Una Céle­bre Ópe­ra de Tchaikovsky

EUGÈ­NE ONÉ­GUI­NE 

L’ Ópe­ra de Mon­treal (ODM) ini­cia su cua­dra­gé­si­ma tem­po­ra­da con la pre­sen­ta­ción de una de las crea­cio­nes líri­cas más impor­tan­tes del reper­to­rio ruso como lo es Eugè­ne Oné­gui­ne del gran com­po­si­tor Piotr Ilitch Tchaikovsky.

La obra está basa­da en la clá­si­ca nove­la homó­ni­ma del poe­ta ruso Ale­xan­dre Push­kin de 1831 y adap­ta­da por Kons­tan­tin Shi­lovs­ki y Modest Tchai­kovsky, her­mano del com­po­si­tor. La ópe­ra se estre­nó en una fun­ción para el Con­ser­va­to­rio de Mos­cú en Mar­zo de 1879 en el Tea­tro Maly de esta ciu­dad y dos años des­pués, en Enero de 1881 fue can­ta­da en el Tea­tro Bolshoi de la capi­tal rusa. La pri­me­ra repre­sen­ta­ción inter­na­cio­nal tuvo lugar en Diciem­bre de 1888 en Pra­ga con la direc­ción de Tchai­kovsky; en Nor­te­amé­ri­ca es en Mar­zo de 1920 que se la lle­ga a cono­cer en opor­tu­ni­dad de su estreno por par­te del Metro­po­li­tan Ope­ra de Nue­va York.

Esta ópe­ra, román­ti­ca por exce­len­cia, se desa­rro­lla en una pro­pie­dad de cam­pa­ña pró­xi­ma a San Peters­bur­go hacia fines del siglo 18 pre­sen­tan­do a dos her­ma­nas, Olga y Tatia­na que son hijas de Mada­me Lari­na; mien­tras que la pri­me­ra es son­rien­te y está ena­mo­ra­da del poe­ta Lensky, Tatia­na es de natu­ra­le­za soña­do­ra y melan­có­li­ca. Cuan­do Lensky pre­sen­ta al aris­tó­cra­ta Eugè­ne Oné­gui­ne, Tatia­na se sien­te fuer­te­men­te atraí­da por él, pero el apues­to visi­tan­te la recha­za. El dra­ma se ori­gi­na cuan­do Oné­gui­ne cor­te­ja a Olga en un bai­le pro­du­cien­do una terri­ble cri­sis de celos en su ami­go: como con­se­cuen­cia Lensky lo reta a due­lo que le oca­sio­na­rá su muer­te. Cuan­do años des­pués Eugè­ne retor­na y quie­re acce­der al amor de la mujer que había des­con­si­de­ra­do, des­cu­bre que ya es muy tar­de pues­to que Tatia­na ya está casa­da con el Prin­ci­pe Gré­mi­ne a quien le es fiel como espo­sa. Entre rabia y dolor, Oné­gi­ne que­da solo y mal­di­ce al cielo.

Nico­le Car y Étien­ne Dupuis (Foto: ODM)

Para mon­tar esta his­to­ria de amor la ODM ha con­vo­ca­do a impor­tan­tes estre­llas del arte líri­co. El matri­mo­nio de la vida real con­for­ma­do por el exce­le­ne barí­tono Étien­ne Dupuis y la refi­na­da soprano Nico­le Car ten­drán a su car­go los roles pro­ta­gó­ni­cos de Eugè­ne y Tatiana.

Owen McCaus­land (Foto: ODM)

El papel de Olga será can­ta­do por la mez­zo soprano Carolyn Sprou­le quien ha sido elo­gia­da por su rica sono­ri­dad y remar­ca­ble pre­sen­cia, la mez­zo soprano Chris­tian­ne Bélan­ger será Lari­na, el tenor Owen McCaus­land ani­ma­rá a Lens­ki, el bajo ruso Denis Sedov inter­pre­ta­rá a Gré­mi­ne y Simon Chaus­sé al valet Guillot.

Carolyn Sprou­le (Foto: ODM)

El repar­to se com­ple­ta con tres can­tan­tes del Ate­lier lyri­que de L’O­pé­ra de Mon­tréal, Spen­cer Brit­ten, Bren­den Frie­sen y Jean-Phi­lip­pe McClish.

El maes­tro fran­cés Gui­llau­me Tour­niai­re, en su debut para la ODM, diri­gi­rá la Orches­tre Métro­po­li­tain y el Coro de la ODM (pre­pa­ra­do por Clau­de Webs­ter).

Gui­llau­me Tour­niai­re (Foto: ODM)

Esta ópe­ra está estruc­tu­ra­da en 3 actos y será can­ta­da en el idio­ma ori­gi­nal ruso con sub­tí­tu­los en fran­cés e inglés los días 14, 17 y 19 de Sep­tiem­bre a las 19h30 y el 22 de Sep­tiem­bre a las 14 horas en la sala Wil­frid-Pelle­tier de la Pla­ce des Arts

En esta pri­me­ra pro­duc­ción de la tem­po­ra­da la ODM ren­di­rá home­na­je al gran can­tan­te Joseph Rou­leau, bajo de Que­bec de gran repu­tación inter­na­cio­nal, falle­ci­do en julio de este año.

Acti­vi­da­des Gratuitas

Como lo vino rea­li­zan­do en las últi­mas tem­po­ra­das, la ODM ofre­ce­rá Par­lons ope­ra, una serie de ini­cio a las ópe­ras de la tem­po­ra­da con la pre­sen­cia del musi­có­lo­go Pie­rre Vachon, un pia­nis­ta y cantantes.

Es una bue­na opor­tu­ni­dad para sumer­gir­se en cada ópe­ra duran­te 90 minu­tos a tra­vés de su his­to­ria, músi­ca, voces, con­tex­to cul­tu­ral, com­po­si­tor y esti­lo. Estas con­fe­ren­cias se rea­li­za­rán en las fechas siguien­tes: de mane­ra bilin­güe, el 6 de Sep­tiem­bre (17h) en Mai­son des arts de Laval; en fran­cés; el 8 de Sep­tiem­bre (14h) en la Gran­de Bibliothè­que; tam­bién en fran­cés el 12 de Sep­tiem­bre (19h) en el Cégep de Saint-Lau­rent; en inglés el 15 de sep­tiem­bre (14h) y final­men­te en fran­cés el 16 de sep­tiem­bre (19h30) en la Mai­son de la cul­tu­re Frontenac.

Para infor­ma­ción adi­cio­nal pre­sio­ne aquí 

El Retorno de un Pasado

AFTER THE WED­DING. Esta­dos Uni­dos, 2019. Un film de Bart Freundlich

After the Wed­ding es una nue­va ver­sión del film danés rea­li­za­do por Susan­ne Bier en 2006 y que por su cali­dad fue nomi­na­do al Oscar a la mejor pelí­cu­la extran­je­ra. Para el actual rela­to, el direc­tor Bart Freund­lich se basó en el guión ori­gi­nal de Bier y Anders Tho­mas Jen­sen, con la pecu­lia­ri­dad de haber inver­ti­do los roles y los sexos de sus protagonistas.

Miche­lle Williams y Julian­ne Moore

Miche­lle Williams per­so­ni­fi­ca a Isa­bel, una mujer idea­lis­ta que hace tiem­po dejó los Esta­dos Uni­dos para cum­plir una noble misión en los subur­bios de Cal­cu­ta; ahí, tie­ne a su car­go un orfe­li­na­to para niños des­am­pa­ra­dos don­de se les brin­da pro­tec­ción, alo­ja­mien­to y comi­da, entre los que guar­da una espe­cial cone­xión con Jai (Vir Pachi­sia) de 7 años de edad a quien reco­gió de la calle. Como esa ins­ti­tu­ción se halla en una ende­ble con­di­ción finan­cie­ra, Isa­bel via­ja a Esta­dos Uni­dos fren­te a la posi­bi­li­dad de obte­ner una impor­tan­te dona­ción de The­re­sa (Julian­ne Moo­re), una mujer millo­na­ria que mane­ja con gran efi­cien­cia una impor­tan­te empre­sa en Nue­va York.

Al lle­gar es alo­ja­da en un lujo­so hotel neo­yor­kino y pos­te­rior­men­te con­du­ci­da a las ofi­ci­nas de The­re­sa; en ese encuen­tro la diná­mi­ca empre­sa­ria le hace saber que le toma­rá algu­nos días en con­si­de­rar la soli­ci­tud de la dona­ción debi­do a que se encuen­tra muy ata­rea­da en vís­pe­ras del casa­mien­to de su hija Gra­ce (Abby Quinn); ade­más tie­ne la gen­ti­le­za de invi­tar­la a la boda. Al asis­tir a la cere­mo­nia Isa­bel des­cu­bre a Oscar (Billy Cru­dup) quien es el padre de la novia y mari­do escul­tor de The­re­sa; a par­tir de ese momen­to Isa­bel se ve obli­ga­da a con­fron­tar un pasa­do que creía haber sepul­ta­do definitivamente.

Para quie­nes no han vis­to el film ori­gi­nal sería impru­den­te agre­gar más deta­lles, sal­vo anti­ci­par que pre­ci­sa­men­te “des­pués de la boda” ‑como lo anun­cia su títu­lo- se pro­du­ce el con­flic­to dra­má­ti­co que invo­lu­cra­rá a casi todos los per­so­na­jes de esta his­to­ria for­zán­do­los a tener que replan­tear sus vidas.

Al adap­tar el guión ori­gi­nal Freund­lich intro­du­jo un cam­bio impor­tan­te que per­mi­te al film lograr una mayor emo­ción; tenien­do en cuen­ta que el aspec­to bio­ló­gi­co jue­ga un rol impor­tan­te en esta his­to­ria, el direc­tor ha logra­do crear un cli­ma de ten­sión que con­ta­gia fácil­men­te al espec­ta­dor. Uno de los méri­tos de esta ver­sión es la impre­sio­nan­te fuer­za que Moo­re y Williams impri­men a sus res­pec­ti­vos per­so­na­jes de mane­ra que no resul­ta exa­ge­ra­do afir­mar que ambas actri­ces brin­dan una cla­se maes­tra de actua­ción. Asi­mis­mo Quinn impre­sio­na mag­ní­fi­ca­men­te como la ino­cen­te joven que sin haber­lo ima­gi­na­do se encuen­tra afron­tan­do una difí­cil situa­ción por los capri­chos del destino.

Aun­que la casua­li­dad jue­ga un rol impor­tan­te como dis­pa­ra­dor de la tra­ma, lo que se apre­cia resul­ta con­vin­cen­te­men­te rea­lis­ta en este con­mo­ve­dor melodrama.
Jor­ge Gutman

Un Robo Histórico

MUSEO. Méxi­co-Esta­dos Uni­dos-Cana­dá. Un film de Alon­so Ruizpalacios

Con el ante­ce­den­te de haber obte­ni­do el pre­mio a la mejor ópe­ra pri­ma en Ber­lín por Güe­ros (2014), el direc­tor Alon­so Ruis­pa­la­cios retor­na con Museo con­si­de­ran­do un robo his­tó­ri­co que acon­te­ció en Méxi­co en 1985.

Gabriel Gar­cía Ber­nal y Leo­nar­do Ortizgris

La acción se desa­rro­lla en el año men­cio­na­do en Ciu­dad Sate­li­tal, ubi­ca­da a pocos kiló­me­tros de la capi­tal mexi­ca­na. Allí viven Juan (Gael Gar­cía Ber­nal) y Ben­ja­mín (Leo­nar­do Ortiz­gris), dos ami­gos estu­dian­tes uni­ver­si­ta­rios de medi­ci­na vete­ri­na­ria aun­que aún no gra­dua­dos y sin una cla­ra direc­ción o idea fija sobre el futu­ro. Lo que sí que­da cla­ro es que Juan tie­ne una obse­sión por las reli­quias mayas que se encuen­tran bien pro­te­gi­das en el Museo Nacio­nal de Antro­po­lo­gía de Méxi­co; obser­van­do esas pre­cia­das pie­zas él deci­de per­pe­trar con la ayu­da de su ami­go un gol­pe maes­tro con el pro­pó­si­to de sus­traer algu­nas de las mis­mas del impor­tan­te cen­tro cultural.

La opor­tu­ni­dad se pre­sen­ta en las horas noc­tur­nas que median entre la Noche­bue­na y Navi­dad. Para ello Juan aban­do­na la cena fami­liar toman­do pres­ta­do el coche de su padre (Alfre­do Cas­tro) y se reúne con Ben­ja­mín para eje­cu­tar la audaz maniobra.

Así, con un plan pre­ci­so, una eje­cu­ción impe­ca­ble y un per­fec­to esca­pe, estos dos jóve­nes logran su pro­pó­si­to apro­pián­do­se de un cen­te­nar de inva­lua­bles joyas del arte azte­ca. La muy bue­na direc­ción de Ruiz­pa­la­cios y el guión que le per­te­ne­ce escri­to con Manuel Alca­lá gene­ran un cli­ma de exce­len­te suspenso.

Con el valio­so botín en su poder y sabien­do que todo el país se mues­tra indig­na­do al ente­rar­se del espec­ta­cu­lar robo, don­de las auto­ri­da­des ofre­cen una valio­sa recom­pen­sa a quie­nes sumi­nis­tren la pis­ta de los ladro­nes, ambos jóve­nes son cons­cien­tes de que deben des­pren­der­se cuan­to antes de las obras sus­traí­das. Valién­do­se de un con­tac­to sumi­nis­tra­do por un guía turís­ti­co (Ber­nar­do Velas­co) que se desem­pe­ña en un sitio arqueo­ló­gi­co de Chia­pas, Juan y Ben­ja­mín se des­pla­zan a Aca­pul­co don­de logran con­tac­tar a un colec­cio­nis­ta bri­tá­ni­co (Simon Rus­sell Bea­le); asu­mien­do fal­sas iden­ti­da­des tra­tan de ven­der­le las pie­zas mayas pero fra­ca­san en el inten­to. El últi­mo seg­men­to del rela­to dis­mi­nu­ye en efi­ca­cia pero eso no alcan­za a des­me­re­cer­lo, sobre todo por­que con­du­ce a un des­en­la­ce sor­pren­den­te­men­te satisfactorio.

Aun­que a nivel inter­pre­ta­ti­vo las actua­cio­nes tan­to del popu­lar Gar­cía Ber­nal como la de Ortiz­gris son inob­je­ta­bles, resul­tan enig­má­ti­cas las per­so­na­li­da­des deci­di­da­men­te dife­ren­tes de los per­so­na­jes que com­po­nen. En pri­mer lugar no es muy com­pren­si­ble la extre­ma­da doci­li­dad de Ben­ja­mín al dejar­se mani­pu­lar por su ami­go a quien lo sigue como un perro fal­de­ro tole­ran­do su acti­tud auto­ri­ta­ria. Tam­po­co es cla­ra la acti­tud de Juan; per­te­ne­cien­do a una fami­lia de muy bue­na posi­ción eco­nó­mi­ca don­de no le fal­ta el dine­ro que pue­da nece­si­tar, es extra­ño que se haya embar­ca­do en una ope­ra­ción tan peli­gro­sa en la medi­da que dada la natu­ra­le­za del mate­rial roba­do se requie­re ser extre­ma­da­men­te inge­nuo para supo­ner que pue­da ser obje­to de tran­sac­ción mone­ta­ria. La úni­ca res­pues­ta a esas dudas es que la natu­ra­le­za huma­na es lo sufi­cien­te­men­te com­ple­ja don­de no siem­pre exis­te una expli­ca­ción o moti­va­ción racio­nal de su comportamiento.

En líneas gene­ra­les, ade­más de la remar­ca­ble pues­ta escé­ni­ca y logra­das inter­pre­ta­cio­nes, deben igual­men­te des­ta­car­se sus bue­nos efec­tos visua­les y apre­cia­do mon­ta­je, con­fi­gu­ran­do de este modo una logra­da come­dia de sus­pen­so no exen­ta de humor negro. Como nota adi­cio­nal cabe seña­lar que esta pelí­cu­la fue dis­tin­gui­da con el pre­mio al mejor guión en el Fes­ti­val de Ber­lín de 2018. Jor­ge Gutman

Admi­ran­do a Springsteen

BLIN­DED BY THE LIGHT. Gran Bre­ta­ña, 2019. Un film de Gurin­der Chadha.

Repi­tien­do el éxi­to que logra­ra con Bend it Like Beckham (2002) la rea­li­za­do­ra Gurin­der Chadha brin­da con Blin­ded by the Light un sen­si­ble film leja­na­men­te basa­do en el libro auto­bio­grá­fi­co de Sar­fraz Man­zoor; en el mis­mo, su autor hace refe­ren­cia a sus años de juven­tud y su fas­ci­na­ción por la músi­ca de Bru­ce Springs­teen, el can­tan­te, letris­ta y com­po­si­tor ame­ri­cano que es con­si­de­ra­do como uno de los más exi­to­sos repre­sen­tan­tes del géne­ro rock.

Viveik Kal­ra

El guión de Chadha, Paul Maye­da Ber­ges y Man­zoor ubi­ca la acción en 1987, en Luton ‑una peque­ña ciu­dad ubi­ca­da en el sudes­te de Ingla­te­rra don­de resi­den Javed (Viveik Kal­ra), un agra­da­ble mucha­cho de 16 años, sus padres Malik (Kul­vin­der Ghir) y Noor (Mee­ra Gana­tra) y su her­ma­na Sha­zia (Niki­ta Meh­ta). Javed, quien es pro­cli­ve a la poe­sía, se sien­te cons­tre­ñi­do por su pro­ge­ni­tor que desea que él se ciña estric­ta­men­te a los patro­nes y valo­res tra­di­cio­na­les de Pakis­tán y evi­te impreg­nar­se de la cul­tu­ra bri­tá­ni­ca; asi­mis­mo no ve con bue­nos ojos sus afi­cio­nes lite­ra­rias. A todo ello, al igual que su fami­lia, este joven no pue­de elu­dir la dis­cri­mi­na­ción racial exis­ten­te hacia los paquis­ta­níes, sobre todo por el aco­so de algu­nos mucha­chos del barrio en que habita.

El mun­do cam­bia para el frus­tra­do Javed cuan­do Roops (Aaron Pha­gu­ra), su com­pa­ñe­ro de estu­dios y gran ami­go, le pres­ta cas­set­tes con la músi­ca de Springs­teen; como si se tra­ta­se de una divi­na reve­la­ción, al escu­char las can­cio­nes con sus letras ‑que hacen alu­sión en muchas de ellas a la cla­se obre­ra brin­dán­do­les fe, espe­ran­za y opti­mis­mo-. encuen­tra la ins­pi­ra­ción nece­sa­ria para seguir escri­bien­do poe­sías; ese aspec­to se inten­si­fi­ca gra­cias al estí­mu­lo y apo­yo que le brin­da su pro­fe­so­ra de inglés (Hay­ley Atwell), como así tam­bién por el alien­to y apo­yo reci­bi­do de su novie­ci­ta Eli­za (Nell Williams).

La pelí­cu­la no deja de lado algu­nos aspec­tos dra­má­ti­cos don­de ade­más del racis­mo men­cio­na­do, tam­bién con­si­de­ra la polí­ti­ca de aus­te­ri­dad eco­nó­mi­ca de la admi­nis­tra­ción That­cher que ori­gi­nó des­pi­dos de per­so­nal obre­ro en don­de Malik es uno de los afec­ta­dos; es así que su mujer a tra­vés de la cos­tu­ra sub­vie­ne con dig­ni­dad las nece­si­da­des finan­cie­ras del hogar. Pero en todo caso, lo que aquí pre­do­mi­na es la fuen­te de ener­gía que emer­ge de Javed siguien­do el com­pás de las can­cio­nes de Springs­teen como Hungry Heart, Dan­cing in the Dark, Born to Run, Thun­der Road, entre otros temas. Todo ello se com­bi­na con algu­nas situa­cio­nes de fan­ta­sía, como la gra­ta esce­na calle­je­ra de bai­le don­de par­ti­ci­pan Javed, Eli­za y Roops.

Lo que más tras­cien­de de esta his­to­ria es el imba­ti­ble poder de la músi­ca que en este caso con­tri­bu­ye a nutrir de exul­ta­ción y ale­gría a su pro­ta­go­nis­ta, alber­gan­do la espe­ran­za de que algún día pue­da lle­gar a ser un gran poeta.

Con un des­en­la­ce muy emo­ti­vo, la pelí­cu­la es suma­men­te cáli­da, está ágil­men­te diri­gi­da y muy bien actua­da por un efi­caz elen­co; sobre todo se dis­tin­gue la natu­ral inter­pre­ta­ción e inigua­la­ble sim­pa­tía de Kal­ra carac­te­ri­zan­do al álter ego de Manzoor.

En con­clu­sión: no es con­di­ción nece­sa­ria gus­tar de la musi­ca rock para dis­fru­tar de este encan­ta­dor film y apre­ciar al mis­mo tiem­po las can­cio­nes de Springs­teen. Jor­ge Gutman

Hola, Amor, Adiós

HELLO, LOVE, GOODB­YE. Fili­pi­nas, 2019. Un film de Cathy Garcia-Molina.

Algu­nos aspec­tos de con­si­de­ra­ción social den­tro de un rela­to román­ti­co es lo que se apre­cia en Hello, Love, Goodb­ye de la rea­li­za­do­ra Cathy Garcia-Molina.

Car­mi Ray­mun­do con­si­de­ra en su guión la situa­ción de ciu­da­da­nos fili­pi­nos que lle­gan a la ciu­dad de Hong-Kong con per­mi­sos de tra­ba­jo espe­cial­men­te asig­na­dos a fin de reu­nir el dine­ro nece­sa­rio para sub­sis­tir y ade­más poder aho­rrar par­te del mis­mo para ser envia­do a sus humil­des fami­lias que viven en Fili­pi­nas. Ése es el caso de Joy (Kathryn Ber­nar­do) quien a pesar de ser una enfer­me­ra diplo­ma­da en su país de ori­gen, al no tener la resi­den­cia en la anti­gua colo­nia bri­tá­ni­ca no pue­de ejer­cer su pro­fe­sión sino que debe resig­nar­se a tra­ba­jar como emplea­da domés­ti­ca para una mujer chi­na, cui­dar de su hija afec­ta­da cere­bral­men­te y de su ancia­na madre rezongona.

Kathryn Ber­nar­do y Alden Richards

A fin de incre­men­tar sus ingre­sos para reu­nir el mon­to nece­sa­rio que le per­mi­ta via­jar y cum­plir sus sue­ños de vivir en Cana­dá, en sus horas libres tra­ba­ja ile­gal­men­te como cama­re­ra de un bar; es allí don­de cono­ce a Ethan (Alden Richards), un jovial bar­man fili­pino, pró­xi­mo a lograr su resi­den­cia; si bien él se ena­mo­ra rápi­da­men­te de Joy, ella demo­ra en retri­buir sus sentimientos.

A pesar del sin­ce­ro víncu­lo román­ti­co sur­gi­do entre ambos que se va inten­si­fi­can­do a medi­da que trans­cu­rre el tiem­po, el obs­tácu­lo resi­de en que esta joven aspi­ra fer­vien­te­men­te con­cre­tar su via­je a Cana­dá para poder ejer­cer su pro­fe­sión y optar por una vida más dig­na de la que Hong Kong pue­de brin­dar­le. Es así que cuan­do reci­be la ansia­da visa cana­dien­se, que­da por saber la acti­tud que Joy habrá de adoptar.

Más allá de la tri­lla­da fra­se de que “el amor todo lo pue­de” la deli­ca­da narra­ción de la rea­li­za­do­ra plan­tea el dile­ma de si Ethan, aman­do apa­sio­na­da­men­te a Joy pue­de o no acep­tar que su ena­mo­ra­da sacri­fi­que sus legí­ti­mas ambi­cio­nes recha­zan­do las posi­bi­li­da­des que Cana­dá pudie­ra ofre­cer­le pro­fe­sio­nal y económicamente.

En esen­cia, éste es un film muy bien narra­do que agra­cia­do por el buen tra­ba­jo de sus pro­ta­go­nis­tas y la quí­mi­ca exis­ten­te entre los mis­mos, per­mi­te que el públi­co dis­fru­ta de una muy agra­da­ble come­dia sen­ti­men­tal con un con­vin­cen­te final abier­to. Jor­ge Gutman