Con la Músi­ca en el Alma

REAPA­RE­CE ANDRÉ RIEU

La espe­ra ha fina­li­za­do. Des­pués de dos años de ausen­cia, André Rieu reapa­re­ce en su ciu­dad natal de Maas­tricht para ofre­cer su acos­tum­bra­do con­cier­to esti­val deno­mi­na­do Happy Days Are Here Again (Los días feli­ces están aquí nue­va­men­te).

Con una audien­cia que alcan­za apro­xi­ma­da­men­te a 600 mil espec­ta­do­res por año y con casi un cen­te­nar de con­cier­tos anua­les, el show del maes­tro Rieu es sinó­ni­mo de cla­mo­ro­so éxi­to popu­lar. De allí que no resul­ta sor­pren­den­te que su espec­tácu­lo rea­li­za­do en la icó­ni­ca Pla­za Vrijthol de la ciu­dad holan­de­sa vol­vie­ra a trascender.

Como es bien sabi­do el suce­so mun­dial del cele­bra­do vio­li­nis­ta y direc­tor se debe a que sus con­cier­tos están inte­gra­dos por melo­días román­ti­cas y con­mo­ve­do­ras; a ello se une el extra­or­di­na­rio caris­ma de Rieu ofre­cien­do toques de humor y diver­sas sorpresas.

Eso es lo que se des­pren­de de la fil­ma­ción rea­li­za­da por el direc­tor Michel Fiz­zano de uno de los 15 con­cier­tos regis­tra­dos en Maas­tricht en el pasa­do mes de julio; a tra­vés de ese regis­tro se apre­cia a Rieu con su Orques­ta Johann Strauss en un espec­tácu­lo con­for­ma­do por her­mo­sos val­ses, can­cio­nes de musi­ca­les de Broad­way así como las más bellas melo­días de cono­ci­das óperas.

Este ani­ma­do espec­tácu­lo de músi­ca, can­cio­nes y dan­zas con la par­ti­ci­pa­ción de solis­tas inter­na­cio­na­les y bai­la­ri­nes de alto nivel como asi­mis­mo invi­ta­dos espe­cia­les, podrá ser apre­cia­do por el públi­co cana­dien­se a par­tir del 27 de Agos­to en nume­ro­sas salas de Cine­plex.

Un Sin­gu­lar Experimento

UN ÉTÉ COM­ME ÇA / THAT KIND OF SUM­MER. Cana­dá, 2022. Un film escri­to y diri­gi­do por Denis Côté. 137 minutos.

El pro­lí­fi­co direc­tor Denis Côté carac­te­ri­za­do por ofre­cer fil­mes de fic­ción y docu­men­ta­les de varia­da temá­ti­ca, en esta opor­tu­ni­dad abor­da la hiper­se­xua­li­dad feme­ni­na, un tópi­co rara­men­te fre­cuen­ta­do por el cine. El rea­li­za­dor una vez más acep­ta el desa­fío de asu­mir ries­gos a tra­vés de una visión deci­di­da­men­te audaz que pro­ba­ble­men­te podrá inco­mo­dar a cier­to sec­tor del públi­co que juz­gue Un été com­me ça. 

La his­to­ria con­te­ni­da en el guión del cineas­ta se desa­rro­lla duran­te el verano en un apa­ci­ble rin­cón del nor­te de Que­bec en don­de se halla ins­ta­la­da una caso­na pró­xi­ma a un lago. En ese idí­li­co mar­co tres muje­res que no se cono­cen entre sí pero que tie­nen en común una avi­dez sexual fue­ra de lo común, acep­tan volun­ta­ria­men­te par­ti­ci­par en un pro­yec­to con­ce­bi­do por la tera­peu­ta Mathil­de (Marie-Clau­de Gué­rin); la con­di­ción es que debe­rán per­ma­ne­cer en el lugar duran­te 26 días con­se­cu­ti­vos abs­te­nién­do­se de con­su­mir dro­ga algu­na pero sí el uso mode­ra­do de alcohol, podrán uti­li­zar sus celu­la­res dia­ria­men­te duran­te 90 minu­tos y tener la opor­tu­ni­dad de dis­po­ner por úni­ca vez de un día libre.

Aude Mathieu y Laris­sa Corriveau

Las asis­ten­tes son Léo­nie (Laris­sa Corri­veau), una mujer de 30 años que ha sido abu­sa­da por su padre deján­do­le como trau­ma una fuer­te com­pul­sión sexual, Geisha (Aude Mathieu) de 20 años quien es una des­inhi­bi­da tra­ba­ja­do­ra sexual y Eugé­nie (Lau­ra Giap­pi­co­ni) quien con sus cua­ren­ta años es una mujer de tem­pe­ra­men­to artís­ti­co, con pro­ble­mas men­ta­les y adic­ta a la mas­tur­ba­ción. Dado que Mathil­de se encuen­tra emba­ra­za­da e impe­di­da de diri­gir al gru­po, su reem­pla­zan­te es Octa­via (Anne Rat­te Polle), una psi­co­te­ra­peu­ta en visi­ta pro­ce­den­te de Ale­ma­nia, quien es asis­ti­da por Sami (Samir Gues­mi), un afa­ble tra­ba­ja­dor social. El pro­pó­si­to de este sin­gu­lar expe­ri­men­to no es el de pro­cu­rar una cura a la adic­ción de estas muje­res insa­tis­fe­chas por lo que sien­ten sino más bien lograr que al final de la esta­día pue­dan con­vi­vir mejor con las ansie­da­des, obse­sio­nes y el estrés que les sofocan.

Median­te la exa­mi­na­ción rea­li­za­da por Côte se asis­te a la inter­ac­ción gene­ra­da tan­to por el trío como tam­bién con sus coor­di­na­do­res quie­nes por su par­te se sien­ten influi­dos por la expe­rien­cia vivi­da. En ese deve­nir el rea­li­za­dor no juz­ga a sus per­so­na­jes ni tam­po­co se pri­va de pro­vo­car algu­nas esce­nas sado­ma­so­quis­tas y en par­ti­cu­lar una de las mis­mas enfo­can­do el com­por­ta­mien­to asu­mi­do por Geisha en un par­ti­do de fút­bol masculino.

No hay un men­sa­je cla­ro o espe­cí­fi­co que el direc­tor desee trans­mi­tir, sal­vo el expo­ner des­de su par­ti­cu­lar ópti­ca las diver­sas moda­li­da­des que pue­de adop­tar la con­duc­ta huma­na con rela­ción al motor capaz de gene­rar un irre­fre­na­ble deseo sexual. No obs­tan­te la radi­ca­li­za­ción y trans­gre­sión de esta per­tur­ba­do­ra fan­ta­sía que a veces adop­ta la for­ma de una pesa­di­lla, Côté per­mi­te que el febril uso de su cáma­ra logre trans­mi­tir la irre­fre­na­ble ener­gía que ani­ma a sus heri­dos per­so­na­jes. Jor­ge Gutman

Una Lec­ción de Amor

DEAR AUDREY. Cana­dá, 2021. Un docu­men­tal escri­to y diri­gi­do por Jere­miah Hayes. 89 minutos

Si bien en dos rele­van­tes fil­mes de fic­ción como lo fue­ron Away from Her (2006) de Sarah Polley y L’Autre Mai­son (2013) de Mathieu Roy el cine cana­dien­se ha incur­sio­na­do en la eva­sión de la memo­ria que sue­le acon­te­cer en la eta­pa senil de la vida, lo que dis­tin­gue a Dear Audrey es su carác­ter docu­men­tal. Este film de Jere­miah Hayes cen­tra su aten­ción en el des­ta­ca­ble rea­li­za­dor y direc­tor de foto­gra­fía Mar­tin Duck­worth mos­tran­do su devo­ción hacia su enfer­ma mujer Audrey Schir­mer con quien ha com­par­ti­do casi 50 años de vida conyugal.

Audrey Schir­mer y Mar­tin Duckworth

Dada la rela­ción de amis­tad exis­ten­te entre Hayes y Duck­worth ade­más de haber tra­ba­ja­do jun­tos en pre­vios pro­yec­tos, Mar­tin ha per­mi­ti­do que su ami­go incur­sio­na­ra en la inti­mi­dad de su hogar ilus­tran­do a tra­vés de un perío­do de 4 años el modus viven­di en el cui­da­do de Audrey, su ama­da com­pa­ñe­ra aque­ja­da del mal de Alzhei­mer. El film expo­ne el inmen­so cari­ño que el octo­ge­na­rio mari­do vuel­ca en su espo­sa y la ter­nu­ra que ella le retri­bu­ye a pesar de su con­di­ción men­tal; esa visión gene­ra momen­tos de incon­te­ni­ble emo­ción refle­ja­da por la cáma­ra de Hayes, cui­dan­do de no per­tur­bar la ruti­na dia­ria de la ancia­na pareja.

Con mate­rial de archi­vo emplea­do que inclu­ye foto­gra­fías y extrac­tos de pelí­cu­las de Duck­worth, el film des­ta­ca aspec­tos remar­ca­bles de su vida; inclu­yen­do cómo cono­ció a su mujer hacia fines de la déca­da del 60 cuan­do como fotó­gra­fa y acti­vis­ta social cap­ta­ba las mani­fes­ta­cio­nes de pro­tes­ta por la gue­rra de Vietnam.

Ade­más de con­si­de­rar la aflic­ción de Audrey, el docu­men­tal expo­ne la mane­ra en que Duck­worth debe lidiar con Jac­que­li­ne, su hija autis­ta de 46 años, que a su vez requie­re ple­na aten­ción. Final­men­te se lle­ga a la eta­pa final del Alzhei­mer en la que Mar­tin com­pren­de que su espo­sa debe ser tras­la­da­da a una resi­den­cia; allí per­ma­ne­ce­rá has­ta su dece­so acon­te­ci­do en 2019.

En esen­cia, Hayes ha logra­do un con­mo­ve­dor cua­dro ilus­tran­do cómo la fuer­za de un entra­ña­ble amor per­du­ra más allá de la muer­te. Jor­ge Gutman

Cine de Habla Hispana

EL FCLM

Des­pués de dos años de ausen­cia debi­do a la pan­de­mia, los ciné­fi­los que apre­cian el cine de habla his­pa­na vol­ve­rán a tener la oca­sión de asis­tir a la 11va. Edi­ción del Fes­ti­val de Cine de Amé­ri­ca Lati­na de Mon­treal (FCLM) que ten­drá lugar entre el 26 de agos­to y el 5 de sep­tiem­bre en la sala habi­tual del Ciné­ma du Parc.

La pro­gra­ma­ción de este año rea­li­za­da por su direc­tor Roland Smith inclu­ye 11 pelí­cu­las de fic­ción y docu­men­ta­les pro­ve­nien­tes de Argen­ti­na, Chi­le, Colom­bia, Esta­dos Uni­dos que no solo están des­ti­na­dos al públi­co his­pano par­lan­te sino tam­bién a fran­có­fo­nos y angló­fo­nos dis­pues­tos a des­cu­brir fil­mes recien­tes como asi­mis­mo algu­nos clá­si­cos en copias res­tau­ra­das pro­ve­nien­tes de Argen­ti­na, Cana­dá, Colom­bia, Chi­le, Espa­ña, Esta­dos Uni­dos, Méxi­co y Perú.

Una esce­na de DAN­SER POUR LA LIBERTÉ

La pelí­cu­la inau­gu­ral pre­sen­ta­da por pri­me­ra vez en Cana­dá es Dan­ser pour la liber­té (Cana­dá-Colom­bia); en la mis­ma el direc­tor colom­biano Oscar Ruíz Navia ofre­ce una come­dia musi­cal que entre­mez­cla fic­ción y docu­men­tal a tra­vés de un reco­rri­do por espa­cio de 6 años de la Orques­ta Gypsy Kum­bia que está radi­ca­da en Mon­treal. La explo­si­va y radian­te músi­ca de esta agru­pa­ción com­bi­na dife­ren­tes ins­tru­men­tos inclu­yen­do entre otros, los de vien­to, per­cu­sión cari­be­ño, acor­deón, vio­lín y cla­ri­ne­te; pero ade­más de lo estric­ta­men­te musi­cal, ofre­ce face­tas de dan­za, cir­co y teatro.

En cali­dad de pri­mi­cia mun­dial el film de clau­su­ra es His­to­ires Boli­vien­nes (Cana­dá), un docu­men­tal fil­ma­do en Boli­via entre enero de 2019 y febre­ro de 2020. En el mis­mo el rea­li­za­dor de Que­bec Guy Simo­neau tes­ti­mo­nia la vida coti­dia­na de la pobla­ción autóc­to­na Ayma­ra de La Paz y El Alto des­cri­bien­do su cul­tu­ra, ritos, creen­cias y fes­ti­vi­da­des. Asi­mis­mo el docu­men­tal refle­ja las con­se­cuen­cias gene­ra­das de las elec­cio­nes de Octu­bre de 2019, cuan­do Evo Mora­les, el pri­mer pre­si­den­te autóc­tono del país, logra triun­far por cuar­ta vez con­se­cu­ti­va como man­da­ta­rio de Boli­via; de inme­dia­to se pro­du­cen gran­des mani­fes­ta­cio­nes de pro­tes­ta de una par­te de la ciu­da­da­nía que se opo­ne a que Mora­les se man­ten­ga inde­fi­ni­da­men­te en el poder, lo que moti­va su abrup­ta renun­cia y su inme­dia­to exi­lio temporario.

En línea gene­ral, los fil­mes selec­cio­na­dos inclu­yen entre otros tópi­cos, el abor­to, un pere­gri­na­je espi­ri­tual, un últi­mo home­na­je a la gran leyen­da del fla­men­co que ha sido Paco de Lucia, como asi­mis­mo el recuer­do del gol­pe de esta­do que derrum­bó a Sal­va­dor Allen­de al cum­plir­se el 11 de sep­tiem­bre 49 años del nefas­to acontecimiento.

Todos los fil­mes serán exhi­bi­dos dos veces en su ver­sión ori­gi­nal espa­ño­la, la pri­me­ra vez con sub­tí­tu­los en fran­cés y la sub­si­guien­te con sub­tí­tu­los en inglés.

Para una infor­ma­ción com­ple­ta de la pro­gra­ma­ción, días y hora­rios de pre­sen­ta­ción así como la obten­ción de bille­tes el sitio a con­sul­tar es https://cinemaduparc.com/fr/fclm

Irre­fre­na­ble Pasión

PAS­SION SIM­PLE. Fran­cia-Bél­gi­ca 2020. Un film de Danie­lle Arbid. 99 minutos

Habien­do sido exhi­bi­da por pri­me­ra vez en el Fes­ti­val de Toron­to de 2020 aho­ra se estre­na esta pelí­cu­la eró­ti­ca que como su títu­lo lo anti­ci­pa se cen­tra en una pasión.

El film está basa­do en la nove­la auto­bio­grá­fi­ca Pas­sion Sim­ple de Annie Ernaux publi­ca­da en 1992 aun­que la adap­ta­ción para el cine con­jun­ta­men­te efec­tua­da por la direc­to­ra Danie­le Arbid y la escri­to­ra ubi­ca la acción en el momen­to actual.

Lae­ti­tia Dosch y Ser­gei Polunin

El rela­to que trans­cu­rre en París intro­du­ce a Hélè­ne (Lae­ti­tia Dosch) una pro­fe­so­ra inves­ti­ga­do­ra divor­cia­da y madre de un hijo pre­ado­les­cen­te que sien­te un irre­sis­ti­ble deseo sexual hacia Ale­xan­dre (Ser­gei Polu­nin), un diplo­má­ti­co de la emba­ja­da rusa en Fran­cia que es más joven que ella.

No es la pri­me­ra vez que el cine con­si­de­ra una temá­ti­ca seme­jan­te pero en este caso lo obje­ta­ble es la fal­ta de des­crip­ción ade­cua­da de estos dos per­so­na­jes. Así se igno­ra el pasa­do de Hélè­ne, cómo ha sido su acti­tud en su fra­ca­sa­da vida con­yu­gal, cómo cono­ció a su aman­te y qué es lo que incen­ti­vó su fuer­te atrac­ción hacia él. Asi­mis­mo, Ale­xan­dre con su cuer­po tatua­do resul­ta un enig­ma; sólo se sabe que es casa­do y con su ros­tro com­ple­ta­men­te inex­pre­si­vo lo úni­co que deja tras­lu­cir es el modo con que uti­li­za a Hélè­ne a la mane­ra de un mero obje­to sexual.

A lo lar­go de su desa­rro­llo Arbid tra­ta de mos­trar el des­va­río de esta mujer por el deseo pasio­nal que la vuel­ve depen­dien­te de un hom­bre mani­pu­la­dor que nada sien­te por ella, con­du­cién­do­la a un des­equi­li­brio emo­cio­nal que afec­ta su labor pro­fe­sio­nal y su res­pon­sa­bi­li­dad mater­nal al des­cui­dar a su hijo. Sin embar­go el pro­pó­si­to de la rea­li­za­do­ra se des­vir­túa al ilus­trar el víncu­lo amo­ro­so de los aman­tes median­te repe­ti­das y alar­ga­das esce­nas de copu­la­ción que insu­mien­do con­si­de­ra­ble par­te del metra­je lle­gan a pro­du­cir un inevi­ta­ble letar­go; en con­se­cuen­cia, su pues­ta escé­ni­ca afec­ta el rit­mo reque­ri­do miti­gan­do el inte­rés del relato.

Si bien en 2021 la nove­la de Ernaux L’Événement (2019) fue lle­va­da a la pan­ta­lla con gran éxi­to al pun­to de haber obte­ni­do el Leon de Oro en el Fes­ti­val de Vene­cia, en este caso Pas­sion Sim­ple no alcan­za a trans­mi­tir la rique­za con­te­ni­da en el libro original.

Lo más impor­tan­te del film resi­de en la muy bue­na pres­ta­ción de Dosch rati­fi­can­do su talen­to demos­tra­do en ante­rio­res tra­ba­jos (La Batai­lle de Sol­fé­rino en 2013 y Jeu­ne Fem­me en 2017); a pesar de las limi­ta­cio­nes del guión la actriz refle­ja la pro­fun­da angus­tia y sufri­mien­to de una mujer que no pue­de domi­nar su enfer­mi­zo ins­tin­to sexual. Que­da como balan­ce un dra­ma volup­tuo­so de esca­sa con­vic­ción en la que su pro­ta­go­nis­ta feme­ni­na con­tras­ta fuer­te­men­te con el empo­de­ra­mien­to de la mujer emban­de­ra­do por el movi­mien­to #metoo. Jor­ge Gutman