El Sal­to

THE JUMP. Litua­nia-Leto­nia-Fran­cia-Esta­dos Uni­dos, 2020. Un film de Gie­drė Žicky­tė. 84 minu­tos. Dis­po­ni­ble en la pla­ta­for­ma de Ciné­ma du Parc (cinemaduparc.com)

Un hecho que alcan­zó domi­nio públi­co refle­jan­do uno de los epi­so­dios acae­ci­dos duran­te la Gue­rra Fría es lo que rese­ña el docu­men­tal de la direc­to­ra rusa  Gie­drė Žicky­tė quien cen­tra­li­za su aten­ción en la odi­sea expe­ri­men­ta­da por Simas Kudir­ka median­te un guión escri­to que le per­te­ne­ce jun­to a Josh Ale­xan­der como con­sul­tor del relato.

Con­vie­ne recor­dar que Litua­nia había sido ane­xa­da en 1940 por la Unión Sovié­ti­ca de la cual logró su inde­pen­den­cia en 1991. Eso es impor­tan­te tenien­do en cuen­ta que lo que aquí se rela­ta se ori­gi­nó el 23 de noviem­bre de 1970, día en que el mari­ne­ro lituano Kudir­ka se encon­tra­ba en un bar­co sovié­ti­co ancla­do fren­te a la cos­ta Martha’s Vine­yard, una isla ubi­ca­da al sur de Cape Cod en Mas­sa­chu­setts; allí efec­tuó un audaz sal­to hacia un buque de Esta­dos Uni­dos a fin de lograr su liber­tad. Des­afor­tu­na­da­men­te el deser­tor fra­ca­só en su inten­to por­que el capi­tán de la guar­dia cos­te­ra ame­ri­ca­na, obe­de­cien­do ins­truc­cio­nes del Almi­ran­te Real William B. Ellis, lo entre­gó a los sovié­ti­cos. Esta lamen­ta­ble deci­sión impli­có que Kudir­ka fue­se acu­sa­do de trai­dor al régi­men y con­de­na­do a pri­sión en un gulag.

Simas Kudir­ka

Al comen­zar el rela­to la cáma­ra de Žicky­té enfo­ca al hoy día nona­ge­na­rio Kudir­ka vivien­do apa­ci­ble­men­te en Litua­nia, don­de con­ver­ti­do en narra­dor y actor al mis­mo tiem­po repro­du­ce con minu­cio­so deta­lle la mane­ra en que efec­tuó el sor­pre­si­vo sal­to, las con­se­cuen­cias de su deser­ción y su estan­cia por varios años en tene­bro­sas cár­ce­les de la USRR. Simul­tá­nea­men­te, la rea­li­za­do­ra valién­do­se de impor­tan­te mate­rial de archi­vo expo­ne las reac­cio­nes pro­du­ci­das en EE. UU. a tra­vés de los dis­tin­tos medios de difu­sión. Asi­mis­mo que­da refle­ja­do los esfuer­zos de los acti­vis­tas litua­nos Dai­va Kezys y Gra­zi­na Pae­gle, así como los del con­gre­sis­ta Robert Han­rahan y la pre­sión polí­ti­ca del ex Secre­ta­rio de Esta­do Kis­sin­ger hacia la Unión Sovié­ti­ca para lograr su libertad.

Cuan­do final­men­te Kudir­ka es libe­ra­do en agos­to de 1974, emi­gra con su espo­sa, madre e hijos a Esta­dos Uni­dos arri­ban­do en prin­ci­pio a New Jer­sey para mudar­se a Nue­va York; pos­te­rior­men­te habrá de visi­tar dife­ren­tes luga­res del país. Duran­te su estan­cia ame­ri­ca­na no disi­mu­la el asom­bro que le pro­du­ce el gran con­tras­te exis­ten­te del lugar que dejó y su nue­vo hogar; así con­si­de­ra que los ame­ri­ca­nos son gen­te rica que se dan el gus­to de des­per­di­ciar artícu­los de valor como es el caso de un tele­vi­sor que él ha reco­gi­do del ces­to de basu­ra para su uso per­so­nal. No obs­tan­te su agra­de­ci­mien­to al país anfi­trión don­de pudo gozar de la amplia liber­tad de movi­mien­to, con el paso de los años lle­gó a la con­clu­sión de que el sue­ño ame­ri­cano es una mera idea­li­za­ción; es así que en 2007 deci­dió retor­nar con su seño­ra a Litua­nia aun­que sus hijos han segui­do per­ma­ne­cien­do en Esta­dos Unidos.

Este docu­men­tal, que cier­ta­men­te asu­me el carác­ter de un buen thri­ller, tes­ti­mo­nia a tra­vés de su pro­ta­go­nis­ta la reali­dad vivi­da por muchos que como él han sido sojuz­ga­dos por el des­pó­ti­co régi­men sovié­ti­co; lo iró­ni­co de todo ello es que no son pocos los habi­tan­tes de los paí­ses que habien­do sido gober­na­dos bajo influen­cia de la URSS sien­ten nos­tal­gia del anti­guo sistema.

La cineas­ta ha logra­do un meticu­loso docu­men­tal agra­cia­do por la caris­má­ti­ca per­so­na­li­dad de Kudir­ka que sir­ve de ins­pi­ra­ción para los millo­nes de refu­gia­dos que hoy día año­ran encon­trar un lugar en el mun­do, libres de cual­quier escar­nio y opre­sión. Para con­cluir, cabe dis­tin­guir la mag­ní­fi­ca labor de mon­ta­je de Tho­mas Ernst y de Danie­lius Koka­naus­kis, per­mi­tien­do que la audien­cia se com­pe­ne­tre inten­sa­men­te en el desa­rro­llo de los acon­te­ci­mien­tos rela­ta­dos. Jor­ge Gutman

Un Nom­bre para Recordar

MY NAME IS PAU­LI MURRAY. Esta­dos Uni­dos, 2021. Un film de Betsy West y Julie Cohen. 91 minu­tos. Dis­po­ni­ble en Ama­zon Pri­me Video 

Del mis­mo modo que en 2018 logra­ron un elo­cuen­te docu­men­tal con RBG, las direc­to­ras Betsy West y Julie Cohen ofre­cen con My Name is Pau­li Murray otro valio­so docu­men­to cen­tra­do en la remar­ca­ble vida de una de las excep­cio­na­les muje­res de Esta­dos Uni­dos del siglo pasa­do. La úni­ca dife­ren­cia es que si bien el nom­bre de Ruth Bader Gins­burg era muy cono­ci­do, no ocu­rre lo mis­mo con Pau­li Murray (1910 – 1985), una mujer de color no bina­ria, exi­mia abo­ga­da y nota­ble poe­ti­sa que para muchos pue­de resul­tar des­co­no­ci­da y que gra­cias a este film uno lle­ga a apre­ciar los extra­or­di­na­rios logros obte­ni­dos en sus 74 años de vida. En el comien­zo del rela­to Murray deja saber que se espe­cia­li­za en los dere­chos huma­nos y su pro­pó­si­to es el de alcan­zar nive­les de exce­len­cia en una socie­dad domi­na­da por la idea de que los negros son infe­rio­res a los blan­cos y las muje­res infe­rio­res a los hombres.

Pau­li Murray

De gran inte­rés resul­ta cómo las direc­to­ras pudie­ron apro­ve­char el con­si­de­ra­ble mate­rial de archi­vo, car­tas, docu­men­tos, videos y regis­tros de audio de Murray quien en su tes­ta­men­to pidió a Karen Rou­se Ross, su sobri­na nie­ta, que lo entre­ga­ra a la Biblio­te­ca Schle­sin­ger de la Uni­ver­si­dad de Har­vard, espe­cia­li­za­da en cubrir la vida y acti­vi­da­des de las muje­res ame­ri­ca­nas. Esa valio­sa infor­ma­ción es com­ple­men­ta­da con las entre­vis­tas rea­li­za­das por West y Cohen a miem­bros de la fami­lia, ami­gos, algu­nos de quie­nes fue­ron sus alum­nos, así como a renom­bra­dos aca­dé­mi­cos, como la auto­ra, pro­fe­so­ra y crí­ti­ca cul­tu­ral Britt­ney Cooper, la his­to­ria­do­ra ame­ri­ca­na Rosa­lind Rosen­berg, la con­gre­sis­ta Elea­nor Hol­mes Nor­ton y la pres­ti­gio­sa jue­za de la Cor­te Supre­ma Bader Ginsburg.

Naci­da en Bal­ti­mo­re (Mary­land) aun­que vio trans­cu­rrir su infan­cia en Durham (Caro­li­na del Nor­te), des­de tem­pra­na edad Pau­li expe­ri­men­tó como negra la dis­cri­mi­na­ción racial, lo que la incen­ti­vó a cues­tio­nar los sis­te­mas de opre­sión existentes.

A los 20 años de edad, en ple­na épo­ca de la Gran Depre­sión, for­ja una afec­tuo­sa amis­tad con Elea­nor Roo­se­velt quien estu­vo ple­na­men­te iden­ti­fi­ca­da con los pro­pó­si­tos que ani­ma­ron a Murray. No deján­do­se ven­cer por los impe­di­men­tos inter­pues­tos por el color de su piel y por su con­di­ción feme­ni­na, en 1944 logró ser la mejor alum­na de su cla­se al gra­duar­se en la Facul­tad de Dere­cho de la Uni­ver­si­dad de Howard. El docu­men­tal rese­ña igual­men­te su tras­la­do a Áfri­ca en 1960 don­de se desem­pe­ñó como cate­drá­ti­ca en la Facul­tad de Dere­cho de la Uni­ver­si­dad de Gha­na; sin embar­go, el régi­men dic­ta­to­rial impe­ran­te la hizo retor­nar a Esta­dos Uni­dos al año siguien­te. Es enton­ces que ingre­sa en la Uni­ver­si­dad de Yale don­de en 1965 es la pri­me­ra per­so­na afro­ame­ri­ca­na en doc­to­rar­se en Cien­cias Jurí­di­cas. De allí en más lucha deno­da­da­men­te en defen­sa de los dere­chos igua­li­ta­rios en mate­ria racial como asi­mis­mo con­tra la dis­cri­mi­na­ción de géne­ro sexual. En tal sen­ti­do en 1966 ella es una de las fun­da­do­ras de la Orga­ni­za­ción Nacio­nal de Muje­res (NOW) que tuvo como pro­pó­si­to enca­rar los pro­ble­mas que aque­ja­ban a las muje­res de su raza.

Sin refe­rir­se mayor­men­te a su vida ínti­ma, la pelí­cu­la reve­la la lar­ga rela­ción sen­ti­men­tal man­te­ni­da con Ire­ne Bar­low a la que Murray con­si­de­ró como su com­pa­ñe­ra silen­cio­sa. Cuan­do Ire­ne mue­re en 1974, ella que­da pro­fun­da­men­te afec­ta­da y adop­ta el camino de la fe reli­gio­sa, sien­do en 1977 la pri­me­ra mujer en ser orde­na­da Pas­to­ra de la Igle­sia Epis­co­pal Protestante

Con la valio­sa con­tri­bu­ción de Cin­que Northern como edi­tor del film, las cineas­tas logran un ins­truc­ti­vo film que ade­más de con­cen­trar per­ma­nen­te­men­te la aten­ción de la audien­cia cons­ti­tu­ye un bello tri­bu­to a esta pio­ne­ra y remar­ca­ble femi­nis­ta que ade­lan­ta­da a su épo­ca dedi­có su vida al ser­vi­cio de la jus­ti­cia social.

En los cré­di­tos fina­les se des­ta­ca algu­nos de los posi­ti­vos resul­ta­dos que Pau­li no pudo con­tem­plar en vida; así, en 2017 una resi­den­cia de la Uni­ver­si­dad de Yale adop­tó el nom­bre de “Pau­li”; igual­men­te en 2020 uti­li­zan­do el tra­ba­jo de Murray, la Ame­ri­can Civil Liber­ties Union (ACLU), ganó en la Cor­te Supre­ma un caso prohi­bien­do la dis­cri­mi­na­ción de les­bia­nas, gais y per­so­nas transgénero.

Dicho lo que ante­ce­de, este docu­men­tal es deci­di­da­men­te recomendable.
Jor­ge Gutman

Cali­dez y Simpatía

THE TEN­DER BAR. Esta­dos Uni­dos, 2021. Un film de Geor­ge Cloo­ney. 104 minu­tos. Dis­po­ni­ble en Ama­zon Pri­me Video

En su nue­va incur­sión como rea­li­za­dor el popu­lar actor Geor­ge Cloo­ney ofre­ce un rela­to de ple­na nos­tal­gia y con­ta­gio­so sen­ti­men­ta­lis­mo cuya visión per­mi­te que el espec­ta­dor se sien­ta con­for­ta­ble. Basán­do­se en el libro de memo­rias publi­ca­do en 2005 del perio­dis­ta y pre­mio Pullitzer J.R. Moeh­rin­ger, el film cen­tra su aten­ción en el estre­cho y aco­ge­dor víncu­lo que el autor man­tu­vo con su tío y que Cloo­ney lo trans­mi­te convincentemente.

Ben Affleck y Tye Sheridan

El rea­li­za­dor con­ce­dió vía libre a Ben Affleck, quien en uno de los mejo­res tra­ba­jos de su carre­ra de actor ofre­ce una mag­ní­fi­ca carac­te­ri­za­ción del pro­ta­go­nis­ta de esta his­to­ria que comien­za en 1973 y se desa­rro­lla duran­te un perío­do de 15 años.

El guión de William Monahan pre­sen­ta a Char­lie (Affleck), un bien dis­pues­to bar­man quien es due­ño de una taber­na en Long Island y en su vida fami­liar demues­tra cari­ño­sa esti­ma a J.R (Daniel Ranie­ri), su sobrino de 9 años quien lo visi­ta asi­dua­men­te en su local. Con un padre (Max Mar­ti­ni) ausen­te del hogar que vive en Manhat­tan tra­ba­jan­do como locu­tor radial, el niño resi­de don­de sus abue­los mater­nos (Chris­topher Lloyd y Son­dra James) jun­to a su que­ri­da madre Dorothy (Lily Rabe) En esa api­ña­da casa tam­bién habi­ta Char­lie ‑el her­mano de Dorothy- quien sien­do un apa­sio­na­do por los libros incul­ca a J.R. el amor a la lec­tu­ra a tra­vés de la peque­ña biblio­te­ca que posee detrás del bar; la tier­na rela­ción afec­ti­va cimen­ta­da entre ambos, per­mi­te que el chi­co encuen­tre en Char­lie la figu­ra del padre putati­vo y que este sim­pá­ti­co sol­te­rón se sien­ta esti­mu­la­do en dis­pen­sar a su pro­te­gi­do úti­les con­se­jos y sabi­du­ría que habrán de ayu­dar­lo en el pro­ce­so de madu­rez que muy pron­to habrá de iniciar.

La acción se des­pla­za unos años des­pués don­de se con­tem­pla al joven J.R. (aho­ra inter­pre­ta­do por Tye She­ri­dan) como el estu­dian­te beca­do que ha rea­li­za­do el sue­ño de su madre de ver­lo estu­diar abo­ga­cía en la pres­ti­gio­sa Uni­ver­si­dad de Yale, aun­que su ambi­ción es el de con­ver­tir­se en un impor­tan­te escri­tor, meta que lle­ga­ría a con­cre­tar­se en el futu­ro. De mane­ra epi­só­di­ca a tra­vés de viñe­tas, el rela­to regis­tra su pri­me­ra expe­rien­cia amo­ro­sa con una com­pa­ñe­ra de estu­dios (Bria­na Midd­le­ton), su tra­ba­jo como copis­ta en el New York Times y algu­nas visi­tas a su hogar natal, sin dejar de acu­dir al bar de su entra­ña­ble tío quien ha sido el men­tor de su voca­ción literaria.

El tra­ta­mien­to un tan­to esque­má­ti­co que Cloo­ney impri­me a su rela­to, se com­pen­sa por la cali­dez y auten­ti­ci­dad que des­ti­la. Aun­que un poco más de sal y pimien­ta le habría veni­do bien, de todos modos el film resul­ta agra­da­ble, sobre todo por la estu­pen­da actua­ción del ver­sá­til Affleck y por Ranie­ri quien se reve­la como un madu­ro intér­pre­te en su debut cine­ma­to­grá­fi­co. Jor­ge Gutman

Cien­cia Fic­ción y Psicodrama

ENCOUN­TER. Gran Bre­ta­ña-Esta­dos Uni­dos, 2021. Un film de Michael Pear­ce. 108 minu­tos. Dis­po­ni­ble en Ama­zon Pri­me Video. 

Con el buen ante­ce­den­te de Beast (2017) que ha sido su pri­mer tra­ba­jo como rea­li­za­dor, Michael Pear­ce abor­da con Encoun­ter un rela­to que entre­mez­cla la cien­cia fic­ción con un dra­ma psi­co­ló­gi­co para desem­bo­car en un thri­ller poli­cial. La con­jun­ción de estos fac­to­res no siem­pre encuen­tra un foco pre­ci­so aun­que de todos modos el film atra­pa la aten­ción del espectador.

Riz Ahmed, Lucian-River Chauhan y Adit­ya Geddada

En un guión del cineas­ta con la cola­bo­ra­ción de Joe Bar­ton se asis­te en la pri­me­ra ima­gen a un meteo­ro que se estre­lla en la tie­rra don­de emer­gen insec­tos que van suc­cio­nan­do la san­gre de los cuer­pos huma­nos. De inme­dia­to se sale al encuen­tro de Malik Khan (Riz Ahmed), un vete­rano de gue­rra que des­pués de haber cum­pli­do varias misio­nes regre­sa al hogar don­de su ex espo­sa Piya (Jani­na Gavan­kar), ha sido ata­ca­da por los mali­cio­sos alie­ní­ge­nos. Por esa razón, en la mitad de la noche resuel­ve lle­var en su coche a sus dos hijos ‑Jay (Lucian-River Chauhan) de 10 años y Bobby (Adit­ya Ged­da­da) de 8 años- para con­du­cir­los a la base mili­tar don­de él tra­ba­ja, a fin de que ellos estén sal­va­guar­da­dos y libe­ra­dos de los pará­si­tos que ace­chan al planeta.

De allí en más el rela­to tien­de a con­ver­tir­se en una road movie depa­ran­do algu­nas sor­pre­sas al irse reve­lan­do la ver­da­de­ra per­so­na­li­dad del ex mili­tar. Sin brin­dar deta­lles adi­cio­na­les sobre esta his­to­ria, solo mere­ce men­cio­nar que habien­do esta­do los hijos en cus­to­dia exclu­si­va de Piya, ella con­si­de­ra que los chi­cos han sido secues­tra­dos por Malik y por lo tan­to inter­vie­ne la auto­ri­dad poli­cial para tra­tar de detenerlo.

Como ya ha sido con­si­de­ra­do en ante­rio­res oca­sio­nes, la pelí­cu­la refle­ja el estrés post trau­má­ti­co de su pro­ta­go­nis­ta cuyas emo­cio­na­les heri­das al haber com­ba­ti­do en la gue­rra aún no han cica­tri­za­do; asi­mis­mo, el film pue­de ser con­si­de­ra­do como el retra­to de un padre que habien­do esta­do por lar­go tiem­po ausen­te del hogar tra­ta de conec­tar­se con sus hijos. Asi­mis­mo esta his­to­ria resal­ta la pasión que Malik expe­ri­men­ta por las armas de fue­go con las con­se­cuen­cias nefas­tas que las mis­mas pro­du­cen en Esta­dos Uni­dos cuan­do no son emplea­das apropiadamente.

Sin ser excep­cio­nal, Pear­ce ha logra­do un con­vin­cen­te dra­ma cuya soli­dez se debe en gran medi­da a la actua­ción de Ahmed. Tal como lo demos­tra­ra en The Sound of Metal (2019) y en Mogul Mow­gli (2020), el actor rati­fi­ca sus dotes de con­su­ma­do artis­ta en la remar­ca­ble com­po­si­ción que logra de su per­so­na­je; a su lado se dis­tin­guen Chauhan y Ged­da­da, como asi­mis­mo cabe des­ta­car a la vete­ra­na Octa­via Spen­cer en un rol de apo­yo que por dis­cre­ción no con­vie­ne reve­lar. Jor­ge Gutman

Lo Mejor del Cine de 2021

Comen­ta­rio de Jor­ge Gut­man 

A pesar de que la pan­de­mia ha segui­do afec­tan­do al mun­do duran­te el año que aca­ba de con­cluir, afor­tu­na­da­men­te la cali­dad de la pro­duc­ción cine­ma­to­grá­fi­ca no ha dis­mi­nui­do. Con la reaper­tu­ra de las salas de cine en Cana­dá, el públi­co ciné­fi­lo ha teni­do la opor­tu­ni­dad de juz­gar un buen núme­ro de pelí­cu­las de nivel supe­rior. Espe­re­mos que el nue­vo cie­rre que recien­te­men­te ha teni­do lugar en algu­nas pro­vin­cias del país debi­do a la varian­te Omi­crón resul­te muy breve.

Con­si­de­ran­do úni­ca­men­te los fil­mes estre­na­dos en sala duran­te 2021, he aquí una lis­ta dis­pues­ta alfa­bé­ti­ca­men­te de los títu­los que más han impac­ta­do a quien escri­be estas líneas.

Bad Luck Ban­ging or Loony Porn (Ruma­nia-Luxem­bur­go-Croa­cia-Repú­bli­ca Che­ca) 

Uti­li­zan­do como dis­pa­ra­dor del rela­to la fil­tra­ción en las redes socia­les de un video case­ro en el que se con­tem­pla a un matri­mo­nio en ple­na acti­vi­dad sexual, el direc­tor rumano Radu Jude ofre­ce una remar­ca­ble sáti­ra audaz y pro­vo­ca­ti­va des­pro­vis­ta de correc­ción polí­ti­ca. En una exce­len­te narra­ción y con inusi­ta­da fran­que­za, el rea­li­za­dor expo­ne los pre­jui­cios, hipo­cre­sía, fana­tis­mo, la fal­sa mora­li­dad y en gene­ral las mise­rias de gru­pos reac­cio­na­rios de la socie­dad ruma­na. Por sus inne­ga­bles méri­tos, el film obtu­vo el Oso de Oro en el Fes­ti­val de Ber­lín 2021.

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Dear Com­ra­des (Rusia) 

El renom­bra­do rea­li­za­dor ruso Andrei Kon­cha­lovsky abor­da una tra­ge­dia acon­te­ci­da en su país natal el 2 de junio de 1962 cono­ci­da como la “Masa­cre de Novo­cher­kassk”. La mis­ma fue come­ti­da en esa ciu­dad por los sol­da­dos del ejér­ci­to comu­nis­ta y los fran­co­ti­ra­do­res de la KGB con el pro­pó­si­to de con­te­ner una jus­ti­fi­ca­da pro­tes­ta gene­ra­da por una impo­nen­te mani­fes­ta­ción de los tra­ba­ja­do­res de la región. La esme­ra­da rea­li­za­ción del cineas­ta per­mi­te apre­ciar un vibran­te docu­men­to expo­nien­do el san­grien­to epi­so­dio por par­te de un régi­men que teó­ri­ca­men­te esta­ba des­ti­na­do a defen­der los legí­ti­mos dere­chos de los proletarios.

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Dri­ve my Car (Japón) 

Este exce­len­te dra­ma del cineas­ta Hyü­su­ke Hama­gu­chi resal­ta la sole­dad que afron­ta un direc­tor tea­tral que ha per­di­do a su mujer y la nece­si­dad de encon­trar una vía para poder supe­rar­la; eso habrá de lograr­lo a tra­vés del víncu­lo esta­ble­ci­do con una mujer que en su auto está encar­ga­da de con­du­cir­lo en la ciu­dad de Hiroshi­ma y que igual­men­te se encuen­tra devas­ta­da por un due­lo; asi­mis­mo le ser­vi­rá de ali­cien­te el mon­ta­je de la obra de Che­jov “Tío Vania” cuyo con­te­ni­do es un espe­jo de la viven­cia por él sufri­da. Basa­do en un cuen­to del escri­tor japo­nés Haru­ki Mura­ka­mi, el rea­li­za­dor ha logra­do uno de los fil­mes más subli­mes y poé­ti­cos del año.

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El Olvi­do que Sere­mos (Colom­bia) 

El direc­tor espa­ñol Fer­nan­do True­ba abor­da la figu­ra del médi­co colom­biano Héc­tor Abad Gómez quien como ardien­te acti­vis­ta de los dere­chos huma­nos fue aba­ti­do por gru­pos para­mi­li­ta­res en Mede­llín en agos­to de 1987. Con un enfo­que clá­si­co, el cineas­ta ofre­ce un entra­ña­ble retra­to del pro­ta­go­nis­ta, evi­tan­do que el rela­to sucum­ba a un melo­dra­má­ti­co sen­ti­men­ta­lis­mo, lo que no impi­de que adquie­ra genui­na emo­ción. La bue­na expo­si­ción del rea­li­za­dor se com­ple­men­ta con la anto­ló­gi­ca inter­pre­ta­ción de Javier Cáma­ra quien trans­mi­te el idea­lis­mo, inte­gri­dad e hidal­guía de un hom­bre com­pro­me­ti­do con los pro­ble­mas socia­les y polí­ti­cos que aque­jan a su país.

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Flee (Dina­mar­ca-Fran­cia-Sue­cia-Norue­ga) 

En este valio­so docu­men­tal el direc­tor danés Jonas Poher Ras­mus­sen enfo­ca el pro­ble­ma de los refu­gia­dos cen­tran­do su aten­ción en su ami­go Amin Nawa­bi en el vía cru­cis vivi­do des­de que se vio for­za­do a dejar Afga­nis­tán, su país natal, has­ta haber lle­ga­do hace vein­te años a Dina­mar­ca en pro­cu­ra de un lugar en el mun­do don­de poder vivir. A tra­vés de la téc­ni­ca de la ani­ma­ción, este docu­men­to visual­men­te encan­ta­dor, trans­mi­te ple­na­men­te las varia­das emo­cio­nes expe­ri­men­ta­das por su protagonista.

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I’m your Man (Ale­ma­nia)

Una fan­ta­sía de nota­ble ori­gi­na­li­dad es lo que se con­tem­pla en este film de Maria Schra­der. El nudo cen­tral del rela­to resi­de en el expe­ri­men­to tec­no­ló­gi­co rea­li­za­do por una antro­pó­lo­ga del Museo de Pér­ga­mo de Ber­lín con­sis­ten­te en con­vi­vir duran­te tres sema­nas con un robot espe­cial­men­te pro­gra­ma­do y com­pro­bar si se pue­de lograr que el mis­mo adop­te el com­por­ta­mien­to de un per­fec­to huma­noi­de capaz de inte­grar­se a la socie­dad. Aun­que no ha sido la inten­ción de Schra­der el plan­tear una temá­ti­ca filo­só­fi­ca sobre el empleo de la tec­no­lo­gía moder­na, lo cier­to es que a tra­vés de su impe­ca­ble rea­li­za­ción per­mi­te que el espec­ta­dor se invo­lu­cre en el rele­van­te tema de la inte­li­gen­cia artificial.

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Josep (Fran­cia-Espa­ña-Bél­gi­ca) 

La Gue­rra Civil de Espa­ña es el telón de fon­do para narrar la odi­sea vivi­da por el pin­tor bar­ce­lo­nés Josep Bar­to­li. El direc­tor Aurel ha logra­do un bello y lumi­no­so film de ani­ma­ción resal­tan­do el poder del arte como enri­que­ce­dor del espí­ri­tu, el valor de la amis­tad y cómo la resi­lien­cia pudo sobre­lle­var las penu­rias sufri­das de quie­nes como Bar­to­li tuvie­ron que esca­par de la dic­ta­du­ra franquista.

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Le Club Vin­land (Cana­dá)

Este remar­ca­ble film de Benoit Pilon ilus­tra la labor des­ple­ga­da por un edu­ca­dor en el inter­na­do de un cole­gio reli­gio­so de varo­nes de Char­le­voix, en la pro­vin­cia de Que­bec, hacia fines de la déca­da del 40. Con una sobria pues­ta escé­ni­ca, Pilon ofre­ce un rela­to de fic­ción de nota­ble auten­ti­ci­dad, cons­ta­tan­do cómo la devo­ción de un docen­te pue­de influir posi­ti­va­men­te en sus estu­dian­tes a fin de estar en con­di­cio­nes de aspi­rar a un pro­mi­nen­te por­ve­nir. Ade­más de su impe­ca­ble rea­li­za­ción, el con­mo­ve­dor e ins­pi­ra­dor dra­ma his­tó­ri­co se jerar­qui­za con un irre­pro­cha­ble elen­co en el que se des­ta­ca la exce­len­te carac­te­ri­za­ción que Sébas­tien Ricard logra en el rol del bene­vo­len­te profesor.

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Mass (Esta­dos Uni­dos)

Un pun­zan­te dra­ma expues­to con gran pro­fun­di­dad es lo que Fran Kranz narra en su pri­mer tra­ba­jo como guio­nis­ta y rea­li­za­dor. El direc­tor se ha ins­pi­ra­do en la matan­za que sue­le ocu­rrir en las escue­las de Esta­dos Uni­dos, cuan­do un estu­dian­te sin razón algu­na pene­tra en las aulas y dis­pa­ra a más no poder cau­san­do nume­ro­sas víctimas.
A tra­vés del encuen­tro de los padres de la víc­ti­ma con los del vic­ti­ma­rio se asis­te a un rela­to de fic­ción que adquie­re los visos de un mag­ní­fi­co docu­men­tal. A tra­vés del mis­mo, el film per­mi­te refle­xio­nar sobre la tarea ardua que resul­ta para los padres cono­cer a fon­do lo que acon­te­ce en la men­te de sus hijos en la difí­cil eta­pa de la ado­les­cen­cia. El film del novel rea­li­za­dor se valo­ri­za por su sober­bia escri­tu­ra y la sobre­sa­lien­te actua­ción de su elenco.

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Nomad­land (Esta­dos Unidos)

Este film de Chloe Zhao trans­mi­te excep­cio­nal­men­te el dra­ma de la pobla­ción nóma­de de Esta­dos Uni­dos en pro­cu­ra de empleo. Al hacer­lo, la rea­li­za­do­ra reve­la su fina sen­si­bi­li­dad ilus­tran­do los pro­ble­mas socia­les del país median­te una narra­ción impreg­na­da de un tono poé­ti­co en la que refle­ja la noble­za del espí­ri­tu humano. La pelí­cu­la fue galar­do­na­da con el Oscar al mejor film ade­más de pre­miar a Zhao como la mejor direc­to­ra y a la vete­ra­na y talen­to­sa Fran­ces McDor­mand como la mejor actriz.

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The Power of the Dog (Aus­tra­lia-Gran Bre­ta­ña-Nue­va Zelan­da-Cana­dá-Esta­dos Uni­dos) 

Des­pués de 12 años de ausen­cia, retor­na la direc­to­ra Jane Cam­pion ofre­cien­do un remar­ca­ble psi­co­dra­ma de vaque­ros del vie­jo oes­te ame­ri­cano en una exce­len­te pues­ta escé­ni­ca que le ha vali­do el pre­mio a la mejor direc­ción en el últi­mo fes­ti­val de Vene­cia. Basa­do en la nove­la homó­ni­ma de Tho­mas Sava­ge, el guión de la direc­to­ra le per­mi­te acer­ta­da­men­te cons­truir la com­ple­ja rela­ción exis­ten­te entre los cua­tro per­so­na­jes prin­ci­pa­les quie­nes se des­en­vuel­ven en un mun­do de corro­si­va mas­cu­li­ni­dad. En esen­cia, este exce­len­te wes­tern que sub­vier­te el mito del cow­boy machis­ta cuen­ta con un mag­ní­fi­co elen­co en don­de se dis­tin­gue Bene­dict Cum­ber­batch ofre­cien­do la mejor inter­pre­ta­ción de su carre­ra de actor.

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West Side Story (Esta­dos Uni­dos) 

En esta nue­va adap­ta­ción cine­ma­to­grá­fi­ca del musi­cal de Leo­nard Berns­tein, el emi­nen­te rea­li­za­dor ame­ri­cano Ste­ven Spiel­berg ha logra­do un dra­ma mara­vi­llo­so. Habien­do con­ta­do con la valio­sa cola­bo­ra­ción de Anthony Kush­ner en el guión, el direc­tor ha logra­do una extra­or­di­na­ria auten­ti­ci­dad de sus per­so­na­jes. La excep­cio­nal músi­ca, des­lum­bran­tes dan­zas, esme­ra­da rea­li­za­ción, estu­pen­dos diá­lo­gos y las nota­bles actua­cio­nes de su elen­co con­du­cen a que el trá­gi­co roman­ce moderno de Tony y María ins­pi­ra­do en Romeo y Julie­ta, cons­ti­tu­ya uno de los gran­des logros de la cine­ma­to­gra­fía de 2021.

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