Dentro de la sección Classic Films de Cineplex, se verá un remarcable film de terror. El realizador William Friedkin después de haber brindado su exitoso thriller The French Connection (1971) que fue laureado con el Oscar al mejor film, dos años después reafirmó su prestigio con The Exorcist. No obstante haber transcurrido medio siglo desde su estreno este drama no ha envejecido al seguir aún impactando y es merecidamente considerado como una de las obras maestras del terror del pasado siglo.
El realizador adaptó la novela de William Peter Blatty para escribir su guión que transcurre en Georgetown, New York. El relato se centra en la preocupación de Chris (Ellen Burstyn), una actriz de cine divorciada, cuya hija Regan (Linda Blair) de doce años de edad evidencia desórdenes psiquiátricos. Después de haber consultado a diversos médicos sin resultado alguno, Chris decide acudir al sacerdote Damien Karras (Jason Miller) que es también psiquiatra; el religioso somete el problema a la iglesia y es así que juntamente con el clérigo Merrin (Max Von Sydow) encuentran que la única forma de eliminar a la entidad maligna que posee a la niña, es practicándole un exorcismo.
Linda Blair
Friedkin logró un film que puede prestarse a diferentes interpretaciones, pero que a todas luces resulta muy efectivo al estar beneficiado por su puesta escénica, remarcables actuaciones de su elenco y en especial por haber logrado una atmósfera alucinante de convincente horror.
La reposición de The Exorcist será realizada en selectas salas deCineplex, a partir del 27 de octubre.
DOCTEURE. Texto: Robert Icke en una libre adaptación de Professor Bernhardi de Arthur Schnitzler – Traducción: Fanny Britt — Dirección: Marie-Ève Milot – Elenco: Alexandre Bergeron, Sofia Blondin, Alice Dorval, Nora Guerch, Ariel Ifergan, Tania Kontoyanni, Pascale Montpetit, Sharon James, Harry Standjofski, Elkahna Talbi y Yanic Truesdale. – Escenografía: Geneviève Lizotte – Vestuario: Cynthia St-Gelais – Iluminación: Étienne Boucher – Música: Antoine Archambault. Duración: 125 minutos, sin entreacto — Representaciones; hasta el 18 de noviembre de 2023 en el Théâtre Duceppe
Una obra decididamente polémica es la que se contempla en Docteure. Es importante precisar que la misma está inspirada en la pieza Professor Bernhardi que en 1912 concibió el remarcable autor austríaco judío Arthur Schnitzler; habiéndola ambientado en Austria durante los primeros años del siglo pasado su propósito fue el de reflejar los fundamentos religiosos del medio social de su país natal. Teniendo en cuenta lo que precede el director británico Robert Icke realizó en 2019 una libre adaptación modernizada de esa pieza donde su contenido bien puede ajustarse a lo que acontece en la sociedad contemporánea.
Pascale Montpetit. (Foto: Danny Taillon)
Mediante la acertada traducción al francés realizada por Fanny Britt, la pieza de Icke en lugar de transcurrir en Londres, ahora está ambientada en una ciudad francófona no especificada. El profesor Bernhardi, el personaje central de la obra de Schnitzer, es aquí reemplazado por la profesora Rachel Wolff.
Como directora de un prestigioso centro hospitalario en el que se desempeña, Wolff es una respetada científica y doctora que con gran devoción humana dedica su atención a los pacientes que allí se encuentran. La acción cobra impulso cuando un eclesiástico decide visitar a una adolescente de 14 años que habiendo sufrido un aborto malogrado fuera del hospital, se encuentra ahora en los umbrales de la muerte; es por ello que el clérigo desea suministrarle la extremaunción. Sin embargo, la doctora se lo impide porque en los legajos de la moribunda no indica que profesa la fe católica; eso de modo alguno satisface al capellán quien por la fuerza intenta lograr su cometido pero es bruscamente rechazado por Wolff; ese incidente es filmado por el frustrado cura con su teléfono celular.
Una escena. (Foto: Danny Taillon)
Lejos estaba la doctora de imaginar que ese video adquiriese vasta repercusión al ser viralizado a través de las redes sociales. El inaudito escándalo que eso origina motiva que Rachel sea puesta en tela de juicio por sus colegas al considerar que su conducta ha dañado considerablemente la imagen del hospital; su situación se agrava con la furiosa reacción del padre de la fallecida joven quien concurriendo al hospital intenta atacarla por no haber permitido al clérigo ofrecerle los sacramentos a su hija.
La primera pregunta que surge del relato es si acaso los principios de ética médica tan importantes para la doctora, pueden ser vulnerados o entremezclados con la fe religiosa. Más aún resulta absurdo la aparición de una petición en línea indicando que pacientes cristianos sean atendidos por facultativos cristianos.
La obra adquiere su máxima tensión cuando ella, que dicho sea de paso es judía, acepta participar en un programa televisivo conducido por una reportera con la presencia de cinco panelistas a fin de interrogarla; entre los mismos se encuentran una académica investigadora postcolonial, un estudioso de la cultura judía, un abogado que reniega la práctica del aborto, una activista alerta ante la injusticia de la sociedad con especial referencia al racismo y una mujer versada en materia de prejuicios no justificados. La actitud del grupo demuestra animosidad hacia Wolff quien obviamente resulta vencida en ese malicioso debate y a la postre es forzada a renunciar a su puesto.
La pieza enfoca varios aspectos que no solamente aluden a la religión, sino asimismo se refieren a los falsos prejuicios, al racismo, de manera soslayada al antisemitismo y obviamente al modo en que las redes sociales pueden llegar a desintegrar a una persona honesta y humanitaria, debido al extremo fanatismo suscitado.
En última instancia, lo que la obra plantea a la audiencia es si acaso existe un solo o varios elementos que definen la identidad de su persona: ¿Es su pertenencia genérica, sus principios éticos y morales, su fe religiosa, su actitud prejuiciosa, su adherencia a los valores imperantes del marco social en que está viviendo? Evidentemente no hay una respuesta concreta a tales interrogantes.
La disciplinada puesta escénica de Marie-Ève Milot, el excepcional desempeño de Pascale Montpetit caracterizando a la devota doctora y los 10 magníficos comediantes que la acompañan, enriquecen considerablemente los valores intrínsecos de este thriller moral. Sin duda alguna, Docteure es una obra decididamente intelectual que requiere especial concentración para ser apreciada en toda su dimensión y que se presta al debate una vez finalizada su representación.
BEAUTIFUL: THECAROLEKINGMUSICAL. Texto: Douglas McGrath – Música y Letra: Gerry Goffin, Carole King, Barry Mann y Cynthia Weil . – Dirección: Kelly Thornton – Dirección Musical: Floydd Ricketts Coreografía: Jaz Sealey – Elenco: Tess Benger, Darren Martens, Laura Olafson, Mike Melino, Cory Wojcik, Ellen David, Rhea Rodych Rasidescu, Ruth Acheampong, Alana Randall, Lisa Bell, Louise Camilleri, Andre Anthony, Davis Okey-Azunnah, Dakota Jamal Wellman, Jeremy Carver-James, Chase Winnicky, Matthew Fletcher, Jonathan Patterson y Quinn Dooley — Escenografía: Gillian Gallow — Vestuario: Louise Bourret – Iluminación: Hugh Conacher – Diseño de Sonido: Sylvin Sévigny. Asistente de Dirección: Justin Stadnyk. Duración: 2 h 30 incluyendo un entreacto– Representaciones: Hasta el 12 de Noviembre de 2023 en el Segal Center.
La temporada 2023 – 2024 del Segal Centre quedó inaugurada con Beatiful: The Carol King Musical, una muy buena producción centrada en la carrera profesional de la prestigiosa compositora, pianista, letrista y cantante Carol King.
Tess Benge (Foto: Emelia Hellman)
El texto de Douglas McGrath presenta en la primera escena a Carole (Tess Benger) en el escenario de Carnegie Hall tocando el piano y cantando So Far Away. Es así que a partir de allí, ella pasa revista de su vida. Habiendo nacido en Brooklyn en 1942, a los 16 años de edad la perseverante joven convence a su madre (Ellen David) de que le permita seguir su vocación musical. De inmediato ella se dirige a Manhattan donde encuentra al productor musical Donny Kirshner (Cory Wojcik) en el célebre edificio Brill (Brill Building) a quien logra convencer de su talento como escritora de letras de canciones. Es en ese sitio donde conoce e inicia un vínculo romántico con Gerry Goffin (Darren Martens) que al igual que ella es compositor y letrista de canciones. Prontamente al quedar embarazada, Carole contraerá enlace, así como en la esfera profesional juntos van creando muchas de las melodías populares que hicieron furor en esa época.
Darren Martens y Tess Benger (Foto: Emelia Hellman
A partir de allí, el matrimonio se unirá con Cynthia Weil (Laura Olafson) y Barry Mann (Mike Melino) quienes al igual que Carole y Gerry se dedican a escribir las letras de canciones; en todo caso la rivalidad existente al principio cederá paso a una genuina amistad entre las dos parejas. Casi al promediar el primer acto se verá cómo el matrimonio de Carole se disuelve por la infidelidad de su marido. En consecuencia, durante el segundo acto ella actúa por sí sola llegando a convertirse en una superestrella en la composición, letrista de sus canciones y además como pianista frene a un público que la aplaude a rabiar.
Más allá del argumento, la música es el elemento vital que valoriza al espectáculo. En tal sentido, Benger además de demostrar su dinamismo y simpatía como actriz maravilla con su voz sensible y vibrante interpretando entre otros temas, One Fine Day, It might as Well Rain Until September, Will You Love Me Tomorrow; Igualmente cabe resaltar la sólida voz de Martens cantando con Benger Some Kind of Wonderful y Take Good Care of My Baby Asimismo Olafson y Melino se destacan actuando como los mejores amigos de Carol y Gerry a la vez que atraen cantando He’s Sure the Boy I Love y Walking in the Rain.
El elenco (Foto: Emelia Hellman)
La lograda escenografía de Gillian Gallow a través de paneles deslizantes permite que se aprecien las diferentes escenas en donde transcurre la acción. Igualmente se distingue la coreografía de Jaz Sealey y el conjunto musical de ocho instrumentistas liderados por Floydd Ricketts.
Además de la lograda interpretación del vasto elenco de 19 artistas, cabe ponderar la magnífica puesta en escena de la directora Kelly Thornton permitiendo que el desarrollo de la pieza adquiera un ritmo fluido y dinámico.
Globalmente considerado el público tiene la oportunidad de asistir a un fascinante viaje musical reseñando la trayectoria de una memorable artista que supo conquistar a una gran audiencia a través de sus lúcidas composiciones musicales.
KILLERSOFTHEFLOWERMOON. Estados Unidos, 2023. Un film de Martín Scorsese. 206 minutos.
Quienquiera descubrir un film monumental, épico, político y a la vez extraordinario, lo hallará en Killers of the Flower Moon. En esta ocasión el legendario realizador Martin Scorsese se supera a sí mismo abordando con admirable vitalidad un desgraciado evento que tuvo lugar en la tribu indígena Osage en el estado de Oklahoma.
El célebre cineasta conjuntamente con el guionista Eric Roth adaptaron el libro de no ficción Killers of the Flower Moon: The Osage Murders and the Birth of the FBI de David Grann publicado en 2017. En todo caso, el guión deja en la parte final del relato la intervención del FBI para en cambio enfatizar la descripción de los personajes perpetradores de la tragedia sufrida por el pueblo Osage.
Robert De Niro y Leonardo DiCaprio
La acción se ubica tal como aconteció durante la década de 1920, en Fairfax, al noroeste del estado de Oklahoma. En ese lugar los autóctonos habitantes descubren que en su reserva se encuentran pozos petrolíferos; consecuentemente, tras haber sido humillados y marginados por los blancos, la aparición del oro negro les permite llevar un nivel de vida considerablemente más elevado. Entre la población blanca se halla Bill Hale (Robert De Niro), un poderoso magnate que se hace llamar “rey” y que aunque no tiene corona es dueño de grandes campos explotando la ganadería; su comportamiento deja traslucir la buena cordialidad que mantiene con los nativos de la zona.
El relato cobra impulso con la llegada al lugar de Ernest Burkhart (Leonardo DiCaprio) un veterano de la Primera Guerra que es el sobrino y protegido de Bill y que está procurando un empleo; el tío le ofrece trabajo pero sujeto a ciertas condiciones. La intención de Bill, es asociarlo a sus negocios y en última instancia que colabore en su propósito de apropiación de las tierras indígenas. En principio Bill concibe un siniestro plan que consiste en que Ernest seduzca y logre casarse con la joven aborigen Mollie (Lily Gladstone) para llegar a heredar la fortuna de su familia y finalmente compartir el botín obtenido.
Con gran meticulosidad Scorsese describe a los personajes del entorno en que transcurre la acción. Por una parte, el relato expone el vínculo existente entre el tío y su sobrino; así el cinismo de Bill logra fácilmente engatusar a Ernest, quien no siendo brillante es objeto de un lavado de cerebro de tal magnitud que ciegamente se somete a sus órdenes. Paralelamente, habiendo contraído enlace con Molly se aprecia la situación compleja en la que Ernest se encuentra dado que está realmente enamorado de ella y además ambos llegan a tener dos hijas; sin que existan diálogos al respecto se observa el incondicional amor de Mollie hacia su marido que la hace confiar totalmente en él, a pesar de que se produce la muerte de sus familiares.
La situación alcanza convincente tensión a medida que van sucediendo extrañas desapariciones y exterminación de nativos, en tanto que los sobrevivientes son despojados de sus tierras; eso motiva a que una delegación indígena logre una entrevista con el presidente Calvin Coolidge para informarle lo que está aconteciendo; en consecuencia el mandatario delega la investigación al recientemente creado FBI; el organismo designa al funcionario Tom White (Jesse Piemmons) para que se ocupe de investigar, ubicar y capturar a los autores de los crímenes cometidos.
Es realmente admirable la manera profunda en que Scorsese va elaborando esta historia que adopta un estilo clásico hasta finalizar con un sobresaliente desenlace.
Además de la excelente realización de Scorsese, la indiscutible riqueza del film reside en la actuación de sus tres protagonistas. Siendo la décima vez en que De Niro colabora con el realizador, no hay duda que existe entre ambos una extraordinaria compenetración; así el actor destella dando vida a un mafioso criminal que actuando al margen de la ley es capaz de engatusar y manipular con su desfachatez y frescura dando la apariencia de un hombre afable a fin de no despertar sospechas de sus viles acciones. DiCaprio quien a su vez participa por sexta vez en un film de Scorsese, ofrece el trabajo más importante de su carrera; así refleja la ambición y el contundente patetismo de su personaje quien influido por su tío llega incluso a traicionar a su amada esposa al punto de casi envenenarla con la dosificación adulterada de insulina para la diabetes que ella padece. No menos importante es la remarcable interpretación de Gladstone como la indefensa mujer que por amor a su marido prefiere no admitir o cerrar sus ojos sobre su comportamiento; claramente Scorsese logra que Molly represente la voz de la conciencia moral dentro de un entorno putrefacto.
Frente a la magistral filmografía del venerable realizador, resulta difícil de afirmar con certeza si acaso esta película es la mejor de su carrera; lo que en cambio no cabe duda alguna es que la historia que él relata desnudando el racismo, la banalidad del mal, la impunidad, la codicia, así como el sentimiento de culpa y redención de los asesinos adquiera trascendental resonancia. Jorge Gutman
STRANGEWAYOFLIFE. España, 2023. Un cortometraje escrito y dirigido por Pedro Almodóvar. 31 minutos
Habiendo incursionado por primera vez en el cortometraje con The Human Voice (2020) rodado en inglés, Pedro Almodóvar retorna con Strange Way of Life, un nuevo trabajo de corta duración y asimismo hablado en inglés abordando una historia de vaqueros.
Ethan Hawke y Pedro Pascal
Considerando que en este western sus dos protagonistas son homosexuales, ese factor lo hace distinguir de los tradicionales filmes de este género, aunque el director Ang Lee ya lo había abordado en el excelente film Brokeback Mountain (2005). Lo que Almodóvar explicita es el homoerotismo existente que brotaba de los machos del Lejano Oeste americano brillantemente filmados por John Ford, Sam Peckinpah, Nicholas Ray y Arthur Penn, entre otros grandes realizadores del género.
Después de un primer plano en el que un guitarrista (Manu Ríos) con su guitarra entona un melancólico fado, se observa a Silva (Pedro Pascal) un afable vaquero que montado a caballo atraviesa el desierto llegando a la pequeña localidad americana de Bitter Creek para su reencuentro con Jake (Ethan Hawke) que es el alcalde del lugar. A través de un flashback se sabe que 25 atrás, los entonces muchachos (José Condessa y Jason Fernández) vivieron un apasionado romance que aunque duró escasos dos meses eso perduró permanentemente en la memoria de Silva aunque Jake prefiere olvidar.
Si bien el amable recién llegado alude que el motivo de su arribo es para un tratamiento a su dolor de espalda, Jake cree que la razón de su viaje es bien diferente; con todo, eso no impide que el reencuentro renueve la pasión de antaño en el transcurso de la noche. Todo cambia para ambos cuando queda claro que Joe (George Steane), el hijo de Silva, es sospechado del reciente asesinato de la cuñada de Jake.
Almodóvar apela a los clásicos ingredientes del western donde no faltan las peleas, puñetazos y tiros cuando el enfrentamiento se produce entre los dos amantes. El relato está dotado de sensualidad y de una cierta ternura que emana en la relación de Silva y Jake en el que el realizador plantea la naturaleza del amor y hasta dónde el deseo sexual por sí mismo puede llegar a conformar un entrañable sentimiento de cariño.
Dada la breve duración de metraje, el film no logra la profundidad que su tema requiere siendo los factores técnicos de producción lo que más se destaca. Con la colaboración del notable fotógrafo José Luis Alcaine queda expuesto el panorama desértico con completa autenticidad que fue filmado en el desierto de Tabernas en Almería (Andalucía); asimismo la música del laureado compositor Alberto Iglesias es funcional a la tensión que se genera en el transcurso del relato, como también resulta vistoso el estilístico vestuario de Anthony Vaccarello.
Sin llegar a la maravilla de su anterior cortometraje, aquí resulta apreciable contemplar la reivindicación del western a través del enfoque transgresivo del celebrado realizador manchego. Jorge Gutman