu­ción impor­tan­te apor­ta­da por los hai­tia­nos a la socie­dad dominicana.

El remar­ca­ble tra­ba­jo de cáma­ra de la rea­li­za­do­ra y su ade­cua­do mon­ta­je per­mi­ten que la narra­ción de esta his­to­ria real resul­te flui­da y man­ten­ga per­ma­nen­te­men­te la aten­ción del espec­ta­dor. Así en los cré­di­tos fina­les el docu­men­tal seña­la que debi­do a la acti­vi­dad des­ple­ga­da por Rosa Iris ella es obje­to de con­ti­nuas ame­na­zas de vio­len­cia; tam­bién acla­ra que la situa­ción de Juan Teó­fi­lo per­ma­ne­ce irre­suel­ta en tan­to que Gladys con­ti­núa su tra­ba­jo con el movi­mien­to nacio­na­lis­ta de dis­cri­mi­na­ción y segre­ga­ción de las 200 mil per­so­nas que a pesar de ser domi­ni­ca­nas son con­si­de­ra­das apátridas.

A tra­vés de este cua­dro opre­si­vo la direc­to­ra demues­tra cómo está arrai­ga­da la cas­ta racial en la comu­ni­dad lati­na. Al hacer­lo, denun­cia las con­se­cuen­cias de un sis­te­ma que sub­yu­ga y divi­de a la pobla­ción domi­ni­ca­na debi­do a los efec­tos noci­vos de la supre­ma­cía blan­ca y del racismo.

Este enco­mia­ble docu­men­to de Stephen­son no pue­de ser más opor­tuno y alec­cio­na­dor tenien­do en cuen­ta que el mun­do ente­ro se encuen­tra cons­ter­na­do por el horren­do homi­ci­dio de Geor­ge Floyd acae­ci­do días atrás por el úni­co “deli­to” de haber sido negro.

Des­pués de su pre­sen­ta­ción en Hot Docs para el públi­co de la pro­vin­cia de Onta­rio, el film ‑aun­que aún sin fecha deter­mi­na­da- será dado a cono­cer en todo Cana­dá tan­to en las salas de cine como en diver­sas pla­ta­for­mas de strea­ming. Jor­ge Gutman

Explo­ta­das Trabajadoras

MADE IN BAN­GLA­DESH. Fran­cia-Ban­gla­desh-Dina­mar­ca-Por­tu­gal. Un film de Rubai­yat Hos­sain. Dis­po­ni­ble en VOD en la pla­ta­for­ma cinemaduparc.com 

Como ardien­te defen­so­ra de los dere­chos huma­nos la cineas­ta Rubai­yat Hos­sain naci­da en Ban­gla­desh ha par­ti­ci­pa­do acti­va­men­te en orga­ni­za­cio­nes femi­nis­tas de su país. Su fer­vor es evi­den­cia­do en esta pelí­cu­la que por la for­ma en que está expues­ta más se ase­me­ja a un docu­men­tal tes­ti­mo­nian­do la situa­ción de humil­des muje­res tra­ba­ja­do­ras y la for­ma en que son explo­ta­das por sus empleadores.

Riki­ta Nan­di­ni Shimu

La acción de Made in Ban­gla­desh se cen­tra en Shi­mu (Riki­ta Nan­di­ni Shi­mu), una mujer de 23 años que habien­do cre­ci­do en una aldea rural del país, a los 14 años dejó su hogar por­que su madras­tra la for­za­ba a casar­se con un hom­bre de media­na edad. Radi­ca­da en Dac­ca, la capi­tal, habi­ta en una pre­ca­ria vivien­da alqui­la­da en un sec­tor extre­ma­da­men­te pobre jun­to con su mari­do Sohail (Mos­ta­fa Monwar).

Estan­do su espo­so des­em­plea­do el úni­co ingre­so del hogar pro­vie­ne de su tra­ba­jo como cos­tu­re­ra en una manu­fac­tu­ra de ropas. Es allí que ella, al igual que todo el per­so­nal feme­nino labo­ral, se encuen­tra some­ti­da a jor­na­das de inten­so tra­ba­jo en con­di­cio­nes pau­pé­rri­mas de segu­ri­dad, per­ci­bien­do un míse­ro sala­rio sin remu­ne­ra­ción algu­na por las horas extras y tole­ran­do el rudo tra­to de sus superiores.

La nota dra­má­ti­ca acon­te­ce cuan­do en el local se pro­du­ce un incen­dio duran­te las horas de tra­ba­jo cau­san­do la muer­te de una obre­ra. Como con­se­cuen­cia del gra­ve acci­den­te, Shi­mu es entre­vis­ta­da por una perio­dis­ta quien la vin­cu­la con Nasi­ma Apa (Shaha­na Gos­wa­mi), una noble acti­vis­ta que alien­ta la nece­si­dad de cons­ti­tuir sin­di­ca­tos a fin de sal­va­guar­dar los dere­chos huma­nos de la cla­se tra­ba­ja­do­ra. Es así que habien­do adqui­ri­do ple­na con­cien­cia de la impor­tan­cia de agre­miar­se, esta mujer con­si­gue per­sua­dir a sus cole­gas para que se adhie­ran al pro­yec­to de crear un sin­di­ca­to que defien­da sus dere­chos e impi­da que en lo suce­si­vo sigan tra­ba­jan­do como si fue­sen esclavas.

Sin embar­go, el pro­pó­si­to de Shi­mu de crear una agru­pa­ción labo­ral encuen­tra serios obs­tácu­los pro­ve­nien­tes de su mari­do que la ins­ta a no embar­car­se en ese pro­yec­to, uni­do a las ame­na­zas de la empre­sa de des­pi­do para quie­nes par­ti­ci­pen en su eje­cu­ción, así como tam­bién a la corrup­ción de fun­cio­na­rios del gobierno para evi­tar que el sin­di­ca­to se concrete.

La direc­to­ra, res­pon­sa­ble del guión escri­to con Phi­lip­pe Barrie­re, logra un buen docu­men­to social expo­nien­do la com­pe­ti­ti­vi­dad logra­da por empre­sas ubi­ca­das en el ter­cer mun­do a cos­ta de los mise­ra­bles sala­rios paga­dos a sus emplea­dos; asi­mis­mo expo­ne el com­por­ta­mien­to patriar­cal de una socie­dad don­de la mujer debe some­ter­se a la volun­tad de su espo­so. De allí que resul­ta ins­pi­ra­do­ra la acti­tud deci­di­da y enér­gi­ca de la pro­ta­go­nis­ta de esta his­to­ria en la lucha que empren­de por una noble y jus­ta cau­sa demos­tran­do el empo­de­ra­mien­to femenino.

Con una exce­len­te inter­pre­ta­ción pro­ta­gó­ni­ca de Shi­mu, el film adquie­re nota­ble auten­ti­ci­dad tan­to en la des­crip­ción de los per­so­na­jes invo­lu­cra­dos como así tam­bién ilus­tran­do los ras­gos cul­tu­ra­les de uno de los paí­ses más des­fa­vo­re­ci­dos del mun­do cuya ter­ce­ra par­te de la pobla­ción vive por deba­jo del nivel de pobre­za. Jor­ge Gutman