Cine­ma­nia (II)

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

He aquí otras 5 pelí­cu­las juz­ga­das en esta mues­tra. 

Sla­lom (Fran­cia)

El títu­lo del film refe­ren­te al depor­te inver­nal de esquí alpino es el tema que Char­lè­ne Favier abor­da para refle­jar la rela­ción exis­ten­te entre una joven atle­ta y su instructor.

Jéré­mie Renier y Noée Abita

Noée Abi­ta quien impre­sio­nó gra­ta­men­te en Ava (2017) reafir­ma sus con­di­cio­nes artís­ti­cas brin­dan­do una mag­ní­fi­ca carac­te­ri­za­ción de Lyz, una estu­dian­te de ense­ñan­za media en los Alpes de Fran­cia que mani­fies­ta una gran pasión hacia el esquí. Es así que logra ser acep­ta­da en un selec­ti­vo club cuyo pro­pó­si­to es el de entre­nar a tra­vés de la prác­ti­ca del sla­lom a futu­ros esquia­do­res. Es allí don­de es adies­tra­da por Fred (Jéré­mie Renier), un ex cam­peón al que una seve­ra heri­da lo obli­gó a salir del ruedo.

Más allá de las múl­ti­ples esce­nas depor­ti­vas, el guión de la rea­li­za­do­ra y Marie Talon se inter­na en la psi­co­lo­gía de sus dos pro­ta­go­nis­tas. Liz es expues­ta como una joven que en su eta­pa ado­les­cen­te atra­vie­sa por una gama de sen­ti­mien­tos y con­tra­dic­cio­nes; en tal con­tex­to es fácil empa­ti­zar con su ambi­va­len­te con­duc­ta de que­rer supe­rar­se en la prác­ti­ca de un depor­te que exi­ge enor­me pre­ci­sión, habi­li­dad y velo­ci­dad, así como el tener que afron­tar el extre­ma­do esfuer­zo tan­to físi­co como emo­cio­nal. Por su par­te, Fred auto­ri­ta­ria­men­te explo­ta la vul­ne­ra­bi­li­dad de su alum­na para lograr que even­tual­men­te pue­da desem­pe­ñar un digno rol en las com­pe­ten­cias olím­pi­cas; pre­ci­sa­men­te, debi­do a su extre­ma­do nivel de exi­gen­cia que requie­re de su dis­cí­pu­la, se va crean­do entre ambos una rela­ción tóxi­ca de abso­lu­ta tensión.

https://www.youtube.com/watch?v=V2JavMmHoXM

Otro aspec­to impor­tan­te del rela­to está invo­lu­cra­do con el del abu­so gene­ra­do en el cam­po depor­ti­vo entre ins­truc­to­res y alum­nos. En este caso la infa­tua­ción que ejer­ce en Lyz la per­so­na­li­dad de su men­tor quien la va domi­nan­do has­ta lími­tes extre­mos, con­du­ce a un inevi­ta­ble víncu­lo sexual.

Con una sol­ven­te direc­ción y una inme­jo­ra­ble actua­ción de Abi­ta y Renier, Favier expre­sa muy bien los sen­ti­mien­tos que ani­man a sus pro­ta­go­nis­tas; asi­mis­mo ‑como no podía ser de otro modo- ofre­ce exce­len­tes secuen­cias de esquí sla­lom que son exce­len­te­men­te cap­ta­das por el direc­tor de foto­gra­fía Yann Mari­taud así como el esplen­do­ro­so pai­sa­je mon­ta­ño­so de los Alpes. En esen­cia, no se nece­si­ta ser esquia­dor para dis­fru­tar de este buen film. 

Mica (Marrue­cos-Fran­cia)

El rea­li­za­dor fran­co-marro­quí Ismaël Ferro­ukhi cono­ce muy bien la reali­dad impe­ran­te en su país natal y es por ello que no resul­ta extra­ño com­pro­bar la auten­ti­ci­dad que refle­ja en su des­crip­ción de la des­igual­dad social aún rei­nan­te en Marrue­cos. Para ello se vale de un excep­cio­nal niño actor como lo es Zaka­ria Inane quien prác­ti­ca­men­te por­ta sobre sus hom­bros todo el peso del con­mo­ve­dor rela­to con­te­ni­do en el guión del cineas­ta y Fadet­te Drouard.

Zaka­rie Inane y Sabri­na Oua­za­ni en MICA

En una villa mise­ria de la ciu­dad de Mek­nès, en el cen­tro nor­te del país, vive Saïd (Inane) ‑apo­da­do Mica- con su madre y su padre enfer­mo, quien tra­ta de obte­ner magros ingre­sos ven­dien­do bol­sas de plás­ti­co en el mer­ca­do local. Sabien­do de que en ese medio no pue­de aspi­rar mucho para su futu­ro, su deseo es emi­grar a Mar­se­lla, como lo hizo su ami­go, supo­nien­do que allí le aguar­da­rá un por­ve­nir más hala­güe­ño. Su ruti­na se ve alte­ra­da cuan­do Haj­ji Kad­dour (Moha­med Az Ela­rab), un ami­go de la fami­lia que se desem­pe­ña como guar­dián de un pres­ti­gio­so club de tenis pri­va­do en Casa­blan­ca, lle­va al niño para que lo ayu­de en cier­tas tareas domésticas.

En su nue­vo ambien­te el chi­co va con­fron­tan­do un mun­do para él des­co­no­ci­do, sufrien­do de las bur­las e inclu­so de los agra­vios físi­cos come­ti­dos por los chi­cos de fami­lias pudien­tes que prac­ti­can el tenis en dicho esta­dio depor­ti­vo. Con­tem­plan­do la prác­ti­ca del tenis, Mica se sien­te incli­na­do a prac­ti­car­lo y en tal sen­ti­do la suer­te le son­ríe cuan­do Sophia (Sabri­na Oua­za­ni), la entre­na­do­ra del club que des­cu­bre el poten­cial exis­ten­te en el chi­co, se con­vier­te en su devo­ta instructora.

A tra­vés de un rela­to que exce­de lo mera­men­te depor­ti­vo, el direc­tor enfa­ti­za los obs­tácu­los que Mica debe afron­tar, espe­cial­men­te en lo que con­cier­ne a la dis­cri­mi­na­ción de que es obje­to por su humil­de ori­gen; con todo, adqui­rien­do con­cien­cia de su con­di­ción social él se obs­ti­na­rá en cam­biar su des­tino gra­cias al tenis.

Tan­to el direc­tor como los inte­gran­tes del equi­po de pro­duc­ción intere­sa­dos en pro­mo­ver un cine com­pro­me­ti­do social­men­te han logra­do un film a todas luces rea­lis­ta que des­bor­dan­do inmen­sa huma­ni­dad per­mi­te sedu­cir tan­to al gran públi­co como al selec­ti­vo por su remar­ca­ble nivel de cali­dad. Ade­más de la exce­len­te direc­ción de Ferro­ukhi, cau­sa admi­ra­ción la inter­pre­ta­ción de Inane quien vive en car­ne pro­pia las des­ven­tu­ras de un chi­co que comien­za a per­der su ino­cen­cia fren­te a la reali­dad que lo cir­cun­da; a su lado tam­bién se lucen Kad­dour como el padre sus­ti­tu­to del niño y Oua­za­ni trans­mi­tien­do ter­nu­ra a la vez que fres­cu­ra y sim­pa­tía como la tenaz pro­fe­so­ra de Mica.  

Notre Dame du Nil (Fran­cia-Bél­gi­ca-Ruan­da)

El direc­tor afgano Atiq Rami­ni explo­ra las raí­ces del endé­mi­co odio entre hutus y tutsis valién­do­se de la nove­la publi­ca­da en 2012 de la escri­to­ra ruan­de­sa Scho­las­ti­que Muka­son­ga de etnia tutsi; la con­sa­gra­da nove­lis­ta que per­dió a casi una trein­te­na de fami­lia­res en la atroz matan­za que afec­tó a su país natal vuel­ca en su libro su pro­pia experiencia.

Una esce­na de NOTRE-DAME DU NIL

En una bue­na adap­ta­ción el guión del rea­li­za­dor y de Rama­ta Sly está estruc­tu­ra­do en un pró­lo­go y cua­tro par­tes ‑Ino­cen­cia, Sagra­do, Sacri­le­gio y Sacri­fi­cio- ubi­can­do la acción en Ruan­da en 1973. Allí se sigue los pasos de un gru­po de alum­nas inter­na­das en una eli­tis­ta escue­la cató­li­ca bel­ga de ense­ñan­za media don­de la mayo­ría de las estu­dian­tes per­te­ne­ce a fami­lias encum­bra­das de la zona. Den­tro del con­tex­to social en que la pobla­ción hutu pro­di­ga ame­na­zas a la mino­ría tutsi, la escue­la tam­bién admi­te a tra­vés de una cuo­ta esta­ble­ci­da a alum­nas tutsis.

El rela­to adquie­re gra­dual­men­te un cli­ma de ten­sión al inter­nar­se en zonas más oscu­ras don­de que­dan refle­ja­dos los resi­duos del colo­nia­lis­mo, como así tam­bién una mues­tra del mar­ca­do racis­mo exis­ten­te de los hutus hacia los tutsis, a mane­ra de pre­lu­dio de lo que sobre­ven­drá en el omi­no­so geno­ci­dio de la gue­rra civil de 1994.

Aun­que en cier­tos momen­tos la narra­ción adquie­re un carác­ter errá­ti­co, lo cier­to es que el rea­li­za­dor se com­pe­ne­tra en los com­ple­jos veri­cue­tos de la reali­dad impe­ran­te; así, brin­da un dra­ma cier­ta­men­te hip­nó­ti­co real­za­do por la sóli­da pres­ta­ción de jóve­nes actri­ces ruan­de­sas, entre ellas Cla­rie­lla Bizi­ma­ni como la estu­dian­te tutsi y Albi­na Kiren­ga ani­man­do a una pro­vo­ca­do­ra con­dis­cí­pu­la hutu.

La troi­siè­me gue­rre (Fran­cia)

En su pri­mer film de fic­ción el rea­li­za­dor Gio­van­ni Aloi no alu­de a una futu­ris­ta ter­ce­ra gue­rra mun­dial sino a la que lamen­ta­ble­men­te la huma­ni­dad se ve expues­ta enfren­tan­do suce­sos de extre­ma­da vio­len­cia que vic­ti­mi­zan a innu­me­ra­bles per­so­nas ino­cen­tes; es en tal sen­ti­do que el rea­li­za­dor se ins­pi­ró en los san­grien­tos aten­ta­dos terro­ris­tas que azo­ta­ron a Fran­cia en los últi­mos años.

Anthony Bajon en LA TROI­SIЀ­ME GUERRE

La his­to­ria gira en torno de Leo (Anthony Bajon), un joven fran­cés quien deci­dió enlis­tar­se en el ejér­ci­to para que como sol­da­do pudie­ra ser­vir mejor a su patria; jun­to con otros cama­ra­das y muy espe­cial­men­te con su com­pin­che Hicham (Karim Leklou) pro­ce­den­te de Áfri­ca, reco­rren las calles de París tra­tan­do de estar en máxi­ma aler­ta fren­te a cual­quier indi­cio o sos­pe­cha de que pudie­ra acon­te­cer un aten­ta­do. Estan­do a las órde­nes de la sar­gen­to Coli­ne (Leï­la Bekh­ti), Leo se encuen­tra obli­ga­do a mode­rar sus impul­sos de per­se­guir a sos­pe­cho­sos fren­te al celo poli­cial que se lo impide.

El guión de Domi­ni­que Bau­mard en su mayor par­te se dedi­ca a mos­trar el inter­cam­bio que se pro­du­ce entre los sol­da­dos a tra­vés de anéc­do­tas que si bien al prin­ci­pio pue­den inte­re­sar, al irse alar­gan­do resien­ten su rit­mo. A ello se agre­gan algu­nas esce­nas poco con­vin­cen­tes como las que trans­cu­rren en los con­tac­tos tele­fó­ni­cos man­te­ni­dos entre Leo y la pare­ja de un sos­pe­cho­so arres­ta­do a tra­vés de su celu­lar que le ha sido expropiado.

https://www.youtube.com/watch?v=PjKySdiZTo4

Lo más impor­tan­te del rela­to resi­de en los tra­mos fina­les cuan­do una masi­va demos­tra­ción calle­je­ra abo­gan­do con­tra el capi­ta­lis­mo se enfren­ta con la poli­cía y se pro­du­cen las refrie­gas con­si­guien­tes; es allí que nue­va­men­te se ori­gi­na el dile­ma de has­ta dón­de la bri­ga­da anti­te­rro­ris­ta del ejér­ci­to tes­ti­mo­nian­do hechos vio­len­tos debe per­ma­ne­cer aje­na para que úni­ca­men­te inter­ven­ga la auto­ri­dad poli­cial. En ese esce­na­rio, la his­to­ria adquie­re vigor cuan­do Leo no pudien­do admi­tir su impo­ten­cia deci­de actuar como un digno sol­da­do, des­obe­de­cien­do las órde­nes de sus superiores.

El film, cier­ta­men­te bien inten­cio­na­do, intere­sa más por su temá­ti­ca que por su rea­li­za­ción; eso es debi­do a que su narra­ti­va no está con­ve­nien­te­men­te esbo­za­da como así tam­bién no exis­te una mayor explo­ra­ción psi­co­ló­gi­ca de sus per­so­na­jes; de todos modos, que­da cla­ro su men­sa­je de que “el enemi­go está entre noso­tros” y de algún modo es nece­sa­rio superarlo.

Mes jours de gloi­re (Fran­cia)

La sim­pa­tía que ofre­ce Vin­cent Lacos­te como pro­ta­go­nis­ta de este film de Antoi­ne DeBary no com­pen­sa la falen­cia de su ende­ble guión escri­to con Elias Bel­ked­dar dan­do como resul­ta­do una ende­ble e intras­cen­den­te comedia.

Vin­cent Lacos­te en MES JOURS DE GLOIRE

Lacos­te da vida a Adrien, un joven de 25 años que se acer­ca a su trein­te­na pero que aún no logró la madu­rez com­ple­ta como adul­to dado su com­por­ta­mien­to pro­pio de un ado­les­cen­te qui­cea­ñe­ro. Así en la pri­me­ra esce­na se le obser­va haber lla­ma­do a los bom­be­ros por la ame­na­za de fue­go que se cier­ne en su depar­ta­men­to; obvia­men­te, ese es un fal­so pre­tex­to para que pue­da pene­trar en su vivien­da por­que olvi­dó su lla­ve. Ese paso de come­dia cede inme­dia­ta­men­te lugar a otra secuen­cia en la que Adrien como actor ani­ma el rol del joven Char­les de Gau­lle para una pelí­cu­la a car­go de un rea­li­za­dor alemán.

Lo esen­cial de la tra­ma resi­de en la vul­ne­ra­bi­li­dad de Adrien al sen­tir­se ame­dren­ta­do y teme­ro­so por pro­ble­mas de erec­ción; eso moti­va a que en sus encuen­tros con Léa (Noée Abi­ta), una mucha­cha que sim­pa­ti­za con él, evi­te cual­quier acer­ca­mien­to dema­sia­do ínti­mo para que no se refle­je su impotencia.

Si bien la cri­sis exis­ten­cial que afec­ta al mucha­cho con su viri­li­dad pues­ta a prue­ba podría gene­rar una sóli­da come­dia dra­má­ti­ca, el efec­to se dilu­ye a tra­vés de dife­ren­tes peri­pe­cias que no ter­mi­nan de encuadrar.

Con una rea­li­za­ción no exen­ta de situa­cio­nes este­reo­tio­pa­das, la his­to­ria deja en un segun­do plano el ámbi­to fami­liar de su pro­ta­go­nis­ta en don­de Emma­nue­lle Devos como la psi­có­lo­ga madre y Chris­tophe Lam­bert como el alcohó­li­co padre de Adrien poco apor­tan a este desa­bri­do relato.

Cine­ma­nia 2020 (I)

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

El 4 de noviem­bre comien­za la 26ª edi­ción del fes­ti­val de Cine­ma­nia que se exten­de­rá has­ta el 22 de noviem­bre. Debi­do a los acon­te­ci­mien­tos de domi­nio públi­co, esta mues­tra de fil­mes habla­dos en fran­cés con sub­tí­tu­los en inglés, será difun­di­da exclu­si­va­men­te en línea en todo Cana­dá. La pro­gra­ma­ción inclu­ye 43 lar­go metra­jes de los cua­les algu­nos títu­los son ofre­ci­dos en carác­ter de pri­mi­cia mundial.

Para obte­ner una infor­ma­ción com­ple­ta de las pelí­cu­las que serán difun­di­das y sobre la adqui­si­ción de bille­tes en línea el sitio a con­sul­tar es festivalcinemania.com  

He aquí el comen­ta­rio de algu­nos fil­mes ya vis­tos. 

Sous les étoi­les de Paris (Fran­cia-Bél­gi­ca)

Bajo las estre­llas de París bri­lla una artis­ta excep­cio­nal en este film de Claus Dre­xel. No pue­de cali­fi­car­se de otra mane­ra la actua­ción de la vete­ra­na Cathe­ri­ne Frot quien con alma y vida se sumer­je en un per­so­na­je no muy sen­ci­llo de caracterizar.

Maha­ma­dou Yaf­fa y Cathe­ri­ne Frot en SOUS LES ÉTOI­LES DE PARIS

Mos­tran­do un París muy lejos de la ima­gen turís­ti­ca que se sue­le apre­ciar de esta bella ciu­dad, aquí el espec­ta­dor se encuen­tra con su lado oscu­ro con­tem­plan­do las pau­pé­rri­mas con­di­cio­nes de vida de los iti­ne­ran­tes que no tie­nen domi­ci­lio fijo. Ésa es la situa­ción que atra­vie­sa Chris­ti­ne (Frot), una mujer de edad madu­ra que sin techo pro­pio uti­li­za como vivien­da un reduc­to ubi­ca­do bajo uno de los puen­tes de París. Social­men­te apar­ta­da de fami­lia­res y ami­gos esta paté­ti­ca mujer se vale de los ban­cos de comi­da don­de en for­ma gra­tui­ta logra ali­men­tar­se como al pro­pio tiem­po duran­te el día deam­bu­la por las calles de París. Su ruti­na cam­bia cuan­do una noche de pleno invierno, pró­xi­ma a con­ci­liar el sue­ño, obser­va a un niño afri­cano per­di­do (Maha­ma­dou Yaf­fa); un tan­to rece­lo­sa, acce­de a cobi­jar­lo tran­si­to­ria­men­te. Aun­que el peque­ño de 8 años no domi­na el idio­ma, lo úni­co que ati­na pro­nun­ciar en su len­gua mater­na es la pala­bra “madre”; gra­dual­men­te a tra­vés de una docu­men­ta­ción que él lle­va con­si­go, ella se ente­ra que el chi­co ha lle­ga­do al país con su madre pro­ce­den­tes de Áfri­ca como refu­gia­dos sin docu­men­ta­ción legal y él solo quie­re reen­con­trar­se con ella quien ha sido arrestada.

Esta es una his­to­ria que den­tro de su sen­ci­llez, se dis­tin­gue por la pin­tu­ra que el direc­tor rea­li­za de un estra­to de la socie­dad que pri­va­do de recur­sos ha per­di­do el dere­cho de vivir dig­na­men­te; asi­mis­mo el guión del real­zia­dor escri­to con Oli­vier Brunhes expo­ne la dra­má­ti­ca situa­ción que afron­ta el mun­do fren­te a refu­gia­dos indo­cu­men­ta­dos don­de en nume­ro­sas opor­tu­ni­da­des los meno­res son sepa­ra­dos de sus padres.

Con una remar­ca­ble pues­ta escé­ni­ca Dre­xel obtie­ne un dra­ma con­mo­ve­dor en el que Frot, omni­pre­sen­te en toda esta his­to­ria, ofre­ce una per­fec­ta sim­bio­sis con su per­so­na­je en el que a tra­vés de un encuen­tro tan ines­pe­ra­do como afor­tu­na­do es capaz de reen­con­trar su laten­te huma­ni­dad. No cabe duda que a la hora de los pre­mios el cine fran­cés sabrá recompensarla.

A Good Man (Fran­cia-Bél­gi­ca)

Un tema deli­ca­do es lo que con­si­de­ra la direc­to­ra Marie-Cas­ti­lle Men­tion-Schaar en este sor­pren­den­te dra­ma. 

Al comien­zo de la narra­ción se asis­te a una esce­na ínti­ma man­te­ni­da por el enfer­me­ro Ben­ja­min (Noe­mi Mer­lant) con su pare­ja Aude (Soko), una pro­fe­so­ra de dan­za. Com­par­tien­do una rela­ción armo­nio­sa por espa­cio de 6 años, ambos aho­ra resi­den en la tran­qui­la isla de Groix des­pués de haber deja­do Aix-en-Pro­ven­ce y su úni­co deseo es tener un hijo pro­pio aun­que Aude se encuen­tra impo­si­bi­li­ta­da de concebir.

Noé­mie Mer­lant en A GOOD MAN

La gran sor­pre­sa para el espec­ta­dor ‑y que no resul­ta indis­cre­to anti­ci­par­lo- es que a los 20 minu­tos de trans­cu­rri­do el rela­to, ambos se encuen­tran con el gine­có­lo­go y es allí que Ben­ja­min mani­fies­ta el deseo de que­dar emba­ra­za­do para que así jun­to a Aude pue­dan coro­nar su feli­ci­dad al cons­ti­tuir una familia.

Es sen­ci­lla­men­te asom­bro­so com­pro­bar que Ben­ja­min, con la total pre­sen­cia físi­ca de ser un hom­bre, nació mujer y que aho­ra sola­men­te le está fal­tan­do some­ter­se a la ope­ra­ción qui­rúr­gi­ca para adqui­rir su com­ple­ta con­di­ción y lega­li­dad masculina.

Aun­que el tema de la tran­se­xua­li­dad tie­ne en el cine entre otros referentes,al remar­ca­ble film Una Mujer Fan­tás­ti­ca (2017) de Sebas­tián Lelio, el enfo­que de la direc­to­ra difie­re. Mer­ced al exce­len­te y ori­gi­nal guión que ha con­ce­bi­do jun­to a Chris­tian Son­de­reg­ger, el nudo dra­má­ti­co resi­de en que la deci­sión de Ben­ja­min tras­tor­na el equi­li­brio de la pare­ja, dado que para Aude resul­ta difi­cul­to­so acep­tar su mater­ni­dad cuan­do es su mari­do quien lo está ges­tan­do. 

Men­tion-Schaar enfo­ca este audaz tema con suma deli­ca­de­za trans­mi­tien­do com­ple­ta vero­si­mi­li­tud en su expo­si­ción aun cuan­do el plan­teo pue­da no lle­gar a ser acep­ta­do por par­te de cier­tos sec­to­res de la comu­ni­dad tran­se­xual. Con una rea­li­za­ción clá­si­ca y ape­lan­do a efec­ti­vos pri­me­ros pla­nos, la rea­li­za­do­ra logra de Mer­lant una pro­di­gio­sa inter­pre­ta­ción; esta actriz que se dis­tin­guie­ra nota­ble­men­te con su pres­ta­ción en Por­trait de la Jeu­ne Fille en Feu (2019), en este caso median­te una pro­di­gio­sa trans­for­ma­ción físi­ca expre­sa feha­cien­te­men­te la per­so­na­li­dad de Ben­ja­min ya no como un per­so­na­je tran­se­xual sino deci­di­da­men­te hete­ro­se­xual tra­sun­tan­do la noble­za del buen hom­bre, que anti­ci­pa el títu­lo de este emo­ti­vo film.

Madre (Espa­ña)

En 2017 Rodri­go Soro­go­yen reali­zó Madre, un exce­len­te cor­to metra­je que delei­tó al públi­co y a la crí­ti­ca; en esca­sos minu­tos logró sin­te­ti­zar una apa­sio­nan­te his­to­ria en don­de Ele­na (Mar­ta Nie­to) acom­pa­ña­da en su depar­ta­men­to madri­le­ño por su madre (Blan­ca Api­lá­nez) reci­be un lla­ma­do tele­fó­ni­co de su hiji­to Iván (voz de Álva­ro Balas) quien está de vaca­cio­nes con su padre en una pla­ya de Fran­cia; él le dice que se halla sólo y teme­ro­so en la cos­ta por­que su padre lo dejó por algu­nos minu­tos sin haber regre­sa­do y no hay nadie a su lado; la deses­pe­ra­ción de Ele­na tra­tan­do de pro­te­ger­lo des­de la leja­na dis­tan­cia cobra máxi­ma ten­sión cuan­do el menor le anun­cia que un hom­bre extra­ño lo obser­va y se le va acer­can­do. De este modo el cor­to con­clu­ye sin que se lle­gue a saber su desenlace.

Mar­ta Nie­to y Jules Porier en MADRE

De lo que ante­ce­de cabía espe­rar que Soro­go­yen con­vir­tien­do la his­to­ria ori­gi­nal en un lar­go metra­je con­si­de­ra­ría la suer­te corri­da por el niño. Sin embar­go, esa espe­ran­za se dilu­ye a medi­da que el rela­to va desarrollándose.

Los pri­me­ros 15 minu­tos del film son prác­ti­ca­men­te una repe­ti­ción del cor­to; de inme­dia­to el guión del direc­tor escri­to con Isa­bel Peña tras­la­da la acción 10 años des­pués en don­de se con­tem­pla a Ele­na desem­pe­ñán­do­se como cama­re­ra de un res­tau­ran­te ubi­ca­do en una pla­ya cer­ca de Bia­rritz; ese sitio pudo haber sido el lugar don­de su hiji­to se halla­ba en el últi­mo con­tac­to que man­tu­vo con él. Vivien­do apa­ren­te­men­te tran­qui­la, man­tie­ne una sóli­da rela­ción de pare­ja con su ami­go Jose­ba (Alex Bren­de­mühl). El arco dra­má­ti­co de esta his­to­ria se pro­du­ce cuan­do Jean (Jules Porier), un mucha­cho pari­sino de 16 años vera­nean­do con sus padres (Fré­dé­ric Pie­rrot, Anne Con­signy), comien­za a fre­cuen­tar el lugar don­de tra­ba­ja Ele­na con quien sim­pa­ti­za. En un prin­ci­pio, ella no le brin­da mayor con­fian­za en el tra­to dis­pen­sa­do, pero a medi­da que trans­cu­rren los días exis­te en esta mujer una extra­ña fija­ción que la impul­sa a seguir­lo y a entro­me­ter­se en la inti­mi­dad de su vida familiar.

Si bien en un prin­ci­pio uno cree pre­de­cir lo que ven­drá, rápi­da­men­te la pre­sun­ción des­apa­re­ce, aun­que no por ello pue­de jus­ti­fi­car­se la par­ti­cu­lar rela­ción espi­ri­tual enta­bla­da entre Ele­na y el ado­les­cen­te turis­ta. A pri­me­ra vis­ta podría com­pren­der­se la acti­tud de una madre que al no haber podi­do cica­tri­zar la pro­fun­da heri­da cau­sa­da por la des­apa­ri­ción de Iván, encuen­tra en Jean algu­nos ras­gos que lo aso­cien a aquél. Sin embar­go, la his­to­ria se tor­na inve­ro­sí­mil cuan­do su alu­ci­na­da obse­sión la moti­va a sem­brar el caos a la vez que arries­ga el víncu­lo sen­ti­men­tal man­te­ni­do con su pare­ja. No menos creí­ble resul­ta la acti­tud de Jean quien per­te­ne­cien­do a una fami­lia uni­da y muy que­ri­do por sus padres lle­ga a enfren­tar­se con ellos para que­rer estar al lado de Ele­na. De este modo Soro­go­yen deja al espec­ta­dor con­fu­so al no lograr com­pe­ne­trar­se en el inusual com­por­ta­mien­to de sus dos per­so­na­jes centrales.

Con una bue­na pues­ta escé­ni­ca el rea­li­za­dor per­mi­te que el film, a pesar de no con­ven­cer como debie­ra, logre cap­tar la aten­ción median­te una acep­ta­ble intri­ga apo­ya­da por la mag­ní­fi­ca actua­ción de Nie­to. Sin embar­go, a dife­ren­cia de lo que acon­te­ce en el cor­to metra­je, las obje­cio­nes pre­via­men­te efec­tua­das moti­van a que las expec­ta­ti­vas crea­das con la pro­lon­ga­ción de la his­to­ria ori­gi­nal no hayan sido colmadas.

L’Au­di­tion (Ale­ma­nia-Fran­cia)

En este psi­co­ló­gi­co dra­ma la direc­to­ra Ina Weis­se ilus­tra cómo una inusi­ta­da devo­ción pue­de resul­tar contraproducente.

La talen­to­sa actriz ale­ma­na Nina Hoss ani­ma a Anna, una pro­fe­so­ra de vio­lín que se desem­pe­ña en una pres­ti­gio­sa aca­de­mia de músi­ca de Ber­lín; ella es madre de Jonas (Sera­fin Mishiev) de 10 años y espo­sa de Phi­lip­pe (Simon Abka­rian) que se dedi­ca en el taller del hogar a fabri­car ins­tru­men­tos de músi­ca. En la reu­nión anual para la admi­sión de futu­ros aspi­ran­tes al renom­bra­do con­ser­va­to­rio, Anna jun­to con sus cole­gas juz­gan a los can­di­da­tos que aspi­ran ingre­sar al mis­mo; es allí que a dife­ren­cia de la opi­nión de los otros pro­fe­so­res ella apre­cia el talen­to de Ale­xan­der (Ilja Mon­ti), un joven vio­li­nis­ta, per­mi­tien­do su ingre­so al esta­ble­ci­mien­to. A par­tir de ese momen­to, Anna des­ti­na la mayor par­te de su tiem­po a ins­truir a Ale­xan­der para que esté bien pre­pa­ra­do en el momen­to que deba par­ti­ci­par en un con­cier­to a fin de que pue­da apro­bar los exá­me­nes intermedios.

Nina Hoss en L’AUDITION

La extre­ma obs­ti­na­ción de Anna y su esca­sa peda­go­gía al deman­dar a su alumno un per­fec­cio­na­mien­to a todas luces exa­ge­ra­do moti­va a que jus­ti­fi­ca­da­men­te él se sien­ta frus­tra­do. A todo ello, su hijo que tam­bién estu­dia vio­lín con otra ins­truc­to­ra resien­te que su madre lo pre­sio­ne en sus estu­dios para que pue­da alcan­zar su mis­mo nivel de vir­tuo­sis­mo musi­cal. No menos impor­tan­te es que la rela­ción con­yu­gal comien­za a dete­rio­rar­se en la medi­da que Anna va dejan­do de lado a su fami­lia al enfo­car su aten­ción exclu­si­va­men­te en su dis­cí­pu­lo. El cli­ma de ten­sión aumen­ta aún más en la medi­da que man­tie­ne un affai­re con Chris­tian (Jens Albi­nus), un vio­lon­che­lis­ta que la invi­ta a par­ti­ci­par como vio­li­nis­ta en su con­jun­to de cáma­ra. El guión de Weis­se y Daph­né Cha­ri­za­ni con­du­ce a un dra­má­ti­co y per­tur­ba­dor des­en­la­ce que resul­ta­ría indis­cre­to revelar.

En un fas­ci­nan­te aná­li­sis del com­por­ta­mien­to obse­si­vo de una per­so­na a expen­sas de su vida fami­liar, la direc­to­ra ofre­ce un intri­gan­te e impre­de­ci­ble rela­to que man­tie­ne la aten­ción per­ma­nen­te del públi­co quien asi­mis­mo es con­vi­da­do a escu­char bellos extrac­tos musi­ca­les, en gran par­te per­te­ne­cien­tes a Bach.

Si le vent tom­be. (Fran­cia-Bél­gi­ca-Arme­nia)

Basa­do en hechos reales, la novel direc­to­ra Nora  Mar­ti­ros­yan ofre­ce un film que se desa­rro­lla en Nagorno-Kara­bakh, una auto­pro­cla­ma­da repú­bli­ca ubi­ca­da al sur del Cáu­ca­so, prác­ti­ca­men­te igno­ra­da por el mun­do y que bor­dean­do la fron­te­ra entre Arme­nia y Azer­bai­yán se encuen­tra en per­ma­nen­te con­flic­to béli­co. Es allí don­de lle­ga Alain (Gré­goi­re Colin), un inge­nie­ro mili­tar fran­cés, quien como audi­tor debe pro­du­cir un infor­me en don­de deter­mi­na­rá si el aero­puer­to local reúne las con­di­cio­nes nece­sa­rias para que con su aper­tu­ra pue­da garan­ti­zar una com­ple­ta segu­ri­dad para los vue­los inter­na­cio­na­les que allí aterricen.

Hayk Bakhr­yan en SI LE VENT TOMBE

Tra­tan­do de cum­plir sus fun­cio­nes de mane­ra obje­ti­va, al prin­ci­pio el visi­tan­te adop­ta una acti­tud par­ca sin per­mi­tir que nadie pue­da influir o inmis­cuir­se en el repor­te que debe­rá pro­du­cir. Len­ta­men­te y toman­do con­tac­to con varios de sus habi­tan­tes, entre ellos el direc­tor del aero­puer­to, una perio­dis­ta, un taxis­ta, un vie­jo pai­sano y sobre todo Edgar (Hayk Bakhr­yan), un niño de la ciu­dad ven­dien­do el esca­so agua a sus habi­tan­tes, Alain va apre­cian­do las carac­te­rís­ti­cas de un con­tex­to cul­tu­ral muy dife­ren­te al suyo. A tra­vés de su estan­cia en ese recón­di­to lugar mon­ta­ño­so, va cobran­do con­cien­cia de la huma­ni­dad y soli­da­ri­dad que advier­te en esta gen­te étni­ca­men­te arme­nia, sobre todo tenien­do en cuen­ta cómo la mis­ma tra­ta de supe­rar las ten­sio­nes béli­cas existentes.

https://www.youtube.com/watch?v=-J_UELhKFJA

Aun­que narra­ti­va­men­te la direc­to­ra ha evi­ta­do en su guión refe­rir­se con más pro­fun­di­dad lo que acon­te­ce en esta dispu­tada repú­bli­ca, con todo, entre­ga un noble docu­men­to reve­lan­do algu­nos aspec­tos socio-cul­tu­ra­les de la mis­ma que has­ta el pre­sen­te no han sido difundidos.

Fes­ti­val RIDM

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

El Reen­cuen­tro Inter­na­cio­nal del Docu­men­tal de Mon­treal (RIDM) cele­bra­rá su 23ª edi­ción en línea debi­do a la pan­de­mia que afli­ge al mun­do. Este año se desa­rro­lla­rá duran­te tres sema­nas, des­de el 12 de Noviem­bre has­ta el 2 de Diciem­bre, con 109 fil­mes, de los cua­les 48 son lar­go­me­tra­jes pro­ve­nien­tes de 45 paí­ses. La pro­gra­ma­ción inclu­ye 18 ópe­ras pri­mas como así tam­bién títu­los de pres­ti­gio­sos direc­to­res ya esta­ble­ci­dos, como Fre­de­rick Wise­man, Clai­re Simon, Kasuhi­ro Soda, Lau­ra Huer­tas Millán y Dieu­do Hamadi.

Es impor­tan­te des­ta­car que los docu­men­ta­les de la pre­sen­te edi­ción están estruc­tu­ra­dos temá­ti­ca­men­te. Los tópi­cos con­si­de­ra­dos están vin­cu­la­dos con epi­so­dios his­tó­ri­cos, la con­fron­ta­ción de la natu­ra­le­za y el medio ambien­te y su impac­to socio-cul­tu­ral, el encuen­tro comu­ni­ta­rio des­de la mira polí­ti­ca y la rein­te­gra­ción social, refle­xio­nes sobre la dis­to­pía, per­fi­les y bos­que­jos sobre nues­tra rela­ción con el mun­do, el desa­fío al poder en la con­fron­ta­ción con pasa­das y pre­sen­tes injus­ti­cias, la explo­ra­ción de la inti­mi­dad aten­dien­do a las rela­cio­nes fami­lia­res así como a los víncu­los sen­ti­men­ta­les y al esta­do del cui­da­do de la salud; el últi­mo de los aspec­tos con­si­de­ra­dos es el de cómo sobre­vi­vir a la violencia.

Dado que la difu­sión del Fes­ti­val se rea­li­za­rá de mane­ra vir­tual, el mis­mo podrá ser apre­cia­do en toda la pro­vin­cia de Que­bec a tra­vés de enligne.ridm.ca, la pla­ta­for­ma strea­ming impul­sa­da por Cine­Send. Para infor­ma­ción sobre la com­ple­ta pro­gra­ma­ción pre­sio­ne aquí

A con­ti­nua­ción se anti­ci­pa el comen­ta­rio de 4 fil­mes que serán pre­sen­ta­dos y que este cro­nis­ta tuvo opor­tu­ni­dad de ver.

499 (Esta­dos Unidos-México)

Tenien­do en cuen­ta que en 2021 se con­me­mo­ra el medio mile­nio de la con­quis­ta espa­ño­la de Méxi­co, el direc­tor mexi­cano Rodri­go Reyes deci­dió rea­li­zar este docu­men­tal que per­mi­te refle­xio­nar sobre qué es lo que cam­bió des­de ese enton­ces con lo que aho­ra es el país azteca.

En un guión que le per­te­ne­ce el rea­li­za­dor ade­cua­da­men­te entre­mez­cla estu­pen­da­men­te la reali­dad con la fic­ción. A tra­vés de un fan­tas­ma­gó­ri­co con­quis­ta­dor la pelí­cu­la recrea dra­má­ti­ca­men­te el via­je de un des­pla­za­do sol­da­do (Eduar­do San Juan Bre­ña) siguien­do la mis­ma ruta de Her­nán Cor­tez des­de la cos­ta de Vera­cruz has­ta Tenoch­titlan, que es hoy la ciu­dad de Méxi­co. En un tras­la­do hacia la épo­ca actual, el alu­di­do per­so­na­je va reco­gien­do tes­ti­mo­nios de migran­tes y fami­lia­res de víc­ti­mas de un país azo­ta­do por un corrup­to car­tel domi­nan­do el trá­fi­co de dro­gas con la con­se­cuen­te vio­len­cia impe­ran­te y el con­si­de­ra­ble núme­ro de jóve­nes muje­res vio­la­das y tor­tu­ra­das has­ta morir. Que­da flo­tan­do la pre­gun­ta si el saqueo sufri­do por la pobla­ción autóc­to­na que tuvo lugar con el colo­nia­lis­mo espa­ñol es dife­ren­te a las atro­ci­da­des de la cri­sis huma­ni­ta­ria actual.

Este remar­ca­ble docu­men­tal cui­da­do­sa­men­te cons­trui­do que obtu­vo el pri­mer pre­mio en el Fes­ti­val de Tri­be­ca, cons­ti­tu­ye una bue­na opor­tu­ni­dad para que el públi­co de Que­bec pue­da juzgarlo.

Sof­tie (Kenia-Cana­dá)

En este docu­men­tal el rea­li­za­dor Sam Soko con­cen­tra su aten­ción en Boni­fa­ce Mwan­gi, un exce­len­te fotó­gra­fo perio­dis­ta de Kenia quien duran­te varios años repor­tó los vio­len­tos suce­sos polí­ti­cos acae­ci­dos en su país, sobre todo median­te las dra­má­ti­cas imá­ge­nes que cap­tó des­pués de las elec­cio­nes de 2007 en don­de par­te de la pobla­ción había sido aba­ti­da por las fuer­zas del orden. Al alu­dir a esos lamen­ta­bles inci­den­tes el direc­tor ofre­ce una lec­ción de his­to­ria del país afri­cano demos­tran­do los resa­bios del colo­nia­lis­mo colo­nial bri­tá­ni­co al haber implan­ta­do el sis­te­ma social del tri­ba­lis­mo que divi­dió radi­cal­men­te a sus habi­tan­tes crean­do a su vez dinas­tías políticas.

Diez años des­pués, Mwan­gi con 30 años de edad, casa­do y padre de 3 niños, deci­de pre­sen­tar­se como can­di­da­to en las elec­cio­nes guber­na­men­ta­les de 2017 a fin de lograr un sitio en el par­la­men­to y de ese modo luchar por la injus­ti­cia impe­ran­te en Kenia. Como idea­lis­ta y apa­sio­na­do acti­vis­ta social reci­be con­ti­nuas ame­na­zas que ponen en serio ries­go a su fami­lia, por la que su devo­ta espo­sa y sus hijos se exi­lian por 8 meses en New Jer­sey. El film evi­den­cia que el fer­vor impues­to por Boni­fa­ce a su carre­ra polí­ti­ca pro­du­ce roces en la rela­ción con­yu­gal, aun­que que­dan supe­ra­dos por el sóli­do lazo que une a la pareja.

A tra­vés de un impor­tan­te mate­rial de archi­vo sobre suce­sos del pasa­do uni­do a la cáma­ra que per­ma­nen­te­men­te sigue las alter­na­ti­vas que vive el pro­ta­go­nis­ta de este rela­to el direc­tor refle­ja los vai­ve­nes emo­cio­na­les de un hom­bre ínte­gro y puro que imbui­do de pro­fun­dos valo­res mora­les con­ti­núa bata­llan­do para cam­biar el corrup­to sis­te­ma ins­ti­tu­cio­nal; en ese queha­cer debe man­te­ner el deli­ca­do equi­li­brio de su apa­sio­na­mien­to polí­ti­co y el amor que pro­di­ga y reci­be de su núcleo familiar.

En los cré­di­tos fina­les se seña­la que la pelí­cu­la está dedi­ca­da a todos los acti­vis­tas y sus fami­lias que ofren­da­ron sus vidas pelean­do por la demo­cra­cia en Kenia, en tan­to que la lucha con­ti­núa. Igual­men­te se infor­ma que duran­te el pro­ce­so de fil­ma­ción del docu­men­tal se ha repor­ta­do la muer­te o des­apa­ri­ción de 30 activistas.

Niña Mamá / Mother Child (Argen­ti­na)

El abor­to es con­si­de­ra­do en el docu­men­tal diri­gi­do y escri­to por Andrea Tes­ta. La direc­to­ra lle­vó su cáma­ra a los con­sul­to­rios de un hos­pi­tal públi­co del conur­bano de la ciu­dad de Bue­nos Aires para con­si­de­rar algu­nos casos de jóve­nes muje­res que ya son madres o que están pró­xi­mas a serlo.

Median­te entre­vis­tas rea­li­za­das por visi­ta­do­ras socia­les y a veces por enfer­me­ras a quie­nes nun­ca se les ve el ros­tro se sabe de la suer­te corri­da por las entre­vis­ta­das que en gene­ral pro­vie­nen de sec­to­res humil­des. En este docu­men­tal fil­ma­do en blan­co y negro, pro­ba­ble­men­te para la lograr una expre­sión más natu­ral y rea­lis­ta de las muje­res, se lle­ga a saber de una varie­dad de casos vin­cu­la­dos con la mater­ni­dad así como la pro­vo­ca­ción del abor­to. Entre algu­nos de los mis­mos se encuen­tran el de una futu­ra mamá que a las 38 sema­nas de emba­ra­zo ha sido obje­to de crue­les ata­ques por su pare­ja; la situa­ción de una madre de 4 hijos que no pue­de afron­tar a tener otro más o bien quien ha que­da­do emba­ra­za­da por haber sido vio­la­da. En las mani­fes­ta­cio­nes de estas muje­res que­da refle­ja­do el des­cui­do de no uti­li­zar anti­con­cep­ti­vos o bien la ausen­cia de edu­ca­ción sexual como en el caso de una futu­ra mamá de tan solo 12 años de edad.

Es alec­cio­na­dor el pro­pó­si­to de Tes­ta en mos­trar cómo la vul­ne­ra­bi­li­dad, el aban­dono así como el ende­ble con­tex­to fami­liar pue­den ori­gi­nar emba­ra­zos no desea­dos. Sin embar­go, su enfo­que no resul­ta del todo satis­fac­to­rio por care­cer de la pro­fun­di­dad nece­sa­ria en la inter­ac­ción esta­ble­ci­da entre las visi­ta­do­ras socia­les y las entre­vis­ta­das; eso moti­va a que cada entre­vis­ta fina­li­ce de mane­ra incon­clu­sa. Con todo es loa­ble la con­duc­ta asu­mi­da por las entre­vis­ta­do­ras al tra­tar de ofre­cer a estas “niñas madres” el estí­mu­lo nece­sa­rio para que a pesar de todo pue­dan avi­zo­rar un hala­güe­ño porvenir.

Sta­te­less / Apá­tri­das Cana­dá-Esta­dos Unidos)

En este pene­tran­te docu­men­tal escri­to y diri­gi­do Michè­le Stephen­son la rea­li­za­do­ra de raza negra Michè­le Stephen­son, oriun­da de Hai­tí per­mi­te que el públi­co conoz­ca algo no muy difun­di­do que acon­te­ce en la Repú­bli­ca Dominicana.

En el ini­cio de Sta­te­less se infor­ma que Hai­tí y la Repú­bli­ca Domi­ni­ca­na que com­par­ten la isla Espa­ño­la han esta­do suje­tos a ten­sio­nes racia­les des­de la épo­ca colo­nial. Así, en 1937 como medio de con­tro­lar la fron­te­ra domi­ni­ca­na y “emblan­que­cer” a Domi­ni­ca­na, el dic­ta­dor Rafael Tru­ji­llo orde­nó una masa­cre geno­ci­da de miles de hai­tia­nos vivien­do en dicho país, medi­da que inclu­yó a los domi­ni­ca­nos de piel oscura.

En fun­ción de lo que ante­ce­de Stephen­son abor­da esta com­ple­ja situa­ción enfo­can­do prin­ci­pal­men­te a tres per­so­nas vivien­do en la Repú­bli­ca Domi­ni­ca­na. Una de ellas es Rosa Iris Dien­do­mi-Álva­rez, que como abo­ga­da y acti­vis­ta defen­so­ra de los dere­chos huma­nos lucha deno­da­da­men­te para rever­tir esta avie­sa deci­sión polí­ti­ca que injus­ta­men­te afec­ta a los domi­ni­ca­nos de ascen­den­cia haitiana.

En este queha­cer, Rosa Iris tra­ta de ayu­dar a su pri­mo Juan Teó­fi­lo Murat quien es una de las per­so­nas que han sido per­ju­di­ca­das por la deci­sión de 2013; en tal sen­ti­do, al ser con­si­de­ra­do extran­je­ro en su tie­rra él pre­sen­ta su cer­ti­fi­ca­do de naci­mien­to domi­ni­cano a la auto­ri­dad com­pe­ten­te a fin de otor­gar­le su ciu­da­da­nía, pero lamen­ta­ble­men­te se enfren­ta a esco­llos buro­crá­ti­cos don­de siem­pre fal­ta algún dato adi­cio­nal para solu­cio­nar su sta­tu quo.

Empeo­ran­do la situa­ción, en 2013 la cor­te cons­ti­tu­cio­nal domi­ni­ca­na dis­pu­so la revo­ca­ción de la ciu­da­da­nía a los domi­ni­ca­nos des­cen­dien­tes de hai­tia­nos retro­ac­ti­va­men­te a 1929, con­vir­tién­do­los de este modo en apátridas.

El ter­cer per­so­na­je de esta his­to­ria es Gladys Feliz, una per­so­na que per­te­ne­ce al par­ti­do nacio­na­lis­ta y sos­tie­ne que el gobierno debe­ría cons­truir un muro fron­te­ri­zo a fin de evi­tar que los migran­tes hai­tia­nos lle­guen y se ins­ta­len en el país. Lo curio­so del caso es que esta mujer admi­te que tan­to sus hijos como su ex mari­do son negros y al pro­pio tiem­po reco­no­ce la con­tri­bu­ción impor­tan­te apor­ta­da por los hai­tia­nos a la socie­dad dominicana.

El remar­ca­ble tra­ba­jo de cáma­ra de la rea­li­za­do­ra y su ade­cua­do mon­ta­je per­mi­ten que la narra­ción de esta his­to­ria real resul­te flui­da y man­ten­ga per­ma­nen­te­men­te la aten­ción del espec­ta­dor. Así en los cré­di­tos fina­les el docu­men­tal seña­la que debi­do a la acti­vi­dad des­ple­ga­da por Rosa Iris ella es obje­to de con­ti­nuas ame­na­zas de vio­len­cia; tam­bién acla­ra que la situa­ción de Juan Teó­fi­lo per­ma­ne­ce irre­suel­ta en tan­to que Gladys con­ti­núa su tra­ba­jo con el movi­mien­to nacio­na­lis­ta de dis­cri­mi­na­ción y segre­ga­ción de las 200 mil per­so­nas que a pesar de ser domi­ni­ca­nas son con­si­de­ra­das apátridas.

A tra­vés de este cua­dro opre­si­vo la direc­to­ra demues­tra cómo está arrai­ga­da la cas­ta racial en la comu­ni­dad lati­na. Al hacer­lo, denun­cia las con­se­cuen­cias de un sis­te­ma que sub­yu­ga y divi­de a la pobla­ción domi­ni­ca­na debi­do a los efec­tos noci­vos de la supre­ma­cía blan­ca y del racismo.

Este enco­mia­ble docu­men­to de Stephen­son no pue­de ser más opor­tuno y alec­cio­na­dor tenien­do en cuen­ta que el mun­do ente­ro se encuen­tra cons­ter­na­do por el horren­do homi­ci­dio de Geor­ge Floyd acae­ci­do en mayo de este año por el úni­co “deli­to” de haber sido negro.

Eva­lua­ción de Fil­mes del FNC (Segun­da Parte)

Cró­ni­ca de Jor­ge Gutman

He aquí el comen­ta­rio de otros cin­co fil­mes juz­ga­dos en el Fes­ti­val du Noveau Ciné­ma.

Sin La Haba­na (Cuba-Cana­dá), es una bue­na come­dia dra­má­ti­ca del direc­tor y músi­co Kaveh Naba­tian explo­ran­do algu­nos aspec­tos de la vida cuba­na actual.

Sin La Habana

El rela­to comien­za en La Haba­na con una bue­na pin­tu­ra de la ciu­dad como así tam­bién de la situa­ción apre­mia­da que eco­nó­mi­ca­men­te afli­ge a cier­tos sec­to­res de la pobla­ción. En ese medio Leo­nar­do (Yonah Acos­ta), un joven dota­do bai­la­rín de dan­za clá­si­ca, aspi­ra lograr un amplio reco­no­ci­mien­to inter­pre­tan­do el rol prin­ci­pal del ballet Romeo y Julie­ta; sin embar­go, cuan­do el direc­tor de la com­pa­ñía de ballet le asig­na un papel secun­da­rio, el ter­mi­nan­te des­acuer­do que se pro­du­ce moti­va su des­pi­do de la mis­ma. En tan­to Sara (Evelyn O’Fa­rrill), su novia abo­ga­da, lo ins­ta a que dejen la isla en pro­cu­ra de un por­ve­nir más ven­tu­ro­so en Nor­te­amé­ri­ca. La opor­tu­ni­dad se pre­sen­ta cuan­do Leo­nar­do ofre­cien­do cla­ses de sal­sa en la escue­la don­de ense­ña cono­ce a Nasim (Aki Yaghou­bi), una turis­ta cana­dien­se divor­cia­da de ascen­den­cia ira­ní que sim­pa­ti­za con él; des­pués de haber­la sedu­ci­da ella lo invi­ta con un pasa­je de avión para que se tras­la­de a Mon­treal don­de resi­de. Todo pare­ce­ría indi­car que está abier­ta la posi­bi­li­dad para que el bai­la­rín pue­da obte­ner a tra­vés de Nasim, la resi­den­cia legal en Cana­dá y poder pos­te­rior­men­te con­se­guir­la para su novia.

Más allá de ilus­trar cómo el apa­sio­na­do trián­gu­lo román­ti­co cons­ti­tui­do irá desin­te­grán­do­se por los ava­ta­res del des­tino, el direc­tor ofre­ce intere­san­tes con­tras­tes cul­tu­ra­les entre Cuba y Cana­dá, como asi­mis­mo aspec­tos no muy cono­ci­dos de la cul­tu­ra ira­ní mon­trea­len­se en don­de aflo­ran pre­jui­cios racia­les. Naba­tian ofre­ce una narra­ción bien arti­cu­la­da que man­tie­ne per­ma­nen­te­men­te la aten­ción ade­más de estar agra­cia­da por acto­res caris­má­ti­cos que se aden­tran satis­fac­to­ria­men­te en la piel de sus personajes.

Un exce­len­te docu­men­tal es lo que depa­ran Eric Fried­ler y Andreas Fre­ge en Wim Wen­ders, Des­pe­ra­do (Ale­ma­nia). A dife­ren­cia de otros rela­tos bio­grá­fi­cos este docu­men­tal pro­fun­di­za el pro­ce­so de crea­ción de este exce­len­te rea­li­za­dor ale­mán, quien tam­bién se ha des­ta­ca­do como pro­duc­tor, fotó­gra­fo y autor, ade­más de haber sido uno de los pio­ne­ros más impor­tan­tes del nue­vo cine ale­mán sur­gi­do en la déca­da del 70.

Wim Wen­ders, Desperado

La pri­me­ra ima­gen ofre­ce una visión fas­ci­nan­te del desier­to de Texas don­de Wen­ders fil­mó Paris Texas (1984), el film que lo encum­bró inter­na­cio­nal­men­te. Es allí don­de mani­fies­ta su pro­fun­da com­pe­ne­tra­ción con la cul­tu­ra ame­ri­ca­na y su pasión por los wes­terns ame­ri­ca­nos. Asi­mis­mo ana­li­za la moti­va­ción e ins­pi­ra­ción que gene­ró varios otros de sus céle­bres fil­mes como The Ame­ri­can Friend (1977) por el que lle­gó a ser cono­ci­do más allá de las fron­te­ras de su país, Wings of Desire (1987) en el que poé­ti­ca­men­te trans­mi­te su visión sobre lo que es Ale­ma­nia y el ins­pi­ra­do docu­men­tal Bue­na Vis­ta Social Club (1999) en don­de se invo­lu­cra con la cul­tu­ra cuba­na; pre­ci­sa­men­te en el géne­ro del docu­men­tal Fried­ler y Fre­ge des­ta­can su incur­sión en este géne­ro refi­rién­do­se a Pina (2011), don­de Wen­ders magis­tral­men­te enfo­ca a la bri­llan­te coreó­gra­fa de dan­za con­tem­po­rá­nea Pina Bausch, así como The Salt of the Earth (2014) cen­trán­do­se en el renom­bra­do fotó­gra­fo bra­si­le­ño Sebas­tião Salgado.

El film cuen­ta con la par­ti­ci­pa­ción de algu­nos de los acto­res, inte­gran­tes del equi­po de las pelí­cu­las de Wen­ders como así tam­bién algu­nos de los direc­to­res que han sido tes­ti­go de su fil­mo­gra­fía, como es el caso de Willem Dafoe, Andie Mac Dowell, Bruno Ganz, Patrick Bachau, Aman­da Plum­mer, Denis Hoo­per y Dona­ta Wen­ders, la fotó­gra­fa y espo­sa del cineas­ta. Otros de los aspec­tos salien­tes de este docu­men­to son las con­ver­sa­cio­nes man­te­ni­das entre Wen­ders y el rea­li­za­dor Wer­ner Her­zog, del mis­mo modo que el encuen­tro en Vie­na del cineas­ta con Eri­ka Pluhar casi media déca­da des­pués de haber pro­ta­go­ni­za­do The Goa­lie’s anxiety and the Penalty Kick  (1972). Inte­rés espe­cial revis­ten las decla­ra­cio­nes del direc­tor Fran­cis Ford Cop­po­la en el que alu­de al con­flic­to sur­gi­do entre él y Wen­ders, cuan­do en cali­dad de pro­duc­tor lo con­tra­tó para fil­mar Ham­mett (1982) y duran­te el roda­je modi­fi­có el guión ori­gi­nal apro­ba­do; de todos modos, esa fric­ción no ha alte­ra­do el mutuo res­pe­to exis­ten­te y es así que Cop­po­la con­si­de­ra que su cole­ga es un gran cineasta.

Con este docu­men­tal Fried­ler y Fre­ge han ofre­ci­do un mere­ci­do tri­bu­to a un cineas­ta que con­tri­bu­yó a enri­que­cer la cine­ma­to­gra­fía con his­to­rias de reso­nan­cia universal.

Moa­ra Pas­so­ni que fue la co-guio­nis­ta del remar­ca­ble docu­men­tal Al Filo de la Demo­cra­cia (2019) nomi­na­do para el Oscar, retor­na aho­ra con Êxta­se (Bra­sil) don­de narra su pro­pia expe­rien­cia como ano­ré­xi­ca en un esti­lo en el que se entre­mez­cla la fic­ción con la reali­dad. Ese híbri­do fun­cio­na muy bien en la medi­da que el film sumer­ge al espec­ta­dor en un via­je emo­cio­nal que des­nu­da cla­ra­men­te a esta par­ti­cu­lar ano­ma­lía carac­te­ri­za­da por el tras­torno alimenticio.

Êxta­se

A tra­vés de un rela­to que tran­si­ta entre pasa­do y pre­sen­te se asis­te a la rela­ción anta­gó­ni­ca que la joven Cla­ra man­tie­ne con su cuer­po fren­te al temor inten­so de aumen­tar de peso; es así que su salud lle­ga a un pun­to crí­ti­co cuan­do con ape­nas 29 kilos y su cora­zón latien­do a esca­sos 37 lati­dos, debe ser hos­pi­ta­li­za­da. A tra­vés de dis­tin­tas eta­pas de su vida la cama­ró­gra­fa Jani­ce d’A­vi­la va pro­por­cio­nan­do imá­ge­nes visual­men­te esti­lís­ti­cas refle­jan­do el esta­do emo­cio­nal que vive Cla­ra. Lo más impor­tan­te de este docu­men­to es la for­ma en que la direc­to­ra va trans­mi­tien­do las carac­te­rís­ti­cas de esta ano­ma­lía que corroe a Cla­ra como así tam­bién la for­ma en que lle­ga a ser due­ña de su con­trol expe­ri­men­tan­do un esta­do de ple­ni­tud máxi­ma, a lo que alu­de el títu­lo de este film. La bata­lla enta­bla­da por la pro­ta­go­nis­ta con su enfer­me­dad y la for­ma de supe­rar­la pue­de cons­ti­tuir un buen pre­di­ca­men­to para quie­nes atra­vie­san una expe­rien­cia similar.

Cocoon (Ale­ma­nia) es un dra­ma sen­ti­men­tal escri­to y rea­li­za­do por Leo­nie Krip­pen­dorff quien sin pre­ten­cio­si­dad algu­na logra tras­cen­der por la ter­nu­ra que des­pier­ta su prin­ci­pal per­so­na­je. La acción se desa­rro­lla en Kreutz­berg, un vecin­da­rio de Ber­lin duran­te el verano de 2018 en don­de Nora (Lena Urzen­dowsky), una tími­da ado­les­cen­te de 14 años, con­vi­ve con su poco res­pon­sa­ble madre alcohó­li­ca (Eli­na Vil­da­no­va) y su her­ma­na mayor Jule (Lena Klen­ke). Dis­cre­ta y no ente­ra­men­te cómo­da con el gru­po juve­nil mul­ti­cul­tu­ral que la rodea, ella expe­ri­men­ta­rá su pri­me­ra indis­poi­si­ción, a la vez que se sen­ti­rá atraí­da por Romy (Jella Haa­se); ese pri­mer amor le depa­ra­rá satis­fac­ción pero tam­bién un des­en­can­to posterior.

Cocoon

Aun­que el pro­ce­so de madu­rez de una ado­les­cen­te así como el des­per­tar de una orien­ta­ción sexual dife­ren­te son temas ya con­si­de­ra­dos ante­rior­men­te por el cine, lo que dis­tin­gue al film es la for­ma sobria sutil, ínti­ma y aten­ta a los míni­mos deta­lles con que la direc­to­ra des­cri­be psi­co­ló­gi­ca­men­te a su pro­ta­go­nis­ta. Remar­ca­ble­men­te fil­ma­da, Krip­pen­dorff uti­li­za la trans­for­ma­ción de una oru­ga en mari­po­sa que comien­za a volar como metá­fo­ra de la suer­te corri­da Nora. Para con­cluir cabe dis­tin­guir la auten­ti­ci­dad con que la rea­li­za­do­ra tra­du­ce los sen­ti­mien­tos y emo­cio­nes que bullen en la heroí­na logran­do así un emo­ti­vo, sen­sual y pon­de­ra­ble film.

Moving On (Corea del Sur), la ópe­ra pri­ma de Yoon Dan-Bi, rati­fi­ca una vez más la soli­dez de la cine­ma­to­gra­fía sur­co­rea­na des­pués del gran triun­fo logra­do inter­na­cio­nal­men­te con Para­si­te (2019). De allí que resul­te aus­pi­cio­so des­cu­brir en la pro­gra­ma­ción del FNC un film tan sen­si­ble y humano como el pre­sen­te en el que, con remi­nis­cen­cia a cier­tas pelí­cu­las del gran direc­tor japo­nés Hiro­ka­zu Koree­da, la joven rea­li­za­do­ra y guio­nis­ta corea­na ilus­tra el deve­nir de una fami­lia cuan­do uno de sus miem­bros deserta.

Moving On

En el trans­cur­so de un calu­ro­so verano, la joven Okju (Choi Jung-woon) de 18 años, su her­mano menor Dong­ju (Park Seung-joon) jun­to con su padre se ven for­za­dos a dejar el depar­ta­men­to don­de viven des­pués de que la madre aban­do­nó el hogar, para mudar­se a la casa del viu­do abue­lo paterno afec­ta­do en su salud. En esta nue­va recom­po­si­ción fami­liar se uni­rá una que­ri­da tía quien tam­bién se encuen­tra en vías de sepa­ra­ción. En la medi­da que los her­ma­nos tra­tan de ajus­tar­se a la nue­va diná­mi­ca fami­liar, don­de el padre atra­vie­sa difi­cul­ta­des finan­cie­ras, se une la cir­cuns­tan­cia de que el abue­lo se agra­va y es nece­sa­rio adop­tar cier­tas deci­sio­nes importantes.

El film que es ana­li­za­do bajo la ópti­ca de Okju refle­ja el trau­ma que expe­ri­men­ta fren­te al cua­dro de des­com­po­si­ción del núcleo fami­liar, lo que la moti­va a guar­dar un inmen­so resen­ti­mien­to hacia su madre, como así tam­bién el pro­ce­so pro­pio de madu­rez que atra­vie­sa en su tran­si­ción de la ado­les­cen­cia a la edad adul­ta. La rea­li­za­do­ra per­mi­te que esta emo­ti­va come­dia dra­má­ti­ca sea apre­cia­da con agra­do a tra­vés de la bue­na pin­tu­ra que efec­túa de esa fami­lia inter­ge­ne­ra­cio­nal. A la exce­len­te direc­ción cabe agre­gar la rique­za del guión y la nota­ble inter­pre­ta­ción logra­da tan­to por Jung-woon como de Seung-joon. Sin dudar­lo, esta pelí­cu­la cons­ti­tu­ye una mag­ní­fi­ca car­ta de pre­sen­ta­ción de Yoon Dan-Bi para futu­ros proyectos.

Un Remar­ca­ble Matemático

ADVEN­TU­RES OF A MATHE­MA­TI­CIAN. Ale­ma­nia-Polo­nia-Gran Bre­ta­ña, 2020. Un film escri­to y diri­gi­do por Thor Klein. 102 minutos.

Aun­que el nom­bre de Sta­nis­law (Stan) Mar­cin Ulam (1909 – 1984) pue­da no ser muy cono­ci­do para quie­nes no están invo­lu­cra­dos en el cam­po cien­tí­fi­co, el rea­li­za­dor ger­mano Thor Klein lo con­si­de­ra en este intere­san­te film con con­no­ta­cio­nes morales.

Phi­llip­pe Tlokinski

Phi­llip­pe Tlo­kins­ki da vida a Stan Ulam, un bri­llan­te mate­má­ti­co pola­co de fami­lia judía que habien­do goza­do de una beca en la Uni­ver­si­dad de Har­vard resi­de en Esta­dos Uni­dos des­de 1939 jun­to con su her­mano Adam (Mateusz Wie­cla­wek) de 17 años; ambos están preo­cu­pa­dos por la suer­te corri­da por sus padres y her­ma­na que que­da­ron en Polo­nia fren­te a la inva­sión ale­ma­na. Dada sus meri­to­rias cali­fi­ca­cio­nes, en 1943 Stan es invi­ta­do por su cole­ga y ami­go John von Neu­mann (Fabian Kocieck) a par­ti­ci­par en el Pro­yec­to Manhat­tan que tie­ne lugar en el labo­ra­to­rio de Los Ála­mos; dicho pro­gra­ma per­si­gue la cons­truc­ción de una bom­ba de hidró­geno para ayu­dar a derro­tar al nazis­mo. Es así que des­pués de enviar a su her­mano a Nue­va York para per­ma­ne­cer con fami­lia­res, Stan via­ja a New Mexi­co acom­pa­ña­do de su recien­te espo­sa Fra­nçoi­se (Esther Garrel).

En la medi­da que su misión avan­za, ade­más de par­ti­ci­par en la ela­bo­ra­ción del masi­vo pro­yec­to él igual­men­te se invo­lu­cra en los pri­me­ros esta­dios de la tec­no­lo­gía compu­tado­ri­za­da. Cuan­do en mayo de 1945 con­clu­ye la gue­rra con la derro­ta del nazis­mo tan­to él como varios de sus cole­gas no ven las razo­nes para que la misión con­ti­núe su cur­so, sobre todo des­pués de de las explo­sio­nes ató­mi­cas de Esta­dos Uni­dos en Hiroshi­ma y Naga­sa­ki en agos­to de ese año cau­san­do la pér­di­da de cien­to de miles de vidas ino­cen­tes. Poco tiem­po des­pués, con su espo­sa e hiji­ta de esca­sos meses, se tras­la­da a Los Ánge­les para desem­pe­ñar­se como pro­fe­sor aso­cia­do en la Uni­ver­si­dad de Southern Cali­for­nia, para retor­nar al año siguien­te a Los Ála­mos don­de per­ma­ne­ce­rá por un perío­do de 10 años; pos­te­rior­men­te vuel­ve a su acti­vi­dad docen­te en mate­má­ti­cas como así­mis­mo pro­si­guien­do la inves­ti­ga­ción cien­tí­fi­ca has­ta el final de su vida.

https://www.youtube.com/watch?v=5XgMv2gle3g

Muy bien arti­cu­la­do, el guión del rea­li­za­dor tras­cien­de la mera bio­gra­fía para ana­li­zar los por­me­no­res de un cien­tí­fi­co cuyos cono­ci­mien­tos pues­tos al ser­vi­cio de las armas nuclea­res pue­de gene­rar asi­mis­mo con­se­cuen­cias malé­fi­cas; esa situa­ción es lo que moti­va la preo­cu­pa­ción de Ulam gene­rán­do­le con­flic­tos mora­les. A su vez el rela­to no ocul­ta cómo su devo­ción al tra­ba­jo moti­vó a que Stan no haya teni­do asi­duo con­tac­to con su her­mano, quien por tal razón Adam demues­tra su gran resen­ti­mien­to, agra­va­do aún más por la noti­cia de la muer­te de su que­ri­da her­ma­na en Polonia.

Klein ofre­ce un cui­da­do­so rela­to del mun­do de la cien­cia y cómo la pasión por la mis­ma pue­de aca­rrear gra­ves con­se­cuen­cias; eso se apre­cia en una muy emo­ti­va esce­na cuan­do en 1954 Ulam acu­de a visi­tar a su dilec­to ami­go John quien pade­ce de un cán­cer ter­mi­nal, pro­ba­ble­men­te por haber esta­do expues­to a la radioactividad.

En líneas gene­ra­les, el rea­li­za­dor efec­túa una acer­ta­da des­crip­ción de los per­so­na­jes aun­que en el de Adam se igno­ra la cau­sa por la cual ha deci­di­do cor­tar los lazos con el judaís­mo. Con un cali­fi­ca­do elen­co homo­gé­neo, Tlo­kins­ki se dis­tin­gue en el rol pro­ta­gó­ni­co refle­jan­do la varie­dad de sen­ti­mien­tos que ani­dan en el remar­ca­ble de este mate­má­ti­co que ha con­tri­bui­do enor­me­men­te en el cam­po de la físi­ca nuclear como así tam­bién en el terreno de la compu­tación moderna.

Por su rique­za temá­ti­ca, Adven­tu­res of a Mathe­ma­ti­cian es uno de los más atra­yen­tes fil­mes que se difun­den en el mar­co del Toron­to Jewish Film Fes­ti­val. Jor­ge Gutman